Sueños humedos.

Cada dia los sueños son mas fuertes, y la nesecidad de realizar uno,me pone mas caliente, creo que pronto lo hare.

Jamás imagine, que lo que se inicio como un juego inocente, se convertiría en una especie de droga, de la cual jamás podría salir, y termine cayendo en un laberinto de sexo y depravación, todo se inicio cuando cumplí los 16 años, aquella tarde al ir de compras con mis padres a un centro comercial, se estaba llevando a cabo una pasarela de modas, me quede sorprendida con algunos modelos, pero uno en especial llamo poderosamente mi atención, se trataba de un vestido verde, que se presentaba como un vestido para uso de las chicas de una tendencia llamada “lolitas” el tema me intereso y le dije a mi papa si me compraría un vestido de aquellos, me miro y sonriendo me dijo.

-¡Pero Sonia! No te imagino vestida de esa forma, ya tienes 16, busca algo más juvenil, miro a mi madre y ella me apoyo a mí.

-Vamos amor, Sonia sigue siendo una niña, deja que disfrute su edad.

-Esta bien, que le vamos a hacer.

  • Gracias papi, le di un beso en la mejilla y entre rápido a pedir un vestido, pase  al probador y me lleve el que me quedaba mas ajustado.

Salí con mi compra en total alegría, después de varias compras mas, regresamos a casa, y al llegar corrí a mi recamara, quería mostrarles como me veía con mi vestido nuevo.

Me puse el vestido, el cual es totalmente ceñido de la cintura hacia arriba, y la parte de la falda es de forma semicircular, me puse unos zapatos de colegio y unas calcetas de estambre, me hice dos coletas y Salí a mostrar mi vestido a mis padres.

-¡Valla!  Pues si que sigues siendo una chiquilla, te ves hermosa Sonia.

Esas fueron las palabras de mi padre, secundadas por mi madre.

  • Antes de continuar mi relato, tengo que describir un poco mi apariencia personal, con el fin de que imaginen como me veo al vestir de lolita.

Hoy en día tengo 18 años, soy de piel blanca, cabello negro, de estatura regular, 1.55, mis pechos siguen siendo demasiado pequeños, mi cintura estrecha, resaltan mis nalgas carnosas y paraditas. Hay algo que no me gusta mucho y es la aureola que rodea mis pezones, pues su color es muy rosado, en contraste con mis pezones medio obscuros, y lo que mas me gusta es mi monte de bellos púbicos, pues es una mata totalmente negra, y es demasiado tupida.

Después de aquel primer vestido, seguí vistiendo de la misma forma, solo que en forma accidental encontré un pasatiempo, que me llenaba de satisfacción hacerlo, resulta que una tarde me senté en un parque concurrido, y mientras tomaba un helado cruce las piernas, olvidando que esa ocasión traía un vestido mas corto que otros, y cuando me di cuenta en la banca de enfrente un hombre de unos 30 años de edad me miraba con insistencia, fue cuando me di cuenta que se veían mis pantaletas, compuse mi figura de inmediato y en pocos minutos me aleje del parque, desde ese día me convertí en una chica, que sentía placer al excivirme, buscaba los parque donde hubiese hombres y lo hacia, yo sabia que al retirarme los dejaba excitados.

Recuerdo muy bien la tarde que decidí ponerme un vestido rojo, muy bonito, me puse zapatillas en lugar de zapatos y las medias de estambre las cuales me llegaban un poco debajo de las rodillas, seguía peinándome con coletas, y de verdad parecía una adolescente sin serlo, llegue al parque y me senté a tomar mi helado, esta ves frente a mi se sentó un hombre de aspecto desagradable, parecía que me desnudaba con la mirada, me sentí incomoda y me aleje del lugar, con temor mire que me seguía a distancia, apresure el paso y me uní a un grupo de gente que pasaba por el lugar, después de varias calles me separe del grupo pensando que ya había desistido de seguirme y en efecto no lo vi mas.

Me había alejado demasiado de la zona que acostumbraba recorrer, la noche estaba cayendo las calles obscuras, me dieron temor, camine y cada ves las calles estaban mas solitarias, todo paso de forma rápida, un golpe en la cabeza me hizo caer, perdí el conocimiento totalmente, cuando abrí los ojos, solo había obscuridad, mis manos estaban atadas a los costados al igual que mis tobillos, sentí pánico y trate de gritar sin lograrlo, tenia un trapo en mi boca, trate de acostumbrarme a la obscuridad sin lograrlo, de pronto escuche que se abría una puerta, y una luz ilumino aquel cuarto. Horrorizada mire al mismo hombre del parque, totalmente desnudo, un trozo de carne colgaba de su entrepierna, totalmente flácida, pero de gran tamaño, me miro con lujuria y se aproximo a mi lado y soltó las primeras palabras.

-Por fin la pequeña puta a despertado, escucha bien pequeña, te quitare el trapo de la boca, y tu contestaras a cada pregunta que yo te haga, y cada mentira será castigada, ha ¡por cierto puedes gritar! Estamos en lo más lejos de cualquier lugar habitado, nadie te escuchara jajajajaja.

Sus carcajadas me dieron temor, sentí ganas de orinar pero trate de aguantar, se aproximo y de un tirón saco el trapo de mi boca.

-veamos putita, ¿Qué edad tienes?

  • 18 años señor, se lo juro.

¿Y por que vistes como una cría de menos edad he?

  • Es una cultura, que se llama lolitas.

-Jajajaja, ¡que estupidez! Mira te he observado por varios días, te he seguido, se donde vives, con quien y se mucho de ti, por ejemplo se de tu gusto de calentar a los hombres en los parques, los dejas que te vean las pantaletas y ellos se agarran la verga imaginándote encueradita, eres una deliciosa putita, y ahora sabrás lo que es una verga, te llenare con esta verga tus orificios jajajajaja,

-Veamos que hay debajo de tu vestido de niña,

Se paro a mi lado y un escalofrió recorrió mi cuerpo de arriba abajo, en la mano traía unas tijeras, de sus labios escurría una especie de saliva, corto mi vestido sin tener el menor signo de piedad, de un solo tirón termino por apartarlo de mi cuerpo,

-Vaya, vaya, mira nada mas, ¿no usas sostén verdad?

Ahora cortó mi corpiño con las tijeras, y mirando mis pequeñas tetas dijo.

-La primera vez que te vi, pensé que eras un chico de esos raros, y eso lo pensé por tus tetas, pues casi no tienes, pero esos pezones   están deliciosos, sin embargo si fueras chico de todas formas te cogería, jajajajajaja.

-Tu gusto al comprar estas pantaletas es exquisito, los encajitos, las figuritas que tienen me enloquecen.

  • . No había terminado la frase y las arranco con brusquedad
  • ¡No! Por favor no me haga daño señor.

Con las pantaletas en la mano, me miro y me dijo.

-Es demasiado tarde, ahora tienes que apagar el deseo que despertaste en mi, por cada día que te mire enseñando las pantaletas, pequeña zorra, sin embargo si logras convencerme con suplicas quizá te deje ir sin hacerte nada.

  • Por favor se lo suplico, ¡no me haga nada, soy virgen!

Con temor mire que su verga se levantaba amenazadoramente, como si hubiese recibido una caricia.

-Mira, putita has despertado el interés de mi nene.

Corto las ataduras de mis manos y de los tobillos, caí arrodillada a su lado, me di cuenta que esa verga no era normal, el miedo me invadió quise salir corriendo pero era inútil.  Tomándome de las coletas me obligo a que abriera la boca, y metió la punta de la verga, sentí nauseas, pero me advirtió que si vomitaba aria que me tragara el vomito, trate de pensar en otras cosas mientras el metía mas su verga, mi garganta se lleno con aquel trozo de carne,

Así putita sigue mamando, ha que delicia,

Cuando saco la verga de mi boca, mire con horror sus venas enrojecidas palpitando,

me tomo de la mano, y casi arrastrándome me llevo por un pasillo, olía a humedad, caminamos en la obscuridad hasta el final había una meza vieja de madera, me subió y me tendió sobre la meza, nuevamente ato mis manos y tobillos, lo mire alejarse pero en pocos minutos regreso, traía a un perro jalando con la correa, lo puso atado a un lado de la meza y nuevamente soltó los tobillos, pero solo para atarlos de modo que mi raja quedaba tatamente expuesta, tomo un frasco de leche lo abrió y mire como aproximaba al perro al tiempo que regaba la leche en mi rajita.

El perro se apresuro a lamer mi raja, chupando la leche, me pareció una eternidad esa acción, cuando termino la leche amarro al perro nuevamente y ahora el se ponía de frente a mi y mamo mi raja, sentí asco por que el perro lo había echo y ahora el, sin embargo poco a poco pase de la actitud de repugnancia a la de una perra en celo.

  • ¡Por favor señor! Quiero ir al baño, quiero orinar, lejos de escucharme metió un dedo, y lo hundió haciéndome gritar de dolor, mire su mano y un hilillo de sangre escurría por ella.

Nuevamente metió ahora dos dedos y con movimientos fuertes me hizo orinar ahí frete a el, sus ojos enrojecidos me miraban mientras decía cosas incoherentes, soltó las ataduras y con sus largos brazos jalo mis piernas llevándolas a sus hombros, me rodeo la cintura y me jalo hacia el hundió la verga sin piedad, sentí desmayar de dolor, se levanto llevándome con el en esa posición mis piernas en sus hombros, me tome de su cuello por temor a caer, sentí como sin ninguna dificultad me subía y bajaba sentándome sobre su verga la sacaba, y antes de salir totalmente la hundía nuevamente,

-Te lo dije putita, jajajaja ahora solo disfruta quiero que te sientas como lo que eres puta jajajajaja,

Nuevamente sentí que orinaba, y al mismo tiempo sentí un torrente de liquido correr por mis entrañas, pensé que todo estaba por terminar, pero no fue así, me puso en el piso y mire como escurría liquido por mis piernas y se apresuro a jalar al perro, me ordeno abrir las piernas y el perro se metió entre ellas, y chupo hasta la ultima gota de lo que escurría de mi raja. Nuevamente me tendió sobre la meza pero ahora boca abajo, esta ves la leche de la botella escurrió por mi ano, el perro hizo lo suyo chupando, su lengua lograba entrar un poco por mi ano limpiando todo, sin poder evitarlo, empecé a gemir.

-Lo sabia perrita, lo estas disfrutando, se dio la vuelta y me obligo a mamar su verga, mientras con la mano seguía poniendo leche en mi ano y el perro chupaba, cuando se termino la leche mire que nuevamente su verga estaba erguida y desafiante apuntaba al techo, cuando se dio la vuelta sin tener ninguna delicadeza, me tomo de la cintura y me enterró la verga, esta ves me desmaye, perdí la conciencia, cuando desperté, mi cuerpo estaba sudoroso, mire a mis costados y me di cuenta que solo se había tratado de una pesadilla.

  • Toque mi rajita y sentí como escurría leche por mis labios vaginales. Seguí durmiendo y los temores del sueño quedaron atrás.