Sueños húmedos (7)

...Fernando se aproximó a nosotros y empezó a hablarle al oído “estás caliente hermanita” comenzó diciéndole Gabriela parecía enloquecer cada vez que su hermano la nombraba así y su cuerpo iba tomando cada vez más ritmo, de pronto sentí algo raro en mi pija, Vanesa ya estaba empezando a jugar con el ano de Gabriela y yo sentía su dedo meterse en el culo de mi amante de turno...

Hola a todos, pido a todos disculpas en la demora en esta entrega, pero los que leyeron la anterior entenderán las razones, aún así me veo en la obligación de ofrecerles una compensación por demorar tanto, y es por eso que esta parte es bastante más larga que las anteriores. Que lo disfruten!

SUEÑOS HÚMEDOS VII

...Gabriela sintió una mezcla de temor y ansiedad al ver al novio de Mariela acercarse a ella blandiendo su pija dura como una espada lista para atravesarla. El gesto perverso en la cara de él la cautivaba de un modo extraño, pero a la vez le producía algo de miedo. El chasquido del látigo de Vanesa -cual si fuera una domadora- frenó a Fernando dejándolo quieto en su lugar mientras se pintaba en su rostro una sonrisa perversa, morbosa, "quietito ahí vos" Fernando se sonreía perverso conociendo los juegos de Vanesa, Gabriela pasaba ahora a ser parte del juego típico en que Vanesa dominaba la situación de permitir o prohibir coger a los participantes a su antojo.

Gabriela sentía en su estómago una mezcla de incertidumbre, miedo y excitación. Vanesa caminaba a su alrededor estudiándola sin tocarla, recorriéndola con sus ojos y su expresión de gata en celo sin decirle absolutamente nada pero obligándola con la mirada a quedarse tan quieta como el depredador sexual que estaba menos de dos metros de ella respirando con una pesadez agitada y la verga endurecida apuntándole a los ojos esperando la orden de avance para devorarla como una presa indefensa, los ojos de él destellaban una lujuria contagiosa, su pecho se veía temblar con cada uno de sus acelerados latidos, su miembro parecía cada vez más duro y el ambiente se sentía sobre cargado de energía sexual.

Mientras tanto detrás de ella Mariela y su hermano apartados totalmente del juego se sacaban chispas de placer en el sillón que parecía pedir perdón en cada chirrido, ella gritaba desesperada de placer anunciando un inminente orgasmo montada sobre la pija de Fernando mientras él la tenía asida de la cintura guiándola con sus fuertes brazos por todo el largo de su pija como si fuera una funda aceitada hecha para cubrir su enorme mástil.

Vanesa se paró enfrente de ella y sacando su lengua le dio una chupada subiendo desde su cuello hasta sus labios "mmm... carne fresca", Gabriela sintió que un escalofrío le recorría el cuerpo al escuchar las palabras de Vanesa, por su parte el muchacho enfrente de ella comenzaba a impacientarse por la espera y ya estaba inquieto en su lugar aumentando a cada instante la perversidad y el morbo en sus ojos, la sonrisa llena de malicia se acentuaba en su rostro desfigurado de excitación. Vanesa se puso a sus espaldas y comenzó a acariciar sus pechos desnudos, su cintura y su vientre con una sensualidad excitante ante la mirada atenta de Fernando que parecía querer desprenderse de su cuerpo para atacarla de una vez. Gabriela no tardó en entregarse cuando Vanesa, metiendo la mano por dentro de la diminuta tanga que todavía tenía puesta como única prenda, llegó a su vagina para acariciar su clítoris y desparramar por sus labios vaginales los abundantes flujos que vertían de su interior. Fernando en su jaula imaginaria se limitaba a mirar como las dos infartantes rubias se acariciaban la una a la otra, alternando la mirada con la pareja de atrás que variaban de una posición a otra como si no encontraran la comodidad en su accionar, pero que evidentemente gozaban de una forma que podría decirse envidiable.

Gabriela, aturdida por los gritos de Mariela, los gemidos de su hermano, la respiración pesada e impaciente de Fernando y las caricias de Vanesa, pronto se vio inmersa en la excitación. La lujuria se respiraba y hasta casi se podría cortar en el aire, de a poco se fue sintiendo presa de sus propios instintos carnales y el placer se convirtió en su única meta posible y considerable "que venga ya" le suplicó a Vanesa, la rubia detrás de ella hizo un gesto de aprobación y Fernando quemándola con su mirada se acercó a ella dirigiéndose directo a sus grandes tetas... Gabriela dio un salto en la cama llenando sus pulmones de aire al límite con un ruidosa inspiración producto del sofoco de su propia calentura y respirando agitada, caliente, terminó de caer en la cuenta que estaba en su cama en la casa de sus padres. Todo era un sueño, pero tan vívido había sido que su concha había emanado tantos flujos que parecía haberse orinado en sus ropas. Ahogada por la calentura, se levantó de inmediato y sin dudar se metió en la pieza de su hermano.

Fernando dormía profundamente, pero a través de la sábana se adivinaba fácilmente el tipo de sueño que estaba teniendo, su mano apresaba su miembro con dificultad bajo la sábana y se masturbaba lentamente. Gabriela, hirviendo en su calentura, le vino como anillo al dedo la excitación soñolienta de su hermano, se despojó con gran velocidad de pequeño short de dormir y la bombacha que cayeron al suelo dando un leve chasquido por la cantidad de humedad acumulada. Su hermano ausente de la realidad y sumido en su sueño se masturbaba lentamente pronunciando el nombre de ella. Gabriela aún extasiada por el calenturiento sueño reemplazó la mano de él por la suya, acarició lentamente todo el largo del miembro duro de su hermano, frotó su glande con la yema de sus dedos, recorrió las hinchadas venas que sentía al tacto y difícilmente divisaba con la poca luz que entraba.

Fernando aún dormido se dejaba manipular gozando el momento con su calma habitual, Gabriela decidió avanzar, se acerco hasta la pija de su hermano y con su lengua recorrió desde los huevos, pasando por todo el tronco llegando su glande para meterlo profundamente en su boca, se deleitó con su sabor, se llenó la boca con la pija de su hermano como si de una golosina se tratara, se deleitaba con su esencia y la gloria misma le llenaba el alma al sentir el gusto de semejante miembro. Sin embargo era su concha la que reclamaba la atención del endurecido pene que engullía golosa, montándose sobre su dormido hermano, acomodó la hinchada cabeza en su mojada entrada y a medida que lo llamaba para despertarlo y besaba sus labios se autopresionaba contra el intruso que invadía su cuerpo abriendo sus labios vaginales al límite de su estiramiento.

Fernando reaccionó casi de inmediato a la voz de su hermana, sus ojos se fueron abriendo y su cuerpo se movía por instinto buscando una penetración más profunda, los gemidos de su hermana y las sensaciones en su verga lo confundían, no sabía si estaba despierto o aún soñaba, entre el sueño y la realidad no existía diferencia, su hermana lo había montado tal como él estuviera soñando clavándose en su pija para el delirio de placer de los dos. Los movimientos profundos, calmos e incesantes de Gabriela inundaban ambos cuerpos en un deleite casi saboreable en sus bocas. Ahogaban sus gemidos en besos profundos, húmedos, mordían sus labios a la par que sus ojos se cruzaban y se declaraban un amor infinito sin palabras.

El aire viciado de olor a cuerpos transpirados se tornaba pesado a la respiración ahogándolos aún más en el éxtasis de placer que estaban viviendo. Los primeros síntomas del orgasmo de Gabriela se hicieron evidentes, se clavaba profundamente la pija de su hermano en el interior de su concha intentando atravesarse a sí misma con tremendo mástil. Fernando también se vio poseído por el clímax que se aproximaba, colaborando con Gabriela para obtener la más profunda penetración, su vientre empapado en los flujos de ella emitía un ruido enloquecedor y excitante acompasado por los movimientos de sus cuerpos. Gabriela se volvió una sola tensión muscular y ahogando su placer en un chillido agudo el orgasmo le inundó el cuerpo segundos antes de que su hermano le inundara la concha con su abundante semen en fuertes y sentidas contracciones de su pene y un gruñido que también se vio obligado a ahogar para no alertar a sus padres.

Agitados y acalorados se abrazaron sin hablar y mantuvieron la posición hasta que Fernando sintió su pene totalmente flácido y Gabriela lo obligó a salir con una contracción vaginal que provocó la risa de ambos. Una vez recuperado el aliento Fernando la indagó a que se debía semejante asalto durante la noche, Gabriela se limitó a levantar la ropa del suelo y enseñársela a su hermano.

te measte? – preguntó él, divertido y entre risas

no boludo!!! Estaba teniendo un sueño de los tuyos

Soñabas conmigo? Por que yo sí soñaba con vos. – Gabriela sintió que el corazón se le enternecía con las palabras de su hermano y en honor al mágico momento le mintió para no herir su orgullo

Si, soñaba con vos y en lo que acabamos de hacer.- dicho esto lo besó tiernamente en los labios.

Me parece que lo mejor va a ser que vuelvas a tu habitación. Algo me dice que los viejos sospechan algo. Estos días andamos muy pegados y el viejo me mira raro

Está bien no te excuses, igual no pensaba quedarme. Mañana tenemos que hablar.

Bueno, de que?

De lo que hablé con Mariela el otro día en la casa de ella.

Ok.

Se despidieron con un último beso y Gabriela se retiró a su habitación. Ya iban cuatro noches seguidas que soñaba con el otro Fernando, el novio de su amiga, pero ningún sueño había sido tan real como el último ni la había puesto tan caliente. Se durmió pensando en las mejores palabras para convencer a su hermano de complacer los deseos de Mariela y en consecuencia los propios.

Su madre la despertó temprano en la mañana, por supuesto la pobre mujer no tenía la más mínima idea de la actividad de Gabriela durante la noche, y ella por su parte no podía usar la excusa para recriminarle que la despertara tan temprano. Se levantó con un semblante de preocupación en su rostro, al rato Fernando se levantó también radiante de felicidad se fue a la cocina y encontró a su hermana sola preparando el desayuno; su madre ocupada en sus quehaceres diarios delataba su posición en el comedor por el ruido de las cosas al moverse. Tomando a Gabriela de la cintura la saludo con una apasionado beso y un "buen día" se sonrieron cómplices y se soltaron de inmediato al sentir los pasos de su padre aproximarse a ellos. Fernando simuló ayudar a Gabriela, el padre los saludo a los dos y siguió su camino.

de qué me querías hablar?

Después, solos...

Fernando notó en su hermana que el tema de conversación no sería fácil. Cerca de la media tarde Fernando avisó que tenía que salir e invitó a Gabriela a acompañarlo, ella gustosa aceptó la invitación sintiéndose segura de las palabras que había elegido para hablar el tema con él.

Ya en el vehículo una mirada de Fernando bastó para dar por iniciada la conversación.

Ok, empecemos – dijo Gabriela – antes que nada quiero saber específicamente cuáles son tus sentimientos hacia mí y cuán seguro te sentís respecto de mis sentimientos por vos.

Ah bueno! Viene bravo el tema... – Fernando se arrepintió en el momento de haber provocado la situación, se mantuvo en silencio durante un rato considerable mientras amasaba la respuesta que daría, sin estar seguro de cuál sería el desenlace de la cuestión – Es un tanto complicado lo que me preguntas Gaby, puedo saber a qué viene primero

No, no podés. Eso depende de tu respuesta.-

Fernando otra vez guardó silencio nuevamente pareciendo concentrarse en el tránsito. Gabriela, entendiendo la delicadeza de la cuestión no lo apuró y esperaba paciente su respuesta. Fernando suspiró profundamente y empezó a hablar

El tema es así: Yo siempre te quise muchísimo y todavía te quiero, eso lo sabés

Si lo sé...

El punto es que esta "nueva relación" que tenemos me confunde un poco y temo que me estoy enamorando de vos. Respecto a lo que vos sentís por mí, bueno tengo la certeza de que también me querés mucho y quizás un poco más, o sea: creo que a vos te pasa lo mismo.

Estás en toda la razón. Ahora para que quede bien claro: mi corazón es tuyo, y por lo que decís también el tuyo es mío. No?

Si.

Bueno, entonces ahora podemos hablar bien.

Gabriela comenzó por contarle los códigos de su amistad con Mariela, las cosas que habían compartido y que habían hecho, contando entre relaciones bisex, intercambios de parejas y hasta ellas solas por su cuenta. Una vez habiendo dejado claro eso, salió el tema del ex novio de Mariela: Jorge, de cómo se habían peleado y de cómo el amigo de él que había venido a instalarse en la ciudad había hecho de Jorge un pobre cornudo y que todavía mantenía una relación clandestina con Mariela. Fernando escuchaba con sorpresa y atención las palabras de su hermanita a la que siempre había protegido y cuidado como una delicada flor que necesitaba protección especial y que ahora descubría que tenía una sexualidad más fluida que la de él mismo. Gabriela finalizó su relato contándole de cómo ella se había curtido al tal Jorge, y que por obstinada se había llevado un chasco por hacer caso omiso de las palabras de advertencia de su amiga que le decía que no valía la pena y que ella le atribuyó de egoísta, finalizando con que Mariela reclamaba el pago de la deuda y que la moneda de pago sería él.

Fernando sorprendido y un tanto aturdido por las palabras de su hermana pidió las explicaciones del caso:

creo que no te entiendo del todo. Explicame mejor

Es simple, yo me emperré en encamarme con Jorge, el ex de mariela, obvio con el consentimiento de ella y la promesa de la devolución del favor. Y ahora debo pagar esa deuda y ella te reclama a vos – Gabriela se sonreía con cierta timidez aguardando la respuesta de su hermano

Entiendo. Y vos, así tan fresca me mandás a encamarme con ella? – su tono sonó algo perturbado y cínico.

Yo no te mando a nada, ni tampoco le dije que sí. Te lo estoy consultando. Por eso te pregunté al principio si estabas seguro de tus sentimientos hacia mí. Si yo sé que tu corazón es mío y que eso no va a cambiar, no me importa que te acuestes con mi amiga, sólo sería tu cuerpo y no tus sentimientos lo que estarías entregando.

Mmmm... Ok, entiendo entiendo. Ahora, aclarame esto: vos estás segura de mis sentimientos hacia vos y entonces no te importa que yo entregue mi cuerpo. Pero también me preguntaste si yo estaba seguro de tus sentimientos... eso quiere decir que vos también le estarías entregando tu cuerpo a alguien?

Gabriela tuvo que guardar silencio, la voz de su hermano expresaba un notorio descontento con la cuestión planteada. Fernando mientras la indagaba con la mirada esperando su respuesta.

si, sería así.

Vos entendés lo que me estás diciendo? Está bien que somos hermanos y no se supone que tengamos una relación. Pero recién llevamos poco más de una semana y vos ya querés hacer intercambio de pareja.

No es un intercambio de pareja Fer. Entendelo así, yo a Mariela se lo debo, pero si vos decís que no es que no. Si decís que sí sería esta única vez, y como el ex de ella era una huevada de tipo y ella sabe que vos estás a una altura muy superior me ofrece a su novio como compensación.

Y vos querés encamarte con el chabón. Te gusta.

no sé si me gusta. Lo conocí el otro día...

ENCIMA!!! Ni siquiera lo conocés

No es para tanto Fer.

A Fernando tampoco le gustó la idea de que su hermana se encamara con un total desconocido, pero a medida que la conversación avanzaba Gabriela lo iba convenciendo de que los PRO superaban enormemente a los CONTRA, señalando los beneficios de verse ellos mismos teniendo sexo con otras personas y cubrir de antemano una posible fantasía futura. Fernando le pidió tiempo para pensarlo y Gabriela accedió sabiendo que pronto el daría su consentimiento, le pidió que la llevara hasta la inmobiliaria en que trabajaba Vanesa y le dejó la tarea de pensarlo mientras la esperaba. Entró en el edificio y fue directamente al despacho de su amiga

Vaneee!

Gaby!!! Volviste pronto. Traes novedades? el otro día me la dejaste picando y me dijiste que la próxima me contabas, así que sentate y contame. Querés un café?

Si dale. – Vanesa pidió café a su secretaria por medio del intercomunicador - Bueno: el otro día te pregunté si estabas disponible para algo que estamos armando con Mariela.

Si. Y que pasó? ya lo tienen listo? Que planean?

Viste que yo me endeudé con Mariela cuando me emperré con el boludo de Jorge

Si...

Bueno, ahora ella reclama el pago de esa deuda.

No entiendo, si vos y Sergio no siguen saliendo. No me vas a decir que lo perdonaste después de que te dejó plantada frente al altar???

No es Sergio.

Ya tenés otro novio puta calentona!!! – las dos reían en complicidad - Vanesa siempre atenta le hizo un gesto de silencio cuando la secretaria entró en la oficina con dos tazas de café – Gracias Cinthia. No me pases llamadas y si viene alguien que espere. No quiero interrupciones.- La aplicada secretaria hizo un gesto afirmativo y se retiró sin mediar palabra.- seguí Gaby por favor...

Algo así...

Como algo así, esas deudas se pagan con la pareja, tenés que tener un macho que sea tuyo para saldar.

Ya sé... Y Mariela quiere a Fernando.

Sigo sin entender. Mariela sale con Fernando hace tiempo, incluso yo muchas veces estoy con ellos, y más aún no sabía que vos estabas enterada.

No con el Fernando de ella tarada! Con MI Fernando, mi hermano.

Vanesa dudó un momento aún perdida en la conversación, y de repente le "cayó la ficha" sus ojos verdes se pusieron como platos y parecieron salirse de sus órbitas de la sorpresa y su mandíbula casi se le cae al piso

Noooooo! Hija de puuuuuuuuta! Estás ... vos y - y ... Noooo... CON TU HERMANO!!! Sos una hija de puta! No podés, no podés. Egoísta de mierda, nosotras siempre le anduvimos atrás y te lo cogés vos.

Mariela sólo se mordía los labios y reía con cierta picardía asintiendo con la cabeza.

Contame como fue boluda!- demostrando un interés inusitado por escuchar la versión de su amiga.

No, ahora no tengo tiempo. Fer me está esperando afuera. El tema es éste: Mariela lo quiere a mi hermano para pagar la deuda y como Jorge no llega ni a la mitad del hombre que es Fernando ella de buena fé pone a su Fernando como compensación.

Aha... voy entendiendo...

Si? Mariela me dijo que te ponía a vos como mi refuerzo para estar con su Fer, por que dice que yo sola no lo voy a aguantar. Es así...?

Y... que querés que te diga. La primera vez que yo estuve con ellos, que habrá sido al segundo o tercer día que él llegó a la ciudad, se dio flor de fiesta con nosotras y cada vez que yo me prendo con ellos, parece que anda más caliente que la vez anterior. El flaco ese parece el conejito de Duracell, anda y anda y anda, no se cansa nunca. Así que sí, vas a necesitar refuerzo. Me prendo.

Que grande Vane! Yo sabía que con vos se puede contar.

Momento, momento, que yo también tengo mi precio eh

Uy que gente de mierda!!! Cómo me hice amiga de Uds. dos? A ver que querés?

Y... yo también le quiero dar una probadita a tu hermano.

Ah no sé, eso te arreglas con Mariela. No creo que nadie se quede con ganas de nadie. Gabriela se levantaba de su asiento para retirarse – ahora vení y saludá a mi hermano que me está esperando afuera, así te ve y se termina de convencer.

Salieron las dos, entre risas y comentarios. Fernando las vio salir del edificio muy a las risotadas, su hermana reluciente como siempre y la rubia despampanante al lado con sus tetas descomunales y etiqueta elegante de señora decente.

Hola Fer! Tanto tiempo! Que contás?

Hola Vane, en serio che, tiempo sin verte.

Hasta cuándo te quedás? Seguís estudiando?

Si sigo estudiando, me quedaré unos días más, tengo que terminar unos asuntos. – Fernando mantenía compostura como si hablara realmente en serio, ignorando totalmente que su hermana ya le había confesado a su amiga sobre su incestuosa relación.

Bueno me alegro, espero verte de nuevo. Los dejo chicos tengo que seguir. Pórtense bien!

Gabriela ya sentada en la camioneta miraba divertida a su hermano que se había quedado embobado viendo a Vanesa mientras se alejaba contoneándose.

y? Lo pensaste? Antes de que respondas, no te dije que... – Gabriela con cara lasciva y tono seductor - Vanesa se prende...

Eso no hacía falta, pero ya que está, no la voy a despreciar- Fernando esbozó una sonrisa cómplice- Hagámoslo!

Bieeeen! Te quiero, te quiero, te quiero. Fuiste, sos y vas a ser siempre el mejor! – gritó ella al tiempo que lo abrazaba.

Alto! Una condición...

PERO LA PUTA MADRE! Que les pasa a todos que tienen tantas condiciones? Que condición?

Primero: Tenemos que estar todos juntos por que yo quiero estar al tanto de todo lo que pasa. Seríamos cinco no?

Si cinco.

Y segundo, yo no me convierto en propiedad de nadie. Si me dan ganas de cambiar de pareja, cambio; seas vos, sea Mariela o sea Vanesa. Ok?

Eso no necesita aclaración, es parte del juego.

Bien! Pónganle fecha entonces...

Terminada la conversación, Gabriela sacó su celular para llamar a Mariela y poner en claro los últimos detalles de la reunión...

Bueno bueno, les va gustando hasta acá? supongo que ya imaginan lo que se viene. Como ya les advertí antes ahora viene la fusión de los personajes de otra historia con esta y como los dos personajes masculinos tienen el mismo nombre tomo la palabra en 1º persona para que no se vuelva confuso (aparte por que uno fui yo je je).

Mariela ya me había dicho que vendría a mi casa a comer para compensarme la forreada anterior. Como para dejarles claro, la vez que me dejó con la leche a medias, tuvo que mandar a alguien a soltarme por que primero empecé a llamarla por las buenas, y ella por castigarme no me hizo caso, seguí llamándola ya para que me soltara aunque me dejara caliente y ella aún así se mantuvo firme, pero llegó un momento en que yo ya estaba completamente enfurecido y le ordenaba soltarme y atenerse a las consecuencias. Sentí cerrarse la puerta y volver a abrirse al rato, entró un tipo en la habitación con cara de temor, yo me quedé perplejo ante su imagen

y vos quien mierda sos pelotudo? - Aunque yo estaba esposado a la cama el tipo tenía cierta temeridad de acercarse

calmate flaco te voy soltar, me mandó Mariela.

Me quedé en silencio y simulé calma, tampoco estaba para hacerme el loco, estaba desnudo y esposado a la cama si encima me reviraba el chabón este estaba en todo su derecho de dejarme ahí otro rato o hacerme quien sabe que cosa. Asentí con la cabeza y el tipo se acercó, sacó la llave del cajón de la mesa de luz y me soltó, tuve el impulso de descargar en él toda la bronca pero me contuve, el pobre flaco no tenía nada que ver, y salvando las respectivas apariencias físicas ya que yo lo superaba por más de veinte cm. y por su contextura le calculé unos 20 Kg. sumado esto a la inmensa calentura que traía hubiera sido como aplastar a una cucaracha. Pero como dije, el chabón este no tenía nada que ver y no merecía lo que pudiera haberle pasado si me dejaba llevar.

A los dos días Mariela me llamaba y me mandaba mensajes pidiendo disculpas a los que no respondía, recién al cuarto día atendí una de sus llamadas, para ese momento ya se me había pasado la bronca y mi pene reclamaba atención, pero mi orgullo me obligó a hacerme el recio y la obligó a ella a ofrecerme una generosa compensación.

El tema es que ella vendría a cenar y en teoría traía la comida hecha. Supuse que traería unas pizzas o algo simple y luego habría mucho, mucho sexo, terapia con la cual me habría dejado más que conforme. Cuando ya sentí que debía ser hora de su llegada sentí los golpes en la puerta que ya identificaba eran de ella. Antes de abrir la puerta quise poner mi cara más recia, con el único fin de darle a entender que aún perduraba mi enfado, pero me duró medio instante al ver sus ropas, su vestidito de cuero negro pegado a su cuerpo evidentemente desnudo debajo, apenas cubría sus muslos al borde de la gloria, atado a los costados con tiras o hilos a modo de cordones uniendo en zigzag la pieza trasera de la prenda con la delantera dejando a la vista una buena porción de su piel y que por su gran abertura erradicaba cualquier duda y certificaba su condición de desnudez debajo de tan liviano atuendo, su pelo castaño suelto sobre sus hombros, su maquillaje discreto que acentuaba su gesto comprador y su sonrisa cómplice me hicieron temblar las piernas y endurecer la pija, en el momento me pregunté a mi mismo como había hecho para llegar hasta mi casas sin que la violaran en el camino.

De un tirón la metí adentro, cerré de un portazo y tomándola del cuello con una mano la puse contra la pared,

Ay Bruto!

Puta!

Ella reía con nerviosismo ante la presión de mi mano en su cuello, que si bien la mantenía bajo control era una presión leve como para que supiera que sólo estaba jugando con ella

porque venís vestida así? Sabés que hiciste cagadas no?

Soltame bruto! Me das miedo... – sus ojos reflejaban un temor divertido, yo sabía que en realidad no la asustaba o la hubiera soltado al instante.

No te suelto nada. Mirá como viniste putita – metí mi mano libre por entre sus piernas subiendo lentamente acariciando sus muslos a la par con los costados de mi mano yendo directamente a su concha, ella abría conscientemente las piernas para facilitarme la tarea y hundí profundamente mi dedo mayor en su concha ya por demás mojada – estás caliente ya? – saqué mi dedo de su concha y se lo puse en la boca. Ella lo chupó con toda su sensualidad, haciéndome estremecer de lujuria, y me fundí con ella en un beso apasionado para probar el sabor de sus flujos vaginales aún flotando en sus labios.

Mariela me pidió un poco de paciencia, cuando vio que yo empezaba a entusiasmarme con su presencia y mi ropa iba cayendo al piso. No quiso explicarme, pero supuse que la habría invitado a Vanesa y debíamos esperarla. Una vez más me contuve, las cosas con Vanesa siempre se ponían de lo mejor y era bueno estar bien preparado y descansado para un mejor rendimiento. Mi pija latía dentro de mis pantalones, tenía una erección dolorosa y potente y mi mente luchaba por internarme nuevamente en mi mundo perverso y sexópata imaginando a Mariela y Vanesa besándose y saboreándose la una a la otra como tantas veces lo hicieron frente a mí y cuyo espectáculo no me canso de ver. Hice un esfuerzo casi inhumano para mantenerme en la realidad, con tal de que lo que hiciéramos fuera una total sorpresa. Y vaya sorpresa que fue, cuando sonaron los golpes en la puerta, Mariela se levantó a atender y detrás de Vanesa entró Gabriela y luego un chabón con un gran parecido a Gabriela, re fachero y un poco más ancho que yo con carita de entusiasmado.

No quise adelantarme a los hechos, pero mi pija ya me avisaba que se armaba fiesta de la mejor y si Mariela siempre pudo sorprenderme de la mejor manera, esta vez era para hacerle un monumento y para dejar en el olvido la mala experiencia pasada anteriormente. Vanesa y Gabriela llevaban atuendos similares al de Mariela, las dos muy provocadoras y las dos muy hermosas. Mariela, debo decir que está más que buena, pero se veía totalmente eclipsada ante la presencia de las dos rubias.

Mariela tomó la palabra algo nerviosa.

Bueno chicos, los presento: Fer, el es mi novio o "algo así" Fernando. – dijo mientras reía – y Fer, él es Fernando el hermano de Gabriela.

Nos miramos con el tipo este, nos dimos un fuerte apretón de manos y nos sonreímos, pero noté cierta desconfianza en su mirada y aunque la idea de saber que este flaco se cogía a la hermana podía excitarme a niveles impensados, no me gustaba nada la tensión que provocaba su actitud. Por suerte, Mariela –que debe ser la mina más inteligente que conozco- notó de inmediato que se estaba creando un ambiente con cierta tensión y que el futuro de la fiesta peligraba. Me llevó aparte y me dijo que fuera con él a comprar a la esquina alguna boludez, un vino frizzante algo así para aflojar la tensión, que ella intentaría ir calentando las cosas con las chicas. Obivamente no tuve que preguntar cuáles eran los planes, ya que comida no había, así que demás estaba creer que la reunión era para cenar. Salí de la habitación poniéndome la campera y le dije a Fernando en tono amable pero firme que me acompañe.

Salimos a la calle, prendí un cigarrillo y le ofrecí otro a él que me aceptó con seriedad. Disminuí la marcha un poco por que parecía que íbamos corriendo. Y en un momento me detuve en seco.

hablemos – le dije serio

Bueno – dijo él poniéndose firme ante mí y la tensión que ya había entre los dos se elevó hasta el cielo, cualquiera de los dos que dijera algo que pudiera resultar ofensivo al otro desataría una lluvia de trompadas digna de ver. Los dos estábamos físicamente parejos, él tenía algo de ventaja en altura y grosor, pero era mínima y yo estaba dispuesto a darle la pelea de su vida si era necesario.

Pongamos las cosas en claro. Hay algún problema conmigo? no me gusta como me mirás. – mis palabras eran firmes pero igual adopté una posición pasiva, ya que mi intención no era tener una pelea en el mismo momento en que tres mujeres hermosas esperaban por sexo en mi departamento

Te entiendo, pero vos entendeme a mí. Yo no te conozco. – él también bajo un poco los humos dispuesto a terminar las cosas de manera pacífica.

Yo tampoco te conozco a vos y sin embargo no te miro con cara de ojete.

Mi comentario hizo más firme la tensión existente, pero el reconoció que estaba en falta haciendo un gesto de darme la razón. Decidí dejar de atacar y mostrar la realidad de los hechos a fin de llegar a una conciliación.

Pongásmoslo así: yo no te conozco y vos no me conocés, pero eso no quiere decir que no podamos llevarnos bien.

Tenés razón. - Su seriedad perduraba

Bien. Ahora mirá a tu alrededor – el miró a la gente que pasaba sin prestarles demasiada atención – vos creés que cualquiera de estos tipos que están pasando, tienen 3 de las minas más hermosas de Argentina esperándolos para tener sexo.

No, no creo.

Obvio que no! Pero nosotros sí. – noté que empezaba a ver las cosas a mi modo- y aunque eso no nos hace mejores que ellos, nos convertimos en un par de pelotudos los dos, si nos ponemos a medir diferencias entre nosotros teniendo a las tres chicas esparándonos

Otra vez tenés razón.- esta vez ya sonreía – te pido una disculpa.- su tono serio desapareció - Empecemos de nuevo. Fernando mucho gusto – extendiéndome la mano en señal de amistad presentándose nuevamente.

Fernando, un gusto para mí también. – Me presenté yo también y una vez bajados los humos, no pude evitar hacer un chiste – te invito a coger a mi casa

Bueno, vamos – dijo él riéndose y una vieja que pasaba nos quedó mirando con desprecio por que nos había escuchado

Degenerados! – dijo la vieja

Los dos nos echamos a reír estrepitosamente, mientras emprendíamos el camino de vuelta, aunque yo tuve ganas de hacerle una invitación a la vieja sólo para aumentar su indignación. Entramos en el departamento y las chicas ya estaban más que cariñosas entre ellas pero aún vestidas, los dos nos quedamos embobados con la imagen de las tres chicas acariciándose entre ellas y besándose con lujuria pero sin ser demasiado obscenas. La escena parecía proyectarse en cámara lenta ante mis ojos, Mariela se incorporó un poco

y??? No compraron nada para tomar? – los dos nos quedamos mudos, ni siquiera habíamos llegado al negocio, miré a mi compañero a ver si se le ocurría algo, pero también estaba mudo.

Estaba cerrado – fue lo primero que se me ocurrió

Ah.- Mariela se dio cuenta en seguida que la tensión había desaparecido- bueno que se le va a hacer?. Pasen, o se van a quedar mirando desde la puerta?

Fernando se fue directamente con Mariela mientras Gabriela y Vanesa se apuraban a atajarme a mí para alejarme de ellos, no puse la menor resistencia las dos ya demostraban una gran excitación y Gabriela se veía realmente emocionada con lo que se venía. Vanesa me ordenó ir con ella, y Gabriela casi desesperada iba liberando mi pija que denotaba un enorme bulto en mi pantalón, mientras me guiaba hasta el sillón.

Mariela ya había acomodado a Fernando en el sillón de enfrente, se había montado sobre él y se comían la boca con desesperación mientras él le corría mano por dónde podía. Debo confesar que aunque me dio un poco de celos me gustó la imagen, ya llevaba un tiempo diciéndole a Mariela que quería verla coger con otro y hoy se cumpliría mi fantasía y otras más. Estaba un poco absorto viendo a Mariela y a Fernando que no me di cuenta en qué momento Gabriela descendió hasta mi pija y empezó a chuparla, Vanesa me tapó la visión de Mariela y Fernando poniéndose enfrente mío y besándome con una pasión que nunca antes me había proporcionado. Respondí con la misma pasión y me fui dejando llevar por las grandes habilidades de Gabriela en mi pija.

Abrí el cierre del vestidito de Vanesa y la despojé de su pequeña prenda quedando únicamente con su tanga y sus botas puestas, sus enormes tetas llenaron mis ojos e inmediatamente mi boca y mis manos mientras Gabriela se desarmaba chupándome la pija con gran destreza dándome suaves lengüetazos y mordiscos que aumentaban mi gran excitación. Sentí de pronto que Gabriela soltaba mi pija y aproveché el momento para recostarme en el sillón. Vanesa se puso encima mío, y jugaba con mi glande que rozaba su concha por encima de la tanga, moviéndose como si la estuviera penetrando. De reojo vi como Gabriela se sacaba también su pequeño vestido. Quedando en la misma situación que Vanesa. Ella fue hasta el otro sillón donde Mariela y Fernando ya estaban completamente desnudos, Mariela seguía encima de Fernando y la pija de él se acomodaba entre sus glúteos cubriéndole toda la raja. Gabriela se aproximó a él y le plantó un jugoso beso en la boca, eso ya me excitó en demasía pero me terminó de sacar de mis cabales cuando ella se agachó y se metió una gran porción de la pija de su hermano en la boca, se levantó, le pegó un sonoro chirlo en el culo a Mariela "cuidame esto" le dijo y volvió con nosotros.

La boca de Gabriela volvió a sus quehaceres en mi pija, me la chupó un poco mientras corría la tanga de Vanesa librando su concha, sentí mi glande en contacto con los labios vaginales de Vanesa. Gabriela inició una lamida que abarcaba toda mi pija y continuaba con la concha de Vanesa, a los dos nos encantaba lo que hacía, nos fue llevando lentamente a un éxtasis relajado, sin dejar de besarnos gemíamos de placer en cada lamida de Gabriela esperando por la próxima, pocas veces vi a Vanesa tan sumisa, ella generalmente asumía el rol de ama dominante, pero esta vez era una más abandonada al placer dejándose hacer a gusto por las habilidades de su amiga.

Vanesa se bajó de encima mío y ayudándome a incorporarme, me sentó otra vez en el sillón, se acomodó al lado de Gabriela entre mis piernas y luego de besarse entre ellas se abocaron las dos a la tarea de darme la mejor tirada de goma de mi vida. Yo me sentía alucinar, no podía creer lo que estaba pasando, no podía detenerme a pensar en cada detalle que debería estarles describiendo de cómo viví ese momento, era demasiado. Ya me sentía enloquecer cada vez que estaba con Mariela y Vanesa, pero esta vez éramos cinco disfrutando sin tapujos de nuestros cuerpos, dejándonos llevar por lo que dictaba el deseo, le lujuria, el momento, era algo impresionante. Gabriela y Vanesa parecían desvivirse por tener más tiempo mi pija en la boca, Vanesa siempre se había destacado en el ramo pero Gabriela le daba una batalla increíble, las dos gatas en celo, hembras calientes llámenle como quieran, me estaba chupando la pija que parecía un sueño. El placer me ahogaba, me sentía aturdido.

La primera eyaculación no se hizo esperar intenté detenerla, pero la voz de Mariela incrementó mi calentura "...Ay Gaby, que pija que tiene tu hermano!!! Y que rica!!!" Mariela chupaba con devoción la pija de Fernando, mientras Gabriela y Vanesa se comían la mía con tanta o más devoción que Mariela, no pude aguantar y fue Gabriela la feliz adjudicataria de mi primera y más abundante acabada de esa noche, lo que me sorprendió es que siguió y siguió chupando se tragó absolutamente todo lo que largué sin dejar de mirarme directamente a los ojos y a pesar de mis gemidos y retorcidas Vanesa pareció no percatarse del todo de mi primer orgasmo, aunque me hubiera gustado que así fuera, ella sabía usar mejor la boca cuando yo acababa, pero no podía dejar pasar la boquita de Gabriela que esa noche estaba estrenando.

A pesar de la eyaculación no estaba tranquilo, la imagen y el ambiente eran demasiado fuertes como para tranquilizarse con un solo orgasmo: esta noche sería mi más memorable experiencia. Nos bajamos al piso con las chicas y luego de terminar de desnudarlas por completo les pedí que hicieran un 69, inmediatamente se acomodaron Gabriela abajo y Vanesa arriba, ellas no demoraron un instante en empezar a chupetearse mientras yo iba de una punta a la otra chupando y lamiendo culos y conchas conforme se me presentaba. Estaba muy sacado de mis cabales y necesitaba eyacular otra vez, para poder calmarme un poco y disfrutar con tranquilidad el momento. Aproveché la semi posición en cuatro de Vanesa y de una sola embestida le enterré mi pija entera en su mojada y caliente concha. Vanesa dio un fuerte gemido de placer, yo la penetraba violentamente mientras Gabriela seguía chupándole la concha alternando ahora con mis huevos. La calentura de Vanesa debía ser tanta como la mía por que no aguantó ni dos minutos cuando el grito de su primer orgasmo retumbó en todo el living del departamento. "Ahora me toca a mi" dijo Gabriela desde su posición y así como estaban ellas me fui a la otra punta buscando la concha de Gabriela.

Vanesa limpió sus propios jugos de mi pija con su boca, sin dejar de meter profundamente sus dedos en la concha de Gabriela que ya gemía anunciando una oleada de inmenso placer. Igual que a Vanesa se la hundí sin el más mínimo decoro extrayéndole un dolorido gritito a Vanesa ya que por la fuerte penetrada, parecía que Gabriela le hubiera mordido la concha, no me detuve a hacer averiguaciones y empecé a embestir a Gabriela, al tiempo que Vanesa se sentaba por completo en la cara de Gabriela y empazaba a gozar al unísono nuestro. Gabriela ahogaba sus gritos y gemidos en la concha de Vanesa, pero Vanesa y yo gozábamos sin reparo alguno, mi nuevo orgasmo se anunciaba por el aumento de mis expresiones, en ese momento Fernando me llamó la atención -que por cierto ya la tenía a Mariela en cuatro y le daba con tantas ganas como yo a su hermana-, me pidió que no acabara adentro, por que no quería encontrarse con semen mío si después quería cogerse a su hermana, creo que eso fue lo suficiente para terminar de completar mi calentura saber que Fernando y Gabriela eran hermanos, que iban a coger y que yo iba a mirar! Guau! Esto no podía ser mejor.

Aceleré mis embestidas, llevando a Gabriela a su primer orgasmo que a la vez por la intensidad que produjo en sus lengüetazos provocó un nuevo orgasmo en Vanesa que ya venía contando varios. Yo estaba a punto de acabar y llamé la atención de Fernando para que viera: en el momento justo retiré mi pija y regué toda la concha de Gabriela con mi semen que saltaba a chorros abundantes y gruesos, y sin siquiera mediar indicación alguna Vanesa se abalanzó a comer mi esperma de la concha de Gabriela. Fernando tenía una expresión de embobado y parecía no poder creer lo que veía: Vanesa limpiaba y tragaba con todo gusto mi leche desde la concha de su hermana y las dos lo disfrutaban. Sus embestidas aumentaron y el placer de Mariela era inmenso de acuerdo a sus gritos. Cuando estuvo a punto de acabar le dijo a Mariela que quería hacerlo en su boca.

Mariela ni lerda ni perezosa se acomodó en frente de la gran pija que portaba mi tocayo, y mientras él se masturbaba para alcanzar el orgasmo ella se metió toda la cabeza de su pija en la boca, Fernando empezó a bramar cada vez más fuerte hasta que acabó lanzando un rugido que si alguien en todo el edificio había logrado conciliar el sueño con nuestro barullo, ya lo había despertado. Mariela recibió una parte en su boca, pero tuvo que apartarse por la abundante cantidad de leche que largaba la pija de Fernando. Mariela medio se alejaba y la leche de Fernando parecía que buscaba alcanzarla por que cada vez que saltaba iba a dar en su cara, no pude evitar largarme a reír, era muy cómico, parecía que la pija de Fernando se había encarnizado con llenar de leche la cara de Mariela, por suerte para Mariela, Vanesa se apuró a socorrerla controlando con su boca el resto de la eyaculación y dejando reluciente la pija de Fernando de una punta a la otra.

Sin darme cuenta mi pija ya estaba dura otra vez o no sé si nunca bajó del todo, la cosa es que con las caricias que Gabriela me daba me calenté de nuevo. Me senté otra vez en el sillón y la puse sobre mí, ella sola apunto mi pija a su concha y ya más tranquilos los dos nos dimos placer más sereno pero muy caliente. Fernando por su parte recostado en el sillón aún agitado intentaba recobrar la respiración. Llamé a Mariela y a Vanesa para que lo dejaran reponerse, y alternando entre una y otra me mantuve en la misma posición todo el tiempo pasando las tres conchas por mi pija haciéndome entrar otra vez en un placer alucinatorio y desbocado que no podía controlar

Mientras Fernando descansaba para reponerse de tanta actividad yo le dejé bien claro que el podría tenerla más grande (aunque tampoco era tanta la diferencia), pero no llegaba ni a la mitad de mi aguante, dándoles a las chicas todo lo que podía sin dejar de atender a ninguna ni demostrar preferencias. El por su parte mientras esperaba una nueva erección, había empezado a tomar el control desde su sillón indicándoles a las chicas qué hacer, cómo ubicarse para tener una mejor visión y que hacer las dos que no estaban siendo penetradas por mí en ese momento. Ninguno de los cuatro que estábamos siendo manipulados por Fernando nos sentíamos incómodos con la situación y obedecíamos divertidos pero en un momento decidí revelarme a sus direcciones y me quedé con Gabriela encima mío, nos besábamos con mucha pasión y nos salimos de lo divertido para entrar más y más en lo caliente, la empujaba de la cintura hacia abajo para obtener la más profunda penetración.

Fernando aún en su papel de director de obra les indicó a Vanesa y Mariela acariciar a su "hermanita", en ese momento Gabriela pareció encenderse al escuchar esa palabra. Fernando se aproximó a nosotros y empezó a hablarle al oído "estás caliente hermanita" comenzó diciéndole Gabriela parecía enloquecer cada vez que su hermano la nombraba así y su cuerpo iba tomando cada vez más ritmo, de pronto sentí algo raro en mi pija, Vanesa ya estaba empezando a jugar con el ano de Gabriela y yo sentía su dedo meterse en el culo de mi amante de turno a través de la delgada piel que separa la vagina del ano, Gabriela sofocada de placer por todos nosotros se rendía complaciente a nuestros estímulos: Fernando con sus palabras, Mariela detrás de ella amasando su tetas, Vanesa jugando con su ano y yo con mi pija en su concha. Sin quererlo ni planearlo estábamos todos abocados al placer de Gabriela que se retorcía de lujuria y pedía más y más. De pronto Vanesa me miró con complacencia y sentí su mano agarrar mi pija, ayudó a Gabriela a levantarse un poco y sin que nadie se opusiera apuntó la cabeza de mi verga al culo de Gabriela, ella no puso resistencia alguna y me pija entró como un vagón en un túnel.

Gabriela hizo un leve gesto de dolor pero sus propios movimientos lo fueron mitigando y pronto el dolor fue placer y el placer se le vovió locura y deseo que invadieron su cuerpo, Fernando no paraba de hablarle groserías al oído, diciéndole cuánto le gustaba ver como yo le rompía el culo, que él creía que era una nena pero que era muy puta y otras cosas que Gabriela asentía y parecía enloquecer al escucharlas, Gabriela cerraba los ojos inmersa en su propio delirio y se dejaba hacer. Vanesa que antes estimulara su ano ahora tenía su mano entre nuestros vientres sudados y mojados de flujos vaginales estimulando su clítoris, Fernando no paraba de decir groserías y el tono ya se le había disparado en un estado de lujuria carnal indescriptible, me sentí identificado con sus palabras, le decía lo mismo que yo solía recitarle a Mariela cuando me la estaba cogiendo para lograr una mejor excitación en ella. Su cara se había deformado en un gesto de deseo agresivo, "ahora te vamos a coger entre los dos hermanita", la idea me encantó y aunque Gabriela quiso negarse, Fernando no le dio oportunidad de emitir réplica.

Yo saqué mi pija del culo de Gabriela y se le metí otra vez en la concha bien profunda, Gabriela, no tardó en tentarse con la idea de la doble penetración y tomando un fuerte ritmo con mi pija adentro pedía sin cesar a su hermano que la penetrara por el culo. Mariela cedió su lugar a Fernando y detrás de su hermana se preparaba para sodomizarla. Si antes Fernando tenía cara de sacado, en ese momento pareció transformarse en un monstruo sexual.

Yo me considero un degenerado, pero mi tocayo no se quedaba atrás. Gabriela montada en mi pija se zarandeaba como tornillo suelto, levantó el culo a pedido de su hermano y yo sentí en mi pija, como su concha se estrechaba más y más a medida que la tremenda poronga de mi contrincante se abría paso en las entrañas de ella, que gritaba desesperada de placer y lujuria, Gabriela apretaba los dientes y yo sentía sus uñas clavarse en mis hombros aumentando la presión a medida que su hermano penetraba más y más en su culo. La concha de ella se sentía cada vez más húmeda, mas caliente y más apretada, Fernando empezó a moverse, la acabada anterior lo había tranquilizado bastante y tenía para aguantar un rato, Vanesa y Mariela por su parte se masturbaban la una a la otra sin perder detalle de la doble penetración a que Gabriela era sometida y que disfrutaba como una puta de lo más caliente. "Vayan estimulándose la colita chicas" dije yo, ya totalmente perdido en la situación y planeando la siguiente operación "por qué" preguntó Mariela haciéndose la desentendida "simple: a Uds. también les va a tocar" "si si! Corresponde!" asintió Fernando.

Gabriela acababa incesantemente con las dos pijas adentro, gritaba y gemía de placer, se mordía los labios enloquecida y sumida en la lujuria, hasta que el último orgasmo fue tan fuerte que casi se desmaya, en el momento en que empezó a anunciarlo Fernando y yo la penetramos conjuntamente lo más profundo que pudimos y Gabriela lanzó un grito de placer y su cuerpo empezó a temblar como si tuviera un ataque o algo y cayó rendida sobre mí pidiendo receso para descanso. Fernando se incorporó sacando con cuidado su pija del culo de su hermana para no hacerla doler, Gabriela aunque había disfrutado de una forma indescriptible la doble penetración dio un suspiro de alivio al sentir su ano liberado de tremendo intruso.

Mariela sin que nadie le pidiera, vino a ocupar la posición de Gabriela y Fernando ya se preparaba para la siguiente operación "MOMENTO!!!" Grité ante la mirada sorprendida de todos, "cambio de mina, cambio de lugar" le dije a Fernando que no tuvo objeción el respecto, cambiando nuestros respectivos lugares. Mariela se acomodó arriba de Fernando y con su ayuda se metió profundamente la pija de él en su concha, dobló su cinturita y separando sus glúteos con las manos me ofreció su culo caliente y dilatado para que metiera mi pija tan adentro como fuera posible. Mariela recibió con firmeza las dos pijas, si bien la de Fernando era más grande, yo no me quedé nada atrás, el estado mental de excitación permanente que había alcanzado, me había puesto la pija de tamaño irreconocible para mí mismo que sabía de los efectos de una flor de calentura, pero esta vez superaba todo lo imaginado y sería una ocasión que no se repetiría, (o al menos eso pensé).

Ok, no voy a seguir detallando lo sucedido en ese momento, por que sería más de lo mismo ya relatado y eventualmente los aburriría, la noche terminó de forma infernal, quedamos todos casi muertos por el esfuerzo, Fernando y Gabriela se fueron ya cerca del amanecer, Mariela y Vanesa durmieron conmigo.

Mantuvimos el contacto con Gabriela y Fernando hasta que él tuvo que irse. Repetimos la experiencia dos veces más para que se vaya con un buen recuerdo. Entablamos una excelente amistad y hasta el día de hoy nos mantenemos en contacto. El siempre me pide que cuide de su hermana, y aunque sabe que ahora Gabriela forma parte del grupo en que estábamos Mariela, Vanesa y yo, y que obviamente yo mantengo su sexualidad súper activa, eso no le molesta por que sabe que cuando vuelva todos lo estaremos esperando para repetir lo vivido y que nadie reemplaza su lugar.

Mi relación con Mariela sigue siendo casi oficial podría decirse, ella tiene todos los derechos sobre mí y yo sobre ella, Vanesa y Gabriela tienen un importante lugar en nuestra sexualidad y yo no podría ser más feliz. Soy la envidia de mis vecinos por que muy seguido pasan los tres bombonazos a mi casa o yo salgo con ellas y saben que la fiesta se arma y es algo terrible. Muchos de mis vecinos se han querido acercar a mí buscando que les haga un lugar con las chicas. Pero ninguno lo ha logrado, ni a mí ni a las chicas les interesa. Sólo estamos esperando a que vuelva el hermano de Gabriela para que tome su lugar.

Un día que fui a buscar a Gabriela para una de nuestras típicas reuniones, se me ocurrió preguntarle, cómo fue que había terminado en su incestuosa relación, ella empezó a contarme con lujo de detalles el cómo y el porqué de su relación fraternal.

... y se dio, yo creo que se tenía que dar.

Terrible historia la tuya Gaby. Me hiciste re calentar guacha! – le dije sonriendo.

Ya veo. En serio, que sos un calentón de mierda como dice Mariela – me respondió ella manoteando mi bulto ya duro

Che. Se me acaba de ocurrir algo, a ver que te parece?

A ver?

Vos sabés que yo, escribí un par de relatos eróticos que publiqué en internet.

Ah no sabía.

Si en serio. Pero no fueron muy buenos, y quería encontrar otra idea para contar un relato.- Mis ojos se iluminaron a modo de súplica.

Que? Querés contar mi historia?

Siiii, me dejás?

Mmmm no sé. No me gusta la idea, y si lo lee alguien que conozco y me reconocen.

No seas boluda Gaby. Cambiamos los nombres y ya está.

Ah bueno así si. Dale escribilo, y yo te doy bien los detalles para que no se te escape nada.

Bárbaro yo los escribo y vos los corregís.

Y cómo le ponés: "hermanitos calientes" JA JA JA.

No, pensaba algo más relacionado con cómo fue: que te parece "Sueños húmedos"...

FIN.