Su primera vez, y la mía...
Tras un par de días de juerga y sexo, la chavala estaba tan desinhibida que no me corté y le propuse sodomizarla... Alucinad lo que pasó.
La primera vez que se lo hice a una chavala la recuerdo especialmente porque fue también mi primera vez
Fue una chica de Valencia que conocía por temas de trabajo y a la que invité un puente a conocer mi ciudad; divertida, con gafitas, no muy guapa de cara pero con un cuerpecillo muy apetecible, un toque pijita, delgadita, pocas tetas pero un culete muy bonito.
Nos enrollamos a la primera de cambio; estaba cantado... y pasamos un finde de poco dormir y mucho turismo, salir, fiesta y follar: La chica era muy efusiva y se corría con bastante facilidad, y joder, le encantaba repetir; menos mal que solo estuvo 4 días ;-)
El caso es que la última noche, de copas, me dijo que sabía que yo no era el chico de su vida y que seguramente no volveríamos a repetir, pero que lo había pasado genial y que en la cama se había sentido super-relajada, con ganas de hacer de todo. Me jodió un poco lo de que no volviésemos a repetir pero me hice el impasible. Seguimos hablando y ella insistía en lo relajada que había estado, en la confianza desde el primer momento, en que se había encontrado desinhibida, que si las ganas de hacer de todo, que si cuando una chica está así no le importa probar cosas... y dale con el tema una y otra vez.
Hasta que, entre las copas de más y el cabreo que tenía por dentro, le solté: "Pues a mi me gustaría probar una cosita contigo..."
Ah si, ¿el qué?, me contesto ella;
Me gustaría sodomizarte...
La tía se quedo muda mirándome con sonrisa medio de vergüenza media pícara; pero desde luego no noté que le cayera mal la propuesta. Al ritmo de la música, con un vaso en una mano y la otra apretando nerviosamente la mía, asentía con su cabeza; no sabía si por la música o respondiendo a mi oferta
Pasaron unos segundos... Yo insistí ¿qué, quieres probar?
Acerco su boca a mi oído y me dijo. Tendrás que convencerme
Nos quedamos unos momentos en la misma posición mirándonos, yo con cara maliciosa y ella intentando disimular el corte que le daba confesar su deseo. Entonces nos dimos un morreo con ganas y yo continué comiéndola el cuello y me fui deslizando hasta ponerme detrás de ella. Se había puesto un vestidito veraniego ajustado y estaba deliciosa: Me quedé casi pegado a su espalda, y sólo rozaba con mis dedos su cintura de arriba abajo mientras le besaba y mordisqueaba la nuca. Ella ya no sonreía ni hablaba, tenia los ojos cerrados y se dejaba hacer. Bajé mi mano derecha hasta su entrepierna y acaricié suavemente con mi dedo índice su conejito: un par de pasadas bastaron para que ella gimiera y recostara su cabeza sobre mi.
No nos veía nadie pero preferí dejar ese aperitivo en sólo un par de caricias. Ella se dió la vuelta me besó y me dijo "convénceme un poco más ..." y se volvió a dar la vuelta, dándome de nuevo la espalda.
Je, je. Los dos estábamos muy excitados. Esta vez me fijé otro objetivo; Volví a bajar mi mano izquierda por su costado hasta llevarla a su culito, descendí algo más por su muslo hasta que mi mano desapareció bajo su vestido. le ataqué desde atrás y con dos dedos extendidos le estuve acariciando el coñito durante unos segundos, mientras la palma de mi mano presionaba su culete. A pesar de sus braguitas podía sentir lo mojada que estaba (como no!) y notaba como tensaba las piernas de gusto mientras se sujetaba apoyando su mano en una mesa alta donde habíamos dejado las copas.
Bueno, vamos a por todas, pensé yo. Con mi mano derecha, que hasta ahora acariciaba su barriguita, agarré su muñeca sobre la mesa con un poco de fuerza: quise que imaginase como iba a ser. Mi mano derecha retrocedió muy despacio hasta que las yemas de dos de mis dedos se colocaron sobre su ano. Entonces comencé una suave presión y un lento movimiento circular...
"Quiero sodomizarte", la susurré al oido mientras apliqué un poco más de presión en ambas manos.
Si, si, sigue por favor, vámonos a casa... sigue más. Joder como estoy... vámonos ya, sigue...
Me reí mientras la solté y salimos zumbando del local: En la puerta había una fila de taxis y saltamos a uno. En 4' estábamos en casa (vivo en el centro) y subimos los cuatro pisos, sin ascensor, a toda pastilla. Mientras yo abría la puerta nuestro sobre aliento nos aceleraba todavía más. Entramos y se echó en mis brazos a besarme.
Sigue como antes, por favor, me estabas poniendo a cien... Y se giró dándome la espalda de nuevo
Mi casa estaba en penumbra; se colaba algo de luz de la calle por el ventanal y la atmósfera era perfecta para "probar" nuevas cosas
Esta vez la acerqué hasta la pared. levante su manos sobre la cabeza y la hice apoyarlas en la pared. De esa forma sus piernas y su culito quedaba más cerca de mi. le bajé la cremallera del vestido, que era de una pieza y en un santiamén cayó al suelo.
Imaginaos la escena: la chica en sujetador y braguitas apoyada contra la pared, en sandalias, las piernas un poco separadas, el vestido caído sobre sus pies, su pelo largo recogido desordenadamente en un moño. la habitación en penumbra y el silencio sólo roto por su respiración y algún gemidito cuando la tocaba o la rozaba en alguna parte de su piel
Yo estaba aún vestido y sólo me quite la camiseta por el momento. Me acerque a ella y le besé la espalda los hombros y el cuello, mientras, sin quitarle el sujetador, le toqueteé y pellizqué suavemente los pezones. la chavala se calentaba como una cafetera. En algún momento hacía intención de darse la vuelta o pasar a un papel más activo, pero yo la detenía y la volvía a poner en la misma postura. Quería ocuparme yo de todo, y que recordara esa experiencia
Ahora si, le quité el sujetador que acabó también en el suelo, metí mis dedos en su boca para que me los lamiera y una vez humedecidos volví a estimular sus pezones. Ella movía su cuerpo hacia atrás buscando toparse conmigo pero yo quería mantener la distancia, por el momento.
Si no te portas bien y me obedeces, te dejo así.
Vaaaaale... me dijo sonriendo.
Un par de minutos y sus pezones había aumentado de tamaño. Ahora su cabeza estaba apoyada en la pared. Supuse que estaba cansada y que tenía que espabilarme.
Joder, como sigas así me voy a correr !!!
Decidí dejar sus pezones y rebajar un poco su excitación; me entretuve un par de minutos masajeando sus hombros para luego llevar mis manos lentamente hacia su cintura, acariciando antes un momento su barriguita. Al deslizar mis dedos por su entrepierna noté sus braguitas totalmente empapadas. Una mano por delante y otra por detrás, mis dedos comenzaron a toquetear su coño y su ano simultáneamente. Al rato ella volvió a incrementar su estado de excitación y aunque no decía nada, por sus gemidos y la forma de tensar su cuerpo y retorcerse, notaba que estaba de nuevo a punto de correrse.
Me detuve y me separé un paso hacia atrás, pero ella, muy obediente, ni se movió; gemía y gemía y no paraba de pedirme que siguiese.
Me acerqué de nuevo. Shhhhh, ven conmigo, le susurré. La cogí de la mano y la llevé al dormitorio. puse unas almohadas sobre la cama y la dije que se tumbara sobre ellas, a caballito.
Fijaos si la chica estaba caliente que se montó en las almohadas, apresó con su piernas una y comenzó a restregarse y retorcerse sobre ella.
Mientras disfrutaba el numerito terminé de desnudarme, me acerqué a ella y tiré de sus braguitas lentamente hasta quitárselas
¿Estás segura de que quieres hacerlo? le susurré como última posibilidad de que se echase para atrás
Siiii, me has excitado tanto y tan bien que me puedes hacer lo que quieras...
Me coloqué un condón. Agarré un bote de gel lubricante (que era de ella, ojo) y me embadurné una mano, la otra y mi polla. Y también estaba muy encendido y ante mi primero polvo anal no estaba seguro de no acabar a la primera de cambio.
Me recosté a su lado y nos morreamos otro rato. Y mientras mi mano acariciaba sus labios vaginales y su ano repartiendo gel en cantidad. A los pocos momentos podía meterle un par de dedos en su coñito como si tal cosa y su ano también se abría poquito a poco. Primero le metí un dedo despacito. Noté un poco de tensión pero no tardó en relajarlo y con facilidad pude meter la punta de dos dedos.
Los saque y nos miramos
Fóllame ya, estoy preparada....
Me recosté sobre ella, aunque dejando casi todo mi peso sobre mis manos y mis rodillas. Su culito en pompa y lo bien que estábamos colocados hizó que en seguida mi rabo encontrase acomodo en su culo. Me gustaba moverme encima de ella para que nuestros cuerpos se fueran compenetrando; en un par de ocasiones mi polla acabó dentro de su coño, y ella lo recibía con un gemido.
Yo tenía el rabo como una barra de acero de duro. Lo cogí con mi mano y lo dirigí a la entrada de su ano, que estaba tan relajado que casi no me di cuenta cuando con un leve empujón mi glande desapareció dentro de ella. Paré un momento mientras ella resoplaba. No quería ni por un momento hacerle el más mínimo daño, aunque reconozco que tuve que esforzarme en controlar mis impulsos de clavársela hasta el fondo.
Un poco más y entró otro centímetro, un poco más, otro más. Retrocedí y volvía a penetrarla y otra vez retrocedía y volvía a metérsela. Y cada vez notaba que podía llegar un poco más lejos. Tenia ya más de la mitad de mi polla en su trasero. Yo estaba sintiendo unas oleadas de placer alucinantes.
Hasta ahí tío no entres más o me va a atravesar...
Joder, tío, estoy alucinando, que pasada, joder, es la hostia, no me puedo creer que me estés dando por culo y me esté gustando tanto...
Yo estaba tan excitado que tenía que parar de vez en cuando para no correrme. Y ella interpretaba mis pausas como "su turno" así que mientras yo estaba parado ella movía su culito buscando un poco más de mi rabo, y apretaba sus muslos estrangulando las almohadas. Osea que para mi todavía era peor.
Cuando ya vi que no iba a poder aguantar mucho más, me tumbé sobre ella, agarré sus muñecas con mis manos y las aplasté contra la cama, al tiempo que le susurré al oído
"Mi polla se quiere correr en tu culito virgen"
"Hazlo, cabrón, yo ya me estoy corriendo. jódeme, dale hasta gastármelo..."
Eso fue lo último, recuerdo que le di 4 ó 5 empujones más de cadera, Mi polla entraba y salía de su culo;: no sé si me enloquecía más la sensación de mi rabo sodomizándola o la presión de toda mi pelvis sobre su culito.
Mi orgasmo no se hizo esperar. Fue B R U T A L. Por un instante tuve la sensación de quedarme ciego y sordo y estar como sumergido en placer. Y al instante, cuando recuperé la realidad, aluciné con el escenario: mi amiga tirada en la cama, ensartada en mi rabo, retorciendo las almohadas con las piernas, y retorciéndose ella en un orgasmo largo e intenso que le convulsionaba el cuerpo; empapada en sudor y resoplando palabras entrecortadas
joder, qué pasada, ufff, bbuhh, joder, joder, uhhh, ...
Cuando recobramos la fuerzas, y nos "despegamos" nos quedamos tirados en la cama. Estuvimos hablando sobre la experiencia que acabábamos de tener. Me confeso que hacía tiempo que fantaseaba con ello pero nunca se había creído en serio que lo llegaría a hacer y que le gustaría tanto.
Al rato de charlar estábamos de nuevo calientes mucho, así que volvimos a darle caña.