Sueños húmedos (3)

Fernando le enseña a su hermana los placeres del sexo oral.

Saludos a todos! Pido mil disculpas por la demora en la presentación de esta parte. Realmente quería que este fuera el último capítulo pero "Gabriela" insistió en poner mayor énfasis en esta parte. Si bien no describe ni la décima parte de sus sensaciones las acciones se acercan bastante a la realidad y aconseja a las mujeres tratar de centrarse lo más que puedan en la descripción de los actos cuando lo lean. Disfrútenlo.

SUEÑOS HUMEDOS III

te gustó lo que te hice? – Gabriela se atrevió a romper el silencio

muchísimo!!!

A mi me encantó tu pija, es muy grande y muy rica. Así que cuando quieras lo podemos hacer de vuelta.- su tono ya era lascivo y provocador.

Primero que nada hay que poner las cosas claras Gaby – la seriedad en su cara casi le cortó de momento la inspiración a Gabriela que se vio un poco defraudada – y para eso – prosiguió – hay que emparejar la balanza. Así que ponete cómoda que ahora te la voy chupar yo.

Para sorpresa de Fernando, Gabriela no se vio muy entusiasmada con la idea, incluso parecía querer rechazar la proposición.

que te pasa. No querés?

No es que no quiera – explicó Gabriela- pero no es necesario. Aparte no es algo que me llame mucho la atención.

Fernando cada vez más perplejo, no terminaba de caer en su asombro, en su vida jamás creyó conocer a una mujer que rechazara una chupada de concha y lo último que esperaba de su hermana que tan bien se la había chupado, que fuera ella la primera. Fernando se quedó un rato sin palabras. Miraba a su hermana, que aún vestía su pequeño pijama de short y remerita poco escotada.

Bueno Gaby, vos sabés que yo siempre te entiendo y te comprendo, y por sobre todo siempre trato de complacerte.

Aha, y por eso te quiero mucho- respondió ella abrazándolo y besándolo en la mejilla

Bueno, entonces creo que merezco algo a cambio no

Ay sos un guacho! Me estas sobornando!!!

Un poco... – Fernando ya reflejaba el morbo de la situación y como pidiendo permiso metió la mano en el short de su hermana hasta llegar a su vagina para meterle profundamente su dedo mayor- estás empapada y te la quiero chupar – continuó diciendo

Ahhhhhh! Que lindo, ferchu... eso si me gusta... uuyyy! Que lindos deditos... Seguro me la querés chupar ... uuuhhhh... convenceme- ella sabía que él lo deseaba y el sólo pensarlo la excitaba nuevamente.

Fernando siempre fue del lema de que "a buen entendedor pocas palabras bastan" y sin decirle nada le sacó la mano de su vagina, ya ante la atenta mirada de su hermana olió profundamente su dedo, miró a su hermana con su peor cara de depravado para que ella notara cuánto le gustaba su olor, y con toda la lascivia que se puedan imaginar se chupó el dedo sin sacarle la vista de encima a su hermana.

Mmmm, que rico hermanita, ahora quiero probar de la fuente.- Gabriela miraba boquiabierta y sentía el corazón en sus sienes a punto de reventarlas

Bueno...- atinó a decir con un hilo de voz

El actito de Fernando surtió el efecto que él quería y puso a su hermana completamente a su merced. Si bien Gabriela no mostraba gran interés por que le practicara sexo oral, el que fuera su hermano quien se lo iba a hacer era razón más que suficiente para dejarse hacer y Fernando estaba seguro que nadie la habría hecho disfrutar bien de una buena chupada de concha, y él era ahora el responsable de cambiar eso.

Gabriela se acostó boca arriba, Fernando arrodillado en el piso al borde de la cama la sacó en un solo movimiento short y bombachita, dejándola sólo con la parte superior del pijama. Sin dejar de mirarla a los ojos, Fernando empezó a acariciar su cintura, subiendo a su pancita, bajando por su vientre, esquivando su monte de venus como quien no quiere la cosa para terminar acariciando sus delicados y torneados muslos. La poca luz que había en la habitación fue suficiente para que él notara que su hermana estaba totalmente depilada, su primer impulso fue abalanzarse sin piedad sobre esa conchita que aparentaba una suavidad de algodón, pero esta debía ser una experiencia inolvidable para Gabriela y tenía que usar toda su experiencia .

Acercó lentamente su cara hasta el vientre de Gabriela, la respiración agitada de ella más el temblor acompasado en su vientre revelaba su actitud de expectativa y que tenía el corazón latiendo a mil. Fernando seguía sin tocarla, olía su piel la recorría calentándola con su aliento, llevando a su hermana al borde de la desesperación. Ella sentía el calor que emanaba la boca de su hermano bajando por su vientre hasta su monte de venus, recorriendo y calentando sus ingles, pasando a sus muslos y acercarse lentamente a sus labios vaginales. Ella sentía un cosquilleo por toda su columna que la enloquecía. Fernando manteniendo los movimientos calmos en todo momento, volvió a subir hasta su vientre he hizo el primer contacto. Gabriela sintió los labios de su hermano posarse suavemente dos centímetros encima de su ombligo, la piel se le electrizó, la hizo contorsionarse involuntariamente, y largar un suspiro que reveló todo el placer que estaba sintiendo.

Fernando se tomó todo el tiempo del mundo, besando suavemente cada centímetro del camino que lo llevaría hasta la vagina de su hermana. Pasando por su abdomen, llegando a dos centímetros de su monte de venus, desviándose por las ingles uniendo una y otra con un puente imaginario que formaba pasando su aliento caliente por sobre la zona tan sensible. Gabriela respiraba acelerada y aunque el contacto era poco, se retorcía de placer y expectativa, su estómago parecía estar lleno de mariposas y sus ojos se cerraban solos, la piel se le erizaba con cada contacto de los labios de su hermano y el cosquilleo en la columna la hacía doblegarse involuntariamente.

Fernando llegó hasta sus muslos y tomándola por la parte de atrás de las rodillas le levantó las piernas dejándoselas bien abiertas y con su vagina totalmente expuesta a sus ojos, deseos y antojos. Gabriela invadida por ese mar de sensaciones nuevas lo alentaba a seguir, con palabras poco audibles que se le mezclaban con la respiración agitada y sus gemidos. Fernando le dio el primer beso sobre el hermoso y depilado montesito de piel justo encima de la abertura vaginal de los labios mayores. Gabriela sintió que se derretía de placer, su cuerpo tembló completamente por el instante que duro el contacto de los labios de Fernando.

Gabriela estaba totalmente entregada a las destrezas de su hermano, mientras él con toda su calma se dedicaba a arrancarle suspiros de placer besando los alrededores de su vagina sin tocarla del todo. Fernando hubiera seguido toda la noche haciendo desear a su hermana el contacto con su clítoris y sus labios internos, pero ni siquiera él podía resistir la enorme tentación de probarla. Los ojos le entregaban la visión de la concha de su hermana abierta de par en par, totalmente depilada y que aseguraba una suavidad absoluta, el aroma suave de conchita caliente y jugosa hacía en su nariz una fiesta en la que su boca reclamaba unirse.

Sus besos fueron tomando más consistencia en los labios mayores de Gabriela, su lengua empezó a formar parte en la operación y con toda la calma que traía hasta ahora, se fue acercando hasta su centro mismo para posarle un jugoso beso en su clítoris. Gabriela se sintió desfallecer ahí mismo, su mente estaba totalmente nublada por el placer, su cuerpo temblaba con el éxtasis de tantas sensaciones, sentía los labios de su hermano acariciando su clítoris, su lengua bajaba y subía de su orificio vaginal sorbiendo sus flujos, llevándola a un placer inimaginable para ella. Sin querer soltó un tembloroso gemido que le dio la certificación a Fernando de que estaba obrando de excelente manera.

La operación debió durar menos de tres minutos, Gabriela no pudo soportar tantas sensaciones, y los gemidos de su hermano en su vagina delataban cuánto se regocijaba con el sabor de su abundante flujo, con sus besos caricias y lengüetazos la llevó al límite mismo del éxtasis. Su cuerpo ya no era su cuerpo y no podía controlarlo, se le había convertido en un receptor de placer hipersensible y tembloroso. Ella estaba absorta en tanto placer, sintió dos dedos que se infiltraban en su conchita súper mojada, y un orgasmo naciente le recorrió todo el cuerpo haciéndole tensar cada músculo, crispándole cada uno de su nervios.

Fernando sintió las manos de su hermana tomarlo de los pelos presionándolo contra esa sabrosa concha que destilaba flujos como una cascada, hundió sus dedos hasta el fondo y succionó con delicada intensidad el inflamado clítoris que se prestaba a sus caricias. Gabriela con un mínimo resto de conciencia alcanzó a manotear la almohada para ponerla en su boca con el fin de contener los fuertes gemidos que le era imposible controlar. Fernando sintió en sus dedos la consistente presión vaginal que se presentaba en espasmos intermitentes, y cuando tuvo a su hermana en el borde del placer metió el tercer dedo en lo profundo de su concha, sin dejar de besar y lamer su clítoris al tiempo que ella se desarmaba en un orgasmo intenso y duradero, que resonó en un grito apagado por la almohada.

Fernando se levanto y se recostó al lado de su hermana, le quitó la almohada de la cara y la besó en la mejilla.

  • y? Te gustó?

Gabriela sin poder contestar sólo atinó a esbozar una sonrisa boba y con la mirada desorientada

sos muy rica Gaby, me encantó tu sabor. Me encanto sentir cómo te mojas toda.- Gabriela sintió la calentura en las palabras de su hermano.

Fernando no había sacado aún sus dedos de la vagina de su hermana y seguía acariciándola lascivamente, rozando a propósito su sensibilizado clítoris para provocarle temblores. La condición de aturdida de Gabriela le imposibilitaba defenderse o intentar detener a Fernando, aunque tampoco quería.

De pronto unos pasos en la escalera fueron el aviso que alguien se acercaba. De un salto se metieron a la cama y se hicieron los dormidos. Los pasos siguieron hasta por el final del pasillo hasta el baño, la puerta del baño se cerró. Gabriela y Fernando no pronunciaban palabra, se miraban entre ellos con el terror y la picardía de quienes han hecho travesuras y van a ser descubiertos. La descarga del tanque y la puerta que se habría anunciaba que la persona del baño se acercaba de vuelta. Los pasos pasaron de largo una vez más y ellos respiraron con alivio. Si alguien hubiera entrado en ese momento estaban fritos, la habitación apestaba a sexo, a cuerpo transpirados, a secreciones corporales de toda índole.

Decidieron calmarse por esa noche, no sin antes volver a manosearse un poco, mientras se daban pequeños piquitos que terminaron en jugosos besos de lengua. Lentamente se durmieron, los dos de costado y mirándose de frente, cada uno con una mano en los genitales del otro.

En esa misma posición la primera en despertarse a la mañana siguiente fue Gabriela. La emoción de que su querido hermano, ahora amante, fuera la primera imagen de la mañana, sintió que le llenaba el alma, aprovechando que aún tenía el miembro de su hermano en la mano, lo usó a modo de despertador. Lo llamaba suavemente mientras lo masturbaba con destreza. Fernando no tardó en reaccionar ante los llamados y caricias de su hermana.

Buen día cochino.

Buen día atorrantita.

Los dos rieron, sabiendo que había nacido una nueva relación entre los dos. No se puede decir que mejor por que siempre se llevaron de maravilla y nunca se callaron el gran afecto que sentían el uno por el otro, pero si se podría decir diferente, más adulta, mas comprometedora.

Se quedaron en esa posición un rato, contemplándose sin hablar. Gabriela rompió el silencio:

habría que desayunar – Gabriela aparentaba inocencia

si vamos antes de que vengan a buscarnos.

No! Yo quiero tomar la leche acá- Aceleró su mano en el pene de Fernando indicando cuál sería el tipo de desayuno.

El miembro de Fernando se puso duro al instante y Gabriela se disponía a saborearlo, cuando los pasos en la escalera los alertaron, Gabriela saltó de la cama y manoteó su ropa interior y el pantaloncito de su pijama. Y se sentó en el borde de la cama.

Hacete el dormido

Fernando se dio vuelta hacia la pared. Gabriela se cubrió la cara con los pelos y se hizo la que recién se despertaba. La puerta se abrió y apareció la madre.

otra vez durmiendo juntos Uds.? Que chicos que son eh! – su protesta no tenía reprimenda en su tono, sonaba más a complicidad - Bajan a desayunar?

Si mami, ahí vamos, lo despierto a Fer y bajamos

La puerta se cerró, los dos se rieron por lo bajo. Ambos se lamentaron de no poder seguir con sus juegos pero hubiera quedado muy obvio que tardaran tanto. Cuando ya estuvieron listos para bajar, Gabriela aprisionó a Fernando desde atrás agarrando con sus manos su enorme bulto.

me quedé con ganas de tu leche – le dijo al oído

y yo me quedé con ganas de dártela – contestó Fernando.

Ya pensé algo para esta noche

Qué es?

... esta noche...

CONTINUARA.

Bueno gente espero les haya gustado, el próximo capítulo será el final (o al menos eso intentaré) Nuevamente pido disculpas por la demora en la publicación del presente y desde ya pido nuevas disculpas por la demora en la próxima publicación.

Agradezco comentarios y mails y sobre todo las valoraciones (Gracias Delfi de Argentina).

Saludos a todos. (Escriban). Valoren y comenten.

ferchudela@yahoo.com.ar