Sucumbimos al momento

Es el relato novelado de un hecho real, no personal, en que la madre sucumbe al deseo reprimido durante tiempo de su hijo por ella.

SUCUMBIMOS  AL MOMENTO

Este es el relato novelado de un hecho real, no personal, en que la madre sucumbe al deseo reprimido durante tiempo de su hijo por ella.

Cuando abrí los ojos estaba guardando mi ropa en el armario, inclinada sobre los cajones del armario dejaba ver sus muslos y el comienzo de sus bragas negras. Haciéndome aun el dormido, a pesar de que había entrado despertándome, miraba ese culo en pompa de mi madre apenas tapado por una camisola muy ligera naranja. Al volverse cerré los ojos fingiendo seguir dormido, se acercó y me empezó a mover para despertarme. Fingí protestar, entreabriendo los ojos. Inclinada sobre mí, con la camisola apenas cerrada por dos botones, dejaba a mi vista casi enteras sus preciosas tetas con sus oscuros pezones. Seguí protestando y ella sobre mi  zarandeándome. Veía sus tetas desnudas bailar ante mi cara.  Tuve que abrir más mis ojos ya entreabiertos protestando que ya iba. Ella ahora plantada enfrente de mí esperaba que terminase de desperezarme y me levantase. No pude evitar clavar mis ojos en el triangulo de sus bragas caladas marcadas en ellas el vello y que los faldones abiertos de su camisola dejaban ver. Ella siguió mi mirada y se dio cuenta de a donde iba. Rápidamente cerro su camisola  preguntándome que si se podía saber que estaba mirando, en un tono falsamente de  enfado. Comenzó a salir de mi habitación a la vez que me decía:

–                    Venga levantate de una vez y no sueñes tanto que mira vas a romper la sabana.

Al mirarlas me dí cuenta de que mi polla se había puesto dura y las levantaba haciendo una tienda de campaña. En esos momentos sentí vergüenza y no sabía que podía haber pensado mi madre porque cuando entró no estaba yo así y se tenía que haber dado cuenta. Terminé de desperezarme, de que se me bajase la erección y me levanté.

Cuando llegué a la cocina para desayunar, estaba ya mi padre sentado a la mesa, era sábado y no trabajaba, mi madre de espaldas preparaba el café, se había cambiado llevaba un vestido corto que suele tener en casa. Pero no podía evitar mirar sus muslos bajo aquel vestido.  Aprovechando que mi padre leía el periódico no quitaba la vista de sus muslos, de su culo que se marcaba en él. Al volverse mi madre con la cafetera me pilló con la vista clavada en ella. Y me dijo:

–                    Venga despierta. Que pasa sigues soñando aun?

Mi padre levantó la vista del periódico y como sabe que me cuesta despertar se sonrió. Mi madre movió la cabeza como diciendo “ ! estos chicos ¡ y mi padre volvió a sonreír sin saber de que iba mi madre. Tampoco yo sabía de que iba con seguridad y esperaba que no se hubiese dado cuenta que era por ella. ^Pero al sentarse a la mesa si noté que no llevaba sujetador y que sus pezones se marcaban demasiado en el vestido y mi polla comenzó de nuevo a crecer. Y me empecé a apurar pues estaba con una pantaloneta de algodón  y aunque debajo la mesa no se notase si no se me bajaba a la hora de levantarme se iban a dar cuanta los dos que “seguía soñando” como decía mi madre.

La verdad sintiendo a mi madre al lado, mirándole ahora sus tetas que se marcaban, con los pezones duros, bajo el vestido aquel iba a ser difícil dejar de “ soñar “., así que aprovechando que mi madre se levantó al mostrador y mi padre se levantó también a prepararse para ir a casa de mi abuela a buscarla, salí de la cocina rápidamente a mi habitación con mi polla como un palo. Tenía unas ganas locas de hacerme una paja pero tenía miedo a que entrase mi padre, que no sabía si se había ido ya, o mi madre. Aun estaba empalmado cuando entró mi madre en la habitación. La verdad con aquel vestido corto, que apenas le tapaba medio muslo y tan pegado a su cuerpo que le marcaba todas sus curvas, las tetas y el culo que siempre me había vuelto loco, no pude a pesar de mi vergüenza mirarla de abajo arriba.

Se sentó a mi lado en el borde de la cama y cogiéndome de la mano me peguntó:

–                    Jorge que te pasa te veo muy alterado últimamente ?.

Yo intenté disimular y negué que me pasase nada, que estaba normal como siempre.. Con su mano cogida a la mía la puso sobre su pierna acercándome más a ella . La verdad al sentir la piel de su muslo en mi mano la cosa para mi empeoró.

–                    Dime que te pasa hijo?. Siempre hemos tenido mucha confianza y aunque te vayas haciendo mayor por eso no la vamos a perder. Te veo últimamente muy......excitado. A tu edad es normal, pero no se, que sea tan evidente que cada vez que te veo estés así. Te pasa algo?.

–                    No mama no me pasa nada

–                    Como que no. Cuando entre esta mañana estabas......muy, ya me entiendes.

–

Fue a hacerme una caricia en la cara, apartándome el pelo que caía sobre mi frente, y al soltarme, mi mano quedo sobre el interior de su muslo. Ella no pareció darse cuenta o darle importancia. Y al volverse para con su otra mano acariciarme también mi cara, su vestido estaba  por completo recogido y mi mano casi rozaba sus bragas. Estaba intentando contenerme para no tocar con mi mano sus bragas y lo que guardaban debajo de ellas.  Se acerco más y me beso en la frente. Esa aproximación, no pudiendo contenerme, la aproveché para, con disimulo, poner mi mano tocando sus bragas.

–                    Cuéntame hijo. Tienes algún problema ? Tienes que tener confianza en mí.

Siguió preguntándome como si no notase mi mano acariciando sus muslos y sus bragas. Yo contestando que no me pasaba nada me envalentoné acariciando con menos disimulo los labios de su coño que notaba bajo sus bragas.

–                    Hijo que estas haciendo?

Paré mi movimiento, y rompí avergonzado a llorar. Mi madre que aún tenia sus manos en mi cara me acercó la suya a la vez que trataba de calmarme. A la vez que casi al oído me decía:

–                    Tranquilizate, te oirá tu padre.

–                    No pasa nada soy tu madre pero por eso mismo no debes hacer eso.

–                    Tienes que salir con chicas de tu edad y todo, el sexo y todo llegará.

–                    Es normal que a tu edad las hormonas estén un  poco disparadas pero no pasa nada.

–                    Lo que ocurre es que soy tu madre y ademas – riéndose - tengo 43 años habiendo chicas tan guapas y jóvenes por ahí que una vieja te altere.

Cada vez estaba más avergonzado, no me atrevía a mover mi mano de su muslo, la tenía inmovilizada y no me atrevía a quitarla, volví a romper a llorar. Mi madre volvió a acariciarme la cara con sus manos y besándome en la frente. Fui a aprovechar a sacar mi mano de entre sus muslos cuando sentí que los apretaba impidiéndomelo.

–                    A ver cariño, no pasa nada, tranquilizate, deja la mano ahí no te preocupes y explicame que te pasa. Que quieres ? sin vergüenza, con confianza..

–                    Mama es que me da mucha vergüenza pero es que me …........

–                    Me que...? preguntó ella.

–                    Que eres tu la que me excitas.

–                    Yo? Jajajajaja no me digas eso

–                    Si no te rías eres tu.

–                    Pero como voy a ser yo, lo que pasa es que estas alterado y bueno soy una mujer. Pero tus amigas te pondrán peor.

–                    Si eres tu. Y por que dices peor?

–                    Porque eso que veo bajo tu pantalón es por mi? Jajajajaja. No es porque estas en la edad. No has estado con ninguna chica aún?

Me miré y vi mi pantalón, que como era una pantaloneta de algodón parecía  a punto de reventar. No me atreví a levantar la vista y con la vista gacha miré de reojo mi mano entre los muslos desnudos de mama.

–                    Te preguntaba si has estado con alguna chica?

Su pregunta me devolvió al momento.

–                    A que te refieres si he estado con alguna chica?

Mi madre se rió y seguido me puso su mano sobre el bulto de mi pantalón. Volviéndose a reír continuó diciéndome

–                    Vamos no te hagas el tonto. Si alguna chica te ha hecho esto. Si has estado con alguna o eres virgen aún? .

Aun sentí mas vergüenza y no me atrevía a confesar que aun  era virgen y que no había sentido más mano que la mía en mi polla. Que al notar la de mi madre creí que me iba a correr de la misma.

–                    No, contesté

–                    Jajajajaja No que?, continuó mi madre.

–                    Que no eres virgen o que ninguna chica te ha tocado?

Tardé unos segundos en contestar, mientras notaba palpitar mi polla bajo la mano de mi madre.

–                    No, que nadie me ha tocado, que no he estado con ninguna chica. Es que apenas conocemos chicas, salimos solo los amigos que conoces y nunca estamos con chicas.

–                    Vaya entonces es por eso, que como la única mujer que conoces soy yo. Jajajajaja ! Soy yo la que dices que te pone. Jajajajaja ! Vaya desilusión !

Tarde en contestar pero me armé de valor y me confesé

–                    No, no es por eso. Es que me parece que estas muy.....vamos que eres muy guapa.

–                    Que estoy muy.....que?  Dijo ella.

–                    Jo mamá ! . Que estas muy........buena.

Se volvió a reír y me pregunto

–                    Si?.  De verdad te parece que estoy muy buena? Jajajajaja ! Pero si no me has visto nunca.

–                    Si te he visto. Contesté

–                    Como que me has visto?. Me preguntó en tono como enfadado. Me has estado espiando?. Cuando me has visto?. Me has visto desnuda?.

Apurado le contesté:

–                    No. Bueno perdona mamá. No desnuda no. Te he visto algo.

–                    Vamos a ver hijo. Que me has visto?. Preguntó como enfadada.

–                    Esta mañana por ejemplo. Con la camisa que llevabas al agacharte como no llevabas sujetador te he visto casi enteras las tetas. Y las bragas  por debajo.

Mi madre tenia que sentir mi polla palpitar bajo su mano pero no decía nada ni la apartaba.

–                    Sabes que eres un......Jajajajaja   – se rió, y continuó diciendo -  bueno que eso no está bien que espíes a tu madre haciéndote el dormido.

En eso oímos a mi padre que se despedía para ir a buscar a la abuela que iba a venir a comer.

–                    Y nunca me has visto más que eso? - siguió mi madre preguntándome – Y nunca se las has visto a  alguna amiga o a otra mujer?.

–                    No nunca y solo en la playa a las que hacen top-less.

Mi madre se quedó como pensativa, y al poco continuó diciendo:

–                    No sé, pero si las ves bien, bueno las mías quiero decir,  te tranquilizaras? Quitarás esa obsesión de............- dudó un momento -  ...bueno de hasta espiarme? Y de estar así en casa?.

–                    No se mamá – contesté avergonzado, aunque deseando que me las enseñara.

Sentí que su mano se separaba de mi polla, se quedó un momento sentada en el borde de mi cama mirando al frente, se incorporó de un golpe, aún llevaba el vestido recogido a la altura de sus nalgas viéndosele el final del triangulo de sus bragas negras y sus muslos desnudos. Fue hacia la puerta de la habitación y se cercioró de que mi padre se había ido. Se plantó delante de mi. Estaba preciosa, con los pezones marcándose bajo la tela de aquel vestido, recogido aun, de algodón. Comenzó a subirse el vestido, a sacárselo por la cabeza, despacio. Me iba dejando verla entera,  veía sus braguitas negras, caladas, que me dejaban el vello de su pubis, sus labios marcados en ellas, su vientre algo gordito. Cuando su tetas quedaron al aire y el vestido tapaba su cara,  tardó una eternidad porque creo que a ella también le daba vergüenza mostrarse así ante mi.. Viéndola desnuda, solo con aquellas pequeñas braguitas y sus tetas con aquellos pezones grandes y oscuros que parecían estar muy duros,  mi polla iba a reventar. Cuando ya se sacó el vestido por la cabeza me miró y dijo:

–                    Bueno, ahora ya me has visto. Ahora ya has visto a una mujer desnuda aunque sea a tu madre.

Yo no sabía que decir, ni que hacer, estaba inmovilizado y con mi polla como un palo. No se me ocurrió otra cosa que decirle que ya había visto así, en internet, en revistas o en la playa.

–                    Bueno y que quieres – me contestó mi madre – además yo estoy en bragas no en bikini. Ya me he dado cuenta como me las mirabas. Satisfecho?.

–                    Bueno si – balbuceé

Bueno si que? A ver que te pasa ahora? - continuó mi madre.- Mira como estas, creo que ha sido peor el remedio que la enfermedad.

–                    Lo siento mama pero ya te dije. - y me puse a llorar de nuevo.

Mi madre se acercó a mi, me levantó y de nuevo me cogió la cara con sus manos. Mientras me decía que me tranquilizase, que no llorase, que no pasaba nada, vi sus tetas desnudas frente a mi cara, sin pensarlo me abracé a ella. Sentí como sus  pezones duros se clavaban en mi pecho y su espalda desnuda la notaba en mis manos. Baje mi mano y la puse sobre su nalga apretándola contra mí. Noté como mi polla golpeaba palpitando  contra el vientre de mi madre. La besé en el cuello.

-    Hijo calmate, tranquilizate, esto ya no está bien, imaginate que llega tu padre y la abuela y nos ve así, como se lo vamos a explicar

–                    Mamá por favor dejame que te toque! - le supliqué

Había perdido el control y era mi polla la que mandaba, apretándome contra ella mi mano recorría toda su nalga y con la otra comencé, casi se puede decir a amasar su pecho, entre mi excitación y mi inexperiencia, notando la dureza de su pezón..

–         Por favor hijo parate!, Calmate !. Por favor me voy a enfadar. Esto que estas haciendo no está bien

Ella intentaba zafarse de mis toqueteos, pero yo creo que había perdido el control, y pegado a ella seguía sin oírla si quiera. Consiguió  zafarse de mi, separándose unos centímetros, yo estaba excitadísimo, la miraba casi desnuda solo con aquellas pequeñas braguitas y sus tetas que ahora las veía duras y tiesas.

―      A ver por favor hijo para un momento , calmate, Mira me voy a vestir – continuó mi madre – y si quieres te.....ayudo...a...bueno a................ eso a calmarte.  Quieres?. Pero solo esta vez y rápido antes de que llegue tu padre y tu abuela. Y promete que de esto no saldrá nada nunca de tu boca. Vale?

Mi madre se fue a recoger el vestido para ponérselo, que al quitárselo estaba tirado en el suelo, al agacharse dejo a mi vista aquel precioso culo, con la braguita metida entre sus nalgas, y se le veían los vellos de su coño salir por ella y sus grandes tetas colgando.

―                 Mamá por favor – le dije – hazlo así desnuda como esta.

Ella aun con el vestido en la mano preparada para ponérselo, negó con la cabeza. Yo no pudiendo más me baje la pantaloneta dejando mi polla al aire y cogiéndomela con la mano le volví a suplicar que no se vistiese.

―                 Hijo por favor, esto es una locura, no esta bien. Bueno quizás haya yo tenido la culpa y empeorado la situación pero no esta bien. - después de decir esto dudó y continuó diciendo -  Vale, pero eso nunca más. De acuerdo?. Y a ver yo te ayudo pero tu estate quieto. No hagas nada Vale?

Yo asentí con la cabeza. Mi madre dejo caer el vestido de nuevo al suelo y se acerco a mi. Me miró a los ojos como preguntándome, que hago, que quieres, como quieres que te lo haga. Luego miro mi polla, y dudó, en cogerla o como cogérmela, me dí cuenta de que estaba muy apurada. Me la solté y ella dudando de nuevo  la agarró con su mano. Estaba dura como una estaca. Comenzó a mover su mano por ella subiendo y bajando por el mástil que tenia montado. Mi glande aparecía y desaparecía en cada subida y bajada. Mi madre me miraba a la cara como queriendo ver que ya me iba. De vez en cuando la bajaba para mirar  mi polla. Yo me acerqué mas a ella y comencé a sobarle las tetas. Notaba en mi mano sus pezones duros.

―                 Parate !  - me medio gritó – Te he dicho que te estuvieses quieto. Venga termina por favor o lo dejamos.

Pero yo no oía. No me podía parar. Mis dedos pellizcaban sus pezones. Amasaban sus hermosas tetas. La acerqué a mi intentando besarla en la boca. Giró su cabeza evitándolo. Ella seguía meneandomela  cada vez mas deprisa como intentando terminar cuanto antes. Yo acercándola aun más metí mis manos por la cintura de sus bragas intentando bajárselas.

―                 Parate por favor – me dijo de nuevo, pero esta vez parecía suplicarmelo en lugar de ordenarmelo  – o lo dejamos.

Conseguí  bajarle las bragas un poco. Lo suficiente para dejar su coño a la vista. Me aparté para vérselo. Ella seguía cogida a mi polla, sin soltarla pero no me la meneaba. Sin poderlo evitar mi mano fue a él. La metí entre sus muslos. Noté sus labios mojados. Mi madre se pegó a mí girando su cara como queriéndola esconder.

―                 Hijo esto no está bien. Es una locura. Nos vamos a arrepentir. - me decía casi susurrando.

Soltó mi polla, y mirándome a los ojos me sonrió, a la vez que sus manos me acariciaban la cara. Se terminó de bajar las bragas. Y me empezó a quitar la camiseta que llevaba. Estábamos los dos desnudos uno enfrente del otro.

Me cogió de la mano y comenzó a tumbarse sobre mi cama. Boca arriba, recogió un poco sus piernas y abrió sus muslos. A mi vista estaba aquel coño que tanto había deseado. Me coloqué entre sus piernas. Y caí sobre ella. Empecé a besarla mientras intentaba mi polla buscaba entrar en mi madre. Con mis manos acariciaba sus tetas.  Bajó su mano buscando y polla y la condujo hasta colocarla entre sus labios. Me cogió de la nuca me llevó la cabeza a lado con nuestros rostros pegados, sin mirarnos. Y me dijo:

―                 Ahora mi vida, empuja y entra en mamá. Seré yo la primera. Y vamos a disfrutar los dos de este momento. Empuja mi amor metela.

Ella me la había conducido y de un golpe la clavé hasta dentro. Un escalofrió me recorrió el cuerpo cuando me sentí dentro de mi madre y la oí suspirar , gemir , no se. Empece a meter y sacarla como un loco y oía a mi madre como me decía:

―                 Sigue mi amor sigue. Sigue más más. Así mi vida así sigue más más.

Me separé para mirara a mi madre. Tenía los ojos cerrados. Se mordisqueaba los labios  jadeando. Sus tetas parecían hinchadas, sus pezones tiesos y duros.. Mi polla corría por su coño muy mojado. Sentía que me iba a correr de un momento a otro.

―                 Mamá estoy ….......muy . Me voy a correr – le dije entrecortado.- me voy a correr dentro de ti.

―                 Siii  correte mi amor correte dentro de mamá.. sigue no pares correte.

Noté como mi polla iba a reventar, comencé a sentir como de mi polla salina chorros de leche que inundaban el coño de mi madre, no podía para seguía metiéndosela y sacandolsea sin parar. Mi madre comenzó a jadear fuerte, agitada levantaba las caderas como queriendo clavársela aun más. Suspiró aun mas fuerte y cayó sobre la cama. Aún tenía los ojos cerrados. Nos quedamos unos segundos así quietos. Creo que ninguno de los dos sabía que hacer. Al final abrió los ojos, respiró hondo, me sonrió y pasándome las manos por mi cara me dijo:

– Bueno cariño, ya no eres virgen, espero que esto te haya servido. Nunca ha pasado esto y nunca    volverá a pasar. De  acuerdo?

Aun estábamos así , yo saliendo de dentro de mi madre cuando oímos la puerta de abajo, llegaba mi padre y mi abuela. Se levantó a toda prisa. Se puso las bragas y se metió el vestido a la vez que se arreglaba el pelo. Y salió corriendo a recibirlos. Yo me metí al baño rápidamente. Luego cuando bajé a saludar a mi abuela, con mi madre allí, pensaba que aun tenia mi leche en ella que seguramente sus braguitas estarían manchadas de los dos. No pude evitarlo y cuando estaba en la cocina preparando la comida me acerque y le di un beso en la mejilla. Ella me miró y me hizo un gesto recordándome que nunca había pasado nada.