Sueños húmedos

Fantasía, infidelidad,dominación.

Hace poco tuve un sueño y quiero compartirlo con vosotros J

Era un sábado de abril, y mi chico y yo volvíamos de jugar un partido de pádel.

Se nos había hecho prácticamente de noche, y estábamos los dos muy cansados.

Cuando llegamos a su portal, me abrió la puerta y empecé a subir las escaleras, pues él se quedó mirando si tenía correo, y cuando llegué al primer piso me encontré con un vecino que no había visto nunca… Me quedé mirándole fijamente, pues me parecía muy atractivo, debería rondar los 30, alto, moreno, iba vestido de traje y con unas gafas de pasta.

Y yo pensé, “y yo con estas pintas” iba con unas mallas negras ajustadas, una camiseta de tirantes lila y bambas, y con mi bolsa de pádel.

Escuché a mi chico venir por detrás, así que me puse en marcha otra vez, y ese vecino que me había dejado anonadada, entró en casa, sin dejar de mirarme..

Entramos en casa y lo primero que le dije a mi chico fue si se quería dar una ducha calentita conmigo, a lo que él respondió que si..

He de admitir que había subido algo caliente por culpa de ese vecino..

Cogí ropa limpia y entré en el baño, mi chico estaba revisando su correo, lo preparé todo… Empecé a llenar la bañera, eché sales de baño y puse unas velitas rojas que tenía por ahí, tenía muchas ganas de jugar.

Ya estaba todo listo, fui para la habitación a buscarle, cogió también su ropa limpia para después y nos dirigimos al baño, pero antes de entrar le tapé los ojos con un pañuelo.

Le guié hasta dentro, le paré en medio y le dije:

-Hoy tengo ganas de jugar cariño, déjate llevar.

Empecé a quitarle la ropa suavemente, primero la chaqueta, haciéndole notar mis pechos en su espalda mientras se la desabrochaba, luego me puse delante, y fui quitándole la camiseta de deporte, mientras besaba su torso, para llegar a su boca y darle un beso.. y luego bajé, me arrodillé y empecé a quitarle los pantalones, haciéndole notar mi boca muy cerca de su polla, que parecía alegrarse de notarme cerca… finalmente acerqué mi boca a mis boxers, y empecé a quitárselos con la boca, sin usar las manos, pues mi cara y mi boca rozaban su piel.. me estaba humedeciendo por momentos, y él estaba ya muy duro.

Ahora tenía que quitarme yo la ropa, la cogí las manos y las coloqué sobre mis caderas, seguido de un,

-Desnúdame por favor.

Él no pudo evitar sonreír, y acto seguido empezó a quitarme la ropa, primero me quito la camiseta, recorriendo mi piel con sus grandes y suaves manos, luego me quitó el top deportivo, y no pudo evitar tocarme las tetas… pues le vuelven loco mis pechos..

Cada vez se acercaba más a mí, y finalmente empezó a bajarme las mallas, y se percató de algo que no sabía, no me había puesto bragas para ir a jugar el partido de pádel.. y creo que le gustó..

Ya estábamos los dos desnudos, pero él seguía llevando el pañuelo, así que le cogí de la mano y le llevé conmigo hasta la bañera, le hice entrar a él primero, con cuidado, y le dije que se tumbara dentro. Acto seguido entré yo, poco a poco y me coloqué tumbada de caras a él, entre sus piernas.. Yo estaba cachondísima, y por lo duro que estaba creo que él también.

Empecé a besarle, a tocarle y a restregarme contra su cuerpo.. mis pechos mojados y calientes por el agua contra su torso.. mi coñito muy cerca de su polla…

Le besé como nunca y le quité el pañuelo, su cara era un poema, estaba muy muy excitado, y nunca se había dejado llevar por mí, era algo raro en él, pero a mí me encantaba que se dejara.

Le dije,

-Quiero follarte nene, pero esta vez quiero cabalgarte.

Me miró con una cara…que no sabía muy bien cómo interpretar, pero yo no hice mucho caso, así que me incorporé, busqué su polla y empecé a pajearle. Estaba muy duro ya y yo tenía ganas de cabalgarle, así que me acerqué a él y me monté sobre su polla, fui bajando poco a poco para notar como cada centímetro de su polla me penetraba.. y cuando llegué al final… solté un fuerte gemido, y empecé a aumentar el ritmo, moviendo mis caderas de lado a lado, de arriba abajo.. estaba disfrutando como una niña!

Acerqué mis pechos a su boca para que me los comiera, y eso hizo, los cogió con las dos manos, los juntó y empezó a lamerme los pezones, a masajearme los pechos, a morderlos..

Yo no podía aguantar más, y me corrí, entre gemidos y espasmos, él me agarró y yo me tumbé en su pecho, exhausta.

Estuve así un par de minutos, hasta que me recompuse, entonces me puse de rodillas en la bañera y él se levantó. Empecé a chupársela, pues tenía muchas ganas de que me follara la boca solo como él sabe.. Me cogió del pelo y empujo su polla hasta mi garganta, haciéndome babear, me entraban arcadas, pero él no paraba, no dejó de follarme la boca, y finalmente cuando estaba a punto de correrse, me miró, sonrió y empujo hasta el fondo su polla… se corrió dentro de mi garganta.. qué sensación..

Después de ese gran rato que pasamos, nos duchamos más contentos que nunca, cuando acabamos nos pusimos ropa cómoda para estar por casa y yo me sequé el pelo y me puse mis cremas y mis cositas, mientras él hacía la cena.

Cenamos en el salón, charlando de cómo nos había ido la semana, pues casi no habíamos tenido tiempo de vernos.

Se había hecho muy tarde y estábamos cansados, así que nos fuimos a la cama a ponernos cómodos y pusimos la tele. Mi chico se quedó frito a los pocos minutos (¡qué raro!)

Pero yo seguía teniendo a alguien en la cabeza.. a ese vecino..

Eran las 2 de la noche.. e iba a hacer algo que no había hecho nunca en mi vida…

Salí de la cama sigilosamente, abrí el armario y cogí mi vestido negro de tirantes, ajustado y tan cortito. Me lo puse, cogí unos tacones, mi móvil  y me dirigí a la puerta, pero antes de salir, que quité el tanga y lo dejé colgado en el pomo de la puerta.

Salí de casa sin hacer ruido, bajé al piso de abajo, me puse los tacones y llamé a la puerta.

Estaba un hecha un manojo de nervios, no sabía cómo acabaría esto, pero estaba muy excitada.

Toqué el timbre, pensé que igual era un poco tarde, pero me daba igual, a los dos minutos me abrió la puerta ese hombre, vestido solamente con unos boxers blancos y una camiseta interior-¡Dios mío!, pensé. ¡Qué hombre!- . Me miró de arriba abajo, con cara de sorprendido, sin articular palabra.

-Quiero que me hagas tuya, ahora mismo.

-Pero…¿y tu novio?

-Mi chico está durmiendo en casa, no te preocupes.. ¿ Me dejas pasar?

Sin decir nada  me cogió de la mano y me hizo entrar en su casa. Me condujo al salón, se le notaba nervioso, pero a la vez excitado.. imaginaros como estaba yo… mojadísima y sin bragas..

Me cogió de la cintura y empezó a toquetearme toda, mis pechos,  mis caderas, mi culo, mis piernas.. Y sin pensárselo, me besó. Llevaba horas deseando eso, deseando que me hiciera suya. Cuando metió la mano por debajo del vestido, y se percató de que no llevaba bragas, solo un “ufffff, nena..”

Me cogió y me tiró al sofá, se puso encima y empezó a besarme, mientras metía mano a mi coñito, yo estaba muy muy mojada, estaba cachonda como una perra.

De golpe, introdujo dos dedos en mi coñito, arrancándome un fuerte gemido. Estaba que casi me corría con solo notar sus manos, temblaba y no podía dejar de gemir.

Aumentó el ritmo, buscando mi punto g, y joder si lo encontró, no pude contenerme más me dejé ir, y al minuto empecé a correrme salpicándole todo el brazo, el sofá…

Me corrí como hacía mucho tiempo que no me corría.

Me incorporé y le vi allí, delante de mí, con la polla durísima dentro de ese bóxer blanco, mojadito…

-Ven, siéntate aquí, le dije.

Se sentó en el sofá y yo me arrodillé en el suelo, le mire con cara de pícara y empecé a acariciarle la polla por encima del bóxer. Se lo quité poco a poco y dejé al descubierto esa polla.. no pude contenerme y empecé a lamerla, a succionarla, a chuparla como nunca.

Me detuve y cogí el móvil.

-Hazme una foto mientras te la chupo, por favor.

Le di el móvil y seguí chupándosela. Me hizo un par de fotos y me las enseñó.

Quedaron muy morbosas.

Me senté en el suelo, mientras ese hombre me miraba con cara de ¿Qué está haciendo?

Escogí la foto que más me gustaba y se la mandé a mi chico por whatsapp, solo la foto, sin ninguna explicación. Esperaba que lo oyera y viera la foto.

Dejé el móvil encima de la mesa, y me fui al sofá con ese hombre desconocido, ni siquiera habíamos intercambiado nombres. Le miré y me puse a cuatro patas.

-¡Fóllame!

El hombre, no se lo pensó dos veces, se acercó a mí, acarició mi coño, mi culo, lo agarró fuerte y empezó a follarme. Yo estaba mojadísima y me encantaba sentir la polla de otro hombre mientras mi chico estaba en su casa, me hacía sentir muy zorra.

Le pedí que parara, y que me hiciera otra foto, mientras me follaba, y así lo hizo, y repetí lo que hice antes, escogí la foto y se la volví a mandar a mi chico.

Esa vez si lo había visto, pues me mando un whats diciendo:

-¿A qué viene esto? ¿Dónde estás?

-Estoy en casa del vecino nene… Me moría por follármelo.. Estoy siendo una perrita mala…

Sabía que en el fondo eso le ponía muy cachondo, le encantaba que fuera una guarra. Pero seguro que no se lo esperaba.

-¿Qué vecino?

-El de abajo.. el hombre que hemos visto hoy cuando hemos llegado de pádel.

-Zorra… eres mía y lo sabes, mira que te gusta provocarme… no sabes la que te espera.

-Lo sé Amo, pero no he podido evitarlo..

-Prepárate.

No sabía si empezar a acojonarme… pues el nene tiene mucha mala leche…

Pero solo podía esperar. Le dije al hombre que era posible que viniera mi chico. Pues dudo que se quedara de brazos cruzados. Me miró y me dijo,

-Te pasa por zorra pequeña.

Yo me reí, me estaba poniendo nerviosa… Pero parecía que al vecinito le gustaba el juego, porque no dijo nada al respecto, solo esperaba.

A los cinco minutos sonó el timbre, era él.

Fui a abrir la puerta, él no dijo nada.. me cogió del pelo y me tiró al suelo, quedándome yo arrodillada. Me dio un bofetón muy fuerte en la cara, tanto que me tumbó, volvió a cogerme del pelo y abrió una maleta que había traído. Me puso el collar con la cadena.

-¿Dónde está?

-En el salón, Amo.

-Bien, vamos perra.

Le seguí, a cuatro patas  como una perrita. Llegamos al salón, y el hombre no se lo podía creer.

-¿Así que tú eres el que se ha follado a mi perra?

-Vino ella a buscarme

-Lo sé, es una zorra y se ha portado muy mal.

-Perrita, te mereces un buen castigo, y te lo voy  a dar delante del hombre que te acabas de follar, eres mía y quiero que os quede claro a los dos.

-Sí, Amo.

Me quedé arrodillada ante mi Amo, esperando que me dijera algo, pero no dijo nada más.

Sacó unas esposas de la maleta, y sabía lo que eso significaba, así que junté las manos en mi espalda y él me puso las esposas. El vecino miraba curioso todo lo que estaba pasando, parecía que le gustaba, pues podía notar como seguía empalmado, otra vez con los boxers puestos.

Mi Amo sacó también la fusta de la maleta, me empujó con el pie al suelo, pues caí ya que con las esposas tenía menos estabilidad.

-Pon el culo en pompa, zorra.

Me puse como pude en pompa, ofreciéndole mi culo. Yo estaba muy incómoda, pues no tenía movilidad. Empezó a pasar la fusta por mi culo y por mi coño, cuando de golpe note un fuerte y frio golpe de la fusta, luego otro, cada vez más fuerte. Nunca me había dado tan fuerte, a mí me encantaba, pero llegó un momento en el que empezó a hacerme mucho daño, unas lágrimas empezaron a caer por mis mejillas, pero eso aún le gustaba más.

Soltó la fusta y me dio unos azotes con la mano, tenía el culo dolorido, probablemente esta vez me quedarían marcas, y los azotes me dolieron más que nunca.

Al vecino le estaba encantando lo que veía, pues hacía un rato había empezado a tocarse.

Mi Amo cogió la correa y me levantó, a duras penas podía, me dolía todo. Me puso de rodillas y se desabrochó los pantalones, no llevaba nada debajo.. Dio un tirón de la correa y me acercó a su polla, empezó a follarme la boca, soltó la correa y me cogió del pelo. Me apartó y me miró fijamente.

-Eso es lo que querías, ¿verdad zorra?

Inmediatamente siguió follándome la boca, nunca me la había follado tan duro, me ahogaba.

Paró en seco, y se agachó a quitarme las esposas. Qué alivio…

Me empujó contra el sofá donde el vecino seguía tocándose, mirándonos.

Me puso a 4 patas delante del sofá, con la cabeza entre las piernas del hombre.

-Ni se te ocurra tocarle, ¿entendido?

-Si Amo, no le tocaré.

Se arrodilló detrás de mí y me escupió en el culo, noté su capullo recorriendo mi culo y mi coño, y de golpe no note entrando en mi culo, poco a poco, me metió toda la polla y me arranco un gemido de dolor. Empezó a follármelo, agarrándome fuerte el culo, cada vez más fuerte, notaba como me la metía toda, me hacía daño, pero sabía que no iba a parar.

Cada vez me daba más duro, yo no podía parar de gemir de dolor y placer, me estaba reventando el culo, pero no quería que parase.

Mientras mi Amo me follaba el culo, tenía delante de mí al vecino, con su polla a escasos centímetros sin poder tocarla.

Mi Amo aumentó el ritmo de las embestidas, me estaba destrozando el culo.

-Voy a correrme en tu culo, zorra. Y el vecinito se va a correr en tu boca, así que ábrela bien que quiero ver esa corrida en la boca, nada de tragárselo.

-Si Amo.

El vecino empezó a darse fuerte, pues estaba a punto de correrse, y mi Amo no paraba de follarme el culo. Al poco rato el vecino se corrió, mirando aquella escena, y me llenó la boca de leche, tuve que aguantar con la leche dentro de la boca.

Mi Amo, no aguantó más y se corrió dentro de mi culo. Se corrió como hacia mucho tiempo que no se corría, pues me dejo el culo llenito de leche.

-Ven, enséñame la leche perrita.

Me giré y me acerqué a él enseñándole la leche del otro hombre.

-Trágatela.

Me la tragué y me puso su polla en la boca, la lamí hasta dejarla bien limpia. Se subió los pantalones y se los abrochó.

-Levántate, nos vamos.

Me puse bien el vestido, y mi Amo me quitó la correa.  Recogió todo y nos despedimos del vecino, que aún no se podía creer lo que había pasado.

Subimos a casa y fuimos directos a la habitación. Me quité el vestido y me puse la camiseta para dormir. Mi chico también se puso el pijama.

-A ver, enséñame como ha quedado ese culo.

Me giré y le enseñé el culo, él se quedó pasmado, estaba lleno de moratones y completamente rojo. Pues esa noche me había castigado como nunca.

Me tumbé en la cama con él, me acurruqué a su lado, y le di un beso con más ganas que nunca.

-Eres y serás siempre mía, ¿Lo sabes, verdad?

-Si, lo sé, siempre tuya.

-Duerme bien nena

-Y tu nene.