Sucedió justo ayer

Terminaba mi conversación con Cindy, cuando un visitante inesperado, terminó conmigo.

Sucedió justo ayer.

Sostenía una rica charla con Cindy por Chat, ya habíamos logrado un par de orgasmos, solo con platicarnos. Habíamos compartido antes algunos videos y los veíamos mientras chateábamos y nos tocábamos a nosotras mismas. La charla subía de color y de calor. Con algunas conversaciones previas, ya habíamos logrando una comunicación perfecta.

Éramos dos cuerpos unidos en la distancia por nuestras palabras y sentimientos sinceros. Vivíamos la magia del Internet a plenitud.

Ya habíamos terminado nuestros juegos y compartíamos una charla informal cuando un apagón botó el sistema eléctrico… las luces en la terraza se fueron. Otro flashazo mas y perdí la conexión de la WEB.

Quedé esperando, viendo mi PC parpadear en la oscuridad. Pasó el tiempo y nada que regresaba.

Miré reflejos por la ventana, un tipo vestido en uniforme de la Compañía de Luz se paseaba por los pasillos del complejo habitacional. Me asomé para preguntar por la situación olvidándome que estaba desnuda, solo cubierta por mi bata.

Sin notarlo apoyé una pierna por entre el barandal, lo que permitió que el tipo mirara mucho más allá de la rodilla. Él me iluminó sin encandilarme. Cuando seguí el haz de luz, noté que la bata se abría de mas por mi posición en el resquicio de la terraza.

-Ups.!, lo siento señor.

  • Buenas noches… sabe que pasa?, - pregunté alejándome de su vista.

-estamos haciendo reparaciones de emergencia señorita, -me dijo quitándose la gorra de seguridad.

–tenemos un pequeño desperfecto por un accidente de autos que ocurrió a unas calles de este lugar, pero los controles están justo al volver la esquina. – me decía al tiempo que se acercaba para dejarse oír.

  • y Usted cree que tarde mucho?,

-estaba charlando con mi amiga y sin luz, no podré hacerlo mas, –pregunté entrecerrando los ojos para ver mejor su rostro.

Aquel tipo debía medir sobre los 1.90’s y por las características de su trabajo, se dibujaba una musculatura más que atractiva.

Realmente la charla había sido muy relajante, pero la presencia de un hombre cuando solo has tenido tus propias caricias y mucha imaginación recorriéndote el cuerpo.

Es cuando encuentras todo lo atinado que la vida puede ofrecerte.

-espere señor, no se vaya!, puedo ofrecerle un poco de agua?, - o quizá algo de café?, -le dije ya con un revuelo de cabellera en franco coqueteo inconsciente de mi parte.

-Pero que vengo haciendo?, -me pregunté mientras ligera bajaba las escaleras sin importarme calzarme siquiera.

En el primer descanso hay un espejo de cuerpo entero y con el aliñé el cabello, ajusté la bata y miré mi cuerpo levantando el pecho para mantenerme mas erguida. Casi corriendo abrí la puerta de par en par.

El trabajador era imponente, vestía botas de trabajo, un par de cinturones de grueso cuero crudo del que pendían sus herramientas, su uniforme caqui le quedaba mejor que los trajes a mi marido, de mangas largas arremangadas se veían unos gruesos y fuertes brazos repletos de vellos, la mano que sostenía la linterna era enorme. Con la otra se colocaba el casco bajo el brazo al tiempo que se iluminaba el rostro para presentarse.

  • soy el Ingeniero Núñez señorita, de la Compañía de Luz.

  • Mi madre.!!!, pensé, al ver ese rostro curtido por el sol en ese tono canela que me enloquece, un bigote largo, muy bien recortado le bajaba por las comisuras de los labios hasta casi la mandíbula, dándole un toque de forajido, además; una barba crecida de tres días me hizo cosquillas en la entrepierna.

–tranquila María; solo es un trabajador de Luz, -me dije al tiempo que me apoyaba contra el marco de la puerta para recuperar la compostura.

  • pues tenga usted buenas noches ingeniero, -contesté sin contenerme en coqueteos,

-"Cindy, me las vas a pagar!!!", -pensé de momentáneamente en la charla que teníamos antes del apagón. Mi amante virtual me había dejado a punto de turrón para irme a la cama, y ahora este Adonis bajado a la tierra, me inquietaba hasta la humedad extrema.

-perdone las molestias, estamos trabajando lo mas rápido posible por reparar este problema señorita, -escuché su voz muy lejana, mis pensamientos lo estaban desnudando y mi cuerpo ya brincaba sobre de él atrayendo su sexo dentro mío.

-ehh?... a si!, - la luz, eso; la luz, ahora la enciendo!!!, -mi clásica torpeza cuando los pensamientos se me cruzan a millonésimas de segundo creando imágenes de sexo y lujuria por mi cuerpo.

Me alejé de la puerta dando tumbos y chocando con la mesa del recibidor hasta hacer caer un florero que se rompió en añicos. Intenté el apagador y por supuesto nada sucedió. No había luz.!!!

  • lo siento señorita, pero no tendrá luz por algunos minutos mas, como le comentaba, ha habido un accidente

-pero si seré estúpida Ingeniero, -contesté agachándome a recoger los pedazos de florero sin reparar en que mi bata exponía sin recato mis senos, estando de rodillas le veía desde lo bajo como un enorme violador de mujeres solas. Tomé los pedazos mas grandes al tiempo que me pinchaba con uno de ellos.

  • oúchh, pero que

  • señorita!, tenga cuidado, seguro esos cristales podrían cortarle, - ya corría mi sangre por entre los dedos al tiempo que como una pluma me alzó con sus brazos sin esfuerzo alguno. - además viene descalza, - me dijo.

  • permítame le llevo a otra parte, - y pasando sus potentes brazos por mi espalda me levantó como una bebé rumbo a la cocina.

  • es por allá. - le dije dirigiendo mi nariz a la zona mas oscura de la estancia. Sentía como se cimbraba la habitación a su paso, las botas chocaban sus casquillos sobre el parquet del piso produciendo un sonido militar a medida que avanzaba colgada de su cuello. Iluminaba el paso con su linterna hasta que me depositó suavemente en el pretil de la cocina.

  • tendrá algunas gasas y medicamentos?. En la Compañía de Luz, todos somos entrenados en primeros auxilios, -me dijo al tiempo que llevaba el haz de su lámpara por todos los anaqueles. Sentada con la bata abierta le seguía con la mirada, apreciando y deleitándome por aquel macho ejemplar que vino a llenar mi espacio esta noche.

  • no se moleste mas Ingeniero, solo pondré mi mano bajo el agua y pronto sanará.

El hombre regresó sobre sus pasos para iluminar mi herida y abrir el grifo para dejar correr el agua sobre la herida.

Realmente no era nada, pero ahora tenía a este bello ejemplar a mis servicios. Ya no me importó cubrir mis carnes, la luz reflejaba mi piel, brillante por la embadurnada que antes me había dado por Cindy.

Quise ponerme en pie, pero el hombrezote lo impidió.

  • no señorita, no vuelva a poner pie en el piso, recuerde que están desnudos y habrá cristales por ahí, no quisiera se hiriera también esos piecesitos, - acto que lo llevó a iluminarlos y revisarlos con delicadeza.

Sentía sus manos cálidas tocándolos con extrema atención. Cerré los ojos con fuerza imaginando más de lo que sentía, en ese momento un hilillo cálido escapaba de mi cueva haciendo un río hacia las corvas.

Nos miramos como comunicando nuestros pensamientos, mi mano libre buscó su hombro y le atraje a mi. Nuestros rostros se acercaban despacio, sus ojos revisaban mi cabello, seguían a la base de mi cuello y bajaban hasta las hendiduras de mis senos. Distraídamente apoyó una mano en el pretil, que al momento le tomé y le señalé el camino a mi entrepierna, apretando al tiempo mis piernas, para indicarle que no debía salir de ahí jamás.

Él sintió el calor de inmediato y encontró con facilidad la fuente de jugos que manaba invitadora a chapotear en mi.

Pasó un dedo por la cúspide de mi sexo frotándolo con cierta rudeza, eso me hizo respingar un poco arqueando la espalda, acto que entendió como un ofrecimiento a ser besada. Llevó sus labios a mis pezones y los besó con fuerza. Era una succión exagerada que me dolió, pero en ese mismo instante metió un dedo en mi cuevita lo que me corvo de nuevo al sorprenderme por la aspereza de ese dedo tocando mi delicado interior.

Me olvidé de la mano herida y le alcé mis senos con ella. Sus besos eran succiones como de urgencia por no soltarme de sus labios, temeroso que lo increpara por ese inapropiado comportamiento.

Todo fue al contrario, la sorpresa de ese ser imponente, sus comportamientos rudos con cierta agresividad venían prendiendo mi cuerpo de manera inusual.

Abrí lo mas que pude las piernas intentando abarcarle entre ellas y atraerlo a mi. Lo que le permitió incrustar un segundo dedo en mi vagina y nuevos flujos emanaron de ella, como para alentarle por un tercer dedo mas.

Lo intentó, sé que lo intentó, pero su mano era mayor que mi entrada vaginal.

Presionó más y más, sin lograr abrirse camino para el "tercero en discordia": No pudo penetrarme.!!!

Mis pezones bullían de lujuria, ardían por las caricias que antes me había provocado a mi misma y ahora sus dientes amenazaban con arrancarlos a mordiscos. Tomé cada uno de ellos con mis manos y se los ofrecí golosa. Atrapé su cara entre de ellos y apretando mas las piernas en fuerte tenaza lo atraje lo mas que pude a mi.

-aaaahhhh, - sus dedos hacían remolinos en mi vagina.

-señorita!, - decía el ingeniero al tiempo que succionaba con fuerza como un bebé rechoncho y sediento.

Cuando pude le tomé por la cara y le di un beso de lo más apasionado, metiendo mi lengua lo más profundo que pude en su boca, él la succionó con tanta fuerza que sentí que la arrancaría de mí.

Con rápidos movimientos de mano intenté quitarle el cinturón de herramientas, abrirle la camisola, romper toda frontera entre nuestros cuerpos.

Intentos, fallidos todos, aquella mole estaba atada por su misma esposa para no ser tomado por nadie mas.

  • si usted me permite señorita, -me dijo al tiempo que retirándose un par de pasos atrás, abría su camisola, se quitaba los cinturones dejando caer ruidosamente las herramientas al suelo.

Yo me desenfrenaba por la escena. Bajé de un salto del pretil y apoyándome de espaldas me dispuse a disfrutar del espectáculo "strip" que el hombre me hacía en las penumbras.

Sacó de golpe la remera, su torso apareció potente y desnudo a mis ojos, con poderosos pectorales, el pecho cubierto por abundante pelambrera, hombros muy anchos y redondeados.

Sus manazas intentando bajar el zipper y liberar la masculinidad que formaba un suculento bulto en su entrepierna.

Cuando logró abrir el pantalón, vino a bajar de cuajo los calzoncillos. Una broca de dimensiones industriales saltó desafiante a mis ojos.

-no puede ser.!!!, nooo!!!, - grité al tiempo que yéndome de rodillas sobre aquel instrumento lo busqué para que entrara entre mis labios a lo profundo de mi garganta.

Abrí lo mas que pude mi boca y atrapé su casco de carne con los dientes; apenas un poco dentro de mi y nada mas podía caber, con una mano le tomé del tronco y lo jalé a mi.

Pude colocar la otra mano y encontré tronco de mas. Intenté cerrar mis manos para pajearlo y apenas lo podía abarcar. Mi quijada se esforzaba al máximo para abrirle camino hasta mi garganta, pero mi lengua estorbaba el paso de un centímetro más.

Busqué lamerlo al no poder introducirlo en mi boca, la saliva corría sin problemas entre mis dedos y su tronco, "plash" "plash", el chapoteo de una lubricación impuesta me daba la sensación de estar tomando un bordón "scout".

Difícilmente mis manos lo cubrían, mis dedos apenas se encontraban buscando apretarlo con más fuerza.

Sentía la turgencia de aquel miembro, quise bajarlo un poco, pues apuntaba desafiante al cielo, mis frágiles intentos no lograban doblegarlo, esfuerzos inútiles por buscar una horizontal en aquella herramienta que apuntaba siempre al infinito.

Lo mamé, lo metía cuanto podía en mi boca, pero poco lograba con aquella barra de hierro que ardía en mis manos.

Movía mi cuerpo entero en vaivén a velocidades crecientes. Podía imaginar sus dimensiones por la amplitud de mis caricias.

Pronto vinieron las primeras gotas pre-seminales que lamí y bebí como una sedienta, tenían un sabor mas salado del normal que solo logró excitarme mas. Seguía con aquella masturbación maravillada por la potencia de aquel aguijón hasta que comenzó a explotar en chorros de caliente leche.

Me coloqué lo mejor que pude para recibir sus estallidos en la cara, bañándose mis cabellos, salpicándome el pecho y piernas, viniéndose copiosamente; tuve buenas oportunidades de beberme un par de grandes tragos de aquel inesperado invitado.

Mi cuerpo convulsionaba en un orgasmo intenso en ese preciso momento y me coloqué de nuevo sobre el pretil, pero empinada en el, ofreciéndole mi encharcada vagina. Abriendo lo mas que podía las piernas ayudándome con las manos, pues presentía lo que me esperaba.

Ese miembro rompería los límites de mi vagina, me desgarraría sin clemencia, me partiría en dos.

  • ven acá papacito!!!, - toma esta hembra que quiere ser empalada por ese precioso instrumento desvirgador, - le dije haciendo círculos con mis caderas.

Estaba dándole la espalda abriéndome los cachetes del culo con ambas manos, alzándome de puntillas para ofrecerme completa y sin reserva alguna.

Sentí su cabeza toqueteando mi vagina, su miembro resbaló en mis jugos hacia abajo equivocando la entrada. Me separé de la mesa viendo entre mis piernas, pude apreciar como si una verga saliera de mi cuerpo, como parte de él.

-¡Ya me atravesó!, -pensé. Me rompió la matriz y moriré de placer desangrada por este pingón irreverente.

Él ingeniero seguía atrás de mis caderas y necesité de ambas manos para tomar aquella mole de carne que se negaba a penetrarme.

Y lo dirigí diestra y deseosa.

-aaaaghhh, la cabeza pasó la primera barrera, me abrió las carnes inesperadamente casi perdiendo la fuerza de las piernas.

Arreculé un poco mas atrás y logré un poco mas de él en mi. Aflojé los músculos y pasó toda aquella enormidad a llenarme hasta casi la garganta.

Llevé mis manos nuevamente a las nalgas para comprobar que apenas había metido el primer tercio de aquella broca industrial en mi.

-no puede ser papacito!, me siento tan llena y apenas has penetrado un poco, - le dije.

  • si señora,!!! Pero si usted aflojara un poco más, podría recibirme a plenitud, - contestó el ingeniero en un resoplido, al tiempo que arremetía unos centímetros más en mi interior.

-aaaggghhh, pero es que no cabe mas Mi Señor, - contesté sintiendo como mi vagina se apretaba por la tensión al sentirse despedazada. Intenté pensar en Cindy y relajar mis paredes… otro poco mas y mi útero saludó no sé como a aquel intruso.

En verdad le aprecio los esfuerzos señora, pero nadie ha podido penetrarse completa mi herramienta, se lo agradezco, pero no quisiera causarle un daño irreparable en esa rica hendidura señora, -dijo para mi el ingeniero las palabras mágicas.

  • así que nadie le ha recibido a plenitud Mi Señor?, - le contesté segura de transmitirle que aceptaba el reto.

Ahora quería sentirlo en mi, tenerlo completamente en mi, su semen seguía envenenándome la boca, su barra abriéndome por el medio, mi vagina reclamando haber sido llevada a sus límites dimensionales.

Pero mi cuerpo entero deseaba sufrir el placer de los ajusticiados por la Inquisición y esa noche, sería empalada, sería mi noche.!!!

Así que me aflojé de él y me separé como pude.

"plop" mi vagina rechinó con alivió y un nuevo orgasmo me parecía agradecer el placer recibido. Pero mi mente gobierna al cuerpo y ella pedía más de aquella fantasía de verme como en video empalada hasta la garganta desde mis orificios inferiores.

Debería meterlo en mi, o no me lo perdonaría jamás!!!.

-venga ingeniero, - le dije, llevándolo cogido de la verga como un asa. Lo llevé a la sala donde tengo una enorme alfombra de pelo largo, él me seguía a saltitos pues por tener aún puestas las botas, no podía desafanarse del pantalón.

Ajusté unos cojines en su cabeza y le puse de espaldas. Su miembro se veía aun más desafiante en esa posición. Me senté sobre él y acariciando mis senos con su velludo tórax, me dejé penetrar nuevamente. Ahora seria yo la que impondría mis 52 kilos en esa herramienta destructora y le vencería irremediablemente.

Lo tomé con una mano y lo alinee a mi, su cabeza pudo pasar una barrera, eché un poco mas atrás las caderas y casi me senté en él.

  • ooouuggghh, - me quejè,

  • no señora, no insista, - intentó levantarme en vilo el ingeniero

  • que si, que Siii!!!, - volví a arremeterme con su aparato invadiéndome ya hasta la mitad.

Nada!.

Mi vagina era mas estrecha de lo que antes hubiera imaginado, en verdad estaba ocupada hasta el último rincón, nada mas podía pasar por la estrechez que me daba esa penetración. Supongo que en un acto reflejo, esta empezó a secarse. A cerrarse. Me dolía esa penetración, apenas podía moverme sintiendo como ardía en fuego mi vulva.

  • ooouggghh, - un nuevo intento penetrante y se salió de mi.

-venga señora, - me dijo el ingeniero al tiempo que levantándome por la cintura me llevaba sobre su rostro.

Estaba a horcajadas sobre su cara y él inmediatamente comenzó a lamer mis labios vaginales, regresándole poco a poco la lubricación antes perdida.

Sentía el clit expuesto completamente, erguido como un pequeño pene que buscaba ser lamido y saciado por aquella lengua que hacía miles de delicados círculos en él. Logró marearme de placer, mis fluidos caían sobre su rostro y se relamía con gusto saboreando gota a gota mi esencia.

Yo gritaba a mas no poder…Cindy, Cindyyy!!!, amor!, -esto es lo que me hacías antes del corte eléctrico.. mi amor, ammmor… te lo doy, te lo doy.!!! - Es tuyo amada Mía.!!! Soy para ti, toda!, -siempre-.

-asi señora, que le gustan las mujeres?, ehh?, - me dijo el mamador experto.

-verá como no deseará a otra verga mas que a la mía, - supongo su noviecita no tendrá esto para usted jamás, -ahora probara mi ariete en su culo.!!!

Y me levantó de él nuevamente con la misma facilidad; antes de darme cuenta, me tenía por las nalgas haciendo equilibrio sobre su verga amenazante. Veía como mis piernas colgaban al aire, apoyada por las nalgas en sus manazas, me presentó la punta justo en la vagina y bajándome un poquito me penetró de nuevo con su cabezota inflamada.

-aaaaaghhh, siii, asi mi amor, penétrame toda, - le exigía sintiéndome llevar a la gloria.

Pero en un rápido movimiento aprovechó la lubricación que había logrado con sus mamadas y me cambió el orificio, antes de darme cuenta mis nalgas se apoyaban en sus caderas. Sus pelos púbicos me arañaban los labios vaginales. Yo siempre depiladita y este monstruo enorme rebozaba pelos por todas partes.

Sentí como el intestino se inundó de carne dura y caliente. El esfínter cedió sin saber que estaba penetrándome. Supongo que la naturaleza le dio sesos suficientes como para no intentar resistirse a costa de quedar destruido completamente.

-AAAAAAGGGHHH.!!!

  • que animal eres.!!!

  • me rompes el culooo.!!!

Como pude me apoyé en su peludo pecho intentando sajarme, él soltó mis caderas y caí penetrándome hasta la raíz. Un dolor intensísimo me hizo ver mi vientre, sentía que algo estallaba en mi estómago, algo como un gas atrapado que buscaba salir por mi garganta. Su verga palpitaba con fuerza propia.

-nooo, detente, no hagas eso, me matas!!! , - le decía al sentir como su miembro se engrosaba mas en mi interior, sintiendo como lo tensionaba dentro de mi y me atrapaba como un anillo que no puede abandonar un dedo.

  • me estás llegando hasta el estómago, te siento ahí? , - le dije ahogada por su pinga que me llegaba a la base del cerebro. Estaba completamente en mi.

No sabía mas de mi, no podía sino gozar aquel sueño de hombre y hacerlo mío.

Dedico este relato a mi gran amada

Cindy con todo mi amor.

Tuya siempre.

Rommy.