Sueño

El sueño erótico de Alina

Siempre que querían tener un rato de intimidad su hija se lo fastidiaba. Sea como fuere, Alina y Manuel llevaban ya tiempo sin tener sexo.

Para ellos ese ritual se había reducido a los escasos días en los que Alina entraba en “celo”, unos pocos días antes de la ovulación. Si ese momento fallaba, había que esperar otro mes.

Así, los dos llevaban dos meses sin hacerlo. Manuel estaba que explotaba, sugiriéndole a cada momento, preguntándole si estaba a tono, haciéndole carantoñas y toqueteándola a ver si se animaba. A todo, el efecto era una respuesta de ella; mañana. Pero sabía que planificarlo era inútil.

-          ¿No quieres ni una chupadita? ¿Cómo regalo de cumpleaños?-Le preguntó él

-          No….hoy no. Si quieres te hago una mamada

-          No- Contestó- Si no estás animada no

Ya se había dormido la pequeña, y empezaba a hacerse tarde. Manuel había perdido toda esperanza. A riesgo de ser pesado con sus insistencias le volvió a decir que le debía un video guarro.

-          Pero yo no sé hacer esas cosas- Además pensaba que si disponía de poco tiempo para sexo, quería hacerlo y tener un orgasmo en vez de grabarse, cosa que él no parecía entender.

-          Pues si quieres hay que…

-          No, déjalo, otro día.- Nueva decepción de él.

“Me voy a la cama, que ya es tarde” Dijo. Le dio un beso y se metió solo en la habitación, como de costumbre. Ella se quedaba un rato esperando que no se desvelase la niña. Pensaba que se había enfadado, y en el fondo le daba igual, no tenía ganas de follar, solo de dormir.

Poco rato pasó hasta que le pudo el sueño. Cogió el escucha bebés y se fue a la cama. Manuel estaba profundamente dormido y ni se desveló cuando se metió entre las sábanas con su pijama corto. Cansada de todo el día no tardó en quedarse dormida también.

Quizá fue tanta insistencia en el tema, tanto tiempo sin sexo o directamente las hormonas que Alina estaba inquieta. Confusas imágenes conformaban el sueño; ella, sentada en la cama con el portátil como hizo para el video que grabó hace tiempo y que tanto le gustaba a Manuel, aunque en vez del camisón o la lencería que le compró vestía el pijama corto azul y gris que llevaba en realidad. Veía a su novio por la cámara, diciéndole cosas que tenía que hacer. Ella tecleaba y sonreía. Primero estuvieron hablando, pocos minutos después se sacó las tetas. Escribía, y él lo grababa todo. Le daba morbo ese tipo de videos, como si estuviera guarreando con otros tíos. “qué tetas tienes….” Entendió. Como sucede en los sueños, las cosas pasan sin más. Pensó en que el juego era simular que hablaba con otro en vez de con su novio. De golpe, sin más, Manuel invitó a otro participante al chat. Alina solo veía dos cámaras, ambas con las pollas fuera, la de su novio que tenía bien conocida y la de otro chico. Pensó que era un chico de la página web donde se registraron. “Tiene buena polla” y la cámara se amplió, mostrándole una polla grande, gruesa y venosa, acabada en un corto pelaje negro. “45 años” Pensó, y la mano que la agitaba tapando parte de un torso musculado se mostró con un anillo. “Y casado”. Estaba ya sin ropa, de repente, masturbándose con una mano y tocándose el pecho con otra, exhibiendo el coño a la cámara. “Quiero que me follen” Y acto seguido su novio se levantó del sofá, desnudo, y se acercó a ella, que le miraba con morbo y deseo. Se arrodilló al lado de su cabeza y Alina se la empezó a chupar. Manuel estiró el brazo y cerró el portátil. “Ya no me verá follar…”Pensó decepcionada. De golpe, una mano le empezó a acariciar el muslo opuesto donde estaba su novio. Sabía que era aquel hombre y sonrió, sin mirarle, solo le seguía chupando la polla a su novio mientras él le acariciaba el muslo que por costumbre había cerrado juntándolo con el otro. “No te será tan fácil”

Estaba ya muy cachonda, las caricias empezaban a hacer su efecto y poco a poco le dejaba paso hasta su cueva. Esos dedos rozaban su vello púbico y estaban a punto de llegar al coño, mientras saboreaba a lengüetazos la polla de su novio.

Un ruido la sobresaltó; el escucha bebés se había encendido iluminando la habitación. Estaba atolondrada, se frotó los ojos y lo miró, su hija se había movido y hecho un ruido que la activó, pero seguía dormida. Volvió a acomodarse en la cama, mirando a su novio que ni se había enterado. Pasados unos segundos volvió en sí, miró el reloj y eran las 3 y media de la madrugada.

Se sentía acalorada, y aunque era verano, sabía que aquella temperatura no era solo exterior. Recordó que estaba soñando con guarradas y sonrió para sí misma. Se notaba los pezones duros, y un fino sudor corría entre sus pechos. La respiración era agitada y de debajo de la sábana emanaba un fuerte olor a hembra. Pocas veces había estado tan cachonda por sí sola. Recordó que era tarde y debía seguir durmiendo, puesto que la niña era impredecible y podía fastidiarle las pocas horas de sueño que tenía pero el palpitar de su vagina y el hecho de que cuando cerraba los ojos sólo podía pensar en la mano de ese hombre y la polla de su novio.

“joder, qué caliente estoy” Pensaba mientras se mordía el labio inferior. Creyó conveniente despertar a su novio y que la follase, pero no quería molestarlo y, siendo francos, le apetecía más el tonteo y su alocada imaginación que un polvo rápido.

Entrecerró los ojos, se imaginó al hombre manoseándola donde se había quedado, justo al borde de su coño, y ella bajó la mano hasta el muslo, al borde de la braga que apartó hasta tocarse el clítoris, el cual empezó a rozar. Se imaginaba a su novio follándole la boca y al hombre metiéndole el dedo, cosa que ella emuló metiendo dos de golpe y haciéndola gemir.

“Qué zorra eres. Cómo puedes ser tan puta…”Imaginaba a su novio diciéndole esas cosas.

Volvió a abrir los ojos. “Seguiré jugando y si se despierta bien, y sino también” Se bajó los pantalones y las bragas empapadas a la vez, y se subió la camiseta dejando los pechos al aire. Dos dedos volvieron a meterse en el coño y a entrar y salir. Su novio estaba boca arriba.

Se sacó los dedos empapados y los acercó a la nariz de Manuel. “¿Quieres un poquito de coño?”

Aquello hizo que su novio se revolviese girándose hacia ella.

-          Cariño, estoy cachonda…¿quieres follar?- Pero él no respondió

Ella volvió a lo suyo, masajeándose un pecho y metiéndose los dedos en el coño. Imaginó que su novio había intercambiado puestos con el hombre y ahora se comía aquella polla grande y gruesa a la vez que su novio le comía el coño tan bien como sabe.

Manuel en un movimiento colocó la mano encima de su estómago para abrazarla y la desperezó de nuevo. “No es ahí donde quiero que me toques” Pensó, y con suavidad y malicia le cogió la mano y la llevó a su sexo acompañando sus movimientos

A la vez que le hacía mover los dedos en círculos por su clítoris, ella estiró el brazo y sacó la polla de Manuel por la pernera del pantalón corto que usaba de pijama y la empezó a acariciar de arriba abajo. Él debía estar disfrutándolo en sueños porque movía las caderas al ritmo de la paja. Con poco o ningún miramiento Alina pasó su pierna derecha por encima de las caderas de su novio, dejando la polla en su entrada y pudiendo masajearla rozándose el clítoris con su capullo. Cerró los ojos y se imaginó a ella en cuatro agarrando la almohada con ambas manos y casi ahogándose de lo fuerte que la aguantaba de la nuca la cara contra ella. Su novio miraba desde un lado haciéndose una paja. El hombre la agarró del pelo y tiró, haciéndola arquear la espalda. A la vez que se metía la punta del capullo de su novio imaginó a aquel hombre forzándola con la polla preparada para follarla.

-          Esta chica quiere polla. ¿quieres que me la folle?-Le preguntó a Manuel, que asentía.- Puta, ¿A qué estás deseando que te jodan?- Ella también asintió- No, dímelo

-          ¡Fóllame!- Dijo, tanto en sueños como susurrando

El hombre la ensartó haciéndola temblar. De un golpe de cadera se metió entera y sin problemas la polla de su novio.

Se agarró un pecho, dejando la polla dentro resbalando y sólo con los ligeros movimientos de su novio notaba un placer inmenso. Libre la mano pudo tocarse el clítoris a placer. Aquel hombre la follaba sin parar clavándosela hasta los huevos. El orgasmo estaba cerca; su novio cogió un pañuelo para correrse frente a su cara enseñándole lo que disfrutaba viéndola tan guarra; ella empezó a temblar y a perder la postura hasta quedarse abierta de piernas estirada en la cama notando espesos chorros de leche en su interior.

Acabó el placer, una sonrisa. Miró a su novio aún dormido y con la polla dura y caliente dentro de ella. Se la sacó y toqueteó su coño para cerciorarse que no se había corrido puesto que no tomaba precauciones. Recolocó el brazo de su novio, puso como pudo la polla dentro del pantalón y ella se subió bragas y pijama.

Ya, mas aliviada, pudo conciliar el sueño, relajado y tranquilo.