Sueño en la piscina del jardin
Dormida en la piscina mi sueño se convirtió en realidad.
Decidí cambiar de trabajo y mudarme de la ciudad, estaba agobiada con tanto estrés citadino, es por eso que acepte un trabajo en las afueras de la ciudad cuidando la casa de una familia de diplomáticos
Llegue a un pueblo con una zona privada donde se hallaban las casas de lujo. Al ver la casa, estacione mi auto en la entrada y me dirigí ala puerta. Me recibió un hombre de unos 40 años, muy elegante, se identificó como Rodrigo, el dueño de la casa... Al preguntar por la familia me dijo que estaba divorciado, producto de sus constantes faltas en casa por los viajes, su ex lo dejo. Me explico que yo iba a vivir en una casa que estaba en la parte de atrás, con entrada y baño privado, y lo único que compartiría seria la cocina de la casa grande. De resto podría tener la privacidad de una casa pequeña muy cómoda, podría usar la piscina y tenia puesto para estacionar mi auto.
Mi único trabajo era supervisar al personal de la casa cuando el estuviera fuera del país.
Fue pasando el tiempo y me sentí muy cómoda con mi trabajo, los empleados me trataban como la señora de la casa aun sabiendo que no lo era. Rodrigo viajaba varias veces al mes, por lo que cuando nos veíamos, charlábamos rápidamente de lo acontecido en casa y él iba a descansar. Siempre tenia el detalle de traerme algún regalo de sus viajes, un perfume, una bata sexy, me dice que sabe que comprar porque eso era lo que más le fascinaba a su ex..
Yo utilizaba esas batas dentro de mi casa pequeña, y para salir al jardín me colocaba otra pieza encima. Soy muy coqueta y se que estas prendas se ven mucho mejor sin corpiño, de manera que con la brisa los pezones siempre están erectos y se dibujan de una forma muy sexy sobre el satén, además se ve muy sexy en hilo que traen estas batas, que se pierde dentro de muy redondeadas nalgas.
Un fin de semana toco feriado y todos los empleados se fueron desde el jueves, quedo completamente sola la casa y yo decidí no salir. Alquile algunas películas, y me dispuse a pasar el fin de semana de relax. Pase toda la mañana del viernes tomando sol en la piscina, como estaba sola no dude en hacerlo sin bañador. Me sentía muy sexy mostrando mi desnudez, sintiendo el agua de la piscina en cada rincón de mi cuerpo al nadar, incluso me masturbé un poco con el chorro que está dentro de la piscina.
Siempre me sentí observada pero pensaba que eran los nervios de estar desnuda por toda la casa, así que trate de olvidar eso, me coloque un pareo en la cadera quedando en top less , mi torso se veía perfecto con el brillo del agua y el bronceador, mis senos libres y mis pezones erectos, dispuestos para ser el manjar de alguna boca..
Me dirigí a la cocina a prepararme algún cóctel y salí a la piscina. Ya había pasado casi todo el día y yo estaba medio dormida en una de las sillas de la piscina un poco atontada por tantos cócteles, medio abrí los ojos y vi que la tarde estaba muy avanzada, yo seguía en top less pero no me importo así que seguí dormitando, comencé a sentir calor, y sentí esa presión en los pezones al contraerse por el frió, esa presión hizo que suspirara un poco pero no desperté, estaba sumida en ese sueño leve, sentía como mis senos eran masajeados tiernamente, y en medio de mi sueño yo misma los masajeaba pero también sentí que mi sexo estaba siendo explorado, y sin pensarlo separe las piernas para disfrutar de ese masaje.
Poco a poco comencé a sentirme muy excitada y a gemir, esas manos que masajeaban mis senos, los pellizcaban sutilmente, incluso sentí la succión de una boca, también sentí mis jugos resbalar por mi entrepierna, cuando tuve mi primer orgasmo solo con el masaje en mi clítoris. Instintivamente baje mis manos por mi cintura y toque mi vagina, húmeda y un poco hinchada por los masajes, hundí un par de dedos dentro de mi y casi sin pensar los lleve a mi boca para sentir mi dulce sabor. Tome el pareo y me cubrí un poco del frió. Seguí tumbada en la silla. Pero esta vez de espaldas. A los pocos minutos comencé a sentir esas manos misteriosas que me manoseaban las nalgas, yo ya excitada separe un poco las piernas, dándole el espacio y la libertad de explorar mis adentros a esas manos, que hábilmente comenzaron a restregar mis jugos por toda mi raja. Yo sin parar de suspirar levante un poco mi cadera y le ofrecí un buen panorama de mi raja perfectamente depilada a ese extraño, que no dudo un minuto en hundir un ágil lengua dentro de mi..
Así estuvo un rato hasta que paro y me tomo por las caderas, comenzó a rozarme la raja con su miembro inhiesto, se sentía grande y estaba húmedo de tanto roce entre mis piernas, mientras hacia esto no dejaba de meter sus dedos en mi culo dándome el máximo placer.. Hasta que no pudo aguantar mas y se reclino sobre mi espalda acomodando el glande en la entrada de mi vagina y lo empujo. Entro sin ninguna dificultad ya que yo estaba esperándolo desde hace tiempo.
Esta embestida frenética me hizo darme cuenta de que ya no era un sueño, de que estaba en la silla de la piscina en posición perrito siendo penetrada y manosead por un extraño. Y además lo estaba disfrutando, sentía ese cuerpo y esas manos sobre mí, escuchaba el sonido de los cuerpos cada vez que chocaba contra mí, sentía unos dedos hábiles halando mi clítoris mientras otra mano morreaba mis senos. Hasta que una voz al oído me hizo reconocer a mi misterioso amante:
-Lucia, siempre he querido hacerte mía desde que te vi.
Era Rodrigo, que había llegado mientras yo estaba en la piscina y no lo note
Sentí sorpresa y un poco de vergüenza, pero el placer era mayor, Rodrigo me tomo fuertemente con sus manos y yo lo llene con mis jugos, al terminar ese orgasmo, él inmediatamente saco su pene de mi vagina y coloco su glande en la entrada de mi culo, que ya estaba completamente dilatado para recibirle, entro y salio a su antojo, como si ya hubiese estado antes allí. Me hizo voltearme y quedar acostada en mi espalda, frente a él, subió mis piernas en sus hombros y nuevamente se metió en mi culo, lo sentí divinamente y esta vez lo hizo lento, al tiempo que me miraba a los ojos, con deseos
Luego de varios espasmos de su cuerpo sentí su leche caliente que me llenaba por dentro. Estuvo así un rato hasta que su pene dejo de moverse dentro de mi y lo saco, se recostó en la silla a mi lado y yo con mi ágil lengua devore todo rastro de semen de su tronco, Rodrigo me tomo por los hombros y me incorporo para acostarme en su pecho, nos besamos apasionadamente, hasta caer rendidos, en un sueño divino bajo la luna..
Esa mañana desperté en la habitación principal de la casa, con Rodrigo trayendo el café a la cama, y haciéndome suya nuevamente.. Cosa que haría muy a menudo a partir de ese día.