Sueños cumplidos C.18 La patrulla de vagabundos

Una vez llegue al barrio pobre, diez personas; vagabundos me estaban esperando además del chico, que me recibió antes.

Sueños cumplidos

Capítulo 18: La patrulla de vagabundos

Una vez llegue al barrio pobre, diez personas; vagabundos me estaban esperando además del chico, que me recibió antes.

—     Señor, Estos son los que están dispuestos a luchar; para comer cada día. – anuncio el joven

—     ¿Tu cómo te llamas y edad? – pregunte al mismo joven

—     Soy Skid y tengo 14 años – se presentó, seguí avanzando y llegué hasta el siguiente; que era un hombre quizás demasiado mayor.

—     Soy Low, tengo 60 años – dijo al llegar hasta el, el siguiente era un hombre adulto; pero en edad más adecuada.

—     Soy Vermod, tengo 36 años – se presento

—     Soy Aki, tengo 22 años – hizo lo mismo

—     Soy Nick, tengo 31 años – dijo sin mirarme

—     Soy Jarah, tengo 15 años – dijo la chica joven, mirándome fijamente

—     Soy Lua, tengo 23 años – comento otra

—     Soy Naria y tengo 19 años – murmuro la otra.

Los mire a todos, algunos estaban más muertos que vivos; todos muy delgados y la mayoría no era capaz de mirarme a la cara.

—      ¿todos lucharíais para comer cada día? – dije al final de la fila, al girarme hacia ellos.

—      Si – dijeron todos casi sin fuerzas.

—      Está bien, seguidme. – dije lleno de seguridad y todos me siguieron, la gente se apartaba asqueada ante nosotros; pero sé que no era por mí, era por ellos y eso me daba más pena todavía.

Busque un carpintero y al entrar todos, el carpintero nos miró un poco asustado.

—      ¿Qué pasa? – dijo asustado

—      Nada, no te preocupes; busco que nos hagas armas de madera. – explique

—      ¿Qué armas? – pregunto el carpintero, sin perdernos de vista.

—      Las que quieran ellos – los señale,

Todos se miraron confundidos y empezaron a decidir, me sorprendió que había variedad; ya que cada uno quería una distinta. 2 llevaban espadas, 3 lanzas, 3 hachas, 2 arcos y 1 maza. Cinco de ellos llevaban escudos, 4 armadura ligera, 4 intermedia y 3 pesada.

—      Sera complicado hacer las armaduras en madera. – dijo el carpintero

—      Confió en tu habilidad – apremie, para que no se echara atrás.

—      Está bien, lo intentare; son: 11 armas, 11 armaduras y 5 escudos. Me tienes que dar 108 jornales – pidió el tipo como si no se fiara

—      Vale, aquí tienes; ¿para cuándo tendrás las cosas? – pregunte, tras darle 1 monedas de cobre, 1 de plata y recibir dos jornales por su parte.

—      Las armas esta tarde, los escudos para mañana por la mañana y; las armaduras para pasado. – explico

—      Vale, gracias. – dije, mientras salía de allí; al salir me dirigí a Skid.

—      Skid, toma 1 moneda de oro; según mis cálculos con esto tenéis para comer 90 días todos…es tu responsabilidad, ya que en este tiempo todas las mañanas iré a entrenaros hasta que estéis preparados para vuestra primera misión.

—      Gracias, señor. – agradeció Skid y varios más.

—      De nada, nos vemos mañana; cuidaos. – tras esto, me fui al herrero; en solitario.