Sueños pesados

Me acomode a su lado, abrazándola por detrás, ella solo se movió un poco, volteo y entre sueños me dijo: Ya duérmete quieres, tengo mucho sueño y frío, abrázame y se volvió a dormir enseguida, yo todavía hice tiempo para que su sueño se hiciera mas profundo, así paso casi otra hora.

SUEÑOS PESADOS

Esto que voy a contarles sucedió, hace como 10 años, pero no lo había podido asimilar del todo y sobre todo, aun no lo podía creer.

Les he enviado tres relatos de experiencias que he vivido con mi mascota, que a algunos amigos les han parecido buenos y a otros no tanto, por eso me decidí a escribir este relato, que es real y espero les agrade.

Cuando tenia mas o menos 20 o 21 años, todavía vivía en la casa de mi madre, aunque ya trabajaba y ayudaba en los gastos del hogar ya que no tenia padre desde hacia mas de 5 años. Con mi madre vivíamos también mis dos hermanos y mi hermana la menor.

Mi madre trabajaba en ese entonces de empleada de una fábrica textil y no ganaba mucho dinero con ese empleo, sin embargo a veces asistíamos a excursiones que organizaban algunos vecinos, para distraernos un poco de nuestras labores.

He de decirles que mi madre a pesar de tener ya más de 40 años se conserva bastante bien de su cuerpo y de su rostro al grado de que algunas personas pensarían que es nuestra hermana mayor en lugar de nuestra madre.

Su cuerpo si bien es algo llenito, destaca sobre todo su trasero que es muy grande y sus caderas bastante voluminosas, aunque sus senos no sean de gran tamaño, se puede decir que son de buena forma y tamaño, todo enmarcado por una cintura pequeña y sin vientre, su piel es blanca y le gusta teñirse el pelo de rubio, cosa que a mi siempre me ha encantado, su estatura es mas bien chaparrita (1.57 mts) y sus ojos son como de un color almendrado, eso si bastante guapa y con algunos pretendientes que nunca pasaron de ser sus novios.

El día de la excursión, el autobús salía a las 11 de la noche y solo asistimos mi madre y yo ya que el resto de la familia tenia asuntos pendientes por realizar en sus trabajos o escuela, aunque eso no impidió que el autobús se llenara completamente con algunos invitados de ultima hora.

El autobús arranco con algo de retraso y enfilo hacia la autopista de Cuernavaca, para de ahí dirigirse hacia Acapulco por la libre.

Algunos pasajeros iban tomando cerveza y tequila, como yo conocía a algunas personas me les uní en la fiesta y me tome algunos tragos hasta casi las 2 de la madrugada, mientras mi madre dormia en los asientos que nos habían asignado y que por cierto eran los dos al final del autobús antes del baño, por lo que cada vez que iba al mismo aprovechaba para ver como estaba mi madre, que dormia cubierta por una chamarra mía, sin preocuparse de nada.

También he de comentarles que mi madre tiene el sueño, demasiado pesado, al grado de que cuando suena su despertador, lo escucho y me levanto a despertar a mi mi madre porque ella ni siquiera lo nota además de que siempre amanece en una posición que difícilmente creerían en una persona que se acuesta normalmente, ya que a veces termina con los pies en la almohada o atravesada en mitad de la cama, incluso algunas veces ha despertado con la mitad del cuerpo afuera de la misma.

Pues ella dormia en el autobús con las piernas arriba del asiento, tapada con mi chamarra normalmente, una hora mas tarde regrese al baño y ella estaba casi recostada en el asiento de costado, al pasar por ahí no pude evitar mirar sus caderas y su enorme trasero ya que la chamarra se le había deslizado hacia abajo y ella vestía un pantalón malla de esos que parecen una segunda piel por lo ajustado y delgado de la tela de color azul rey.

Me acerque para levantar la chamarra y colocársela nuevamente y al hacerlo recorrí desde su brazo hasta sus rodillas con mi mano, pasando por sus pechos, cintura y caderas, sintiendo la piel tibia y las carnes macizas de mi madre, que ni por enterada se dio.

Regrese al frente con los bebedores, por una hora mas, y argumentando sueño, me dirigí a mi asiento, cabe decir que desde que salimos a la autopista, el chofer había apagado las luces, así que viajábamos ya en penumbras, pero las luces de otros autos permitían la visibilidad aunque fuera poca, entonces pude ver que mi madre, se había incorporado un poco y se inclinaba hacia la ventanilla, cruzando su pierna para ir mas cómoda.

Me acomode a su lado, abrazándola por detrás, ella solo se movió un poco, volteo y entre sueños me dijo:

Ya duérmete quieres, tengo mucho sueño y frío, abrázame y se volvió a dormir enseguida, yo todavía hice tiempo para que su sueño se hiciera mas profundo, así paso casi otra hora.

Ya casi todos los pasajeros dormían o lo intentaban, y los amigos bebedores habían regresado a sus respectivos asientos, así que el autobús viajaba casi en completo silencio, decidí entonces poner manos a la obra. Saque de mi mochila una playera mía por lo que se pudiera necesitar y la coloque a mi costado.

Me fui acercando poco a poco a mi madre que ni siquiera lo notaba acto seguido y retirándome de ella solo un poco sin hacer ruido, ni movimientos bruscos, fui bajando mi pants y mi truza, liberando mi pene y volví a pegarme a ella con cuidado acomodando mi miembro, ya bien erecto entre sus deliciosas nalgas, quedando justamente en medio de ellas, permitiéndome sentir su calor y tersura, dejándolo en esa posición un rato cosa que me hizo sentir un gran placer.

Después me retire un poco de ella y lo que hice fue, acomodar mi miembro en medio de sus piernas, que tenia un poco separadas porque estaba de costado y empuje un poco para meterlo entre sus piernas para sentir su panochita que se sentía bastante caliente, ¡casi podía sentir sus labios vaginales!, al parecer no se había puesto su tanga o era de las mas pequeñas que tenia ya que el contacto era casi total entre su vulva y mi pene.

Así continué por otro rato, sin atreverme a moverme, solo disfrutando su calor hasta que me percate de algo: mi madre estaba empezando a mojarse, eso lo note por el calor mas fuerte y húmedo que sentí y por los gemidos apagados que emitía entre sueños, para comprobarlo, baje mi mano y la toque, para después llevar mis dedos a mi boca y saborear ese jugo que fluía en gran cantidad.

Después mi madre empezó a moverse como si la estuviesen penetrando desde atrás, con movimientos leves de cadera y susurrando: ¡asii, mi vida, asiii, papi, métemela toda corazón, que ricooo, amor!

mi madre estaba soñando que estaba haciendo el amor con alguien, al tiempo que con la lubricación que salía de su cosita me estaba haciendo sentir, casi como si fuera yo quien la poseía con ese rico vaivén de sus nalgas con mi verga entre ellas, así que yo también empecé a empujar hacia delante al encuentro de ese culo maravilloso, sentí como mi verga encontraba la entrada a su cuevita, y le daba pequeños piquetes tratando de entrar sin conseguirlo por la tela de su malla pero hacían que mama se revolviera de placer, como la tenia abrazada desde atrás yo mismo controlaba mis embates para no despertarla, al tiempo que acariciaba sus pechos por encima de su blusa sintiendo sus pezones duros y erectos como pequeñas balas, sin pellizcarlos por temor a que fuera a despertar, así duramos como 15 o 20 minutos cuando sus jadeos y respiración se aceleraron mucho presentí que se iba a venir y así fue.

Su cuerpo se tenso, apretándome el miembro con sus piernas con tal fuerza que casi hace que me venga yo también, entonces yo también acelere mis acometidas, hasta que casi sentía la leche en la punta de la verga y sentí el orgasmo de mama.

¡¡MI MAMA SE ESTABA VINIENDO EN MÍ!!

Después se relajo y me soltó de su húmeda prisión justo a tiempo para voltearme y disparar contra mi playera espesos chorros de semen, para que no se hiciera un salpicadero, después me limpie con ella misma el pene y pude apreciar la humedad en la entrepierna de mama que sus jugos mojaba casi toda la parte baja de su malla, entre sus piernas.

La limpie con cuidado lo mas que pude con mi playera y me la lleve a la nariz; olía delicioso, a mujer en celo y caliente, así que la guarde de nuevo en mi mochila, con la intención de no volverla a lavar jamás, para conservar ese hermoso olor.

Me acomode otra vez al lado de mi madre, abrazándola desde atrás, dispuesto a dormitar un rato, mientras llegábamos a nuestro destino y tratando de que no pegarme mucho a las nalgas de mama, para no volver a excitarme de nuevo ya que pensaba que algo mejor estaba por suceder, así que la tape de nuevo con la chamarra y me dispuse a descansar también.

Lo que paso en ese maravilloso puerto se los contare en otro relato, mientras tanto, imaginen.

HASTA PRONTO.