Sueño con Ana
Relato de un sueño que tuve con el amor de mi vida. En poco, lo haremos realidad.
Me encontraba solo en mi departamente. La verdad es que no me sentia muy bien. El dia habia estado pesimo, y la vida en España no era todo fiestas y colores como yo me lo esperaba. Muy cansado, me empeze a quitar la ropa para irme a dormir. Una vez desnudo, me puse a pensar en los acontecimientos del dia. ¿Por que habia estado tan mal? La verdad es que ni yo mismo lo sabia. Supongo que habrá sido por que en la escuela no saque las notas altas que esperaba sacar, o simplemente por que de nuevo habia sido un solitario dia, o la falta de dinero empezaba a afectarme. El caso es que estaba de muy mal humor.
Sin embargo, para mi sorpresa, mientras analizaba mi dia, mis pensamientos volvian continuamente a una mujer que habia conocido mientras estudiaba en la biblioteca de la escuela. Era una mujer, de complexion chica, de menor estatura que yo, 1.60 aproximadamente, ojos profundos y expresivos, cabellos rojos, piel tersa, un poco morena. Una belleza definitivamente, pero mientras pensaba en ella, me di cuenta de que no era eso solamente lo que me llamo la atencion. Su actitud, su personalidad, misteriosa, fuerte, acariciante, atenta. Tenia una voz sensual, que solo de oirla me hizo sentir bien, a gusto; me hizo pensar en seres divinos, cantando himnos de alegria.
Me sorprendio el que mis pensamientos volvieran continuamente a ella. La verdad es que solo habiamos hablado unos minutos. Pero su personalidad tan fuerte era imposible de olvidar, me habia cautivado por completo.
Sin darme cuenta, empeze a pensar en el como seria estar con ella, como seria el hacer el amor con tan bella mujer. Mi sexo empezo a ponerse en ereccion y cuando menos lo esperaba, estaba masturbandome lentamente. Con los ojos cerrados, imaginandome como la desnudaba, como le besaba cada centimetro de su bello cuerpo, como la recostaba en la cama y la penetraba mientras la besaba. Era una fantasia tan excitante, que casi inmediatamente y sin poderlo evitar tuve un orgasmo sensacional. Era el orgasmo mas placentero y excitante que habia tenido dandome placer yo mismo. El semen salia a borbotones de mi sexo mientras imaginaba que me corria dentro de ella, llenandola por completo, llevandola al orgasmo junto conmigo.
A la mañana siguiente me desperte relajado, despues de soñar agradablemente con la bella bibliotecaria. Como todos los dias, fui a trabajar, para despues irme a la escuela. Una vez en el instituto, fui a la biblioteca a buscar a la mujer que habia sido centro de mis fantasias eroticas: Estaba decidido a concerla mejor, y para eso, tenia que invitarla a salir, pasar tiempo con ella.
Ella estaba ahi, radiante en su belleza, como una diosa griega honrandonos a nosotros, pobres mortales. Hecho un manojo de nervios, me acerque a ella y entre balbuceos incoherentes, le pregunte si queria salir a comer conmigo, tal vez recorrer la ciudad e ir a tomar una copa. Ella, al parecer divertida con mi nerviosismo, solto una pequeña risita, ¡Que risa! Melodiosa, celestial, acentuaba su belleza. Mirandome con esos ojos tan bellos que era imposible dejar de observar, acepto graciosamente, y quedamos para el dia siguiente a las seis de la tarde.
Esa noche apenas pude dormir de la impaciencia. ¡Tenía tantos deseos de estar con ella! Tuve sueños hermosos, llenos de pasion y deseo, pero tambien de amor y cariño, no sabía que era lo que pasaba conmigo. Me desperte muy temprano, como si el hacerlo adelantara la hora de verme con ella. Despues de lo que a mi parecer fue el dia mas largo de mi vida, llego por fin el momento esperado.
Habiamos quedado de vernos en la Plaza de los Angeles, frente al MACB. Antes de irnos a comer paseamos un rato por el museo, observando las pinturas, comentando sobre tal o cual cuadro. Pude darme cuenta de lo inteligente que era. Su conversacion no solo era fluida, sino que tambien debaja entrever que era una mujer culta, que se preocupaba por su intelecto. Sus comentarios acertados y su excelente critica me tenian agradablemente cautivado.
Cuando salimos del museo, convenimos en ir a comer a un restaurant de comida japonesa. Fuimos a un restaurante llamado Ken, un lugar realmente pequeño, pero agradable, la comida y el trato excelentes y bueno, de la compañia no podía quejarme. Despues de una hora de estar con ella, sabía que era la mujer con la que siempre había soñado; la mujer con la querría compartir mi vida.
Terminando de comer, aun teníamos ganas de estar juntos. Al parecer el placer de estar juntos había sido mutuo, asi que, haciendo gala de un atrevimiento nada común en mi, la invite a tomar unas copas en mi departamento. Me puse rojo de la pena, me sentía como un adolescente cortejando a la que sería su primera novia.
Al parecer ella se contagió un poco de mi nerviosismo, por que se ruborizó también, pero mirandome de una manera que me hizo sentir mariposas en el estómago, acepto ir conmigo.
Al llegar a mi departamento, pasamos a la sala, nos servi un par de tragos, y nos sentamos comodamente a platicar. Cada vez me sentia más atraido hacia ella. Es decir, no solo era bella fisicamente, sino que ademas interiormente era una mujer maravillosa. Divertida, agradable, sensible, inteligente. No podia dejar de mirarla. Estaba tan absorto platicando con ella y admirandola, que cuando menos me di cuenta, ya estabamos uno al lado del otro, como si nos conocieramos de toda la vida. Se sentia tal grado de confianza en el aire, era tal la química que se respiraba, que de pronto, mirandonos fijamente, sin mas verguenza y de la manera mas natural del mundo, acercamos nuestros rostros y empezamos a besarnos.
¡Ah! ¡Que labios mas deliciosos! Ni el "cantar de los cantares" hubiera podido describir la sublime sensación del momento. era una paradoja, y paradojicamente no habia ninguna contradiccion. Un beso tierno y salvaje a la vez; recatado y atrevido; casto y al mismo tiempo cargado de lujuria.
Al principio timidamente, y despues con mas atrevimiento, nuestras manos empezaron a explorar nuestros cuerpos. Yo acariciaba su bello rostro, su cuello delicado, su espalda, sus pechos, su cintura, sus piernas; mientras ella hacia lo mismo conmigo, como dos exploradores en tierras virgenes, estabamos deseosos de descubrir cada rincon de nuestro aun inexplorado cuerpo. Nos levantamos del sillon y comenzamos a desvestirnos mutuamente, sin prisas, saboreando cada momento. Ella levanto los brazos, y en un movimiento acariciante, le quite la blusa, dejando al descubierto los pechos mas hermosos que jamas hubiera visto. No podía dejar de observarlos: Redondos, firmes, adornados con sendos pezones, erectos ya, rosas, de tamaño acorde a los pechos.
Ahora era su turno. Se acerco lentamente a mi, con sensualidad. Metiendo sus manos por debajo de mi camisa, la levanto mientras acariciaba mi estomago y mi pecho. Me rodeo con sus brazos y me quito la camisa por completo, dejandome desnudo de la parte de arriba a mi tambien. Con lentitud deliberada, mirandome a los ojos, me empezo a desabrochar el pantalon, acariciando mi vientre bajo en el proceso. Al final, lo dejo caer, dejandome tan solo en slippers, mi ereccion notablemente visible. Ella sonrio con satisfaccion y un brillo de traviesa en sus ojos. Ahora era mi turno. Con nuestros cuerpos apenas separados, comenze a desabrocharle la falta lentamente, sin dejar de verla a los ojos. La deje caer suavemente, dejandola en ropa interior solamentem, y despues, me arrodille ante ella. Con delicadeza, empeze a bajarle las bragas, admirando el hermosisimo panorama que tenia ante mis ojos. Dejandola totalmente desnuda, me fui poniendo en pie lentamente, mientras con mis manos recorria su piel, el interior de sus firmes y bellos muslos, acariciando su sexo apenas por encima, su vientre firme, sus pechos, redondos, sus pezones, su cuello, su rostro.
Mientras la acariciaba, pude oir como sus respiracion se volvia mas agitada, y como pequeños gemidos de placer casi imperceptibles escapaban de su boca. Cuando al fin me detuve, abrio los ojos y sonriendo, se puso de rodillas frente a mi. Comenzo a bajarme el slipper con suavidad, dejandome totalmente desnudo. Cuando empezo a levantarse, me hizo lo mismo que yo a ella. Acariciandome el interior de las piernas, recorriendo mi piel, me acaricio el pene tan solo por encima. Yo crei que me correria en ese mismo instante, tal era el placer que estaba sintiendo. Mi respiracion era cada vez mas agitaba, poniendose a la par con la de ella.
Cuando al fin quedamos frente a frente, nuestros cuerpos se juntaron por fin. Abrazados, nos besamos de nuevo apasionadamente, su sexo contra el mio, saboreando con anticipacion lo que estaba por venir. Tomandola por la cintura, la recoste en el sillon y me puse de rodillas frente a ella. Acariciando el interior de sus muslos, le abri las piernas con suavidad, dejando al descubierto su sexo frente a mi cara. Me acerque a ella, y empeze a darle pequeños besos, jugando con su sexo. Una de mis manos fue acercandose cada vez mas, hasta que empezo a acariciar suavemente el interior de su vagina con un dedo. Sus gemidos se hacian mas notorios cada vez, su respiracion entrecortada y el calor que emanaba de ella, daban fe de lo excitada que estaba. Los gemidos de placer que emitia me excitaban enormemente. Ahora, comenze a penetrarla con un dedo mientras mi lengua exploraba su sexo, en busca de su clitoris. Cuando por fin lo encontro, aumente el ritmo. Mis dedos entraban y salian de su sexo mientras mi lengua acariciaba su clitoris. Cada vez gimiendo mas fuerte, ella arqueo la espalda y se corrio, mientras espasmos de placer recorrian su cuerpo.
Sudando de excitacion, feliz de ese primer orgasmo, acaricio mi cabeza, y mi rostro, mientras me acercaba lentamente hacia ella. Subitamente, me cogio por la cintura y me puso debajo de ella. Me beso con pasion en la boca, y lentamente fue bajando por el, besandome a pequeños intervalos, el pecho, el vientre. Al fin quedo arrodillada frente a mi. Con una mano, viendome a los ojos, empezo a masturbarme, mientras que con la otra acariciaba mis testiculos. Con suaves movimientos, su mano subia y bajaba por mi sexo. Sin dejar de cautivarme con su mirada, acerco su boca a mi pene y empezo a darle pequeños besos en la punta primero, para despues recorrerlo hasta la base. Cuando lo hubo inspeccionado todo, sin mas, lo envolvio todo con su boca, bajando y subiendo, lentamente primero, y aumentando el ritmo cada vez mas. Sin poderme contener, le dije que me iba a correr, y ella aumento el ritmo aun mas, hasta que me hizo tener el orgasmo mas delicioso y abundante que haya tenido jamas. Llene su boca por completo, entre gemidos de placer.
Siguio chupando un poco mas, hasta que se levanto y se puso a horcajadas encima de mi. Pense que mi ereccion desapareceria por completo y despues de un rato volveria. Sin embargo, era tal la excitacion que sentia, eran tales mis deseos de complacerla, que sucedio exactamente lo contrario. Mi pene se puso de nuevo en ereccion casi al instante. Sonriendo, ella se acomodo bien sobre mi, y empezo a bajar despacio sobre mi sexo, hasta que senti como la iba penetrando. La sensacion de estar dentro de ella era sublime, la coneccion que habia entre ambos era incomparable y podria decirse que de naturaleza divina. Mientras la penetraba, acariciaba sus pechos. Tenia a una diosa frente a mi. Acaricie sus pechos, despues la cogi por la cintura y la atraje hacia mi, para besarselos. Queria saborearlos nuevamente, recorrer sus pezones con mi lengua, mientras la penetraba incansablemente.
Ambos gemiamos de placer, le susurraba su nombre y ella el mio, eramos dos cuerpos fundidos en uno. Cada vez bombeaba mas fuerte, cada vez los gemidos eran mas intensos y el ambiente subia de temperatura. Como si fuesemos una misma mente, empezamos a cambiar de posicion. Me levante y ella se inclino sobre el sillon. Comenze a penetrarla desde atras, admirando su trasero perfecto, su espalda tan lisa como el hielo, pero tan calida como un volcan. Ella empujaba su cuerpo hacia atras, haciendo las embestidas mas profundas y fuertes, y yo, me ayudaba con los dedos para hacerle sentir mas placer. Con una mano, acariciaba su clitoris, mientras que con la otra, iba recorriendo el camino que lleva de su sexo a su ano. Empeze a acariciarlo suavemente por fuera, haciendo pequeños circulos, y despues lentamente empeze a introducir un dedo. La estaba penetrando por dos lados, y el placer que ambos sentiamos era indescriptible.
De nuevo, como dos mentes en perfecta sincronia como no lo estarian otras, actuando como por instinto, cambiamos de posicion. Nos recostamos en la alfombra, ahora yo encima de ella. Segui penetrandola mientras nos veiamos a los ojos. Mi cadera describiendo movimientos circulares sobre su sexo. Mientras la penetraba empeze a besar sus pechos de nuevo, esos pechos divinos, sus erectos pezones, tan rosas, tan bellos, tan perfectos. Disfrutaba su cuello, el aroma de su cuerpo. Nuestras embestidas subieron de ritmo e intensidad; nuestros gemidos eran cada vez mas fuertes. Con sus piernas y sus manos rodeo mi cintura y espalda, mientras que nos corrimos los dos mientras nos besabamos. Sus sexo empapo el mio con sus fluidos, lo rodeo enteramente, como si no quisiera desprenderse nunca de el, mientras mi semen llenaba su interior por completo. Entre jadeos, disfrutabamos el orgasmo mas delicioso que ninguno de los dos habia tenido jamas.
Desnudos, recostados sobre la alfombra, acariciandonos mutuamente, con los ojos, con las manos, nos vimos con dulzura, y con esa mirada, supimos que seriamos el uno para el otro, por siempre.