Subiendo nota-6

Aún con cara molesta aceptó que Cris le cogiese la cara y reanudara el beso. Si nunca habían tenido experiencias de lesbianismo no se les notaba.

Uf! Dos tiernas bellezas, frente a tí, con su uniforme escolar que se ve más corto desde tu posición frente al sofá… tan nerviosas como tú pero por diferentes razones, esquivan tu mirada, se mueven inquietas, sobre todo las manos, ¿dónde, cómo ponerlas?

  • Besaros

  • ¿Qué…? - contestó Cris

  • Que os beseis ¿no sois amigas? Y espero no me hagáis repetir las cosas…

Se miraron. Indecisas. Cris tomó la iniciativa. Un piquito en los labios

  • ¿Qué mierda es esa? Un beso en condiciones. No creo que tenga que enseñaros…

  • Pero… - la voz cantante parecía corresponder a Cris. Bueno, al fín y al cabo ella era la “veterana” ante mí

  • ¿Qué he dicho de repetir….? Obedeced o largaos. No estoy para tonterías. Si no lo tenéis claro…

Sí. Estaba claro. Ahora fue Sandra quien tomó por la nuca a Cris para fundirse en un beso profundo y, claro, mi pantalón comenzaba a estorbar… paciencia. Tuve que ponerme la mano encima para calmarla

  • Vamos. Meteos mano… no, no abrazos no. Culo, tetas…

Sandra se giró hacia mí. El móvil la alteró

  • No grabes…

  • Tengo un video tuyo comiéndole la polla a un tipo ¿éste te preocupa más?

Aún con cara molesta aceptó que Cris le cogiese la cara y reanudara el beso. Si nunca habían tenido experiencias de lesbianismo no se les notaba. Las manos de ambas iban recorriendo a la de enfrente, faldas levantadas, manos en los pechos, culo, sobre las braguitas… bueno, la de Sandra se coló en las de Cris… besos en el cuello. “Abre la camisa”, “bragas”... iba dándoles instrucciones que seguían sin queja, haciendo aumentar el bulto de mi pantalón, hasta lograr que tuviese que abrirlo, liberarlo.

No me la tocaba. La apretaba para retener… Uff! podría correrme en un momento, pero sería un desperdicio.

  • Venid aquí… sacadme los pantalones… de rodillas

No necesitaban más datos. Mi sueño cumplido. El mío y el de todos. Dudo que exista un hombre que no haya soñado con tener dos bocas junto su polla, lamiéndola, engullendola. Si, además, son unas criaturas tan divinas, unas boquitas tan dulces… Levanté a Cris por la barbilla. Quería besarla, saborear esa mezcla de salivas mientras Sandra se ocupaba con mi polla. Intentó apartar mi mano de su nuca, pero no lo logró. Al contrario, cogí su cabeza con ambas manos para que asumiera quien llevaba el control.

Control era precisamente lo que necesitaba para no correrme en esa boquita. Haberme pajeado cuatro veces en lo que va de día esperando este momento ayudaba. Solté su cabeza para dedicarme a Cris: camisa fuera, sujetador al suelo. Y levantarla lo suficiente para saborear sus pechos, mordisquear los pezones… Uff!... necesitaba acabar, y no quería hacerlo en esa boca, no aún, pero la putita sabía de mamadas.

  • Cómele el culo

Me miró algo extrañada pero obedeció. Maniobró para poner en cuatro a Sandra. Ella también, para hundir su cara en el trasero. ¿Lamía culo o coño? desde mi posición no la veía, tampoco la mano que metió entre sus piernas.

Yo tenía que ir parando la mamada de vez en cuando. No quería correrme ahí, quería probar otra cosa. Tomándola por la mejillas separé a Sandra de mi miembro y la mire a los ojos

  • Encúlate

  • ¿Qué? No

  • Dame tu culo

  • Pero… ¿no prefieres…

  • Tu culo. Móntate

  • Es… duele. Es muy grande

  • Gracias por el halago pero no. Ya verás como cabe

  • Yo… Por favor…

  • No me digas que es la primera vez

  • No pero…

  • Encúlate

Se giró hacia Cris, como esperando… Nada. Cris la ayudó a levantarse, le quitó la camisa y el sujetador a una indicación mía y la ayudó a situarse entre mis piernas

  • Despacio, por favor -dijo mordiéndose el labio

  • El ritmo lo llevas tú. Ve sentándote.

Tomó mi polla y la encaró a su coño… como esperando que cambiara de opinión.

  • No

La dirigió hacia su entrada trasera.

  • Duele

  • Aún no ha entrado nada

  • Fóllame, te aseguro…

  • Tu culo

Muy lento, demasiado lento, ni siquiera el capullo llegaba a entrar

  • ¿Prefieres que te encule yo?

  • No, no, no… - Apretó los dientes y soltó una queja. El capullo ya estaba dentro. Soplaba y resoplaba, detenida.

  • Falta mucha polla aún.

  • Es muy gorda, duele…

  • ¿Te ayudo? - Dije presionando sus muslos

  • No, no… deja que me acostumbre - la cara era de dolor, no exagerada aunque…

Cris, que hasta entonces había permanecido de rodillas, curiosa, viendo la escena, decidió echar una mano, mejor: ambas, a su amiga. Se puso tras ella a lamerle el cuello, acariciar sus tetas e incluso dedearle el clítoris a medida que Sandra iba empalándose. Hasta juntar sus muslos con los míos

  • Arriba y abajo

  • Un mmmmomento…

  • Arriba y abajo - No era una sugerencia. Era una órden

Arriba y abajo. Su cara de dolor se juntaba con la de Cris, enternecida, que la tomó entre sus manos para besarla. Las hijas de puta no me iban a dejar prolongar mucho más el momento. Inevitable. Mi polla tomó la iniciativa desparramando todo su contenido en el interior de la putita, mientras ellas seguían con su espectáculo lésbico.

Mi polla, demasiado trabajada durante el día, pronto perdió la consistencia y cayó de su acogedora funda. Cris merecía el castigo. Aparté a Sandra.

  • Límpiamela.

Intentó hacerse la despistada acercando su mano pero se la aparté decididamente. No se la veía sucia pero el sabor seguro que delataba donde había estado. Aún así cumplió. Incluso logró ponermela morcillona, pero no podía más. Quizás si me hubiese pillado una viagra…

Después le tocó el turno al culo de Sandra. Mientras besaba a mi nueva putita y le decía que hiciera fuerza para expulsar mi semen, Cris se dedicada a lamer su ojete y tragar todo lo que iba saliendo de él.

Mi polla no daba para más, pero quise seguir el show. Tras el culo, Sandra se tumbó abierta de piernas en el sofá para que Cris le comiera el coño hasta hacerla correrse.

Cuando Sandra estaba devolviéndole el “favor” se oyó la puerta del piso. Sandra hizo amago de levantar la cabeza pero Cris se lo impidió.

La cara de Chema fue de lógica sorpresa y satisfacción

  • Joder! esta es nueva

  • Su coño está aún limpio. ¿Te apetece?

No se hizo de rogar, abrió su bragueta y aprovechando la posición a cuatro patas de Sandra, se la enfundó. Cualquier intento de Sandra por levantar la cabeza era aplacado por Cris que le aprisionaba la cabeza con ambas manos.

La corrida fue simultánea de ambos, quizás de los tres. Quise rematar el “castigo” de Cris pidiéndole que limpiara la polla de Chema pero este se lo impidió. No podía resistir otro asalto sin recuperarse antes…

No hubo mucha conversación. Chema sí que recuperó pronto la forma, Cris mejora a pasos agigantados sus mamadas. ¡lo que hace la práctica! Sandra “colaboraba”, tomando de la nuca a su amiga para marcar el ritmo y que hundiera más la cabeza entre las piernas del colega, a quien le acariciaba los huevos…

Vale. Mi polla no respondía pero también quería participar. La hice sentarse entres mis piernas apoyada en mi morcillon elemento. En bolas. ¡Cuánto tiempo escudriñando ese cuerpo que pasaba ante mi mesa cada día… después lo perdía al fondo de la clase. Esas piernas, ese lacost que hoy sabía no debía traer a nuestro encuentro. Sus tetas un placer para la yema de mis dedos, su coño húmedo y acogedor y esa boca…. le comí la boca, un delicioso manjar que ningún gourmet podría igualar.

Cuando notó que bajo ella algo había crecido intentó con su manita darle más consistencia pero fue en vano. Yo sí conseguí hacerla gemir, hacer que se corriera con unos gemidos y un vaivén del cuerpo deliciosos, ese cuerpo que mi otra mano, ansiosa, no sabía qué recorrer, dónde posarse, todo él era de una suavidad extrema. Un cuerpo para el pecado, que merece ser puteado, que sean muchos los hombres que tengan a su alcance al menos una vez en la vida.

Y, claro, el espectáculo provocó los previsibles daños colaterales. Casi al unísono la polla de Chema comenzó a liberar su tensión a llenar la boca y rostro de Cris, otro puta en ciernes, que le sonreía mientras se limpiaba con los dedos la cara para degustarlos.

Costó despedirlas, dejar que se vistieran. El móvil de Chema no paraba de sonar, le necesitaban en la Academia, pero solo lo hizo cuando ya estaban preparadas para irse, un momento antes que ellas. Momento que alargué. ¿Ahora espabila la muy hijadeputa? Con los últimos abrazos y besos, morreos, mi entrepierna se puso palote, muy palote. ¡Grandísima…! Pero no podía retenerlas más. Queda mucho curso aún para disfrutarlas.

No fui sincero con ellas. Bueno, no todo lo sincero que debía serlo, solo lo justo. Que había llegado a acuerdos con los profesores, a cambio de favores sexuales, claro. Pero eso no suponía una total sumisión a ellos… solo a mí. Solo yo “gestionaría” su emputecimiento. Nada que no pudiesen asumir. Ellas se juegan el curso pero nosotros la carrera, el curro y puede que algo más grave. Por eso el video, para cubrirnos las espaldas. Ya eran unas putas declaradas antes de toparse con nosotros ¿quién les creería?

Tampoco necesitaban más. Cris está en plena fase de adiestramiento. De ser una becaria modosita ahora disfruta de su cuerpo, de regalos…

Y Sandra… A su edad ya apunta maneras. Acabe o no con una carrera, salvo que se encapriche de algún idiota, su vida transcurrirá entre algodones, con tantos amantes como quiera, usando a los hombres como kleenex.

Y ahora soy el guardián de las puertas de ese cielo. Su instructor. La tentación de ser también su chulo es mucha, pero… así me parece más gratificante y divertido.

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No costó nada convencer a Arturo. Estaba cantado.

Cuando se lo comenté a Julio… aparte de ponerse como una moto, me dijo que al compa también le van los cuerpecillos tibios. Que incluso en alguna ocasión establecían “rankings” de las alumnas: la longitud de su falda, el desarrollo pectoral, la suavidad de sus mejillas, la prominencia de sus labios, simpatía… vamos, una clasificación pormenorizada. Del 8 al 10 eran las follables y por debajo de 3 eran parte del mobiliario. Claro que el deseo se quedaba ahí. O eso creía yo.

Arturo suele frecuentar los jueves en un bareto infecto. Le gusta la humanidad que se respira allí. También tiene muchos conocidos/as, no en vano el garito lleva en el barrio tanto como él. Claro que cuando empezó aquello era un hervidero de jóvenes como él lo fue, con su billar, futbolines y cogorzas de escándalo… Ahora era un antro de “nostálgicos del spray”, mucho poster ecologista y antimilitarista, trapicheo de costo y bronca asegurada cuando se hablaba de política… El billar y lo demás dejaron hueco para más mesas y sillas donde apoyar las cervezas. Solo un tragaperras y una tele imposible de escuchar por el murmullo constante, salvo cuando hay Champions.

Él era fiel al garito. Sobre todo porque de vez en cuando alguna de las amigas de-toda-la-vida se animaba y acababan follando en el aseo o en su casa, que estaba a pocos pasos de allí… jejeje. Decía que prefería ese bar a otros porque los días de tremenda cogorza llegaba a casa enseguida, aunque fuese a cuatro patas.

Nos contó que fue Jefe de Estudios… y toda la movida con Tomás, el profe que se encoñó con la alumna (¿o fue al revés?). El follón fue brutal. Él tampoco tiene ningún recuerdo amable hacia su ex-compa. Hasta entonces se vivía muy bien… y se follaba muy bien. No recuerda la cantidad de alumnas que se pasó por la piedra. Y madres. Sobre todo cuando era Jefe de Estudios.

El cole era (y es, pero menos) elitista. Caro y exigente. De mucho nivel. Más de una madre consiguió apuntar a sus hijos gracias a su boca, su coño o su culo.

Los castigos corporales desaparecieron hace apenas 10 años. Algunos padres y madres los autorizaban, incluso requerían: “¡con éste mano dura!”. Los chicos tenían dificultades para sentarse en varios días. Las chicas… las chicas eran caramelitos: faldita levantada. Si se dejaban bajar la braguita acababan en los tobillos, si se resistían a descubrirse la paleta les hacía llorar como magdalenas, sin piedad.

Cuando les bajaba las braguitas, les palmoteaba y acariciaba el culito… si lo movían, su dedo podía acabar recorriendo sus labios vaginales, su clítoris… y si lograba que se corrieran les tocaba devolverle el favor con su boca. O su coño. El número exacto no lo recuerda, pero más de diez virguitos sí que desaparecieron con su polla.

Y el capullo de Tomás tenía que cagarlo todo. La cosa no trascendió a la prensa porque la familia tenía muy buenos contactos. Pero como familia rica de cagarse también eran unos cabrones. La cosa se arregló con una morterada (nunca supo el total) que pagó la institución, la expulsión velada de Tomás (baja incentivada), la niña en un internado para descarriadas… Y el reemplazo (destitución) de Arturo de su cargo. Enviaron dos “sargentonas” a hacerse cargo de la Dirección y la Jefatura de Estudios. Tonterías las justas. Por eso la advertencia de Tere. Advertencia o amenaza, según se mire. Por más precauciones que se tomen un desliz siempre es posible, y Tere es de las que estaría encantada de poder encerar el suelo de algún “asaltacunas”, como nos llama.

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-Vamos, Sandra, de rodillas, demuestrale hasta qué punto quieres el aprobado

Como una profesional… se le notaba experiencia en estas situaciones: se arrodilló, se juntó el pelo para hacerse una cola y mientras una mano iba bajando la cremallera, la otra sobaba el bulto sobre el pantalón.

Ni siquiera hizo ascos al líquido preseminal… Tomó un poco con los dedos y se los llevó a la boca para lamerlos. Luego un besito sorbiendo a la punta y…¡adentro!

  • JODER! ¡Cuánto tiempo!

La expresión de Arturo no dejaba lugar a dudas… la niña se iba a ganar la nota, sí o sí. Cuando pudo reponerse del primer impacto llevo su mano a la nuca de la chiquilla, que subía y bajaba parsimoniosamente por su tronco

  • Mírame a los ojos.

Obedeció. Sus ojos ¿cándidos? se posaron en los lujuriosos del profesor quien ahora acariciaba sus mofletes

  • ¿Quién me iba a decir a mi que esta escena que he soñado tantas veces mientras me la pelaba iba a hacerse realidad, señorita López? Es Vd. una putita deliciosa

  • Entonces - tercié - ¿hay trato?

  • Vale, pero la quiero una noche para mí solo. Vendrá a dormir a casa.

  • Va tío, ya sabes. No creo que sus padres…

  • Jueves - dijo sacándose la polla de la boca

  • ¿Cómo?

  • Sí. - continuó mientras masajeaba la polla y le daba algún besito de vez en cuando - Los jueves mi padre no viene a dormir, se irá con su amante o ¡qué sé yo! y mi madre aprovecha para montar la partida con sus amigas. Cada semana en casa de una. No llega antes de las 3 y tan borracha que hasta el mediodía no despierta.

Ángela es quien nos prepara el desayuno, pero no se le ocurrirá chivarse porque… bah! no va a meterse en líos. Y ya sabe lo bordes que podemos ser sus “angelitos”

  • Vale, en cuanto ponga la fecha del examen, el jueves anterior vienes a casa, espero que no coincida con la timba en tu casa. Tu nota va a depender de como te portes, putita.... ahora sigue con la mamada, solo pensar en esa noche ya me están entrando ganas de vaciarme los huevos.