Suave Castigo (2)

El solo tiene una cosa en mente, y se mostrara decidido, pero ella le dara un giro inesperado.

Suave Castigo Segunda Parte

Me encuentro arrodillado, sobre él frió azulejo del baño de las chicas, restregando el suelo con un pedazo de papel higiénico, limpiando la mezcla de sudor y fluidos embarrados sobre el suelo, una sensación de calor ardiente y dolor agudo en mi cola, mi ano no puede siquiera cerrarse y temo quedar así de por vida. Me reconforta mi sarcasmo de recordar “bueno no es la primera vez que te sientes así” y de pronto me hiela en la sangre pensar “Y no será la ultima vez que te encuentres así”.

Detesto pensar todas estas cosas, me da momentos de titubear y rendirme, dejarlo todo, en esos momentos creo incluso poder dejar mi familia, amigos y trabajo, irme tan lejos, donde nadie pueda encontrarme y empezar de nuevo, empezar con alguien diferente, pienso todo esto mientras jalo de la palanca y veo todos esos papeles irse dando vueltas por el agujero del retrete.

Levanto del suelo esos instrumentos de dolor y placer con mis manos, y el agua del grifo corre llevándose los recuerdos de lo que hace unos minutos había sucedido en ese lugar. Realmente me encuentro en un momento de depresión, parece que mi vida, solo tiene el único sentido de satisfacerle en sus caprichos, y no importa que haga, siempre seré solo eso, un capricho de ella, y algún día me dejará, soy un tonto al pensar que yo puedo ser algo mas que eso. Pero quiero creer, algo hay en mi que desea seguir, desea segur estando con ella. A pesar de sus vejaciones y humillaciones, la excitación de estar a sus pies y servirle crece en mi interior, como perdonándole todo. O será que....

Seré yo que busca el perdón en ella, Despierto de mis pensamientos cuando escucho unos sonidos a la puerta.

  • Ok amiga nos vemos mañana para la practica. Si bye

Mi corazón late apresuradamente, unas chicas están a punto de cruzar la puerta, y me encontraran allí, sujetando unos vibradores. ¿Qué hacer?. El terror invade cada nervio de mi cuerpo, así que sujeto los aparatos y corro a encerrarme dentro de un cubículo del retrete.

La silueta de la chica, se proyecta en el traslucido acrílico blanco, un sudor frió, recorre mi cuello, muerdo mis labios y pesadillas me imagino cuando intente abrir la puerta. Fue entonces cuando:

  • Haaa esta ocupado, disculpa amiga.

Entonces se dirige hacia el otro cubículo y se encierra, siento un alivio y desconcierto de cómo me havia librado, y fue cuando mire mis piernas cuando agradecí, haber soportado la depilación con cera, “dolió pero esto me salvo”, como rayo abro la puerta tomo mi mochila y como alma en pena salgo del baño y del lugar donde casi me cuesta un infarto.

Pero tuve que detener la carrera, no debía llamar la atención, a pesar que ya habían pasado la tarde, y pronto oscurecería, el piso del plantel estaba muy caliente, e ir caminando por esas veredas empedradas, realmente era doloroso, lo comparaba como caminar sobre brazas encendidas, y será un largo camino descalzo hasta mi casa.

No me sorprende encontrar mi casa vacía, mis padres son divorciados, y mi mamá nunca esta, realmente nos vemos solo unos segundos.

Al llegar a mi cuarto, siento alivio de estar ya en refugio, aunque tengo que hacer lo que me ordeno, tengo que bañarme de nuevo, son esos momentos donde se aprecia el confort del agua fría recorriendo el cuerpo, enfriando mi cabeza, apagando mis pensamientos. Quiero quitarme este aparato de castidad, quiero ser libre... Mis puños me duelen después de haber golpeado la pared, las lagrimas se pierden con la lluvia de la regadera, y mis quejidos solos son eco que se disfraza con el caer del agua.

  • Hola, ¿disfrutases del paseo?

Abrió la puerta de su casa y contesto con voz burlona.

“He venido a decirte algo”, Le digo con voz firme y segura.

  • Eso imagino, pero antes ven que yo tengo que darte algo a ti.

Y se alejó sin dar mas explicaciones, y me dirigió hacia su cuarto. No es por nada decir, que ella es una niña rica y mimada, sus padres son gente de negocios y raras veces están en casa.

  • Siéntate por favor, me tomo de la muñeca, y suavemente me condujo a sentarme, a una silla acolchonada.

“que se supone que debo de hacer”, le contesto

  • Shhh.... Ahora me toca a mí.

Sus suaves manos posaron sobre mi rostro, las frías yemas de sus dedos tocaban mis párpados, sus pulgares acariciaban mis labios. Ella acerca su cuerpo, al mío, sus pechos junto a los míos, siento su respirar. Fundiéndose al unísono con el mío.

  • Hoy escuchare tu corazón, escuchare atentamente lo que tiene que decirme, y le daré respuesta.

Sus labios besan los míos, sus labios besan mi mentón, sus labios besan mi cuello, sus labios besan mi pecho, y su oído se coloca para escuchar mi corazón latir.

Me mantengo firme inerme, intentando ser insensible a sus caricias, pienso, “es una prueba, es una prueba” mis brazos yacen en los descalzos de la silla a cada lado mío, mi mirada fija perdida al frente.

Ella desabotona mi camisa, y caricia mi pecho, suavemente se arrodilla entre mis piernas, desabrocha mi cinto, y abre mi pantalón, ella recoge su pelo hacia atrás, y toma el collar que sujeta la pequeña llave de las pasiones. Entre sus dedos sujeta el candado y lentamente inserta la llave en él, con un lento giro, abre, y ese clic, dilata mis pupilas, sonó como un estallido dentro de mí, algo en mi, se había roto en mil pedazos.

Retiro el candado, y mi miembro, instantáneamente empezó a crecer, la prisión de acrílico cede ante lo que se había resguardado, mientras mi mirada perdida y fija sigue hacia el frente, tratando de enfocar aquel fantasma inexistente de la cordura. Al ponerse de pie, acaricia mis piernas, y mi brazo izquierdo, con un suave gesto, toca mi oído izquierdo. Y camina detrás de mí, abre un cajón de una pequeña mesa que esta a mis espaldas, Sus manos húmedas, envueltas de una crema, acarician mi cabello, una reacción involuntaria, me hace perder fuerza, para mantenerme erguido, mi cabeza pesa completamente sobre las palmas de sus manos, y me mueven como si de trapo se tratara, no tengo control alguno.

Me sujeta fuertemente de los cabellos, mientras se sienta nuevamente sobre mí, Me muestra el tarro de crema y lentamente introduce los dedos dentro de el, mi mirada se fija en cuanto los va sacando, llenos de esa crema espesa, y toca mi cabello de enfrente, me acaricia suave, y a veces con un frenesí, el olor me embriaga.

Han pasado unos minutos de sus caricias en el cabello, sus resbalosas manos, se han deslizado a mis pechos y continuando su recorrido hacia mi ombligo, mientras lentamente se reincorpora. , Ella sujeta los bordes del pantalón y los va jalando hacia abajo, Quiero ayudarle, pero siento que no puedo moverme, los pantalones caen por la gravedad, y su sonido pesado al chocar contra el suelo, ella los recoge y los dobla y se dirige hacia otra pequeña silla donde los deja. Ella se dirige al baño y escucho el correr del agua. No tarda en regresar, con algo en sus manos.

  • Te curare esos pies.

Ella estaba casi desnuda, solo la cubría un pequeño y lindo calzoncillo rosa. Se sentó como lo japoneses se sientan sobre sus rodillas, gentilmente desabrocho mis tenis, y me los quito, junto con las calcetas y luego exprimió el bote de crema que traía sobre su mano, dejo el bote a un lado, y distribuyo la crema en sus palmas, tomo mi pie y lo puso en medio de sus pechos, mientras lo acariciaba con sus manos, me sentía desfallecer de lo agradable que sentía, ya no podía fingir mas insensibilidad, mi cuerpo no podía decir otra cosa mas que estar a su merced, de sus sentimientos y deseos. Aprisionaba mis pies a sus pechos, y la suavidad de sus manos, la de sus tetas, me daba una sensación única de placer.

Mi mano lentamente se acercaba a mi pene, que había estado duro como roca, y que por un mes había sido privado de sus caricias, y al estar cerca, chocaron con las suyas.

  • Permíteme, yo me encargare de esto.

Tomo mi pene con su mano, y empezó a masturbarme lentamente. Yo no podía aguantar mas, pero quería aguantar mas, no quería que esa sensación terminara tan pronto, reunía todas las fuerzas existentes en mi ser, para resistir, un segundo mas, no quería correrme tan pronto, su mano subía y bajaba, me estrujaba, lo estiraba, cada vez con mayor velocidad y fuerza. Su otra mano, tomo el bote de crema y dejo escurrir directamente sobre mi miembro, a mayor lubricación sentía mayor placer, pero, no podía, aguantar mas, mientras una mano hacia él sube y baja, deteniéndose en la punta estrujando el glande. Y su otra mano, palpaba y estiraba mis huevos. Mis ojos que permanecían cerrados del esfuerzo de aguantar, se abrieron cuando grite. “me corrooooo”

Bastó un segundo para que un chorro de semen chocara con su mejilla, y también parte de el cayo sobre sus pechos y sobre la alfombra. Mi pene permanecía aun así erecto, y con una gota mezclada de crema y semen en la punta, Ella se detuvo un instante. Se puso de pie, y se quito el chonino, limpio con él la gota de semen que había caído sobre su mejilla, y los restos que habían quedado sobre sus pechos, y también, lo que había caído en la alfombra.

Me miro fijamente a los ojos, y pensé que merecería un castigo muy severo por lo que había hecho, no le había avisado a tiempo, ni siquiera me corrí con su permiso, por ese momento me sentí preocupado, hasta que ella sonrió, con una tierna mirada y dijo:

  • Yo creo que te queda mas lechita en esos huevitos, vamos a sacarla toda, ¿quieres?.

Y empezó nuevamente a masturbarme, mi cuerpo desfallecía, y sus manos, estremecían mi cuerpo con mucha fuerza.

  • Avísame con mas tiempo, tu pene es mortal, y de un solo disparo podría herirme.

Eso me decía mientras me agitaba el miembro, mientras reía, y de su chiste también me reí.

Me hizo correrme otras 3 veces mas, hasta que yo completamente agotado ya no tenia ninguna otra gota en mi ser, me havia dejado seco y exhausto, y creo que ella se había cansado también, aunque seguro que hizo mucho brazo con ese ejercicio.

Se puso de pie, y con tono de voz seguro dijo:

  • Escucha, tienes que elegir de aquí en adelante, Conmigo, pasaras momentos muy difíciles y pruebas, Si estas dispuesto a correr los riesgos, esta bien. Pero recuerda que nunca te he prometido nada.

  • Si, no quieres saber nada mas de esto. Esta bien, yo no diré nada si tu no dices nada, olvida todo lo ocurrido aquí y ahora, que yo haré lo mismo, Regresaras a tu vida normal de siempre y será como si nada hubiese sucedido.

  • Pero la elección es tuya.

Yo quiero....

  • Espera, no quiero que tomes la decisión tan a la ligera, quiero que lo pienses bien, por que después no habrá vuelta atrás.

  • Ahora, lo primero que hagas es que te duches una vez mas, te me quitas muy bien lo que te puse en el pelo.

  • Y después si quieres seguir conmigo; te diriges a mi habitación, allí te estaré esperando

  • De lo contrario, si quieres acabar con todo, puedes tomar tu ropa, y marcharte.

  • Tu decisión es ahora.

Continuara.......