Sugar Baby 2. El encuentro con sugar daddy.
Comienza realmente el trabajo de Raquel al conocer a su sugar daddy. Espero que os guste.
SUGAR BABY: EL ENCUENTRO CON SUGAR DADY.
El fin de semana posterior a la entrevista en “El Paraiso” pasó sin pena ni gloria. Raquel salió de copas con sus amigos, corrió por el paseo marítimo las mañanas del sábado y el domingo y poco más. Sólo una cosa cambió en su rutina esos días, el sábado por la mañana se hizo una depilación laser completa (vio las estrellas pero antes muerta que sencilla) y se recortó los bordes del pelo del pubis dejando el triángulo que tanto le gustaba.
Ya el lunes a medio día Raquel veía revistas sobre estilismos, maquillaje y cosas parecidas. Justamente estaba en el salón leyendo una de ellas junto a su padre cuando su madre los llamó a comer a la cocina.
-Es de locos lo de los incendios en Galicia, al cabrón que los ha provocado deberían caerle 20 años de cárcel.
-Ramón por favor…esa boca, le advirtió Sara, su mujer y madre de Raquel. ¿Bueno y a ti que te pasa?, dijo Sara a su hija que últimamente andaba pensativa.
-Pues que hace más de un mes que envié un curriculum a una empresa y no me responden, enviaré más a otras aunque ese empleo era ideal.
Falso porque sólo hacían tres días desde que fue a “El Paraiso” pero tenía que fingir por sí la llamaban pronto.
-Bueno cielo no te preocupes ya te llamarán.
-Ya mamá pero es que estoy harta de ser azafata de eventos, los tíos son unos cerdos.
-Eh eh hija, tampoco generalices, la reprendió su padre dándose por aludido.
Dim dim…sonó una notificación de un e-mail en el móvil de Raquel que lo cogió casi con desinterés.
-¡No!...¡Joder!, dijo sorprendida al leer un correo con enviado por una empresa llamada “Business International Communication”…¡me han respondido!, soltó con una cara de completa sorpresa.
-¿Ves cariño?, sí ya te lo decía yo, le dijo Sara mientras le cogía la cara y le zampaba un beso. ¿Bueno y qué dice?.
-Pues que en dos días esté en su delegación en Palma de Mallorca y que me consideran suficientemente preparada para desempeñar el puesto de community manager…¡cobrando 4000 euros!.
-Maaaadre mía, dijo su hermano Juan…¡eso es un pastizal!.
-Siiiiii…jajaja. Bueno termino mi comida que me voy a la terraza a soltárselo a mis amigas.
Terminada la comida Raquel se fue a la terraza cerrando la puerta para poder hablar sin ser escuchada.
Bip…bip...bip…”El paraíso”, ¿qué desea?. Era la voz de Vanesa, la reconoció en seguida.
-¿Vanesa?...si Raquel Martínez…si por eso la llamo ya me ha llegado el e-mail.
-¿Ya?, tutéame ya somos compañeras aunque yo sea la directora…¿tienes algún problema?.
-No no Vanesa, para nada por supuesto que iré. Es solo que todo es tan nuevo y desconocido que no sé qué tengo que hacer ahora, sólo sé que tengo que estar en Palma de Mallorca dentro de dos días.
-A ver que revise tu ficha…si en efecto así es. Un cliente te ha escogido como su sugar baby…vaya, has tenido suerte, 35.000 al mes más complementos de “productividad”…tres días libres al mes…yo lo veo genial Raquel, es de los interesantes.
Raquel la escuchaba entre excitada, asustada y pensativa. Tenía que pensar rápido sí aceptar o no y eso la agobiaba mucho.
-No te preocupes por nada Raquel, sí pasase algo que no aceptases, algo cómo que el cliente te forzase sexualmente o no aceptases algún deseo suyo por lo que sea nosotros te traemos de vuelta. Eso sí no cobrarías nada. Tampoco lo pagarías ya que nosotros ya hemos cobrado del cliente los traslados y demás.
-Vaya eso es un alivio, jaja, respondió ella algo más tranquila.
-Si, la seguridad de nuestras sugar babys es lo primero cielo. También te advierto que de romper por tu parte un contrato dejarías nuestra empresa y no volverías a trabajar en ninguna otra del sector, ¿es normal verdad?.
-Sí claro lo entiendo.
-Bien pues un coche te recogerá mañana a las 17.00 y te llevará al aeropuerto…el chofer te hará entrega de un billete de avión clase ejecutiva para el vuelo IB-735 Málaga-Madrid, allí harás escala y cogerás el vuelo IB-298 hacia Palma de Mallorca a dónde llegarás a las 22.15 de la noche. Una vez allí ignoro sí te recogerá un chofer o tu sugar dady.
-¿Tan pronto?...exclamó Raquel nerviosa.
-Cariño no te preocupes, te tranquilizarás en seguida. Claro que la primera noche es difícil, complicada…pero créeme él también estará nervioso. Yo también fui una sugar baby, confía en ti misma Raquel lo harás bien. Te mando por e-mail el contrato, lo imprimes, firmas, escaneas y me lo mandas de vuelta.
-Sí claro ahora mismo me pongo Vanesa.
Tras colgar el teléfono Raquel se fue al salón dónde su padre, madre y hermano no paraban de hablar entre ellos.
-¿Y qué voy a hacer yo sin ti luz de mis días?, le preguntó Sara con pena.
-Mamá, es un empleo buenísimo no lo puedo rechazar. Y está el avión, os podré visitar a menudo y vosotros a mí. Os voy a echar mucho de menos a todos, hasta a ti “pesao”, dijo dirigiéndose a su hermano.
Dedicó toda la tarde a leer el contrato, firmarlo, enviarlo y a salir de compras tras sacar 600 euros de un cajero, le faltaba ropa interior bonita y algún traje.
Al día siguiente sus padres la llevaron al aeropuerto y la dejaron en el puesto de facturación a las 16.45 no sin antes reventarla a besos y abrazos.
Ya en el avión Raquel miraba melancólica cómo éste comenzaba a rodar por la pista dejando su ciudad atrás. Ya en pleno vuelo y tras quitarse los cinturones una azafata se acercó a ella.
-¿Raquel Vázquez?, ha debido haber una confusión usted va en primera clase…¿me sigue por favor?.
-Si claro, dijo levantándose y caminando tras la azafata hacia la parte delantera del avión.
Una vez en el compartimento de primera clase la azafata le indicó su asiento y flipó, no tenía nada que ver con los asientos de la clase turista donde se sentó. Más que asiento era un sillón sin otro al lado con lo que disponía del doble de espacio. Delante tenía una televisión y una mesa relativamente amplia.
Para el viaje había optado por un traje de chaqueta azul marengo que compró esa misma tarde compuesto por una falda de tubo con raja delantera de treinta centímetros que le permitía cruzar las piernas con comodidad aunque a costa de enseñar más muslo, chaqueta de un botón y blusa blanca abierta dos botones, suficientes para no pasar calor.
Ya más relajada se acarició la rodilla y parte del muslo. La leche de aloe vera había hecho milagros, no quedaba ni una señal de enrojecimiento tras la depilación laser y su piel lucía morena y brillante. El resto del vuelo lo pasó mirando alternativamente por la ventanilla o a la revista “Excelente” que le había dado una azafata mientras bebía lentamente una copa de “Cosmopolitan”, un coctel de vodka, arándanos y lima, era su preferido.
Tras aterrizar en Madrid pasó un par de horas en el bar de la sala VIP hasta que la llamaron a su vuelo a La Palma. De nuevo primera clase aunque esta vez tuvo un acompañante a su lado izquierdo que no paraba de mirarle las piernas y tratar de entablar un conversación a la que Raquel respondía de forma educada pero sin interés, a medida que en la pantalla de cabina se veía más cerca el aeropuerto de La Palma fue poniéndose algo más nerviosa. Y era lógico, iba a dormir esa noche con un completo desconocido con el que compartiría Dios sabe cuántos meses de su vida.
ZZZZMMM…ZZZMMM…ZZZMMM…vibraba su móvil. Qué raro llamada desconocida, pensó.
-¿Si?...
-Raquel Vázquez imagino. Verá soy Alfredo Strachan, la he contratado como sabe.
Su corazón dio un vuelco, se puso super nerviosa.
-Verá Raquel, he pensado que para que no nos sea molesto a ambos el encuentro charlemos un rato…¿le parece?.
-Si si claro, perdone me he puesto algo nerviosa…dijo mientras cogía la copa de vodka con arándanos y mango y daba un buen trago para tranquilizarse.
-No debe de estarlo esta noche no haremos nada, sólo hablar. Por cierto puede tutearme.
-Bueno se me hace algo raro pero sí así lo prefieres pues mejor claro.
-Si desde luego. Bueno pues a ver…¿qué tal el viaje todo bien y a tu gusto?.
-Si si, todo muy bien y el viaje muy tranquilo la verdad. El tiempo se me ha pasado volando leyendo revistas y el avión comodísimo.
-Me alegra oir eso...¿Raquel me puedes enviar un selfie de ahora mismo sentada tal y cómo estás y enviarlo a mi wasap?, intenta salir de cuerpo casi entero.
La petición le sonó rara porque la iba a ver en una hora o así pero tampoco le dio importancia así que se colocó bien el pelo, la chaqueta y la falda y le envió la foto.
-Genial estás preciosa, elegante pero no demasiado…discreta…¿me envías ahora una con tres botones de la blusa desabrochados enfocando un pecho?. Sin sacarlo del sujetador por supuesto.
Bueno eso ya le resultó más raro pero comprendió que estaba en su trabajo complacerle y, tras desabrocharse la blusa un botón más y colocarse el pecho de forma que enseñara más piel, disparó, vio que en la foto se veía perfectamente parte del cuello y escote, que se veía bastante bien la piel del pecho delimitada por el borde del sujetador negro que contrastaba con el moreno de su piel y se la envió. Al hacerlo se dio cuenta de que el incómodo pasajero de su derecha ponía cara de asombro.
-Es para mi novio, ¿pasa algo?, le regañó Raquel mientras el hombre volvía la mirada a su periódico.
-¿Perdón?, oyó que por el móvil le hablaba Alfredo.
-No no, no es a ti. Es que tengo un pasajero al lado y claro le ha extrañado que me hiciese una foto a un pecho.
-Y lo tienes precioso ya he visto la foto. ¿Así que un pasajero asombrado eh?, pues juguemos un rato…que disfrute el pobre. Mándame ahora una fotografía de tu tanga.
-Pero es que llevo falda de tubo, no puedo abrir mucho las piernas.
-Súbetela todo lo que puedas, así le das otro gustazo al hombre.
-Ya…bueno es que tengo las caderas anchas y los muslos rellenos…que no es que esté gorda, ¿eh?.
-Jaja, descuida vi las fotos del catálogo de la agencia y para nada lo estás.
-Vale a ver qué puedo hacer, dijo Raquel que deslizó en el sillón hacia adelante su contundente culo para de esa forma dejar sus piernas más libres. Aún así la falda no subía lo suficiente, pero apretando con los muslos hacia afuera todo lo que pudo y tratando de no romperla por fin se hizo la foto del tanga y la envió. Al dispararse el flash se veía perfectamente la vulva cubierta por la fina tela de encaje del tanga adornada a ambos lados por la piel de sus muslos. En realidad la luz del flash era tan fuerte que se veía casi tan bien el tanga como la vulva.
-Genial Raquel, estás estupenda…y el caballero de al lado empalmado imagino, ¿no?.
Raquel ni se había fijado en el viajero de la derecha pero era obvio que le había visto subirse la falda hasta medio muslo y fotografiarse el tanga, un bulto bastante notable se notaba en su entrepierna y su cara no salía del asombro.
-Jajajaja…si sí que lo está, jaja, le respondió ella a Alfredo ya más relajada y casi disfrutando con la situación.
-¿Eres exhibicionista Raquel?...no es nada malo eso ¿eh?...me agradaría que lo fueras. Por cierto te veo más relajada, me gusta eso.
-Pues no sabía para nada que fuera exhibicionista pero si, reconozco que la situación me ha hecho gracia. Y si que estoy más relajada gracias, ha sido un acierto llamarme.
-Estupendo me alegra oír eso. Bueno Raquel pues te espero en mi chalet…uno de mis empleados irá a recogerte en la sala VIP un beso.
-Gracias muy amable otro a ti.
Tras colgar volvió a colocarse el traje, abrocharse la blusa y serenarse. La verdad es que la situación la había excitado y relajado a la vez así que el resto del viaje lo pasó bastante más tranquila. Además la voz de Alfredo le había agradado. Un tono tranquilo, seguro de sí mismo, agradable y atrevido…pues no empezaba la cosa mal, pensó.
Ya en tierra la recogió el empleado, bastante guapo por cierto, y tras 25 minutos de camino en un Audi A8 se adentró en un camino de graba rodeado de vegetación a ambos lados que terminaba en una verja de hierro muy grande. Detrás de un jardín precioso y bien cuidado repleto de flores y plantas de distintos tipos pudo ver un chalet enorme de dos plantas bastante moderno cuya fachada estaba formada casi en su totalidad por cristales enormes.
En la puerta le esperaba una señora mayor con el típico traje de servicio con una etiqueta pegada en el pecho en el que se leía su nombre, Lucía.
-Acompáñeme la llevaré a uno de los salones donde la espera el señor Strachan, le dijo amablemente.
Tras la puerta pasaron por un recibidor enorme con escaleras a ambos lados que subían a la segunda planta en el que se veían tres pasillos, uno hacia el ala izquierda, otro a la derecha y un tercero más corto hacia el fondo. En el mismo recibidor la empleada se paró en lo que era la puerta de un ascensor que les condujo a la siguiente planta. Tras recorrer un largo pasillo con puertas y habitaciones a ambos lados se acercaron a una de doble hoja ya abierta tras la que se encontraba un salón inmenso con varios espacios como un comedor y dos conjuntos de sofás y sillones de distintos estilos.
En uno de ellos pudo ver a un hombre de unos 45 años que físicamente no destacaba en ningún aspecto, era bastante normal como podría serlo su propio padre. Sin ser guapo no era feo, sin ser atlético se notaba que se cuidaba, no era ni alto ni bajo…un señor muy normal e impecablemente vestido con un traje de chaqueta y corbata desabrochada.
-Raquel, un auténtico placer, le dijo acercándose a ella con una amplia sonrisa que solo cerró para darle dos besos. ¿Qué tal todo?, ¿tendrás hambre no?.
A ella le gustó la forma en la que le recibió educada pero “llana”, como podría hablar cualquier persona normal. Esperaba a un hombre más estirado y distante.
-Pues muy bien todo claro. Y sí, la verdad es que con los nervios no he comido en todo el día.
-Sentémonos a la mesa te he esperado para la cena. Lucía caliente la cena y que alguien nos la sirva.
Tras retirar amablemente la silla de Raquel para que se sentara él hizo lo propio y la miró con aprobación. A ella le llamaron la atención sus preciosos ojos azul intenso aunque no le mantuvo la mirada por mucho tiempo, aún le intimidaba.
-¿Bueno qué tal?, ¿qué te parece mi casa?, dijo Alfredo mientras les servía una muchacha platos variados con carnes, verduras, frutas y vinos.
-Pues es preciosa la verdad. Enorme no había estado antes en ninguna igual…¿no te pierdes?.
-¿Perderme?, jajaja…pero si la diseñé yo, soy arquitecto. Ésta es una de las que tengo por el mundo y en la que más cómodo me encuentro, aunque sí “esto” dura podrás ver alguna de las otras. La de Roma también es de mis preferidas pero es otro estilo muy distinto. Pero bueno tú eres licenciada en Bellas Artes, ¡qué te voy a contar de Roma que no sepas!.
-¡Roma!...¡Dios qué belleza!. Estuve en un post grado unos meses y ni en todo ese tiempo pude ver todo lo que quería, es alucinante.
-Pues iremos, no se hable más. Dijo centrándose más en la comida aunque a la que se comía con miradas fugaces era a Raquel, aquel escote y la belleza de su cara le tenían fascinado. Y más aún cuando, acalorada por la comida y el vino o quizás a cosa hecha, se quitó la chaqueta y desabrochó un botón más de su blusa dejando ver un buen escote.
-¡Uf!...¿qué calor no?.
-Será el Rivera del Duero suele tener ese efecto, le respondió complacido con la hermosa mujer que tenía frente a él.
Tras una buena cena y una interesante conversación, Alfredo se levantó, le retiró educadamente la silla a ella y cogiéndola de la mano la llevó a uno de los sofás donde se sentaron uno al lado del otro. Era un sofá algo bajo por lo que al sentarse la falda de tubo de Raquel se subió todo lo que le permitieron sus espléndidos muslos comprimidos por su falda que resaltaba la rotundidad de las curvas de sus caderas.
-Bueno pues de momento todo bien, después te enseñaré tu dormitorio me gusta dormir sólo. Dijo él acariciando el muslo y la rodilla de ella.
Lo de “me gusta dormir solo” a Raquel le sonó a música celestial y le supuso un alivio tremendo.
-Si la verdad es que está siendo todo muy agradable, no lo imaginaba así la verdad.
-¿Te puedes poner de pie delante de mí?.
En principio a Raquel aquello le cogió de sorpresa pero sabía que tenía que ser complaciente con él en todos los sentidos.
-Si claro, dijo levantándose y colocándose frente a él que permaneció sentado.
-¿Y ahora podrías quitarte la falda y la blusa?.
-Claro, no es problema, dijo ella comenzando a desabrochar los botones de la blusa para seguidamente cogerla por las solapas, abrirla dejando ver su sujetador negro de encaje espléndidamente relleno por sus tetas y su vientre que llamó bastante la atención de él y quitársela echándola al sofá.
-Vaya Raquel, tienes un vientre precioso…me encanta.
-Gracias, respondió ella mientras colocaba sus manos a su espalda para desabrochar los corchetes de su falda, abrir la cremallera, bajar la falda por las caderas y piernas inclinándose hacia adelante (lo que provocó que casi le pusiese las tetas en la cara a él) y, tras caer al suelo, echarla hacia un lado con un pie.
-¿Te gusta lo que ves?, le preguntó ella con una media sonrisa mientras separaba algo los pies para que él tuviese acceso a lo que deseara.
-Me encanta, confesó él que seguía sentado por lo que sus ojos llegaban como a la altura del ombligo de ella.
Lentamente comenzó a explorar su cuerpo con sus manos comenzando por sus gemelos bien formados y muy femeninos. Después pasó a sus muslos que acarició con ambas manos primero por el lado externo y después cogiendo con ambas manos cada uno de ellos por separado, acariciándolos varias veces de arriba abajo parando siempre en su ingle sin tocar la vulva cubierta por el tanga.
En un gesto que la sorprendió algo, pasó sus manos a su culo que apretó como valorándolo y empujó hacia él de forma que el vientre de ella se acercó tanto a su cara que casi la hundió en él.
-Genial, me encanta que tengas el vientre plano pero blando, es tan femenino…dijo mientras separaba las manos del culo para subirlas por sus costados, acariciar sus hombros y pasar a hacer lo propio con sus tetas que amasó valorándolas, comprobando cómo eran aún con el sujetador puesto.
Y “puesta” también estaba Raquel lo deseara o no. Era una mujer joven y las caricias que él le hacía la estaban poniendo a cien. Tanto que ya notaba como su vulva se empezaba a hinchar y humedecer. Pero permaneció callada aceptando sumisamente su papel de mujer objeto.
-Quítate el sujetador. Las palabras de Alfredo la sacaron de su ensimismamiento y, llevando sus manos hacia atrás, desabrochó los corchetes, se bajó las tirillas de los hombros y cogiendo el sujetador por una de ellas se deshizo de él sacándolo por ambos brazos.
-Buffff, realmente tienes una tetazas impresionantes, me darán mucho juego, dijo mientras las cogía con ambas manos, las abarcaba aunque no al completo dado su tamaño, las amasaba, acariciaba sus pezones con las yemas de los dedos hasta endurecerlos…pasó un buen rato distraído con ellas.
-Esplendida, dijo retirando las manos y poniéndose de pie para cogerle la cara con ambas manos, acercársela y darle un beso en los labios a boca cerrada que ella aceptó sin reparos. Tanto que tras dos o tres besos cortos ella entreabrió los labios dejando que la lengua explorase su boca.
Tras besarla largamente mientras le acariciaba la espalda y le agarraba el culo alternativamente, Alfredo se separó de ella.
-Ven, ponte al lado del sofá y apóyate en él echando tu cuerpo hacia adelante.
-¿Así?, respondió ella mirando hacia atrás para ver su aprobación o no tras quedar de pie con el torso echado hacia adelante, sus tetas colgando y sus manos en el sofá.
Aja, perfecto, dijo él mientras le miraba el culo y la vulva aún tapada por el tanga. Tanga que cogió por las tirillas de los lados y bajó dejando ver ya por completo la vulva hinchada y humedecida, su poderoso culo y sus preciosas piernas.
Raquel notó como dedicó un tiempo a acariciar todo lo que tenía él a su alcance con pasmosa tranquilidad, delietándose.
Se sentía un poco como una yegua que iba a ser penetrada por un semental y eso la ponía algo nerviosa pero deseando que comenzase a hacerlo ya.
Para desgracia de ella él continuó acariciando sus piernas, culo que separaba y juntaba con sus manos para disfrutarlo a su gusto y vulva que cogía con su mano apretándola y aflojando, notando en su mano los fluidos de Raquel.
-Estás deseando que te folle, ¿verdad?...le dijo tras quitarse camisa chaqueta y corbata mientras se inclinaba, se apoyaba en la espalda de ella y le cogía las dos tetas apretándolas firmemente.
-Sí…dijo ella con los ojos cerrados en el límite del deseo.
-Pídemelo…le susurró él al oído mientras se frotaba el pene.
-Fóllame Alfredo…fóllame, dijo Raquel casi suplicando.
Justo en ese momento vio entre sus muslos como él se quitaba el pantalón y seguidamente paseaba su glande arriba y abajo entre los labios de su vulva para después colocarlo a la entrada de la vagina comenzando a abrirla lentamente. Conforme avanzaba la abría más y más hasta llegar al prepucio que debía ser muy ancho o bien ella no estaba acostumbrada a un glande tan grueso.
-¡Aaaaah!...no pudo evitar un grito cuando el prepucio por fin se abrió paso dentro de ella que puso bocabajo su cabeza para ver entre sus piernas como un pene largo y grueso desaparecía dentro de su vientre hasta los huevos. También pudo ver sus propias tetas que comenzaban a botar adelante y atrás conforme Alfredo aceleraba sus movimientos agarrando sus caderas ya erguido.
Aceleró poco a poco pero pasados unos minutos sus movimientos eran tan violentos que, aparte de arrancarle gritos a ella de dolor y placer, la llevaron a tener un orgasmo tan fuerte que sus piernas temblaban tanto que apenas podían sostenerla mientas miraba alucinada como sus tetas se balanceaban a tope y los huevos de él casi le golpeaban el pubis.
PLAS…AH…PLAS…AUF…Alfredo había comenzado a darle nalgadas cada vez más fuertes a las que seguían gritos de dolor de Raquel que aguantaba como podía una follada tan dura. Él volvió a echarse hacia adelante apoyando su pecho en la espalda de Raquel al tiempo que le cogía las tetas con fuerza amasándolas, hundiendo sus dedos en ellas.
De repente un dolor lacerante inundó el cerebro de ella que sintió como si miles de alfileres se clavasen en sus tetas, Alfredo las apretó con tanta fuerza que casi perdió el sentido.
-¡AAAHHH!, no tan fuerte Alfredo…aaahh. “Dios qué dolor qué hijo de puta”, pensó Raquel para sí misma.
Alfredo volvió a erguirse soltando sus tetas y volviendo a cogerla por las caderas para poder penetrarla con fuerza y tras dos o tres minutos ella volvió a correrse entre gritos y espasmos que retorcían su cuerpo. Fue entonces cuando las contracciones de su vagina apretaron tan fuerte el pene de él que terminó corriéndose también entre gritos, terminado el polvo los dos cayendo sobre el sofá entre resoplidos buscando aire.
-Ah…ah…ah…joder la puta que bueno…ah..ah…decía él casi aplastándola a ella que permanecía debajo con el pene aún dentro.
-Si…ah…si…muy bueno…confesó ella tratando de tomar aire tras tener dos de los orgasmos más fuertes de su vida y a la vez los dos únicos que había tenido con dolor, nunca había sido follada con tanta violencia.
Y no le fue desagradable esa violencia. Nunca la había experimentado claro, pero los orgasmos fueron tan fuertes que sus endorfinas calmaron el dolor que fue superado por el placer.
Tras levantarse los dos encharcados en sudor Alfredo se sentó en el sofá de cuero para no manchar el tapizado en tela. Ella tuvo algo más de problemas para levantarse ya que al hacerlo sus piernas seguían inseguras y para colmo ríos de semen escapaban de su vagina recorriendo sus muslos hacia abajo.
-Coge una servilleta de la mesa Raquel, ya se lavará, le indicó él abrochándose la bragueta sin disculparse por haberla hecho daño ni nada parecido. Como si estuviera acostumbrado a hacerlo.
-Vale, dijo ella yendo a la mesa, cogiendo una servilleta y limpiándose los muslos y la vulva mientras él la observaba.
-Sígueme sin vestirte o ensuciaras tu ropa, te llevaré a tu dormitorio y ya te duchas y te dejo dormir. Tu equipaje ya ha sido subido por el servicio no tienes que preocuparte, decía él ya casi vestido del todo dirigiéndose a la salida del salón.
Ella le siguió desnuda tras recoger su ropa con la que se tapaba el pecho, vientre y pubis.
-Tranquila a esta hora el servicio duerme nadie te va a ver.
Tras recorrer el pasillo Alfredo abrió una puerta y entró en la habitación seguido de Raquel que se quedó sin palabras, su dormitorio parecía el de una actriz de Hollywood. Era enorme y tenía una cama muy grande con un cabecero en el que se encontraban repisas y cajones a los lado, un sofá de dos plazas, un sillón, una mesita baja, un frigorífico de mediana altura forrado de madera que imaginó tendría refrescos, una coqueta con todo tipo de cepillos, tarros de perfumes de las marcas más caras, planchas para el pelo, etc.
Además contaba con una amplísima terraza exterior con jakuzzy, un baño inmenso con bañera antigua con grifos dorados que contrastaba con una ducha muy moderna al otro lado, lavabo integrado en un mueble en el que no faltaba de nada, toallas limpias con sus iniciales bordadas…no faltaba un detalle.
-Bueno Raquel, espero que te guste tu nuevo dormitorio pero sí no te gusta la decoración o algo no dudes en decírmelo y se cambia por otra.
-No no para nada, está todo prefecto. Dijo con tranquilidad para no parecer una pobretona que nunca había visto algo así en su vida.
-Genial, eso está bien. Mira éste teléfono móvil es interior. Antes te dije que me gusta dormir solo, pero a lo mejor alguna noche me apetece dormir contigo. Entonces te llamaré a ese teléfono claro. En realidad siempre que desee algo te llamaré.
-Aja, entiendo. Oye Alejandro…a ver, me da vergüenza decirlo pero…vale es que antes me has hecho muchísimo daño en los pechos y eso no está en mi contrato.
-Ah, eso. Bueno es que el sexo para mi es así, animal ya me entiendes…bueno no sé cómo compensarte…podría modificar tú contrato e ingresarte 40.000 € en vez de 35.000 como habíamos acordado e incluir sexo violento, ¿te parece bien?. Dijo como si tal cosa.
Raquel quedó pensativa unos segundos mirando al suelo aún desnuda. Vale le había dolido un montón pero se había corrido y podría aguantarlo ahora que ya no le cogería por sorpresa.
-Dios que vergüenza…bueno vale pero sí pudieran ser un pelín más suaves los apretones…¿no?, dijo tímidamente.
-No Raquel sí modificas el contrato aceptas el nivel que yo desee, dijo él amable pero tajantemente.
-Vale, de acuerdo…dijo ella sabiendo a lo que se exponía.
-De todas formas mi secretaria te iba a abrir la cuenta mañana con los 35.000. Le digo que te ingrese 40.000 y asunto zanjado. ¡Ah por cierto!, la cuenta nueva lleva asociadas una VISA platino, un fondo PayPal, pago con móvil y alguna cosa más que no recuerdo…¿mejor así?.
-Si si, sino me quejo…¡Dios qué vergüenza!, ¿te he molestado no?.
-No no para nada. También te digo que mañana volveré tarde a casa así que puedes coger cualquier coche que quieras del primer o segundo garaje pero no del tercero, esos no sabrías conducirlos.
Bueno dejemos esto claro entonces…¿cambias a sexo violento por 5.000 euros más?.
-A ver, define sexo violento porque yo por eso entiendo también azotes, latigazos y cosas así, respondió ella.
-Bueno eso del BDSM es muy interesante y es algo que me atrae pero en principio no, en principio es como lo hemos hecho esta noche.
-Vale pues entonces sí, le dijo ella dándole un beso en la mejilla…buenas noches que descanses.
-¿Me echas en mi propia casa?, jaja…respondió él en broma.
-No para nada no era mi intención, dijo ella disculpándose aún sabiendo que era broma.
-Lo sé. Buenas noches Raquel que descanses.
Una vez sola Raquel se fue directa a la bañera para darse un baño relajante de espuma frotándose bien con una esponja suave para después permanecer relajada cubierta por el agua y las burbujas unos 15 minutos más. Tras secarse bien se fue directamente a la cama, ya abriría las maletas al día siguiente. Una vez acostada pensó: “vale ya sé por qué un hombre tan agradable, rico y agradable de ver no tiene mujer o ligues…es un sádico y las que vengan saldrán al día siguiente echando humo…pero yo aguantaré”.
En esos pensamientos estaba cuando quedó profundamente dormida.
CONTINUARÁ.