Sueños pesados (3)

A veces lo que deseas se te cumple cuando menos lo esperas; eso fue lo que me paso no hace mucho y que a continuación les relato.

SUEÑOS PESADOS III

A veces lo que deseas se te cumple cuando menos lo esperas; eso fue lo que me paso no hace mucho y que a continuación les relato:

Ya les he contado de mi familia en otros relatos (sueños pesados 1 y 2), en un viaje que hicimos a una playa de las más hermosas de México, donde se dio un evento maravilloso, pero creo que debo dar algunos detalles, para que entiendan mi situación y lo que he vivido al lado de mi linda madre.

Mi mama siempre ha sido muy atractiva y muy hermosa a pesar de su edad aun conserva esa belleza que hace que los hombres volteen en la calle a mirarla, ya que posee además de su lindo rostro y ojos verdes, un cuerpo que llama la atención por sus proporciones: 1,60 de altura, su busto no es muy grande pero yo calculo que medirá como 85 cm. y su cintura como 70 cm. con unas piernas gorditas y muy firmes. Pero lo que realmente destaca en ella es su cadera y su trasero ya que pienso debe medir más de 130 cm. y con una firmeza increíble para su volumen su pelo va teñido de rubio y a los hombros, aunque su carácter no es muy social, ya que desde que la abandono mi padre no le hemos conocido ningún novio o pareja sentimental, tal vez por estar tan ocupada en su empleo, en una fabrica textil y su preocupación por sus hijos.

Siempre he admirado a mi madre, no solo en el aspecto humano sino también en el físico ya que por el hecho de tenerle cerca, ha despertado en mí el gusto por las mujeres con un cuerpo parecido al de mi madre, al grado de que había tenido sueños húmedos con ella, al grado de despertarme en la madrugada todo mojado por la eyaculación nocturna.

En mis sueños, yo me acercaba a ella por la espalda y le abrazaba desde atrás, rodeándole su cintura con mis brazos y pegándome a ella lo mas posible para sentir esas nalgas tan hermosas y grandes al tiempo que colocaba mi cabeza en sus hombros dándole un beso en su mejilla sin que ella opusiera ninguna resistencia, mas bien me acariciaba mi cara con su mano mientras yo la apretaba mas contra mí, colocando mi pene ya erecto entre sus carnosas nalgas, sintiendo como se apretaba hacia mí al sentir mi verga palpitando en su trasero y moviendo en círculos su enorme trasero para sentir toda mí erección; mientras yo paso mis manos bajo sus brazos para tomar sus senos y amasarlos mientras pellizco sus pezones.

Solo eso provocaba en mi un intenso orgasmo que me despertaba de mis sueños lujuriosos.

Después de empezar a tener ese tipo de sueños todo empezó a cambiar en mi forma de ser en mi casa con mi madre principalmente; siempre que llegaba de su trabajo o yo de la calle, la saludaba con un beso en su mejilla procurando que este fuera lo mas posible cerca de sus labios al tiempo que le rodeaba con un abrazo muy apretado, haciendo que ella llegara a decirme:

-¡Vaya, pero parece que no me has visto en años! Y reía divertida, mientras yo solo atinaba a decir:

-Es que te extrañe mucho y también soñé algo contigo.

  • ¿Ah, sí? ¿Qué soñaste?

-Soñé que en tu trabajo había un accidente y que yo no te podía localizar

  • Dije, porque obviamente no le podía decir que soñaba con sus preciosas nalgas.

-Pues que bueno que te preocupes, yo creí que ni te importaba que algo me sucediera y me alegra este cambio, que seas mas cariñoso conmigo me encanta.

-Créeme que nadie sabe lo que tiene, hasta que siente que lo pierde, le dije mientras pensaba en la magnifica oportunidad que me estaba dando con sus palabras; en lo futuro estaría mas cerca de ella de lo que se imaginaba.

Después de regresar de la excursión, ya era más grande la confianza entre ambos. Debo decir que nunca supe si ella estaba conciente, cuando sucedió lo del hotel, pero se volvió más cariñosa conmigo al regreso del viaje.

A partir de ese día, mi confianza hacia ella y la de ella hacia mí se incremento de manera muy fuerte, al grado de que el beso de despedida o bienvenida era en los labios, sin malicia alguna (de su parte, claro), cosa que yo disfrutaba bastante, ya que en algunas ocasiones me dejaba un poco de su saliva en mis labios o le daba su beso y su boca estaba semi abierta, lo que me permitía saborear el sabor de sus labios.

Mi madre siempre ha sido de un sueño muy profundo, por lo que me toca ir a despertarla en su recamara ya que el despertador no logra sacarla de su sueño y ella odia llegar tarde a su trabajo, así que como yo soy de sueño ligero, la levanto casi todos los días, lo que me ha dado oportunidad de verle casi desnuda, solo con su camiseta, que usa normalmente para dormir y de tocarle su cadera, sus senos o sus deliciosas nalgas antes de despertarle completamente y aprovecho que esta casi dormida para darle su beso y morderle sus labios tardándome un poco mas de lo normal en eso.

A veces jugábamos cuando estábamos solos en la sala viendo la televisión, por la posesión del control remoto y aprovechaba para abrazarla y tocarla casi a mi antojo, ya que entre risa y risa, ocultaba el aparato entre sus manos y piernas o trataba de alejarlo lo mas posible de mí, situación que me encantaba ya que como por descuido me pegaba a su trasero y podía sentirlo duro y firme, mientras colocaba mi pene ya erecto entre sus carnosas nalgas y lo frotaba en ella mientras "peleábamos" por el control, sin que ella se alejara de mí, al contrario, parecía gustarle ese tipo de contacto entre ella y yo, porque más me pegaba su enorme trasero para evitar que yo le quitara el aparato de control y no dudo que se daba cuenta que tenia mi miembro bien parado, ya que en cierto momento se me notaba en el pantalón una mancha de lubricante por la excitación.

Todos estos toqueteos me daban la ilusión de que era posible cogerme de nuevo a mi madre.

Cuando llegaba del trabajo y mis hermanos estaban haciendo sus tareas o viendo la TV, ella se dedicaba a algunas labores de la casa y al terminar estas le decía a mis hermanos que se fueran a dormir, para que no dieran lata al otro día para levantarse al colegio y como yo estudiaba por la tarde, me quedaba con ella viendo la TV un rato mas y un día, cuando mis hermanos ya estaban dormidos me sorprendió cuando me dijo:

-Oye cariño, ¿Me podrías dar un masaje en mi espalda? Siento como si se me fuera a romper de tanto cansancio por el trabajo.

-Por supuesto mamí, pero no se si lo pueda hacer bien, nunca lo he hecho.

-No importa, es solo para relajarme un poco, no quiero un masaje profesional solo que me ayudes para descansar bien. Ahora vuelvo voy a ponerme mi playera de dormir para estar mas cómoda.

Fue a su recamara y regreso enseguida, vestida solamente con su playera, sin sostén y un short deportivo de lycra color rosa que se ajusta a sus nalgas como una segunda piel, lo que hizo que la verga se me pusiera bien tiesa enseguida pero como yo tenia puesto un pants holgado, no se me veía mucho la erección; ella se recostó en el sofá, boca abajo, dándome una panorámica de sus enormes nalgas y enseguida me dijo:

  • ¡Anda, no seas malo! ¡Me duele mucho mi espalda!

Me acerque a su lado y me senté en una orilla, comenzando a frotarle la espalda como pude; no podía apartar mi vista de ese hermoso par de nalgas que se movían delicioso, al frotar la espalda de mama y comencé a recorrer su camiseta hacia arriba para poder observar mejor el tremendo su trasero.

¡Oye mamá! ¿Por qué no te quitas la playera? La tela, te podría irritar la espalda y va a salir peor el remedio que la enfermedad.

Dudó un momento pero después dijo:

-Tienes razón, además, así podrías ponerme un poco de crema para que sienta mas rico ¿no crees? Tómala de mi tocador, por favor.

Mejor ¿Qué te parece si vamos a tu recamara? así, si te quedas dormida, ya no tienes que levantarte para ir allá –replique de inmediato.

  • Esta bien, vamos pues –contesto poniéndose en pie.

Yo la seguí, sin quitar mis ojos de sus caderas, que se movían en un delicioso vaivén que me tenía hipnotizado; recordé como se veían cuando estaba dormida en el hotel boca abajo: se ensanchaban mas todavía mientras me colocaba encima de ella para penetrarla y cuando lo hice sus enormes nalgas se movían con armonía e iban al encuentro de mi pene por instinto. Mi erección se hizo mas dura, dolorosa inclusive.

Cuando llegamos a su cuarto, ella se sentó en su cama, dándome la espalda y se saco la camiseta, dejándosela en el frente para cubrirse sus senos, acto seguido se recostó diciéndome:

  • Ahora si, corazón, toma la crema del tocador y si me quedo dormida, solo tápame con la misma colcha y me pones el despertador a las seis, (¡como si lo escuchara!)

antes de que te vayas a dormir.

  • No te preocupes, yo te despierto antes de las seis –respondí.

La vista de su espalda desnuda rematada por su gran trasero era de antología.

Puse manos a la obra y tomando un poco de crema la frote entre mis manos para calentarla y procedí a masajear desde los hombros hasta la cintura, recorriendo con mis pulgares toda la columna vertebral, haciendo que mi madre se arqueara un poco; lo estaba disfrutando yo creo.

Tome sus hombros y frote sus músculos haciendo que su piel se pusiera de gallina y exclamara:

  • ¡Ooh Dios! ¡Que rico se siente eso! ¡No sabia que lo hicieras tan bien!

  • Es la primera vez que lo hago mama

  • conteste

Estuve así por espacio de diez minutos cuando le dije:

  • Espérame tantito, me anda por ir al baño, ¡ya no aguanto!

Exclame aunque lo que no aguantaba era tener la verga bien parada y apretada.

  • No te tardes mi amor, estaba sintiendo muy rico tu masaje.

  • ¡Ya vengo, ma!

Fui directamente al baño y me quite el pants y en seguida la truza para liberar mi miembro que ya casi estallaba de lo caliente que me encontraba; como pude hice un pequeño agujero en la entre pierna, rasgando la tela del pants para lo que se me había ocurrido segundos antes. Al ver que podía sacar mi pene por ese agujero sin problema, regrese al cuarto de mi madre.

Ella seguía en la misma posición esperándome, cuando le pregunte:

  • ¿Quieres que te truene los huesos de la espalda? Así te vas a relajar mejor y vas a descansar de ese dolor, pero te aguantas si te duele al momento ¿Sale?

  • Bueno pero no seas muy brusco ¿Eh?

Como de rayo me quite los tenis y me subí a la cama para treparme encima de ella a la altura de sus muslos; tuve que abrir bastante las piernas para lograrlo ya que por lo grande de sus piernas y caderas no era cosa sencilla; mi pene quedaba un poco mas debajo de sus majestuosas nalgas y que decir del panorama que tenia desde arriba de ella: ¡IMPRESIONANTE!

Me dispuse a tronarle la espalda, para lo cual, me levante un poco apoyando ambas manos en la parte alta de su dorso y empuje con fuerza, al tiempo que le restregaba mi pene entre sus nalgotas; al instante un crujido salio de su espalda y ella gimió profundo (no sé, si por la tronada o por el arrimón que le di)

¿No te lastimo, Mama? - pregunte como si nada.

-¡¡¡NO, mi amor!! Al contrario me haces sentir taaan bien, sigue, corazón.

Continué el masaje pasando mis manos de arriba abajo, a lo largo de toda su espalda, hasta el inicio de su bello trasero, deslizando mi pene entre sus nalgas, sin que ella pusiera ninguna resistencia, mas bien yo sentía que salía al encuentro de mis embates hacia sus nalgas. Fui jalando su short hacia arriba, consiguiendo que se fuera metiendo cada vez más en el canal de sus enormes glúteos, hasta que se incrusto entre sus nalgas como si fuera una tanga. Acto seguido me detuve y le dije:

  • Déjame tomar más crema, para que no te irrite, mamí, pásame la botella por favor.

En cuanto se estiro, por la botella, aproveche para sacarme la verga por el agujero que hice en el pants, sin que ella se diera cuenta. Le recibí la crema, tome un poco y continué masajeando desde su espalda hacia abajo, mientras deslizaba mi miembro ya libre entre sus nalgotas; cuando decidí que era hora de avanzar un paso más, lo que hice fue: levantarme un poco sobre ella y dirigir mi verga hacia el hueco que hacen sus piernas y sus nalgas, metiéndome poco a poco entre ellas, sintiendo como me abría paso, hasta ponerla justo entre sus piernas, sintiendo como me aprisionaba entre su vulva y sus piernas; casi podía sentir como se contraía su vagina al sentir mi verga tan cerca de su rica panochita solo protegida por su short de lycra. Empuje con fuerza en su espalda, al tiempo que enterraba mi pene hasta casi sacarlo por el frente de mi madre; ella soltó un gemido que me erizo la piel:

-¡Ouhhhh, sííí, que delicia, mi amooor! ¡Sigueee por favooor! -Gemía cuando yo impulsaba mi cadera y mi miembro contra su trasero, no se si, por el masaje o porque sentía mi verga latir en la entrada de su vulva.

De pronto, al tomar el frasco de crema, me di cuenta de una cosa: la vulva de mama, había empezado a humedecerse y a calentarse de una manera que podía sentir incluso sobre su lycra; de su vagina salía su lubricante, caliente cuyo aroma me llego a la nariz y de inmediato lo reconocí; estaba excitada, como cuando me la cogí mientras dormía en el hotel de la excursión, su olor es inconfundible y formaba una pequeña mancha, que empezaba a extenderse en la entrepierna de mi madre. Suspiraba quedito y sus jadeos eran ahogados por la almohada en la que descansaba su cara para no mirarme yo creo.

Animado por eso continué, acariciando, más que masajeando a mi madre, pero haciendo mis empujes más lentos y cadenciosos en el trasero de ella cuando le hacia presión en la espalda, incluso con un ligero movimiento circular, para sentir su humedad y su calor, ella respondía con pequeños empujones hacia mí, y nuestro contacto era mas intenso y total; pronto mi verga estaba empapada de sus jugos calientes y los míos mezclados en su lycra.

Yo sentía que mi orgasmo estaba más que próximo cuando note que su cuerpo se tensaba muchísimo, apretó sus piernas mientras soltaba un leve jadeo y exclamaba:

  • ¡¡Ooohh, DIOS MÍO!!¡¡QUE RIIICO, MI AMOR!!

Volteo hacia mí y pude darme cuenta de algo: ¡¡Mi madre se estaba viniendo a chorros!! Sus jugos brotaron de su vulva y sentí que me quemaban la verga, sus contracciones vaginales me la aprisionaron de tal manera que era imposible sacársela, por lo que ya no me importó y me empecé a venir también; Ella seguía mirándome a los ojos, mientras me venía entre sus piernas pero no bajó la mirada para ver, lo que ella se imaginaba: ¡¡SU HIJO SE ESTABA VINIENDO EN SUS NALGAS!! Todos mis chorros de semen fueron a dar en la cama de mi madre, justo entre sus piernas, ya que al tensarlas, había dejado mi pene cautivo en medio de ellas, por fortuna casi no le salpique su lycra o no se quiso dar cuenta, ya que cuando termine de venirme, ella se volteo hacia el frente y yo empecé a sacar mi verga de entre sus nalgas con cuidado, mientras hilillos de mi semen y jugos de ella nos seguían uniendo, me la guarde de inmediato y cuando me baje de ella, se levantó y dirigiéndose al baño me dijo:

-¡Gracias, mi amor! ¡Que ricos masajes das! ¿Mañana me darías otro? Si no te molesta claro ¿Eh? Voy a darme un baño, corazón, pero mañana le seguimos ¿esta bien?

  • por supuesto mamá, siempre que tú quieras.

Ya en la puerta del baño hizo algo que nunca olvidaré; Aún de espaldas a mí se despojo de su playera que le cubría sus senos y lentamente se quito su likra y la dejó en el piso, a un lado de la puerta del baño; volvió la cara y me dijo:

-Hasta mañana, MI AMOR .

Me lanzo un beso con su mano y desapareció en el baño, mientras yo no podía ni respirar de la impresión que me causo ver su trasero completamente desnudo y ¡¡ELLA DESPIERTA!! Rápidamente, tome un mi playera y limpie lo mejor que pude todo mi semen de la cama, aunque yo creo que a ella no le importaría que lo dejara ahí.

Ya se escuchaba el ruido de la regadera cuando me dirigía a mi cuarto y al pasar por donde dejo su lycra, me agache y tomando el short, me lo lleve a la nariz, aspire y lamí todos los jugos que estaban aun calientitos, deje la lycra en el suelo otra vez y salí de su habitación.

(CONTINUARÁ)