Suave Castigo

Una chica bastante singular, tiene control de mi vida y cuerpo. quizas exista forma salir, pero sacarla de mi mente es imposible.

Suave Castigo

Sonido de una campana

– Chicos la clase a terminado

  • Por que te vas tan pronto, por que no te unes con nosotros a ver el partido

Lo siento, tengo cosas que hacer.

  • Valla, como té traeee verdad... he he, bueno allí té vez.

Camino con paso acelerado, me dirijo, hacia el viejo Gimnasio, mientras muchos pensamientos inundan mi mente, y esa sensación sigue en mi; sus palabras resuenan en mi cabeza, claras instrucciones que me dijo: Espérame en el baño de las chicas.

Me detengo a observar, la imagen que esta justo en la puerta del baño de las chicas. Y pienso, hace mucho que las practicas terminaron no creo que haiga nadie por aquí. Titubeante toco a la puerta, y nadie contesta, lentamente con él frió chillido de la puerta mientras la abro y miro en su interior, completamente vacío; entro y reviso que en los retretes no este nadie. Entonces, oigo el rechinar de la puerta cuando se abre, mi piel se eriza, de imaginar que me verían allí, ¿qué excusa pondré?. Pero me tranquiliza ver su mirada, era ella que estaba de pie, con su cínica sonrisa deleitándose con tremendo susto que me metió.

Ella dice: - Me alegra que seas puntual, eso me agrada.

Miro hacia abajo, mientras me ruborizo y titubeante le digo: así me pediste que viniera aquí y a esta hora, me dijiste que me darías algo.

  • ¿Hiciste tal como te pedí, todo y al pie de la letra de lo que te ordene?.

Si lo hice.

  • Muéstramelo

Con mis ojos grandes como plato, le digo: Aquí, no, alguien puede venir y cacharnos.

  • Dirás, te pueden cachar, yo diría que estaba entrando cuando un depravado, estaba ya adentro, y te meterías en serios problemas, pero eso no me importa, así que si me vas a mostrar lo que te pedí, hazlo ya, y déjate de titubeos, si no, no me hagas perder mas mi tiempo.

Dio la media vuelta mientras le digo, NO, esta bien te mostrare. Una sonrisa maniaca se dibujaba en su rostro, mientras me daba la espalda. De un golpe desabroche mi pantalón y lo deje caer al suelo, tome los extremos de mi ropa interior, y los hice bajar hasta mis tobillos. Al levantarme sentí un dolor punzante en mi pene, era ese aparto de tortura que ella me había puesto, un cinturón de castidad, que aunque cómodo al principio, y sumamente excitante traerlo puesto, no me podía permitir ninguna erección, estaba completamente privado de mis sentidos, y tener que cuidarte de no tener “malos pensamientos” los cuales rápidamente las pequeñas púas se encargaba de reprimir.

Quitármelo era imposible, no havia forma de quitarlo sin que ella se diera cuenta, un pequeño candado de metal, resguardaba el artilugio. Y aunque el resto era de acrílico muy resistente, no podría romperlo, sin que lastimara lo que estaba aprisionado adentro. Es así como me hice la promesa, de soportar ese singular tormento.

Le dije: Ya esta, me bañe y lave como me pediste, ahora por favor, déjame desahogarme un momento, hace casi un mes de que lo traigo puesto, y no soporto ni un minuto mas con él.

  • Haa entonces lo que tu quieres de mí es esto, sujetando con sus dedos me muestra esa pequeña llave plateada, que colgaba de un collar en su cuello, y reposaba en medio de sus dos pechos.

Sí, por favor solo unos minutos.

  • Humm esta bien, pero antes tendrás que hacer algo mas por mí, primero, Date la vuelta, quiero mirar si lo traes adentro.

Sumisamente, agacho la cabeza y me doy vuelta con las nalgas en alto me inclino la frente sin flexionar las rodillas, una nalgada me hace recordar que debo separar las piernas. Sus frías manos, separan los cachetes, y se deleita observar que de mi agujero, un objeto extraño se asoma, y con un zumbido hace que las entrañas de mi cuerpo vibren.

  • Muy bien lo tienes metido asta el fondo, imagino que te pusiste suficiente crema dentro.

Ella sujeta el exterior de el tubo, y de un solo jalón lo extrae, y observa como mi agujero se queda entre cerrado, y observa que la punta del vibrador sale aunque blanca por la crema, ningún rastro de suciedad propia de el interior del cuerpo.

  • Te hiciste el enema, y te pusiste mucha crema Dove, me gusta que tu interior, este limpio y siempre disponible para mí.

En mi rostro se dibujan lo embarazoso de sus vejaciones y tratos, no puedo imaginar en que momento permití que me sucediera esto, y por que lo permito, un sentimiento de coraje, y un impulso de rebeldía, empieza a correr por mis venas. Y súbitamente mis pensamientos se detienen en seco, cuando de un solo empuje, mete asta el fondo ese tubo vibrador, lo mete y lo saca entero repetidamente mientras casi susurra por mi oído.

  • Todo tu cuerpo y mente me pertenece, solo haces lo que yo diga, y sentirás lo que yo quiero que sientas, todo es como yo quiera cuando yo quiera y de la forma en que quiera. Nunca será cuando tu quieras. Si que si te portas bien conmigo, y me haces el mejor sexo oral, quizás té de 10 minutos, para que te masturbes, enfrente de mí. De lo contrario, pasara mucho más tiempo para que tengas una oportunidad de esta.

¿Entonces me dejaras hacerlo?

  • Todo de ti depende. De cómo lo hagas.

Ella deja dentro el vibrador, y se sube encima del lava manos, y abriendo sus piernas muestra que no trae ropa interior, y con sus dedos separa los labios de su vagina.

Dando pasos cortos, por que mi pantalón esta en el suelo, me acerco a su concha y extiendo mi lengua hacia ella, en un suave beso me uno con ella, y muevo mi legua por todo su interior. Beso y succiono, mientras compruebo que ya estaba mojadita, pellizcó sus labios con los míos, estiro y remuevo mi lengua dando grandes lamidas. Mis ojos permanecen cerrados, tanto para concentrarme en lo que estoy haciendo, como para aguantar el terrible punzante dolor que siento sobre mi miembro, ya son varias púas que están haciendo un suplicio. Siento su mano acariciar mi nuca y mi pelo, y volteo a mirarla, sus ojos cafés claros, parecen vacíos, y una helada voz dice.

  • Se trata de que yo me deleite de placer, pero en cambio parece que no haces nada, o no sabes hacerlo. Creo que té falta motivación para hacerlo bien, lo bueno es que vine preparada para esto.

Y me aparto de entre sus piernas y se puso de pie. Camino hacia su bolso mientras me decía:

  • Ponte a cuatro patas mirando a la pared ahora, y no voltees hacia atrás, te castigare muy severamente si lo haces y no te gustara.

Obedecí, al instante colocándome al centro y mirando hacia la pared como me ordeno, y con mucha angustia, oía como se movía detrás de mí, iba de un lado a otro, pensé mirar de reojo, pero no reuní el coraje para hacerlo. Pasaron escasos segundos, pero para mí me parecieron minutos eternos. Cuando sentí que se coloco a un lado de mí, y dejo en el suelo un objeto, que me pareció el sonido como el de un bote.

  • Cierra tus ojos, y voltea a la derecha, no los abras, Pero quiero que abras, bien grande la boca. Mientras dices HAAA.

Lentamente gire mi rostro a la derecha, y abrí la boca. , y metió en ella, un consolador realmente grande, más grande que el anterior, y aunque hice el intento de sacarlo, ella me sujetó el cuello y me dijo,

  • Shhh Shhh, chupalo bien, ensalívalo, así te será mas fácil. Ve checando su tamaño para que vallas pensando en que te dilates lo suficiente.

Un miedo, recorrió mi espalda. El que ella intentara clavarme eso, mientras ella seguía meneándolo, por mi boca y no podía realmente concebir el tamaño que tenia. Lo saco de mi boca, y me ordeno que permaneciera quieto, y que no abriera los ojos, hasta que ella me dijera.

  • Mueve tus manos hacia atrás quiero que me abras tus nalgas para mí, apoya tu cabeza al suelo.

Mis manos se posaron sobre mis nalgas, para abrirlas en par, y mi mejilla se poso sobre el frío piso del baño. Lentamente retiro el vibrador que yo tenia metido, y lo coloco a un costado mío, Su mano untaba una crema más densa sobre la punta del consolador, y sobre mi ano, dejando una plasta, que me empezó a escocer y arder, sentía un calor, muy intenso, el cual hizo quejarme “No, esa noo, me quema”. Coloco la punta del consolador, y lo fue introduciendo lentamente pero firme, la punta apenas empezaba abrirse, y sentía como me iba abriendo. Mientras ella decía.

  • Anda flojito y cooperando, y veras que te va a gustar. Te lo meteré todo.

Mi rostro solo hacia muecas, del sentir como me iba partiendo, el intenso calor, sentí los relieves en forma de bolitas y como se iba deslizando. De un momento, lo saco por completo, lo que ya había metido, para meterlo una vez más; mis uñas se encajaban sobre mis nalgas, al permitirle a aquel intruso, encajarse dentro de mí. Y luego dejo de empujar. Dio un par de giros al tubo y confirmo que ya estaba bien metido.

Ella se puso de pie y se acostó boca arriba enfrente de mí, y abriendo las piernas me dijo:

  • Empieza a chupar. Ahora te enseñare como se hace.

Solté mis manos de las nalgas, las cuales apenas se cerraron, sentían en medio esa asta de bandera clavada. Y me agache a su conejito, y empecé a lamer, suavemente. Ella alzo un pequeño control remoto, y con un movimiento de la perilla, el monstruo empezó a vibrar, cada vez mas fuerte intensamente, su movimiento me dejaba sin aliento, y mi lengua se posaba sobre la piel de ella, y ella disfrutaba como ahora era mi lengua la que vibraba, puso al máximo el control remoto, y lo arrojo a un lado, para luego sujetar mi cabeza, amarrándome de los cabellos, y empujando mi cara hacia su sexo. Yo intentaba reponerme y ella me empujaba mas, empecé a lamer y besar chupar y mordisquear su sexo frenéticamente, y sus manos, perdían fuerza, momento que yo aprovechaba para tomar aire, y instantáneamente ella me empujaba contra su sexo nuevamente, para que yo acabara lo que había comenzado, sus gemidos no podían ocultar el placer que sentía, sus jugos escurrían por todo mi rostro, y mi lengua se escabullía en su mas profundo interior de su sexo, y revoloteaba dentro de ella, y como tentáculo de pulpo, me adhería a su cuerpo, mis labios apretaban su botoncito, lo aprisionaba y dentro de mi boca le hacia caricias con mi lengua, Ella jadeaba y gemía, y se revolcaba en el suelo. Estuve un largo rato así, hasta que me ordeno detenerme. Así lo hice. Ella se estiró y alcanzo el control remoto que había quedado un poco lejos y lo puso en apagar. A pesar de que cuando cesó su monótono movimiento, en mi interior aún perduraba esa extraña sensación de adormecimiento. Intente enderezarme, pero al sentir que lo tenia clavado, mejor me quede así, esperando que me lo quitara. Ella saco unas toallas, se limpió la humedad de su cuerpo, sacudió la ropa, y arreglo su peinado, todo eso mientras miraba como yo permanecía allí así, inmóvil, guardo su espejo, en su bolso y saco su celular que tiene cámara digital y empezó a tomarme fotos. Yo no podía moverme, no quería hacerlo, le dije que no me tomara estando así. Y me quitara ya lo que tengo adentro. Ella continuo tomando fotos, como si se tratara una escena de crimen, fotografiando incluso el bote de crema y los vibradores. Oprimió una tecla y dijo:

  • Ya están en mi computadora. Se agregaron a la lista, y creo que sabes bien que allí estará a menos que desees que se publiquen en la pagina de la escuela, es cuestión que tu decidas, seguir cooperando, o si ya no quieres.

Ella se acerco a mí, y empezó a sacar aquel descomunal cilindro. Mientras lo sacaba sentía el vacio, que una vez había ocupado el intruso. Y cuando lo saco por completo sentí un gran alivio, y lo dejo en el suelo. Manchado de esa crema. Mi agujero, me dolía, pero me agradaba estar libre.

Señalo al suelo y dijo:

  • Para que veas que no soy cruel. Bueno no mucho Ji ji ji.

Y en el suelo estaban 3 consoladores, 2 estaban embadurnados de crema y el tercero que era mucho más grande solo estaba babeado.

  • Escucha, te portaste muy bien y mereces un premio, en parte ya te lo di, como vez no use él más grande, pero te aseguro que en otra ocasión próxima lo usare. Quiero que limpies bien todo, allí hay papel, para que los limpies, y ten cuidado con el cable del vibrador grande, ese costo mucho y veras que me da tanto placer, y espero que a ti también te haya dado.

Señalo el cable que unía del enchufe de la pared al consolador, por eso tenia una fuerza electrizante.

  • Una vez que limpies todos mis juguetes. Me los llevaras a mi casa, no sin antes pasar por la tuya, para que te des un buen baño con agua fría, que estas todo sudoroso.

¿Oye espera me vas a dejar así?

  • Si, y me llevare tus tenis y calcetas, ya que llegues a mi casa te los daré, junto con la llave. No te la daré en este momento por que quiero que medites bien las cosas de lo que tienes conmigo y de lo que te espera. Chaitoo...

Ella recogió mis tenis, metió las calcetas dentro, y los hecho en una bolsa, y se marcho por esa puerta. Que rechina. Me quede de pie, solo en sé lugar con esas cosas sobre el suelo. Y rollo de papel higiénico.

Quise enojarme, conmigo mismo, y eso pensaba mientras, limpiaba la escena del crimen.

Continuará........