Sueño? fantasia? realidad?

Situacion perseguida y deseada en ralidad o en sueños quien sabe. Dos amigas montandoselo y yo sumiso y observador.

Un sueño? Una realidad? Mi fantasía?

La tarde de verano se alargaba, la conversación amena y entretenida entre ellas dos y yo fue tomando un cariz simpático y picarón, al levantarnos del velador de la piscina donde por cierto, no tenían bebidas alcohólicas, propuse ir a casa y hacernos unos mojitos y tomarlos en la terraza del piso superior que tiene sombra toda la tarde y así estaríamos mas frescos, tanto mi mujer como su amiga accedieron con la condición de que fuese yo quien preparase los mojitos mientras ellas me ponían verde, por otra parte, yo soy un caballero y no me niego nunca a los planes de unas señoras, así que nos levantamos del velador y nos fuimos paseando hacia nuestra casa que no estaba muy alejada del complejo de piscinas de la urbanización.

Por el camino, haciendo bromas y risas ambas cogidas del brazo y cuchicheando lanzaban carcajadas y risas mirándome luego para continuar con sus comentarios en voz baja, yo no di importancia alguna a aquella situación pero algo se estaba tramando y yo no era consciente todavía de lo que un rato después iba a acontecer.

Entramos los tres en casa y la amiga de mi mujer (a partir de ahora la llamaremos Kuki) me pidió que por favor le indicara donde estaba el baño, así lo hice y ella entró en el pequeño aseo que tenemos en la planta baja mientras yo me disponía como había prometido a ir preparando los mojitos que nos íbamos a tomar en la terraza.  Mientras yo andaba por la cocina escuche el sonido del discurrir del agua en el lavabo, me asomé a hurtadillas al comprobar que la puerta no estaba totalmente cerrada y pude observar como remojaba su cuello y su escote, un escote moreno por el sol y por lo aceitunado de su piel, morena de pelo y de ojos oscuros es el tipo de mujer española que tanto gusta a los hombres y yo no iba a ser menos.  Me retiré justo a tiempo para que no se percatara de mi presencia y al salir del aseo se asomó a la cocina y me regalo una de sus mas bonitas y picaras sonrisas.  Las gotas de agua todavía resbalaban por su cuello y escote formando perlas atrevidas que se adentraban en un mundo sensual que no era nada desdeñable.  Madura ya, de unos 40 años, de cara redonda y labios bien definidos, siempre bien arreglada y con una melena de las que invitan a agarrar en plena felacion, con los pechos pequeños pero bien puestos, redonditos y bien formados, cadera estrecha y un culo redondo y respingon, no muy alta pero eso tampoco es un obstáculo en la cama, vamos digo yo.

Yo me encontraba preparando los mojitos como ya dije antes y Kuki subió a la planta superior para encontrarse con Lisa, mi mujer, en la terraza que tiene nuestro dormitorio, en ésta tenemos unas tumbonas de esas de piscina que jamás utilizamos pero que cumplen su función de relleno, tan solo hay dos piezas así que me subí junto con la jarra de mojito y los vasos un sillón de la otra terraza.  Llegué cargado y Kuki se levantó para ayudarme con los vasos, Lisa me cojio la jarra de la bebida y yo coloque el sillón formando un pequeño triangulo entre las tumbonas y mi posición.  Serví bebida, puse algo de música suave y estuvimos charlando y riendo un buen rato, la jarra de mojito se acabó y tuve que bajar a preparar otra, la alegría corporal que teníamos los tres ya era evidente y al volver con la segunda jarra vi. como tanto Lisa como Kuki se habían quitado las camisolas que cubrían sus torsos y se habían quedado con los bañadores situación que por otra parte, no tenía mayor importancia pero que me puso contento ya que tanto a una como a otra se les adivinaban pechos y pezones, dando rienda suelta a mi pervertida imaginación.  Las copas de mojito iban haciendo efecto en Lisa y su amiga y los tres continuábamos  haciendo bromas y contando chistes verdes que cada vez iban subiendo mas y más de tono, de repente Lisa se levantó de su tumbona y extrajo el cinturón de la camisola que un rato antes llevaba puesta sobre el bañador, se dirigió hacia mí y rodeándome se colocó a mi espalda, colocó el cinturón por delante de mi cuello y lo ató a la parte trasera del sillón, Kuki se reía maliciosamente, aquello estaba planeado, seguro, al momento ella hizo lo mismo, se acerco a mi y con el cinturón de un albornoz que estaba sobre el tendedor de ropa me sujetó los tobillos a las patas del sillón y los cordones de mis deportivos sirvieron para sujetar mis muñecas a los brazos del mismo de acuerdo que la situación no era de inmovilización total pero el mero hecho de pensar que estaba atado delante de dos mujeres ya era suficiente para estar totalmente excitado.

En esta situación de digamos bondage que me encontraba, opté por dejar que los acontecimientos fueran surgiendo y así fue.

Kuki fue la primera en despojarse del bañador dejando al descubierto un cuerpo moreno pero no por eso marcado por triángulos más claros dejados por el efecto del sol durante todo el verano, se recostó en la tumbona y comenzó a acariciar sus pechos, daba ligeros pellizcos a sus pequeños pezones haciendo que estos se enervaran y se pusieran duros como piedras, esporádicamente sus manos se acercaban a los muslos, macizos, morenos, duros y sedosos, colocando sus dedos justo en el nacimiento de sus ingles que franqueaban un pubis bien depilado, triangularmente justo sobre el principio de su coñito.

Lisa por su parte estaba justo al lado de Kuki y la miraba alternativamente a ella y luego a mí, como si estuviera observando mi reacción, sus manos acariciaban de vez en cuando sus pechos, tanto por fuera como por dentro del bañador que a estas altura no podía ocultar unos pezones grandes y duros, comenzó a despojarse ella también del bañador, sus pechos surgieron voluptuosos, sensuales, turgentes y duros.  Se los acariciaba ahora mirando a Kuki sin dejar de mirarla y ésta hacia lo propio mirando a Lisa mientras las dos se masturbaban.  Yo estaba frente a ellas sin poder tocarme ya que los cordones que habían colocado en mis muñecas me impedían llegar a mi miembro que ahora estaba hinchado, duro y erguido como palo de mesana, con gusto me habría hecho una paja al mismo tiempo que ellas.  Ambas se observaban y de vez en cuando deslizaban sus miradas hacia mí para esbozar sendas sonrisas maliciosas, estaba claro que aquello no había hecho mas que empezar.  Lisa se levanto, cogió el albornoz del tendedero y lo colocó doblado a los pies de la tumbona de Kuki, se arrodilló ante ella y comenzó a acariciar sus piernas desde las pantorrillas hasta los muslos, se acercaba fugazmente hasta las ingles y Kuki abría poco a poco su entrepierna hasta que aquella fuente de sexo quedo totalmente al descubierto delante de la cara de mi mujer que sin pensarlo dos veces, acercó su cara y comenzó a lamer y besar aquel fruto sonrosado y jugoso arrancándole gemido y grititos de placer.  Los dedos de Lisa hurgaban en el húmedo coño de Kuki mientras ésta se retorcía de gusto sobre la tumbona.  Lisa se levantó y se colocó en sentido inverso a como se encontraba hasta entonces, ofreciendo su sexo totalmente abierto esta vez para que Kuki comiese y libase del néctar de su flor abierta y chorreante.  Mi polla a estas alturas estaba dura y con el capullo a punto de estallar, daba saltos de rabia intentando follar a las dos en la distancia, pero yo permanecí callado y quieto sin decir nada y observando como buen siervo y esclavo de aquellas dos reinas del placer que en aquellos momentos estaban corriéndose una encima de la cara de la otra al unísono y dando gemidos que parecían canto de sirenas.  Sin tocarme, sin acariciarme, sin sentir sus labios ni sus lenguas en mi verga...... estallé en una corrida fantástica, el semen fluía de mi polla como de un manantial de montaña y entonces me desperté.  Joder hasta las fantasías tienen que convertirse en sueños. Mira que tengo mala suerte.............................