Sucedió una noche...
Relato NO real. Una noche loca loca.
Fue un sábado por la tarde cuando todo empezó. Bueno esta es la no va mas de todas las que he contao.
Sábado por la tarde a las siete mas o menos me encontraba yo limpiando mi carro, clara era un laguna turbo-diesel 4x4 16v.,250 caballo, pero lo más curioso es que era un mil de cilindrada. Solo corrí 280 km/h y gastaba callejeando 2 litros a las 100 km. Limpiando el buga pacá, pallá to entusiasmao se me vino algo a la cabeza, claro la mierda los niños los cojones me habían lanzado una forma metálica que se introduce en la pared con la ayuda de un martillo que me jodió la cabeza pero se me apareció una imagen de el señor de las bestias y me dijo con mucha delicadeza:
- Hoy vas a follar.
En un momento acabé y me fui a duchar con la ducha de una bañera inconsciente que estaba colocada en un lado del cuarto de baño. Me duchaba en bolas con jabón de marca y pensaba lo que me había dicho el señor de las bestias.
No era posible, miré hacia abajo y vi una polla igual que la mía. Acabé de ducharme con agua y empecé a secarme la piel de mi cuerpo. Ya seco me lié en la toalla y me fui a mi habitación donde me esperaba la ropa limpia que me iba a poner para salir. Primero gallumbos verdes, claro, porque son mas cómodos y me la mantienen toda la noche arriba, camiseta, mierda camiseta, no quiero camiseta. Mientras me acomodaba la ropa a mi escultural cuerpo que hace volverse locas a las tías puse el mega cdi 3d porno de realidad virtual. To alusinando por una cañeria acabe de vestirme y con un millón de clavos en la cartera me dirigí hacia mi reno laguna que me esperaba impaciente desde hacia ya varios segundos.
Salí del almacén haciendo un caballito y tomando la esquina derrapando con la rueda de repuesto. Iba p'arriba por la calle del cura mas rápido que un caracol preñao y mirando hacia los lados veía con mis gafas de super abuela a toas las tías tirándose de los pelos del coño.
Llegué a la house del colega "el señor X", lo de X es por lo porno y salió que esta y no como yo que me controlo totalmente con la mano. En fin nos dirigimos hacia el cine x de las guarras cachondas para ver la película que echarían y después lleguemos a Pentagono de los Cojones, donde solo había tías metiéndose los tubos por el conejo, no es que estuvieran salidas sino que bebían por todos los agujeros.
Mientras, mi colega X se dirigía hacia la barra para pedir un cuba-hectolitro y yo que llevaba mi condón detector de tías con ganas de follar puesto, enseguida se puso en marcha. Me llevo hacia una tía, cacho tía, más buena, me dirigí hacia ella y le dije con voz cariñosa:
Se que estás caliente, así que ábrete que te la voy a encalomar, hasta que se te salga el celebro por el culo.
Ah, llevas el detector de tías calientes, ¿no?
Si, y déjame que te agarre la teta.
Vale, pero hazme daño.
La pegué contra la pared y le metí veintitrés pollazos y medio. Eso bastó para que quedara satisfecha. Cuando llego X con los cien litros de licor 43, sólo y sin hielo, se pegaron un par de tías, joder que tías, bueno para eso las queríamos. Empezaron por quitarse las bragas y se restregaban por el filo del gran vaso, X la cogió por la pella del culo y se la puso con la cara enfrente de la polla y le pillo la cabeza por el pelo y le metió toda la polla en la virginal boca. Él le achuchaba pero ella no se la metía entera, entonces yo por detrás y sin que ella me viera le di un achuchón y no me lo puedo creer, se la metió hasta los huevos. La tía no respiraba y le tuvo que hacer la respiración boca-teta pero eso no funcionó pero aún quedaba el electro-coño. A toda velocidad cogí mi bastón y le solté una descarga de cien mil voltios que hizo, además de correrse, la revivió.
Del electro-coño se quedó muy tensa así que X le dio un masaje con el nabo en el coño hasta que se recuperó por completo. La otra se bajo del vaso y cuando intentaba escapar le metí la mano por debajo y le clave tres dedos en el interior de su coño, la acerque hacia mi:
Querías irte sin probar como te sienta mi capullo en tu oscuro coño ¿eh?
No, es que tengo prisa.
Prisa, toma prisa.
La eché sobre el vaso con la cabeza dentro del licor 43 y empecé a darle viajes. Si la tía no quería ahogarse debería beberse por lo menos treinta litros, pero no pudo bebérselos y antes de que se ahogara le saqué la cabeza y la puse de pie, se quedó inmóvil de espaldas a mi y con la polla dentro. La cogí de las tetas tal conforme estaba y sin que tocase el suelo se la metía más y más hasta quedarme sin fuerzas. La dejé y cayó al suelo de rodillas y le pregunté to fatigado:
¿Ta gustao?
Eres un bestia, pero al menos eres original, cacho cabrón.
Así que soy un cacho cabrón ¿eh?, pues oye.
Aún de rodillas le pegué el culo a la oreja y le solté un cacho peo que se le secaron los ojos. Aburridos de estar allí nos fuimos a la albondiga. Sólo tardemos un momento, al entrar por la mierda de las cortinas por poco me corta los cojones. Vimos a las tías chupándole los huevos al toro de la pared y ya que no estaban las calienta pollas nos fuimos a Cache.
Al entrar X y yo, como estamos tan buenos, la tía que cobra quería darnos mil duros a ca uno si entrábamos. A X le puso el sello en el biceps y a mi me lo puso en la polla. En la puerta de adentro no había un guarda jurado sino que había una que juraba guardarte la polla y los cojones. Al llegar a la pista había una pareja dándose lametones y como me gustaba la tía le bajé las bragas y empecé a metérsela. El tío todo cabreado quiso darme un puñetazo pero yo como ya tenía preparado un pollo se lo tiré a la cara y le corte la cabeza. La tía no hacia nada para escapar solo se la oía gemir.
X se dirigió hacia la barra y le pidió a la camarera un bocadillo de coño así que la tía se espatarró encima de la barra y X empezó a comerle el conejito, me acerqué a él y le dije al oído:
Acaba ya de comer y vámonos a noseque dance.
Un momento, que este sabe a frangüesa.
Nos fuimos a noseque dance y tos flipaos empezaron que carro tenía, que si les dejaba una vuelta y yo decía:
- Si, y yo les voy a dar una vuelta de pollazos a vuestras pavas.
Las tías mientras se masturbaban, los tíos se echaban a llorar. Entremos como siempre de gorra y al llegar a la pista nos encontremos con las guarras de la albóndiga encima de dos mesas bailando la danza del octavo apareamiento.
Él se fue con la de negro y yo como era normal con la de blanco. A penas vernos se corrieron. Yo no sabía lo que iba a hacer él, pero seguro que lo mismo que yo: follárnoslas.
X hacia eslalon y yo me tendí en la mesa to empalmao y ella se arrodilló para metérsela entera, parecía que se volvía loca pero yo me corría y ella no se daba ni cuenta.
Eran ya las cinco de la mañana y nos íbamos yendo y al salir por la puerta nos encontramos con todas las tías que nos habíamos tirado en toda la noche. Y los dos riéndonos de ellas les dijimos:
Ja, ja las que hemos dejao preñadas esta noche.
Si, somos nosotras pero no sabéis una cosa, eh cabrones de mierda.
¿Qué, preñauzas?
Que todas somos zombis y se os está pudriendo la polla a los dos.
¿Pues sabéis lo que os decimos?
¿Si?
Hijaputassssssssssssssssssssssss.
MORALEJA: No te fíes del señor de las bestias, es un traidor.
No sé como clasificar este texto, pero es bastante surrealista.
Está algo cambiado desde la última vez que lo ví, y por lo que decía el autor, está basado en hechos reales, pero bastante distorsionados la verdad.