Sugar Baby 7. La dominación.

Se completa la dominación de Raquel que de nuevo vivirá nuevas experiencias de lo más variadas.

Dos meses más tarde Raquel se encontraba en el vuelo IB-8812 que la llevaba de regreso a su ciudad. Sentada al lado de una ventanilla miraba distraída las luces de una ciudad que el avión dejaba a su derecha. Vista desde arriba, la Tierra parecía insignificante como también las ciudades y las personas que las habitaban. Era como si los problemas le parecieran insignificantes, le encantaba volar de noche arrullada por el ronroneo de los motores.

-¿Pasamos ya Valencia?, le preguntó un hombre bastante atractivo que ocupaba el asiento de al lado.

-Si, creo que si, le respondió tras dejar de mirar por la ventanilla y recostarse en su asiento cerrando sus ojos.

Apenas pasados unos minutos llegaron a su mente llegaron recuerdos, recuerdos muy próximos que definieron su vida unos meses atrás. Recuerdos tan nítidos que parecía que los estaba viviendo en ese instante.

Recordó la tarde que pasó en el ático de Fredy, el hijo de Alejandro y cómo tras vestirse volvió a sus habitaciones se duchó y se vistió para cenar.

-Te veo algo pensativa…¿te ocurre algo?, le preguntó Alfredo.

-No no, nada…le respondió sorbiendo de una copa de vino.

-Pues algo te pasa, ¿ha ido bien la tarde con mi hijo?.

-Si bueno, más o menos si. Será cansancio imagino.

-Bueno pues debe haber ido todo bien. Fredy da ésta noche una fiesta a sus amigos en su ático así que imagino que le habrás enseñado bien y que está tan contento que ha decidido celebrarlo. Me alegra eso, es la primera vez que da una fiesta.

-Vaya me alegro, respondió ella fingiendo interés.

-Pues sí, ¿qué le has enseñado para que esté tan animado?.

-Pues…bueno digamos que sobre sexo tu hijo sabe bastante más de lo que creías.

-¿En serio?, me alegra saberlo. ¿Hasta dónde llegasteis, lo hicisteis?. Le preguntó Alfredo con interés.

-Si…bueno si, lo hicimos…reconoció ella con cierto malestar.

-Raquel, es mi hijo trátalo bien. Le recordó él con un tono que más parecía una orden que otra cosa.

Pasada la cena como de costumbre cada uno se fue a su dormitorio sobre las diez de la noche.

También como de costumbre al llegar a su dormitorio se desnudó y se metió en la bañera para darse un largo baño de sales. Le vinieron a la cabeza recuerdos de la tarde con Fredy, recuerdos desagradables de como la usó en todas las posturas que se le pueden ocurrir a un chaval de 17 años que todo lo que había aprendido de sexo era porno barato del que veía en internet.

Procuró evitar esos pensamientos y siguió su baño de espuma. Una vez terminó se secó bien la piel y pasó del enorme baño al no menos enorme dormitorio. Tras ponerse unas braguitas se metió en la cama a dormir.

Sobre las once de la noche y ya casi dormida sonó el móvil interior. Pensando que Alfredo querría que durmiese con él lo cogió.

-Si dime.

-Raquel soy Fredy, sube a mi fiesta que te va a encantar.

El sobresalto que le produjo oir al hijo de Alfredo a esas horas la hizo echar hacia un lado las sábanas y sentarse en la cama.

-¿Fredy?...a ver es que ya estoy en la cama y me estaba durmiendo, le dijo amablemente tratando de disimular su malestar.

-No no, no te duermas. Sube a mi fiesta te espero en diez minutos, le dijo él en un tono que dejaba bien claro que no aceptaría un “no” por respuesta. ¡Ah!, y ponte el vestido color champan que llevaste en la fiesta que dio mi padre.

“Joder con el puto crio”, pensó ella con el corazón en la boca. Pero era ir o ir, sabía que no tenía más opciones.

-Vale ahora subo.

-No tardes…dijo Fredy tras lo cual colgó el móvil.

Entre tanto en el ático Fredy hablaba con sus amigotes.

-¿Veis?, ya os dije que vendría dijo entusiasmado.

-Ya claro, ¿y dices que es la de las fotos que nos has mandado por wasap?. Mira que cómo sea una bola nos vamos.

-Que si que es ella ya lo veréis. Tiene unas tetazas de lujo no habéis visto nada igual.

-¿Y nos dejará tocárselas y eso?...dijo el más pequeño incrédulo.

-¿Tocárselas?, respondió Fredy…tocárselas y mucho más.

-Más te vale porque o follamos o nos vamos y no volvemos…dijo el mayor de ellos que parecía el líder del grupo.

Entre tanto Raquel se levantó de la cama, se dirigió al vestidor y se puso el vestido color champán ajustado desde los muslos hasta el pecho y muy escotado en V para llevar sin sujetador con lo que las tetas se movían libremente tras la tela que apenas las cubría.

Después se fue al baño, se sentó delante del espejo, se dio algo de sombra en los ojos, rimmel y se pintó los labios. Mientras se los perfilaba se miraba en el espejo sin pensar en nada en concreto, solo en estar guapa. Una vez terminó se fue al ático escuchando música house cada vez más cercana.

Una vez en la puerta y tras colocarse bien la falda y el escote, llamó y al hacerlo la misma se abrió sola viendo a Fredy y seis chavales más de entre 15 y 18 años moviéndose según lo que para ellos era bailar. Los cuatro más mayores ya con el cuerpo formado, atléticos mientras los otros dos parecían más críos por estatura y caras.

Fue entrar ella y quedarse quietos y mudos admirados por la belleza de ella muy resaltada por el vestido y los zapatos de tacón alto.

-Joder Raquel, ¡estás hecha un pibón!, le dijo Fredy acercándose a ella y cogiéndola por la muñeca para acercarla al grupo. ¿Te preparo algo?.

-Si por favor, un ron cola…dijo ella con el estómago lleno de palomitas visiblemente inquieta al no ver ninguna chica.

-Vale pues ven al bar y te lo sirvo a tu gusto, le dijo sin soltarla de la muñeca. Verás Raquel esta noche tiene que hacer todo lo que deseemos, todo.

-¿Perdona?, no no…a ver la cosa era entre tú y yo, nunca hablaste de nadie más.

-Ya pero tendrás que hacerlo o…

-O lo enseñas el video a tu padre lo sé. A ver me dejaré tocar pero nada más, ¿de acuerdo?.

-Vale con eso vale…dijo Fredy mientras le daba el ron cola y volvían al salón.

Ella se sentó en el sofá tan normal sin que se le pasara por la cabeza que al hacerlo los chavales se quedaran mirando embobados sus preciosas piernas cruzadas exhibiendo buena parte de sus muslos. El tacón alto hacía que pareciesen más largas y bonitas y la rotundidad de sus muslos, caderas y culo hacían el resto.

Cuando levantó la mirada del cubata y los vio a todos mirándola se quedó como extrañada pero lo vio natural y siguió bebiendo mientras los chicos volvían a bailar mirándole de reojo el escote o las piernas a cada oportunidad.

-Joder con la niña tios, está para reventarla a pollazos…comentaba uno.

-¿Pero habéis visto que tetas?, me tiraba la noche comiéndoselas, jaja…decía otro.

-Todo a su tiempo les dijo Fredy. ¡Raquel ven y baila con nosotros!...la animó haciendo gestos con la mano para que se acercase.

Ella dejó el vaso ya casi vacio sobre la mesa y empezó a bailar aunque el house no era lo suyo, prefería la música indi.

Pronto se dejó llevar por la música bailando sin preocuparse de que sus tetas también lo hicieran bajo la tela del vestido. Al no llevar sujetador era fácil que buena parte de ellas casi se saliese por los costados o el escote en V bastante pronunciado.

También movía su culo de una forma graciosa, tanto que algunos chicos se colocaban tras ella separándose lo suficiente como para ver bien sus movimientos mientras hacían gestos obscenos al resto de los chicos de cómo se la follarían por detrás.

Pasados unos minutos Raquel empezó a notar como le rozaban el culo, lo tocaban tímidamente o se frotaban ligeramente contra el. No le dio importancia y siguió bailando lo que animó a Raúl, el más mayor, a pegarse por completo a ella y frotar su pene contra su culo mientras la sujetaba por el vientre para poder apretarse más.

Ella supo al momento lo que buscaba pero se dejó hacer, sólo la estaba tocando y pasó del tema mientras seguía bailando a su bola.

Raúl fue bastante más allá subiendo sus manos desde sus caderas pasando por sus costados a las aberturas laterales del vestido por las que asomaban parte de sus tetas y, tras acariciarlas un poco por los lados, metió sus manos dentro de las copas del vestido y se las agarró a conciencia con las dos manos.

Eso a ella ya le incomodó bastante más, pero tras la sorpresa inicial prefirió seguir bailando con los ojos cerrados mientras el chico frotaba el pene contra su culo y le sobaba las tetas de todas las formas posibles.

El resto de chavales incluido Fredy dejó de bailar para mirar flipados como se lo montaba Raúl con ella que permanecía en su mundo, como ausente.

-Estoy desando romperte el coño putita…le susurró Raúl a ella mientras seguía restregándose contra su culo y le amasaba las tetas a base de bien.

Ella no dijo nada pero tampoco se separó de él. Entre las caricias y magreos combinados con la música la verdad es que se encontraba a gusto.

Pasado un rato muy corto Fredy se les acercó y tras desabrocharle el vestido dejó al aire el pecho de ella cubierto sólo por las manos de Raúl que empezaba a gemir notando cómo, tras cinco o diez minutos frotando su pene contra el culo de ella, se corría dentro de sus pantalones llenándoselos de semen.

A ella le dio muchísima vergüenza que Fredy la dejase con las tetas al aire y trató de tapárselas cuando lo hizo, pero él la miró con cara de ido y decidió no hacer nada.

-Quítate el vestido, dijo Fredy.

Sin saber muy bien por qué ella le obedeció quedando cubierta solo por el tanga en medio del salón sintiéndose completamente desnuda. Esa sensación no duró mucho tiempo porque tras retirarse Raúl de su espalda los chavales la rodearon buscando con sus manos sus tetas, su culo, sus muslos…

Unos la acariciaban, otros eran más brutos y le apretaban los mulos, el culo o las tetas con fuerza. Ella estaba totalmente desbordada, desorientada. Ni siquiera sabía cómo reaccionar aunque su cuerpo sí que lo hizo endureciéndose sus pezones y humedeciéndose su vulva.

Entre tanta mano notó unos dedos separar la tira del tanga desde atrás buscando la entrada a su vagina.

-¡Eh!...oye no…fue capaz de decir ella mientras notaba como el intruso había encontrado la entrada y ya metía dos dedos dentro de ella.

Resignada Raquel se dejó hacer, decidió dejarse llevar y aceptar lo que viniera. Y lo que vino fue que el chico muy hábilmente la penetró por detrás echando a un lado el tanga.

-¡Au!, gimió ella al notar cómo entraba el glande abriéndole la vagina. El chico debía tenerla larga porque de pie el culo de ella hacía como de cojín grande. El mismo chico la cogió por las caderas para poder follarla a gusto pero ni por esas llegaba a meter el pene más allá del glande.

-¡Tengo una idea!...¡vámonos al dormitorio!, dijo el chaval visto que el culo de ella era un impedimento para follarla desde atrás.

Raquel flipaba pero se vio casi llevada en volandas al dormitorio de Fredy que la invitó a quitarse el tanga y colocarse en la cama en la posición del misionero con las piernas abiertas y flexionadas. Contrariamente a lo esperado, ella lo hizo sin rechistar y en un par de minutos ya tenía al chico que intentó follarla por detrás entre sus muslos mientras el resto miraba desde fuera de la cama.

-Muy bien José…¡fóllatela!, jaja.

-Eso eso, dale duro…¡tú puedes!.

Que animaran a su colega a Raquel le reventaba los higadillos pero tras unos minutos de follada ella misma volvió a “ponerse” y no sólo se dejaba follar sino que ya cooperaba moviendo sus caderas y apretando con su vagina el pene del tal José, un chaval de unos 16 años algo bajo de estatura pero muy bien dotado que tras tres o cuatro minutos se corrió dentro de ella gritando como un cochino.

Lo tuvieron que retirar entre varios porque el chaval estaba tan a gusto sobre el cuerpo de ella que no quería quitarse ni a la de tres. Una vez retirado, otro chaval se colocó sobre ella y empezó a follarla como si le fuera la vida en ello.

El cuerpo de ella se movía atrás y adelante a cada embestida y sus tetas lo hacían del mismo modo llevando al resto de los chavales a una excitación absoluta que les llevaba a frotarse sus penes. Ver las piernas flexionadas de ella y a su amigo encajado entre sus preciosos muslos mientras ella gemía y movía la cabeza a un lado u otro los tenía embobados.

-¡Ah!...se quejaba ella cuando el chico le apretaba las tetas o chocaba el pubis contra su clítoris haciéndola un poco de daño. Pero de nuevo calló y se dejó follar durante bastante tiempo.

Y esta vez el chico casi la hizo correrse, de hecho estaba a punto de hacerlo cuando se corrió dentro de ella entre espasmos que hicieron que le saliese por la vagina tanto el semen del anterior como el suyo propio manchando sus muslos, culo y cama.

El siguiente fue Julio, un chaval de 18 años bastante fuerte y bien dotado, tanto que ella se quejó cuando la penetró a pesar de estar ya abierta y lubricada. Y era bueno follando, lo hacía despacio y profundamente. Metiéndole el pene desde la base al glande con lo que frotaba bien la vagina de ella que en unos minutos estaba ya al borde del orgasmo.

En resto de chavales miraban hipnotizados cómo aquel grueso y largo pene aparecía y desaparecía en la vagina. Cómo Raquel le abrazó con sus hermosas piernas cuyos muslazos parecían más gruesos al apretarse contra las caderas del chico mientras sus preciosas tetas sobresalían por sus costados aplastadas por el pecho de él.

-Mmmm…oh..oh…ésta vez Raquel sintió que el orgasmo era posible y se entregó por entero a la follada.

-Oh…oh…mmmm…¡AHHHHHH!, gritó ella empezando a sentir los espasmos en su vagina, el temblor en sus muslos y vientre…oh…oh…oh…el chico aumentaba los caderazos ya próximo a un orgasmo que se unió al de ella en un espectáculo impresionante para el resto de los chavales.

Especialmente cuando se corrió ella. Era impresionante ver un cuerpazo como el suyo deshacerse en un orgasmo bestial…ver sus preciosos muslos temblando o su carita con la boca completamente abierta respirando a tope mientras arqueaba tanto la espalda como para levantarle a él.

Tan flipados se quedaron que, cuando el chico se retiró, se quedaron mirando el cuerpo de Raquel ya perlado de sudor con el pecho subiendo y bajando por su agitada respiración que la llevaba a subir sus pezones como si quisieran tocar el techo.

-¡Cambio!, gritó Fredy que había ideado una nueva postura. Raquel, siéntate en la cama que me voy a tumbar yo.

Obedientemente ella así lo hizo dejando que fuera Fredy el que se tumbara boca arriba completamente empalmado.

-Vale ahora tú súbete sobre mi polla y fóllame, le dijo a ella que no dudó en sentarse en cuclillas sobre él, coger su pene por la base, colocárselo en la entrada de la vagina e introducírselo de golpe porque estaba tan húmeda y abierta que casi ni se enteró.

Vale Raquel ahora túmbate sobre mí, estira las piernas y sepáralas.

-Mmmm…vale, dijo ella que ya con el pene dentro se pegó a él aplastándolo con sus tetas y colocando su mejilla al lado de la de él.

Al poco rato sintiendo como Fredy se movía debajo de ella, notó como otro chico se colocaba sobre ellos dos y comenzaba a pasear su glande entre los cachetes de su culo. Sabía lo que pasaría a continuación pero decidió esperar y relajarse.

A los pocos segundos notó como el glande del chico se colocaba en su culo intentando entrar dentro de él. Ella lo relajó todo lo que pudo para evitar que la dañase y se preparó para ser sodomizada quedándose muy quieta agarrándose con las manos a la almohada. Notó que el glande parecía lubricado y como cubierto por un preservativo porque conforme iba entrando le dolía lo justo. El primer esfínter lo pasó sin problemas pero el segundo si que le dolió.

-¡Aufffff!...¡AH!...se quejó ella cuando el glande traspasó por completo su culo.

De nuevo los demás flipaban porque Raquel ahora estaba entre dos chicos que se la follaban por los dos lados cada vez con más fuerza. Tanta que Fredy tuvo que abrazarla con los dos brazos para que ella no escapara del sándwich aplastada por el peso del chico y sobre excitada por las sensaciones que le llegaban al cerebro desde la vagina y el culo y que la llevaban al orgasmo lo quisiera o no.

Esta vez la follada duró bastante seguramente porque los chicos ya se habían corrido antes con lo que a ella le dio tiempo a correrse un par de veces entre gritos casi desesperados mientras Raúl, que era quien la penetraba por detrás, se corría también tras follarle el culo con fuerza y rapidez.

Después de sacarle el pene del culo dejándoselo abierto unos segundos escurriendo semen que caía hacia su vagina y el pene de Fredy, Raúl se dejó caer hacia un lado de la cama dejándola a ella sobre Fredy que aún no se había corrido por lo incómoda de su posición y el peso de ella que no le dejaba meterla y sacarla con suficiente rapidez. De un empujón se quitó a Raquel de encima, la colocó bocarriba, se puso sobre Raquel y la continuó follando con fuerza en la postura del misionero hasta que se corrió dentro de ella que también disfrutó de un nuevo orgasmo ya más suave.

-Vale tiempo chavales…dijo Fredy tras recuperarse…vamos a tomarnos algo.

-Fredy por favor, le dijo Raquel casi implorante, son ya las cinco de la mañana estoy reventada.

-Tranquila un cubata o dos más y te vas.

Raquel se dirigió a la terraza completamente desnuda y sudorosa a tomar aire con su vaso en la mano. Los chavales por su parte no paraban de hablar de su cuerpo, de lo buena que estaba, del gusto que daba follársela…de mil cosas que nunca habían visto o sentido con una mujer de la belleza de Raquel.

Ella miraba los árboles del jardín despreocupada mientras daba sorbos a su cubata hasta que notó una fuerte nalgada seguida de un apretón en uno de sus cachetes.

-¡Aufff!, se quejó ella girando su cara para ver al autor de la nalgada. Era Fredy que continuó amasándole el culo a placer.

-Bueno qué, ¿qué tal estas?...le dijo mientras acariciaba sus muslos y culo.

  • Pues reventada y cansada si ya te lo he dicho, casi está amaneciendo ya…

-Vale pero te queda por hacer una cosa.

-A ver porque me habéis manoseado, follado varias veces por delante, una por detrás…¿oye no te cansas?.

-No, ven sígueme que nos vas a comer la polla a todos.

-¿Quéeeeee?, preguntó ella perpleja…no no Fredy eso me da muchísimo asco. Mira lo que quieras…por atrás, un trio…lo que quieras pero eso…¡joder!...se quejó mientras él la volvía a llevar dentro.

-Síiiigueme, le volvió a ordenar él.

Ella le siguió hasta el salón dónde esperaban los otros seis chavales de pie con los penes morcillones menos dos que sólo con verla entrar con aquel cuerpazo y las tetas moviéndose de acá a allá se volvieron a empalmar.

-Siéntate en cuclillas en el centro, le ordenó Raúl.

Raquel ya doblegada por el cansancio hizo lo que le decía Raúl y se sentó en cuclillas en el centro. De nuevo los chavales fliparon porque en esa postura sus muslos, apretados por los gemelos, parecían aún más grandes y hermosos, su culo se veía precioso y verle las tetas desde arriba les ponía un montón.

-José tú que la tienes mediana métesela en la boca…así…Raquel cógenos la polla a Fredy y a mí, ordenó Raúl.

Raquel abrió la boca para que se la metiera José bastante torpemente dada su edad. De hecho ella tuvo que colaborar mucho para que el pene no se le saliese de la boca sorbiéndolo hasta llegarle a la campanilla, haciendo vacio con su boca. Al mismo tiempo cogía los penes de Raúl y Fredy y comenzaba a frotarlos procurando no perder el equilibrio.

Estuvieron así un par de minutos hasta que el pene de José se puso duro y comenzó a follarle la boca provocándole  alguna que otra arcada, arcadas que le hacían tensar el vientre a tope. Ella retiraba la cara para evitarlas pero Raúl le dijo a José que le cogiera la cabeza con las dos manos y le follase la boca cómo si fuera la vagina, lo que hizo que las arcadas de ella fuesen más violentas al entrarle el pene más adentro, casi hasta la garganta.

Por fortuna para ella José duró muy poco y se corrió en su boca a los cuatro o cinco minutos.

-Trágalo…enséñamelo y no dejes de masturbarnos a Fredy y a mí, le dijo Raúl que sin duda era el más bestia de todos ellos.

Raquel reunió fuerzas y coraje y tras enseñarle a Raúl que tenía el semen en su boca se lo tragó cosa que le provocó varias arcadas más que la encogieron sobre sí misma al borde del vómito.

Ya repuesta volvió a frotar los penes de los dos chicos mientras los otros la miraban masturbándose. Ella misma se sorprendió mirando como sus manos frotaban aquellos penes que le parecían hermosos, se quedó como fascinada mirando sus glandes e incluso le dieron ganas de besarles los glandes, de lamerlos. Cosa que no hizo aunque lo desease.

Fredy empezó a tener espasmos con lo que la cogió por la cabeza, le metió el pene y se corrió dentro de ella obligándola a tragar su semen.

Lo mismo pasó con Raúl que al correrse le cerró la boca hasta que notó que entre arcabas se tragaba su semen.

-Túmbate en el suelo bocarriba, le dijo Fredy. Ella así lo hizo y pudo ver como los cuatro chavales que quedaban por correrse se ponían dos a cada lado de ella y se masturbaban hasta correrse uno tras otro en sus tetas, vientre y cara dejándola perdida de semen. Semen que resbalaba por su cara, por los lados de sus tetas o por su vientre hasta llegar a su ombligo llenándolo por completo y extendiéndose hacia los lados de su precioso vientre.

Pasados unos minutos los chavales se fueron vistiendo y marchándose a sus casas no sin antes despedirse de ella con besos, abrazos y un montón de cumplidos.

-¿Me puedo duchar en tu baño?, le preguntó ella a Fredy cuando quedaron a solas.

-Si claro.

-Vale, dijo ella levantándose del suelo cubierta de semen para dirigirse al baño.

-¡Raquel!, le dijo él antes de que entrara en el baño.

-¿Qué?.

-No nada que…bueno que has estado increíble…gracias.

-Ya claro, respondió ella metiéndose en la ducha sin ningún gesto ni de enfado ni de agrado, impasible mientras Fredy la miraba ducharse desde la puerta del baño.

Tras ducharse y vestirse se despidió de Fredy y se fue a su dormitorio a dormir no sin antes lavarse la boca con un cepillo y dentífrico, aún tenía el sabor del semen en la misma.

Después de aquella noche los dos meses siguientes pasaron de igual forma que esa semana si bien tanto Alfredo como su hijo le pedían sexo cada vez menos frecuentemente a la vez que se iban encariñando con ella, cariño que ella notó en que ya no la compartían con otros. También ella se encariñó con ellos, con Lucía la jefa del servicio y con el resto de empleados.

Aún así una vez finalizado el contrato Raquel se despidió de Alfredo a pesar de la insistencia de él en que se quedara. Con todo se dio por vencido y le escribió una carta de recomendación con unas referencias estupendas.

-¿Podré contratarte más adelante?, le preguntó él.

-Quizás, fue la respuesta de ella.

Volvió a abrir los ojos y, al ver que se encontraba en el avión, los recuerdos se fueron haciendo tan pequeños como las diminutas luces de la ciudad que dejaba atrás.

FIN.