Su regalo de cumpleaños - una buena desvirgada
Esta historia está basada en hechos reales y cuenta de como una hermosa niña pide ser desvirgada por su profesor en su cumpleaños número 18
Era una niña hermosa, a sus 17 años y 11 meses de nacida ya dejaba traslucir sus hermosas formas tras esa ropa apretada que llevaba a la universidad.
Yo, un docente universitario ya casi llegando a los 40, había tenido mi época de gloria hacía cinco años atrás con un sinnúmero de alumnas que únicamente buscaban sexo a cambio de nada. Exacto, tal y como lo señalo, no deseaban nota aprobatoria, no deseaban dinero, lo único que querían era sacarse (o mejor dicho meterse) el clavo de estar con un atractivo docente, calificativo que, modestia aparte, tenía entre las universitarias de la facultad.
Resulta que con esta chica, a quien llamaremos Sofía, iniciamos una bonita amistad por las redes sociales siendo que, mientras yo era su docente, el trato y el respeto era recíproco.
Todo bastó que terminara el curso para iniciar una conversación un poco más pícara con esta pequeña niña. Recuerdo bien que por el mes de agosto cumpliría 18 años, exactamente un 20 de agosto, por lo que, días antes se inició una picante conversación:
- Hola profe, me escribió toda coqueta como siempre.
- Hola niña, cómo está Ud?
- Bien, pero ya deje de llamarme niña, recuerde que dentro de cinco días seré mayor de edad.
- Mientras no lo seas te seguiré llamando niña, le dije.
- Bueno profe, yo ya no soy una niña, si gusta le demuestro lo contrario…. Obviamente con mi documento de identidad, ;)
- Mmmmmm, entiendo lo que me quiso decir sin que haya hecho la aclaración, niña - le dije para hacerla enfadar.
Y echamos a reir y a hablar de cuanta tontería se nos ocurra, llegando a preguntarme, en la confianza, respecto de cuántas aventuras había tenido yo con alumnas, a lo que le respondí que muchas.
- Pero profe, a ver, como le pregunto, ha estado antes con una virgen?
- Pues sí, dos veces.
- Y…… no le dolió a la chica?
Entonces ante esas preguntas entre en la suposición que o era virgen o quería pegarla de santa, por lo que empecé a explicarle que en mi caso, como persona mayor y experimentada, sabía como tratar a una virgen, a diferencia de tanto muchacho que lo único que quiere es meterla y punto, sin hacer todos los actos preparatorios que deben realizarse en una chica que va a ser estrenada.
Tanta fue la explicación que la chica al parecer comenzó a calentarse, ya que, pasados unos minutos de explicación, terminó confesándome que ella era virgen, porque tenía miedo que sea muy dolorosa esa primera vez como así le había contado sus amigas.
Entonces, recordando la conversación anterior, decidí dar un paso pícaro con Sofía, primero a modo de broma:
- Pero niña, ya te he dicho que depende si la persona con quien lo harás por primera vez es experimentado o no, si quieres en algún momento te hago una demostración, jajajajaja.
Pensé que en ese momento me iba a mandar a rodar por la insinuación, pero al contrario de lo supuesto, me dijo:
- Déjeme pensarlo profe y yo le aviso, ;)
Y terminó por desconectarse totalmente, por dos días.
Se acercaba su cumpleaños y no daba muestras de vida, hasta que:
- Hola profe, a los tiempos.
- Si pues, tú que te desapareces, le dije.
- No profe, es que, a ver, como le digo, esteeeeee….
- Hable no mas, soy todo ojos.
- Bueno, estuve pensado en lo que Ud. me dijo y creí que podía ser bonito que… ayyyy no sé como decirlo…
- Dígalo no mas, total las redes sociales nos dan la posibilidad de no decirlo cara a cara, le dije intrigado.
- Bueno profe, es que quiero que para mi cumpleaños Ud. sea quien me dé ese regalito que dice que hace como hombre experimentado, no quiero llegar a ser mayor de edad siendo virgen.
No podía creerlo, una chiquilla, que tenía la mitad de años que yo, con un cuerpo espectacular, preciosa por donde se le mire y sobre todo virgen, estaba pidiéndome que en el día de su cumpleaños la desvirgara, eso no estaba en ninguno de mis planes y menos en mi mente se había pasado alguna vez, pero tenía que responderle, así que le dije:
- Ud. lo que quiere es un buen regalo de cumpleaños.
- Exacto profe, por lo que me ha explicado, pienso que Ud. tiene mucha experiencia, de verdad que le confieso que, una vez con un ex enamorado intentamos, en tragos, hacerlo, pero el muy bruto quiso meterla de frente y me dolió mucho, así que no seguimos en el intento, por lo que tenía realmente mucho miedo.
- No se preocupe, que conmigo no pasará eso, pero tengo una duda: acaso el día de su cumpleaños no la pasará en familia?
- Pues sí profe, pero puedo escaparme unas tres de horas sin ningún problema.
- Muy bien, entonces si Ud. lo quiere así, así será, coordinamos en ese momento.
Llegó el gran día, 20 de agosto, tarde poco soleada, ideal para una buena sesión amatoria:
- Hola, estás allí Sofía? Feliz cumpleaños - le escribí por la red social.
- Siiiii, graciassssssss - me respondió luego de unos minutos.
- Siempre sale lo que me dijiste o era broma, le dije mostrándome aún un poco incrédulo.
- Claro profe, estaba esperando que me escriba, pensé que se habría desanimado, me respondió con su toque de coquetería natural.
Así, luego de unos minutos de conversación, me dijo que la vaya a ver a su cuarto.
Para esto, debo aclarar que ella es natural de un sitio que queda a dos horas de donde estudia, por lo que tiene un cuarto para quedarse los días que sale muy tarde de la universidad.
Caída un poco la noche y para efectos de evitar ser visto, entré raudamente a su pensión, subiendo rápidamente las escaleras hasta el tercer piso e ingresé corriendo a su cuarto, donde ella me esperaba con un shorcito muy bonito y una blusa holgada. Era un cuerpo espectacular, unas caderas bien redondeadas que encerraban dos hermosas nalgas dignas de ser mordidas por el diente más afilado.
Conversación va y conversación viene, hasta que de pronto empecé a mover la cabeza con signos de cansancio, porque realmente estaba cansado y no por estrategia.
- Pero profe, recuéstese en la camita, de paso le hago unos masajes que mi mamita me enseñó, me dijo con carita de pícara.
- Ok, gracias, de verdad que lo necesitaba, le dije mientas que me recostaba a su lado.
Me empezó a hacer masajes con total maestría, de verdad que me sentía muy relajado, tanto así que empecé a caer en una involuntaria cura de sueño, hasta que sentí un beso mientras dormía, unos labios carnosos, calientes y húmedos que se juntaban con los míos. Era realmente rico, abrí los ojos y vi como esa niña estaba acomodándose para sentarse encima mío y seguir besándome.
La dejé hacer, nos enlazamos en un cálido beso y enredados rodamos por alrededor de la cama, mientras nos besábamos cada vez con más pasión.
En ese trayecto de varios minutos, fui quitándole su pequeña pero ajustada ropa, para encontrarme con un hermoso y suave cuerpo que sí daba visos de ser netamente virginal.
Recorría con mis labios su delicada piel, pasaba por entre sus suaves pechos, los lamía, cuando los mordía suavemente aquella daba gemidos más intensos, todo indicaba que le gustaba que se los mordiera, continuaba rozando mis manos por todo su cuerpo sin dejar rincón sin recorrer, hasta que llegué a su sitio virginal, palpando y constatando que estaba totalmente húmedo y caliente, al parecer listo para ser estrenado.
- Que rico se siente allí abajito mi niña, está muy húmedo, le dije al oído. Ella sólo gimió y cerró los ojos, como dejándose llevar.
Seguimos en ese juego hasta que la tuve subida a mi nuevamente, sus pechos ahora estaban rodeando mi endurecida verga, la cual ya clamaba por meterse en ese rico y me imagino apretadito huequito.
Ella me miraba mientras sus pechos incipientemente y creo que sin intención me hacía una rica cubana, por lo que pensé dar un paso previo y le dije:
- Quieres que te enseñe como se le hace sexo oral a un hombre o eso ya lo sabes?
- No, no lo sé, pero sí, quiero aprender.
Entonces empecé a explicarle cómo cogerlo, con pasos prácticos mientras ella solita iba cogiendo mi verga que se ponía cada vez más como un fierro caliente ante el tacto de tan delicadas manos.
Primero, recuerdo, lo hizo muy mal, en serio no lo había hecho nunca, era muy notoria su falta de experiencia, así que guiándola poco a poco fue metiéndosela a la boquita, primero con miedo hasta que parece que realmente le gustó, porque mamaba mi verga como si realmente fuera un chupetín de los que acostumbraba chupar en clases.
- Ahhhhhhhhh, veo que tanto chupetón que comes en clases te ha dado mucha experiencia para chuparla, que rico lo haces niña, sigue así – le decía mientras delicadamente le ponía la mano en la cabeza para que se lo hunda más cada vez.
De verdad que comía muy bien la verga, movía la punta de la lenguita sobre mi glande en círculos constantes cuando la tenía adentro, lo que me hacía realmente dar unos ricos espasmos que ella sentía porque le metía cada vez más al fondo mi verga dura en esa boquita hasta hace poco también virgen.
De pronto me separé de ella y me puse encima, rozando mi pinga contra su coñito caliente y le dije:
- Te llegó la hora mi niña, tendrás tu regalo de cumpleaños – mientras ella me miraba con ojos entre tímidos y curiosos.
Me propuse metérsela, mi glande fue ingresando lentamente, y al estar a escasos centímetros de su flor a romper, me detuve y empecé a entrar y salir lentamente, midiendo siempre de no romper nada aún.
Ella gemía en cada movimiento, mientras sus caderas suplicaban más acción, dado que solita iba acercándose más para ser penetrada, mientras yo intentaba evitar aún romper su preciado tesoro.
Continuará únicamente si les ha gustado....