Subastada y vendida

La historia de cómo una mujer joven llegó a estar en una plataforma de subastas y de ahí, el comienzo de su nueva vida.

Subastada y vendida

La número 17 estaba en una jaula con otras 4 esclavas esperando su turno para ser subastadas... Podía escuchar al subastador mientras anunciaba las ofertas por la esclava sacada de la jaula unos minutos antes... Mientras la número 17 estaba allí nerviosa, reflexionó sobre el camino que había tenido que recorrer hasta llegar a este punto de su vida.

Rosy, que así se llama, es una mujer, con 35 años, relativamente tímida pero normal... Cabello castaño largo, cuerpo agradable y con curvas acentuadas por un poco de peso extra que tiene de exceso.

Su infancia fue normal con padres cariñosos y dos hermanos más... Ella fue la segunda, la del medio... Había sido una niña pasiva, dejando que sus padres guiaran su vida y que sus amigos tomaran la iniciativa en el juego... Su mayor placer era hacer felices a los demás

Para complacer a sus padres, comenzó a asistir a la universidad a pesar de que no le gustaba sus estudios... Después, siguiendo el camino de sus amigos, por los grandes salarios ofrecidos por las empresas ‘puntocom’ dejo la universidad aunque nunca gano tanto como ellos, quizá por la poca confianza en sí misma.

El estallido de la burbuja de las puntocom la dejó mal parada... Sin título y su única experiencia laboral profesional ya no era solicitada... Sus viejos amigos no pudieron ayudarla porque también los habían despedido... Así que pasó de un trabajo profesional con un salario alto a una vendedora minorista que ganaba, en el mejor de los casos, 22.000 dólares al año.

Iba a la deriva hasta que conoció a un hombre que entró en su tienda... Él, se presentó como Adam y comenzó a coquetear con ella casi de inmediato y antes de que Rosy se diera cuenta, tuvo una cita con él esa misma noche.

El hombre tomó el control casi de inmediato... Al parecer se dio cuenta de que a Rosy le gustaba que otros la guiaran y a ella esto le agradaba tanto que le resultaba hasta difícil esperar a que terminara su turno de trabajo.

Adam le había dicho que estuviera lista a las 8 y que se pusiera falda... Ella pensó que era un poco extraño que le dijeran qué ponerse en su primera cita, pero se sentía tan bien no tener que tomar esa decisión, que cumplió con lo que le ordenó.

Esa noche fue un punto de inflexión en su vida.

Ese punto de inflexión comenzó en el restaurante, donde Adam inmediatamente se hizo cargo de todo... Le quitó la carta de menús de sus manos y procedió a ordenar para ella... Luego le instruyó sobre la manera correcta de disfrutar la comida y el vino, diciéndole qué comer a continuación y qué sabores buscar.

Y Rosy tenía la sensación de que él la estaba enseñando para que lo pudiera cuidar mejor... Ese pensamiento le trajo una cálida sensación que comenzó en su coño y se arrastró hasta su corazón... Se sentía muy bien que Adam estuviera tomando tanto interés con ella.

Más tarde, Adam la llevó a su casa sin ni siquiera preguntarle nada... Era como si esperara que Rosy iría y no pudiera decirle otra cosa... Ella también aceptó esto como su derecho y se deleitaba con su confianza y seguridad.

Una vez dentro de su casa, Adam la besó por primera vez... Fue un beso largo y persistente... Su lengua parecía tomar el control de su boca... Fue el beso más erótico que jamás había experimentado o incluso visto en las películas románticas que ella y sus amigas solían ver durante aquellas fiestas de pijamas en la escuela secundaria.

Luego Adam le dijo que se desnudara... Y ella ni siquiera lo pensó, simplemente comenzó a quitarse la ropa... Rosy no era virgen, ni mucho menos... En el último año de la escuela secundaria y en la universidad, ella nunca había dicho "no"... No era que ella quisiera tener sexo, sino que lo aceptaba para no estropear la noche de su cita... Incluso había tenido sexo con mujeres cuando ellas se lo habían pedido y la deseaban.

Rosy nunca se había desnudado así, por una orden... Esa noche aprendió mucho sobre sí misma y sobre el sentido de la sumisión.

Ella comenzó a pasar todos sus momentos de tiempo libre con él... Lo complacía con pequeñas cosas, como masajearle los pies después de un largo día sin importar lo cansada que estuviera, o prepararle sus comidas favoritas, incluso limpiar su casa... Fue el momento más feliz de su vida.

Sus actividades en el dormitorio reflejaban cada vez más una relación Amo/sumisa... Adam comenzó a utilizar el castigo corporal para mejorar su sexualidad... Comenzó con palmadas en el culo y poco a poco llegó a utilizar el látigo para azotarla donde le apetecía... Su control sobre Rosy en el dormitorio pronto se volvió completo y ella pasó a ser su esclava sexual, haciendo lo que él quería.

Luego Adam le dijo, no le pidió, que se fuera a vivir con él... Y ella quedó muy emocionada por esa petición... Esto era lo que había querido desde su primera noche juntos... Fue un tema fácil ya que la hizo vender todos sus muebles y la mayoría de sus pertenencias.

Él le dijo que le daría todo lo que ella necesitase de ahora en adelante... De hecho, le dijo que dejara su trabajo... Quería que ella se dedicara a él a tiempo completo.

La mañana en que Rosy se mudó a su casa, él la cogió de la mano y la llevo hasta el teléfono, marcó el número de su trabajo antes de entregárselo le ordenó:

  • “Diles que renuncias”... Y ella obedeció.

Pronto la relación de Amo/sumisa se llevó a cabo fuera del dormitorio... Rosy siempre tenía que estar desnuda en su presencia y llevaba un collar de perro que le había regalado... Luego, comenzó a hacerla dormir en una estera a los pies de su cama y encadenada a ella.

Arrodillándose a sus pies, se sintió completa y deseada... Rosy era una esclava las 24 horas al día, los 7 días de la semana... Ella era su propiedad.

Una noche Adam invitó a unos amigos suyos y él la mantuvo desnuda durante su visita... Nunca antes los había traído a su casa y aunque ella al principio no sabía qué hacer, pronto le quedó claro que la consideraba su esclava, y como tal, todos la ignoraron... Así que toda la noche estuvo arrodillada a sus pies e hizo lo que él, le mandaba.

Rosy estaba muy contenta de pertenecer a Adam y le encantó cuando él comenzó a modificar su cuerpo para su placer.

Comenzó alargando su clítoris para que sobresaliera de sus labios vaginales, lo cual hacía que se sintiera muy fácilmente estimulada por cualquier toque... Las raras veces que Adam la dejaba usar ropa, ella se habría corrido del roce con su clítoris si se lo hubiera permitido, pero para correrse necesitaba su permiso y ese permiso se lo había quitado hace mucho tiempo.

Luego le alargó sus pezones hasta que tuvieron más de 3 cm., de largo... A Adam le encantaba enrollarlos en sus dedos y tirar de ellos como si la estuviera ordeñando... Y a Rosy también le encantó ya que la hizo sentirse usada y amada al mismo tiempo.

Su última modificación fue inducirla a producir leche... Le inyectó hormonas y compró una máquina de ordeño y la conectó a ella o la ordeñó con las manos cuatro veces al día.

En dos semanas, Rosy estaba comenzando a producir leche.

Adam siempre le ponía un vibrador en el coño cuando la ordeñaba, diciendo que eso la haría producir más leche... Lo hiciera o no, la verdad es que Rosy siempre estaba muy mojaba cuando se acercaba la hora del ordeño.

Pronto Rosy estuvo produciendo toda la leche que necesitaban, más un extra que vendía a sus amigos... A veces, la ordeñaba delante de ellos para que tuvieran leche fresca.

Nunca dejó que nadie más que él, la ordeñara... Ni la compartió con nadie... Era como si la estuviera guardando para algo.

Y al final descubrió qué era eso... ¡La iba a vender!... Adam sabía que no se resistiría... Le haría feliz venderla y estaba en su derecho hacerlo... Rosy era de su propiedad.

Cuando llegó el día de su venta, le prestó especial atención... La enjabonó en la ducha y se la folló lento y sensual... Luego le afeitó el cuerpo por completo para asegurarse de que estuviera suave como un bebé... Le dijo lo feliz que lo había hecho y la buena esclava era.

Al final, la llevó a su alfombrilla para dormir al pie de su cama y le ordenó que durmiera... Rosy pensó que estaría demasiado excitada para dormir, pero antes de que ella se diera cuenta, Adam estaba sacudiendo su hombro para despertarla... Había dormido bien... Le dijo que se arreglase el pelo, se maquillase y se cepillara los dientes.

Luego, Adam envolvió su cuerpo desnudo con una capa y la condujo afuera hacia su coche... Ella se volvió levemente para echar un último vistazo a su casa y se metió dentro, tirada en el suelo como siempre había ido.

Adam condujo un tiempo antes de detener el coche... Salió, rodeó el coche, abrió la puerta y la cogió de su mano para llevarla a la puerta de un gran edificio... En su interior, el lugar estaba lleno de actividad... Vio cómo algunos Amos y Amas llevaban esclavas para que fueran registradas y subastarlas... Otros estaban inspeccionando a las esclavas que se preparaban para la venta.

Una Ama se les acercó y saludó a su Amo:

  • “Adam, ¿tienes otra esclava para vender?... Estoy impresionada... ¿No fue tu última venta hace sólo cuatro meses... ¿Cómo lo haces?”, le preguntó un tanto intrigada.

  • “No es difícil... Sólo busco a las necesitadas de cariño, pero no suelo tomarme demasiado interés por encontrar esto tan rápido... Al día siguiente de la última subasta salí a comprarme un regalito con la ganancia de esa venta y, ahí estaba ella... A partir de ahí fue fácil”, le respondió.

Ella no sabía cómo asimilar lo que acababa de escuchar... ¡No la amaba!... ¡Él nunca la había amado!... Las lágrimas comenzaron a formarse en las esquinas de sus ojos.

Al darse cuenta de esto, Adam se las secó y le dijo:

  • “Deja de llorar, esclava... Sabes que necesitabas a alguien que te cuidara y ahí estaba yo... Ahora tienes un lugar en la vida y puedes servir a los demás porque naciste para hacerlo.”

Rosy se animó con sus palabras porque sabía que eran verdaderas, pero todavía estaba un poco triste.

  • “Decidí probar algo diferente esta vez... Creé una vaca lechera con ésta esclava”, le dijo a la Ama.

  • “¡Oh!... ¿De verdad?... Puedo ver sus pezones?... ¿Produce mucha leche?”, dijo la Ama.

  • “Sí, bastante”, le respondió.

  • “Apuesto a que ella te dará a ganar bastante cuando la subasten.”

Terminada la conversación, la cogió de su correa y la llevó a una mesa donde la registró para la venta... Como parte del registro, la incluyó como una vaca lechera con su cifra de producción diaria.

Después de registrarse, la entregó a un asistente que le pintó algo en el culo... El asistente le dijo que era la número 17 y la llevó a una jaula para esperar su venta.

Amos y Amas pasaban por allí, inspeccionando a las esclavas que iban a vender... Algunos se detuvieron y le ordenaron que se moviera al frente de la jaula para inspeccionar bien su cuerpo... Le ordenaron que abriera la boca, le acariciaron los pechos y jugaron con su coño.

Por supuesto que tan pronto como tocaron su clítoris agrandado, inmediatamente se mojó... Más de un comprador potencial comentó lo puta que era... Algunos de ellos, obviamente conocedores, comprobaron su cifra de producción de leche.

Vio que los potenciales compradores comenzaron a alejarse... Iba a comenzar la subasta.

De repente, sus recuerdos fueron interrumpidos por la apertura de la puerta de la jaula... ¡Era su turno!

Cogiendo la correa con la que estaba atada a su cuello, la llevaron a un escenario con una plataforma baja... La colocaron en esa plataforma... Podía ver a su Amo sentado a un lado con algunos de sus amigos... Él le envió una sonrisa como saludo afectuoso y asintió con la cabeza... La hizo sentir mucho mejor.

A continuación el subastador comenzó a describirla... Dijo que era como una vaca pero humana, capaz de producir abundante leche... También explico sus características sexuales... Acarició su coño breve pero intensamente, provocando que se corriera ruidosamente... Esto creó un revuelo en la audiencia, ya que indicaba que su sexualidad era elevada.

El subastador comenzó el proceso de su subasta... La oferta se abrió con 3.000 dólares... Muchos miembros de la audiencia comenzaron a pujar, pero rápidamente se redujo a dos personas... Una, era una Ama con varios esclavas a su lado, que parecía fascinada por los pechos ya que chupaba regularmente la leche del pecho de una de sus esclavas mientras pujaba por la compra de Rosy, la vaca humana... El otro, era un Amo, que tenía  una esclava a su lado que podría haber sido su gemela... Parecía que buscaba hacer un dúo, a juego.

Finalmente, escuchó al subastador gritar:

  • “¡Vendida al Amo John!.”

La oferta ganadora había sido por 6.500 dólares.

Un asistente fue y la condujo fuera del escenario llevándola hasta su nuevo Amo... Éste, aunque estaba complacido con su compra, no le hizo caso interesado con la siguiente esclava que subió al escenario.

Rosy se arrodilló a sus pies, contenta de que él le dijera qué como ponerse sin apenas mirarla... Su conversión a esclava completa había terminado... Ella ya no era una persona, ella era propiedad de su nuevo Amo, comprada y pagada... Se sentía caliente por dentro, conocía que papel debía hacer y su destino dependía de su nuevo Amo.

Ella continuó arrodillada a sus pies mientras continuaba la subasta... Amo John no ofertó por ninguna otro esclava, pero parecía contento observando la marcha de las subastas.

Rosy era consciente de su otra esclava pero sabía que era mejor no decirle nada... Su último Amo le había enseñado bien.

Finalmente, la subasta terminó y Amo John llevó a sus dos esclavas afuera, a una camioneta grande sin ventanas en la parte trasera y las metió allí... Evidentemente, la furgoneta la había modificado para transportar esclavas... Los asientos eran duros y había pernos a los que sujetar las correas... La parte delantera de la camioneta estaba totalmente separada de la parte trasera por una plancha gruesa... Nadie del exterior podía ver la mercancía que transportaba.

Amo John se subió al frente de la camioneta y comenzó a alejarse... En ese momento, la otra esclava se volvió hacia Rosy y le sonrió... Ella, número 17, le devolvió la sonrisa tímidamente.

  • “No te preocupes, es un buen Amo.. Él sabe que somos una propiedad valiosa y se preocupa de las cosas que posee... Está muy contento de encontrar una vaca lechera y una que se parezca a mí... Esta vaca lo sabe porque Amo John lo dijo a otro Amo antes de la subasta... Estaba preocupado de que esta vaca que tiene ahora no pueda producir mucha leche y ha buscado otra... Te ha buscado a ti... Entre las dos deberíamos poder producir la suficiente leche para él... Le encanta la leche y la bebe constantemente”, le dijo.

Sin saber qué decir, número 17 simplemente sonrió y asintió.

Pasado un tiempo, la camioneta se detuvo y abrió la puerta... Cuando la sacó de la camioneta, ella miró a su alrededor... Era su nuevo hogar... Había una casa grande en medio de una arboleda, pero era difícil ver mucho más porque ahora estaba oscuro.

Amo John las condujo al interior y les quitó las correas.

  • “¡Sígueme!”, le ordenó.

La llevó a una habitación con piso y paredes de baldosas.

  • ¡Quieta!, le dio nueva orden.

Se alejó y llenó un cubo con agua jabonosa... Cuando regresó, comenzó a restregarle el culo con una esponja dura.

  • “Al menos este nuevo marcador se lava más fácilmente que el antiguo”, murmuró.

Rosy notó que sus manos eran firmes pero suaves... Después de quitarle las marcas del culo, procedió a lavarle todo el cuerpo... Ella se sentía tan bien que la cuidaran... Y cuando le lavó el coño se corrió casi de inmediato.

Rosy se puso rígida, sabiendo que se había corrido sin permiso... Pero a Amo John no pareció importarle, al menos esta vez.

Mientras estaba allí rígida, una gota de agua se deslizó por su frente y amenazó con gotear en su ojo... Sin pensarlo, movió la cabeza para alejar la gota... Una vez más, se puso rígida, pensando que sería castigada... En cambio, Amo John sonrió y le dijo:

  • “¡Ahora sé cómo llamarte!... Te llamaré ‘Parpadeo’.

Rosy ya tenía un nombre y se sintió muy bien.

A continuación, la hizo subir a una mesa y ponerse a cuatro patas.

Sabía lo iba a pasar... Iba a ser ordeñada.

Habían pasado horas desde su último ordeño y sus pechos hinchados comenzaban a doler por la presión de la leche... Las manos de Amo John se sentían muy bien al palpar la dureza de sus pechos.

Luego procedió a ordeñarla... Cuando terminó, levantó el recipiente de leche y dijo:

  • “¡Mira esto!... Es una gran productora de leche... Produce tanta leche que voy a comenzar hacer queso con ella”, le explicó a su otra esclava humillándola por su poco productividad.

Luego la hizo bajarse de la mesa.

Cuando ella se bajó, la giró y plantó sus manos sobre la mesa.

Separando sus piernas con sus pies, hundió su gran polla en su coño y procedió a follarla con fuerza.

Pronto se corrió y se la sacó.

Chasqueando los dedos hacia la otra esclava, señaló su polla.

Inmediatamente ella se arrodilló frente a su Amo y procedió a limpiarle la polla con su lengua.

Cuando estuvo satisfecho, ordeñó a esta vaca, pero obtuvo poca leche de ella... Rosy, ahora Parpadeo, sabía que debía ser un Amo bueno para tener una vaca que no producía mucho.

Amo John las llevó a la cocina donde procedió a prepararse un sándwich... Echó un poco de carne y pan en dos cuencos que colocó en el suelo... Señalándolos, dijo:

  • “¡Comer!”

Ambas vacas inmediatamente se pusieron a cuatro patas y comieron.

Después de comer, les dio a cada una agua para beber.

Lueg

o, las llevó al baño donde les ordenó hacer sus necesidades.

Rosy, ahora Parpadeo, estaba acostumbrada a hacer sus necesidades frente a los demás, por lo que no tenía problemas en orinar y defecar ante ellos... Luego, con las lenguas se limpiaron la una a la otra.

Finalmente, el Amo las llevó arriba, a su habitación... A los pies de su cama había dos esteras... Les dijo que se acostaran y durmieran... Parpadeo, antes Rosy, se acurrucó felizmente en su nueva estera.

Ella estaba contenta aún sabiendo que mañana serviría de orinal y comenzaría su nueva etapa en esta casa hasta que su Amo se cansara de ella y la volviera a subastar de nuevo.

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