Sumergidos en la pasión
Encuentro de tia y sobrino, culmina con un tremendo acto sexual. Ambos disfrutan el polvo a su máxima intensidad.
RELATO 20
Sumergidos en la pasión
ECSAGARDEZ
Era una tarde de sábado en el puerto de Veracruz, México El reloj marcaba las 5 de la tarde y Román decidió pasear por el bulevar de la ciudad Desde hace varios días no tenía sosiego, había discutido con la vieja Remedios y no tenía interés en verla más, a pesar de que con ella tenía buenos polvos y en cada encuentro sexual algo le aprendía a la negra mujer
Así que salió de su domicilio y tomó un urbano que lo llevara al centro de la ciudad y de ahí se encaminó con paso cansino al bulevar, donde tomó la dirección que lo conducía hacia el malecón del puerto Durante el trayecto se compró un raspado de hielo y nanche, su favorito. Mientras lo saboreaba siguió su camino, sin pensar en que el destino le tenía aguardado un encuentro que sería importante en su vida
II
Tan ensimismado iba en sus pensamientos que no se percató de que alguien lo seguía desde buen tiempo atrás y de inmediato se le acercó, para decirle:
- Román, Román, Román, no me escuchas
El adolescente volteó el rostro y se percató que era Nachita, una prima de su papá, quien le tenía mucho afecto. Ella era costurera y seguido le diseñaba sus camisolas de colores que tanto le gustaban
Por lo que se detuvo para esperar que se acercara y le respondió:
- Tía, que milagro, dónde vas.
Nachita le contestó:
Vine a dejar unos vestidos y como andaba cerca del bulevar se me ocurrió caminar Desde hace rato te vengo siguiendo y parece que vas en otro mundo. ¿Acaso te sucede algo?
No Lo que pasa es que estaba pensando en cosas de la escuela. Pero no hay ningún problema
Para continuar la plática, Román y Nachita se sentaron en la barda que da hacia el mar y se quedaron contemplando la playa y a algunos bañistas. Incluso bromearon, sobre los bikinis femeninos y los trajes de baño de algunos jóvenes, quienes mostraban sus protuberancias al frente
III
Pasaron dos horas y la noche comenzó a caer. Las sombras inundaron el lugar donde Román y Nachita estaban sentados. El muchacho estaba más relajado y le hacía bromas a la joven señora. Ambos no supieron ni como, pero se encontraban agarrados de la mano y el calor de la plática los estaba llevando a preguntas indiscretas sobre la sexualidad de ambos.
Román, le confió estar haciendo el amor con la vieja Remedios, quien planchaba la ropa en la casa de sus abuelos. Pero que tenía varios días que no la había visto por haberse generado una discusión y es que la vieja negra empezaba a comportarse en forma posesiva y eso a él no le gustaba
Por su parte, Nachita fue más práctica al decirle:
- La verdad, yo también ando un poco pensativa. Desde hace tres meses que corté mi relación con Julián y ni siquiera he estado con alguien. Me siento sola y me he encerrado a trabajar en mi máquina de coser, sin pensar en algo de eso. Aunque no creas, me hace falta
Al escuchar esa frase, Román empezó a elucubrar y su cabeza comenzó a tener miles de pensamientos eróticos. Su tia, no estaba de mal ver y el único impedimento lo significaba el ser prima de su papá
Por lo que la plática subió de tono:
- Tía y no crees que a los dos nos hace falta sumergirnos en una pasión
Ella le contestó:
Si, estoy de acuerdo contigo Desgraciadamente yo no tengo ningún compromiso
Pues creo que estamos iguales repuso el joven-.
IV
La conversación se había concentrado en cosas baladíes, pero Román, estaba buscando el momento propicio para hacerle una invitación, aunque la intención era el de cogerse a su tia. En ese momento recordó cuantas pajuelas se había hecho a su salud y la oportunidad se le presentaba para hacerle una proposición indecorosa.
Por lo que le preguntó:
- ¿Tia, te gustaría que fuéramos a cenar y bailar un rato?
Nachita se quedó por un instante pensativa, pero alcanzó a musitar:
- Creo que tienes razón, no debemos quedarnos estáticos y solitarios, cuando aún tenemos vida para disfrutarla. Pero necesito cambiarme de ropa
La respuesta de Nachita dejó atónito a Román, quien la tomó del brazo y le dijo:
- Ven tía, vamos a tu departamento para que te cambies.
V
El joven solicitó la parada de un taxi y le pidió al chofer los llevara al departamento de Nachita, quien vivía sola en una pequeña vivienda, pero que tenía ese toque femenino Al llegar, en lo que Román pagaba al taxista, ella se dirigió a la puerta de entrada e introdujo su llave y la abrió
- Bienvenido a este nidito comentó Nachita con ironía-.
Román sólo sonrió, pero en su mirada se notaba la lascivia y al parecer tenía un plan bien fraguado Por lo que le indicó a su tia
- Vete a bañar y yo te espero en la sala
Nachita, asintió y se dirigió a su recámara para introducirse al baño a ducharse.
Román encendió la televisión, pero la verdad no hacía caso al aparato. Su mente estaba concentrada en escuchar el ruido del agua y en imaginarse como Nachita se tallaba el cuerpo con el jabón. Enseguida tomó una decisión y se encaminó a la recámara. Al cruzar el umbral de la puerta, observó en la cama un bikini color rosa, por lo que lo tomó y se lo acercó a la nariz para aspirarlo. Cual sería su sorpresa que era el que traía puesto su tia y aún conservaba la humedad de sus flujos. El almizcle que despedía la prenda, lo enervó a tal grado que logró una inmediata erección
Ese momento de abstracción del muchacho, lo hizo perder la noción del tiempo y se olvidó por completo del ruido de la regadera y no escuchó que la puerta del baño se abría.
Nachita salió y se detuvo en la puerta para observar como el joven olía con fruición su prenda más íntima. Por lo que lentamente se acercó y no le importó su desnudez. Porque tampoco pasó desapercibida para ella la protuberancia que se le notaba a leguas a su sobrino.
VI
No hubo necesidad de muchas palabras. Ella se acercó y pasó su mano por encima de la ropa y constató que la verga de Román estaba a punto de reventar, ante la presión que ejercía el pantalón y el calzoncillo que usaba
Cuando Román, sintió como Nachita recorría con suavidad su viril miembro y aunque se desconcertó por haber sido sorprendido, de inmediato recobró el temple y sólo cerró los ojos. La cosa se estaba poniendo buena, pensó para sus adentros.
Ella le preguntó:
¿Román, te gusta oler la ropa interior?
Me ganó la curiosidad tía fue la respuesta del muchacho-.
Si ya lo vi. Pero también veo que estas bastante empalmado Porque no te desnudas y me dejas observarlo. Al cabo, tu ya me viste como vine al mundo
Ambos sonrieron por la expresión de Nachita
Román se quitó la playera y el pantalón. Mientras Nachita de inmediato le abrió el calzoncillo y de esa abertura salió un enorme aparato genital que provocó una exclamación de admiración y le dijo:
- Pero muchacho, estás a cien por hora Se me hace que algo tenemos que hacer para bajar esa calentura
VII
Román con la sonrisa a flor de labio. Le expresó:
- Tía es toda tuya, has con ella lo que quieras.
Pero esa expresión quedó en el aire Nachita ya se había agachado y se encontraba besando la punta de ese miembro y lo lamía con denotada ansiedad. Poco a poco lo fue recorriendo y con una mano acariciaba los huevos del joven, quien cerraba los ojos y se sentía en las nubes
Nachita, la prima de su padre, estaba propinándole una buena mamada y lo estaba transportando a un sinnúmero de fantasías eróticas Su mente se nubló y sus ojos estaban en blanco Estaba a punto de correrse, pero se contuvo y le dijo a su tia:
- Tía Por qué no hacemos un sesenta y nueve.
Ella asintió con la cabeza y se dirigieron a la cama. Su vulva estaba humeda y no era por el baño reciente, sino por las grandes sensaciones de placer que estaba sintiendo. Eran más de tres meses que no probaba una verga y ahorita tenía una a su disposición, la cual no dejaría ir
En la cama, Román se sumergió en la entrepierna de su tia y comenzó a lamer los labios superiores de esa peluda cucaracha y con la lengua se fue abriendo paso entre esa selva de vellos, hasta que llegó al clítoris el cual tomó entre sus labios y los sorbió, como quien toma una bebida con popote.
Ella se retorcía y apretaba consciente o inconscientemente las piernas Le estaba resultando embriagador ese momento. Jamás pensó que el adolescente tuviera tanta experiencia en las lides del sexo y lo estaba demostrando
VIII
Nachita por su lado, saboreaba el rico néctar que despedía aquel miembro, al salir las primeras gotas preseminales. Tenían buen sabor y lo disfrutaba al máximo. Pero no pudo más La forma de mamar de Román la estaba llevando al climax y comenzó a cerrar las piernas con más fuerza. Era el anuncio de un buen orgasmo y no pudo contenerse, vació en el rostro del muchacho grandes cantidades de fluidos y éste ni siquiera se amilanó, se los tragó todo.
Pero Román no estaba satisfecho aún. Así que sin moverse hizo movimientos de estar follando a su tia por la boca, hasta que su cuerpo se retorció espasmódicamente dejándole en el interior grandes cantidades de leche caliente que ella se tragó por completo, y chupo y chupó hasta dejarle el glande completamente limpio
IX
Nachita quería más y siguió lamiendo aquella lanza. No dejó que muriera en su boca y le dijo al joven que se acostara boca arriba. Por lo que de inmediato sujetó el miembro con su mano y se lo introdujo hasta que sintió como las bolas de su sobrino golpeaban sus nalgas.
Luego de unos ligeros movimientos para acoplarse a la gruesa y larga verga empezó a cabalgarlo. Mientras Román hacía movimientos peristálticos que le estaban provocando a Nachita intensas olas de placer
Ella trataba de seguirlo con un rítmico mete y saca, incluso en momentos se lo sacaba todo y se dejaba caer No quería desperdiciar nada de verga y le estaba gustando a más no poder En un instante Nachita se contuvo y dejó escapar un grito:
- Me vengo, Román, me vengooooooooooooooooooooooooooo
Román, por su parte siguió moviendo su pelvis y agarró a Nachita de las caderas hasta inmovilizarla por completo El roce de su pito era más continuo y fuerte Quería aguantar más. Pero no pudo y vació toda su descarga de esperma en el coño de su tia, quien tenía los ojos cerrados porque ya no se encontraba en ese lugar. Su excitación era tanta que su mente había volado y en ese momento estaba en el paraíso
La eyaculación de Román fue intensa. Más de seis descargas de sémen contó Nachita. Mientras ella había tenido tres o cuatro orgasmos. Había perdido la cuenta. Pero eso no importaba, en verdad había disfrutado esa tremenda cogida y, sobre todo, el tremendo y grueso palo de su sobrino.
X
La noche había comenzado. Pero Román, tenía hambre y le dijo a Nachita:
- Tía, te parece bien que nos vistamos y vayamos a cenar. La verdad tengo hambre. Pero si te digo una cosa. Esto no acaba aquí. Lo seguiremos más tarde
Nachita, sólo sonrió y se dijo a si misma:
- Vaya sobrino que tengo. En verdad que maneja el pito como nadie Lo voy a ser mi amante, aunque proteste la familia
Y con palabras que escuchó el muchacho:
- Amor Verdad que esto será nuestro secreto
Román, no respondió, sólo se limitó a sonreir. Pero por dentro, la idea de coger con su tia y tenerla como amante le gustaba. Ambos estaban sumergidos en la pasión