Sueños cumplidos C.9 La persecución Goblin

Tras acostarnos espalda con espalda, lloro un poco y más tarde se relajó; dejándose dormir. A mí me estaba costando realmente, dormir pegado a una mujer; quitando la noche anterior inconsciente, esta era la primera vez. Aunque sabía perfectamente que no íbamos a hacer nada, el solo roce...

Sueños cumplidos

Capítulo 9: La persecución Goblin

Tras acostarnos espalda con espalda, lloro un poco y más tarde se relajó; dejándose dormir. A mí me estaba costando realmente, dormir pegado a una mujer; quitando la noche anterior inconsciente, esta era la primera vez. Aunque sabía perfectamente que no íbamos a hacer nada, el solo roce con mi espalda con ropa y la suya; era un tanto inquietante.

Estaba pensando en todo lo que había vivido desde que me puse mi armadura, era la primera vez que me la quitaba desde entonces; y me sentía raro por ello. Casi pensaba que cualquiera me vería, me reconocería como granjero y mi vida de aventurero se acabaría; era un miedo interior que esperaba pronto se me quitara.

La respiración de la chica era profunda y tranquila, solo quitaba esa tranquilidad; los enormes ronquidos que venían de la tienda de Jack. Hasta que, de fondo, escuche el sonido de gotas cayendo sobre el agua; no lo dude un segundo. Salí de la tienda, dejándola bien cerrada y corrí a la otra; agarré mi escudo y le di una patada a Jack.

—     ¡eh!, no era necesario eso…hoy no estoy borracho – se quejó este

—     Morrock – dije y salí de su tienda.

—     Ya voy, ya voy. – repitió en forma de queja.

Salimos y nos pusimos espalda contra espalda, con la tienda en medio; y el comenzó a hablar.

—     La otra vez apenas notaste dolor, esta vez el dolor va a ser considerable; por la luz no parecen muchos, pero no llevas armadura, hagas lo que hagas no caigas o estás muerto – aviso preocupado

—     Entendido, ¿la tienda aguantara? – pregunte

—     Si, mientras haya uno de nosotros en pie; no la buscaran a ella. – me confirmo, lo que pensaba.

Empecé a pensar en mi abuelo, mi padre y mis hermanos; sobre todo en Farse, mientras veía como las luces se empezaban a acercar. Cogieron un poco más de velocidad, cuando nos vieron  su rumbo de buscar por todos lados; viro a dirigirse solo a nosotros. Eran dos pequeñas manadas, que venían por dos lados diferentes, casualidad; o quizás destino. Jack aferro su gigantesco martillo con ambas manos y yo hice lo mismo con mi escudo, esto no podía pasarme más; debía de llevar un arma contundente por si pasaban estas cosas. El grupo de Jack, llego antes y el empezó a dar martillazos a diestro y siniestro; su martillo es tan grande que a veces les da a dos y los explota a ambos. Mi grupo llega con retraso, el primero al estar al alcance del escudo, le doy un escudazo con todas mis fuerzas y retrocede; ahora son dos los que van a por mí. Cubro a uno y golpeo al otro, tengo tres a mi alrededor; ya que solo uno retrocede. Me gustaría retroceder a mí, pero si retrocedo; la tienda sufrirá daños y es por lo que hay en ella que estamos luchando. Cubro uno, golpeo al otro; e intento esquivar al otro inútilmente y sufro por primera vez el daño del ácido en piel.

—     ¡Agh! – grito de dolor, se me cae el escudo; y miro rápidamente a mi alrededor.

—     ¡Aguanta! – grita Jack, que sigue ocupado con su grupo; y no puede parar a mirarme.

Cogí una piedra del suelo con cada mano, lance una a uno que reventó; y golpeé a otro con la otra. Antes de que me atacara, rodé por el suelo; agarre el escudo y me cubrí con él. Justo a tiempo para evitar un ataque de los Morrock, atacaron el escudo y algo me salpico; pero no fue lo mismo. Ahora me puse en pie, usaba el escudo para alejarlos y cubrirme de ellos; mientras que la piedra para reventarlos. Poco después estaba jadeando en el suelo, de rodillas; con varias partes de mi cuerpo quemadas. Jack estaba jadeando y quemado igual, pero no parecía sentirse débil ni nada; más bien parecía estar bien además se mantenía en pie.

—     ¿estás bien, chaval? – pregunto Jack, entre jadeos

—     Sí, me duele todo; pero creo que sí. – dije por lo bajo

En ese momento, ruido de batalla aquí cerca; nos sacó de nuestra conversación y nos miramos ambos.

—     Entra en la tienda, te voy a poner la armadura; parece que esta noche será movidita. – juzgo Jack

—     … - asentí sin decir nada, entre cabizbajo en la tienda; preguntándome si aguantaría otra lucha como esta. Pero a la vez crecía mi determinación, esta era la vida que había elegido; no la que me había tocado y si la había elegido, debía ser consecuente para plantar cara.

Jack me puso la armadura rápidamente, con un deje de nerviosismo notable en sus manos seguras; y luego se puso la suya.

—     Levanta a la chica, vamos a recoger el campamento y nos vamos. – dijo Jack

—     ¿vamos a huir? – pregunte

—     No nos queda otra, chaval. – contesto apenado Jack, apenándome a mí también.

Entre en la tienda y la desperté con cariño, pero pego un grito; antes de estar despierta.

—     Maldita sea, cállala o vamos a sufrir las consecuencias – maldijo Jack

—     Lo siento – lloro la chica

—     No importa, vamos; tenemos que irnos. – le ofrecí mi mano y ella dubitativa, la toco con timidez; y se levantó débilmente.

—     ¿adónde vamos? – pregunto a ambos, mientras recogíamos el campamento; a toda velocidad.

Pero justo antes de contestar, escuchamos un cuerno; que hizo que ella se abrazara a Jack instintivamente.

—     Llego la caballería – dijo Jack

—     ¿la caballería? – pregunte sin comprender nada

—     Es un cuerno Goblin – gimió la chica — vienen a por mí – dijo aterrada

—     Te protegeremos – dije con mi sonrisa de caballero, sin casco.

—     Vamos, Romeo – bromeo Jack

—     ¿Romeo? Me llamo Larse – me queje, sin entender nada de nuevo

—     ¿Larse? Me gustaba más Romeo – bromeo, este. — rápido, vámonos.

Empezamos a huir, hacia un monte que teníamos justo a unos metros; subirlo costo un esfuerzo atroz y lo que vimos arriba fue tan horrible que nos quedamos congelados. Por el frente, grupos luchaban contra Morrock; algunos ganaban y otros perdían. Por detrás, el ejército Goblin avanzaba atacando a aventureros; que estuvieran a su paso y eran muchos.

—     Estamos acorralados – dije aterrado

—     No del todo, mirad – comento Jack y nos señaló un grupo, que estaba resistiendo; alrededor de una hoguera.

—     ¿Por qué no se acercan los Morrock? – pregunte extrañado

—     No les gusta el fuego – comento Jack

—     Podías haberlo dicho antes – dije molesto

—     No lo sabía, vamos; por allí es el camino. – tras decir esto, se puso en marcha y la chica y yo, lo seguimos.

Con el ejército Goblin pisándonos los talones, la guerra de aventureros contra Morrock al frente; y solo un camino entre la sombra, alumbrado por una hoguera…nos dirigimos a cumplir nuestro destino, sea cual sea; si seguir hacia delante o sucumbir en el camino a la hoguera.

Jack va delante, abriéndonos camino de la maleza, la chica en el medio; aunque se tambalea más que Jack ebrio, y yo que sigo en pie por propia voluntad…más que otra cosa. Por el camino no nos encontramos ninguna manada, sobrevivientes de alguna manada; Morrock desperdigados y desorientados por la lucha. Acabamos con ellos con cierta facilidad, Jack no duda un segundo con su martillo; o si viene siguiéndonos termino con él a golpe de piedra. Por el camino, también encontramos cadáveres consumidos; que dan una cierta fatiga, aunque poco queda de ellos más que lo material o los huesos. Tambien supervivientes, heridos o mal heridos, los que pueden caminar son rescatados por nosotros; los mal heridos son cargados hasta que no podemos cargar más y debemos abandonar a los demás a su suerte. Hasta la pobre chica, intenta cargar uno, pero es inútil; sin su ayuda solo puede arrastrarlo y nos retrasaría demasiado.

Ser aventurero por esta peligrosa zona, no es buena idea; ahora lo entiendo y a pesar de eso, sigo teniendo un corazón de aventurero; que quiere vivir esta vida. Pronto llegamos al campamento donde hay una hoguera, todos lucen muy asustados y solo un tipo; mantiene la calma.

—     Hola, sois bienvenidos de cobijaros en nuestro fuego. – Dice con una voz que suscita seguridad

—     Gracias, pero… - empiezo a decir

—     No hay de que – me interrumpe y no me deja hablar, parece que no está muy dispuesto a escuchar.

—     Viene un ejército Goblin, será mejor que nos vayamos – grita Jack

—     Eso no es posible – señala el que ha hablado hasta ahora

Quitando la retaguardia, por donde hemos llegado nosotros; estamos totalmente rodeados de Morrock dando vueltas alrededor de nosotros sin acercarse al fuego.

—     Coged antorchas, y vámonos ya. – dije, por acto reflejo.

—     Mmm…buena idea – me felicito — coger una antorcha cada uno y vámonos, que los Morrock frenen a los Goblin. – ordeno — todos pegados, en el centro; los combatientes al frente, detrás y a los lados. – organizo rápidamente.

Recogieron su campamento y con la hoguera encendieron sus antorchas, Jack y yo hicimos lo propio y empezamos a avanzar con ellos; sin separarnos de la chica que rescatamos.