Sueños cumplidos C.12 Una pradera peligrosa

Luis y Frederick, iban discutiendo entre ellos, todo porque el alumno había querido ir andando en lugar de en barco; pues el maestro sabía que siempre había sido peligroso el camino a pie…pero aún más en estos tiempos, ya que los Morrock; cada día eran una plaga mayor.

Sueños cumplidos

Capítulo 12: Una pradera peligrosa

Luis y Frederick, iban discutiendo entre ellos, todo porque el alumno había querido ir andando en lugar de en barco; pues el maestro sabía que siempre había sido peligroso el camino a pie…pero aún más en estos tiempos, ya que los Morrock; cada día eran una plaga mayor.

—     Fred, te dije que no era buena idea coger por aquí. – protesto Luis.

—     ¿por qué lo dices? Si el paisaje es hermoso – se quejó este

—     ¡Ah!, ¿y el ejército Goblin que nos persigue? ¿los Morrock, que aguardan un descuido para rodearnos y derretirnos? – pregunto, Luis.

—     Eso son minucias – rio Fred

—     ¿minucias? ¿acaso sabes lo que es que te derritan o lo que harían los Goblins contigo? – pregunto con intención de asustar a su aprendiz

—     No, pero apuesto a que tu me lo vas a contar – aposto Fred, sabiendo que su maestro el viejo Luis; no le defraudaría.

De entre los matorrales apareció un Morrock, a toda velocidad Luis desenfundo su espada e hizo la técnica que considero más adecuada para la situación; ya que sus sesenta años le daban una gran experiencia.

—     ¡ Corte Cuádruple ! – grito mientras la hacía.

El primer corte, corto por la mitad al Morrock; que enseguida se dividió en dos y luego los otros dos cortes, cortaron por la mitad los dos Morrock pequeños. Estos se dividieron en cuatro diminutos, Luis guardo su espada; y les dio la espalda.

—     ¡ Corte doble ! – grito Fred, tras sacar su espada rápido; pero no tan rápido. Ya que sabía que ahora le tocaba a él.

Corto a dos de los Morrock diminutos, que desaparecieron tras el corte y el Morrock restante salió huyendo.

—     ¿ves? Ha sido fácil – pregunto de forma chulesca Fred

—     Si lo veo, veo cómo has dejado un testigo que va a pedir ayuda; por no estar atento a mis lecciones. – se quejó el maestro.

—     ¿ah, esas cosas hablan? – pregunto de forma engreída

—     No de la forma que nosotros entendemos por “hablar” claramente, pero sí que se comunican; como cualquier monstruo. – explico el maestro — o eso creo… - dijo por lo bajini

—     ¿y los Morrock, que diablos son; maestro? – pregunto tanto por curiosidad, como por mantener ocupado a su maestro; y asi evitar sus quejas.

—     La verdad es que no entran en ninguna categoría de monstruos conocida, son similares a los limos; pero no lo son. – explico pensativo, sin terminar de entender el funcionamiento de los Morrock; a pesar de intentarlo con todo su conocimiento. — Quizá son algo peor que los limos, menos mal que solo hay de un tipo; y con armadura no son muy letales. – termino su explicación, atusándose la barba blanca; que no tenía muy pronunciada.

Todo esto mientras se escabullían de grandes grupos de Morrock e iban más rápido que los Goblin, nada difícil por su pequeño tamaño; la hierba era tan alta para ellos que los frenaba demasiado.

Mientras tanto, Jack se quitaba a pares a los Goblins que le saltaban desde arriba; y los estampaba contra los árboles, la cuesta que bajaba el montículo; o el suelo directamente. Emba, tenía más problemas; le pinchaban con sus espaditas y lanzas pequeñas. Aguantaba la mayoría de cortes por su armadura, se los quitaba de encima como podía con su espada; y con los cuchillos. Tras vencer a la primera oleada, en la que algunos estaban muertos; otros inconscientes y otros bien jodidos…llego la segunda oleada, Jack tenia cortes por todas partes; pero estaba bien en sí y a Emba se le nublaba la vista, ya que estaba sangrando mucho; por pequeños cortes por todas partes.

Salió un mando Goblin de entre las filas de la segunda oleada

—     Soy el primer capitán Goblin, del primer ejercito del Rey Uturk II; rendíos y seréis apresados…os habéis ganado el derecho a ser prisioneros – Ofreció con voz ronca, poniendo una peligrosa sonrisa de confianza en su cara; además de usar un tono socaron.

Jack y Emba se miraron incrédulos, no era normal que los Goblin te hablaran en tu idioma; ya que no era fácil para ellos aprender idiomas por no ser demasiado inteligentes. Jack aferro con rabia su martillo, acto que Emba tomo como un “dile que no”; y acto seguido lanzo un cuchillo que acabo clavado en la frente del capitán Goblin y provoco que cayera de espaldas. Los Goblin que nos tenían rodeados, se lanzaron al ataque; y nosotros nos preparamos para defendernos. Jack, se lio a martillazos; que quitaban del camino tres o cuatro con cada golpe. Emba lanzo cuchillos, para evitar que se le acercaran muchos a la vez; y con la espada remataba a los que llegaban heridos hasta ella.

Pero eran demasiados, poco a poco los fueron rodeando; se le tiraron encima a Jack entre diez y lo desarmaron. A Emba la cogieron entre cuatro y dejaron sus armas apuntándole, de entre todos surgió el capitán; sin el casco y una herida en la cabeza.

—     Bien hecho chicos, esta noche abriremos en el campamento del bosque elfico; una botella de vino para vosotros. – felicito su líder, saco un cuchillo; y lo lamio disfrutando de su victoria. — ¿últimas palabras? – rio bufándose de nosotros, ya que nuestras palabras no le importaban lo más mínimo; de hecho, todos empezaron a reírse al oírle.

—     No te pongas chulo – rio Jack, antes de llevarse un puñetazo del capitán.

—     Dorian, lo siento; te falle. – Lloro Emba, viendo que eran sus últimos momentos con vida.

—     ¿Dorian? ¿Este es Dorian? – Señalo a Jack el capitán, riéndose; ganándose una mirada de reproche de Emba.

—     ¡ Corte de aire ! – grito Luis

—     ¡ Corte de aire ! – grito Fred, un instante después.

—     ¿eh? – se giró el capitán, justo a tiempo para ver como un par de ondas de aire; cortaban no solo la hierba sino a dos de sus hombres por la mitad.

Al despistarse los Goblins, tanto Jack como Emba cogieron sus armas y volvieron a la lucha; además de entre la hierba salieron dos desconocidos que empezaron a luchar contra los Goblins con espada en mano.

—     ¡Retirada! – ordeno el capitán, huyendo con un par de Goblins que estaban a su lado; y que estuvieron rápidos…algunos más lo intentaron y cayeron en el intento.

Una vez el primer ataque se había frenado, tanto Jack; como Emba se dejaron caer al suelo derrotados y jadeantes.

—     ¿estáis bien? – pregunto Luis

—     Claro, hemos llegado justo a tiempo – contesto de forma chulesca Fred

—     No seas engreído, deja que contesten ellos – reprocho el maestro

—     Ya…bueno, como quieras. – dijo Fred dándose la vuelta molesto

—     Una cosa sí que tiene razón, si llegáis unos segundos más tarde; no la contamos – confeso Emba

—     Bueno, aún tenía un as en la manga – soltó riéndose Jack

—     ¿y que esperabas para usarlo? – alzo la voz Emba, un poco molesta por su actitud despreocupada

—     A que tu vida no corriera peligro – dijo sinceramente Jack, un poco sorprendido; por la actitud de la chica.

—     Bueno, parejita; ¿Qué hacéis aquí? ¿No sabéis que viene el ejército Goblin? – pregunto tras meterse con los chicos, sin mirarlos directamente; ya que observaba los alrededores con gran preocupación.

—     ¿parejita? – se enfadó Emba, Jack tan solo se rio; al ver el tono del viejo.

—     Si lo sabemos, vamos a buscar a Larse; un amigo – conto aun riéndose Jack, el viejo lo miro ceñudo; antes de contestar.

—     Os ayudaremos – asintió

—     ¿en serio? ¿no te preocupaba que nos mataran? – se quejó su alumno

—     Sí, pero rescatar a un chico en esta situación; será un buen entrenamiento para ti. – cambio su opinión Luis

—     Ya, a mí me parece que cambias más de opinión; que de otra cosa. – se metió con su maestro, Fred.

—     Cállate irrespetuoso y vamos, una vida depende de nosotros – reprocho el maestro.

Por el camino, se fueron presentando; aunque saltaba a la vista que hacían un equipo demasiado variopinto.

Mientras tanto el asesino y Larse…

Se abrían camino entre las tropas Goblins, el asesino llevaba cuatro cuchillos en la mano; y Larse había recuperado su equipo inicial, a parte del cuchillo extra del asesino. Cada vez que encontraban una línea de enemigos, volaban tres cuchillos al aire; luego el asesino saltaba sobre dos y los mataba en el acto. Larse seguía con su política, de no matar e iba dejándolos inconscientes o heridos a su paso; la espada golpeaba de lado para no matar y con el escudo.

—     Esto no se acaba nunca – jadeo Larse

—     ¿Qué esperabas, esto es un ejército – suspiro el asesino

Estábamos atravesando el ejército por uno de los laterales, intentando llegar a Suren con vida ambos; pero no estaba resultando tarea fácil. En un momento dado, estábamos rodeados por los Goblins y empezamos a luchar; espalda con espalda. Hasta que los cuernos Goblins sonaron y a pesar de ir ganándonos terreno, empezaron a huir hacia el centro; como si buscaran reagruparse.