Su primera vez, la mejor de las mias...
Esta no fue mi primera vez, pero si la mejro de ellas por que fue la primera vez de ella...
Todo comenzó cuando tenia 18 años, tu no estas para saberlo pero, en mi vida he tenido la misma experiencia que una lombriz intestinal en lo referente a sexo bueno resulta que cuando cumplí los 18 pareció mejorar y así fue pues que me hice amigo de un chavo mas chico que yo, el cual si había tenido mejor suerte en estos menesteres el chiste es que en breve estaba yo yendo a su casa a diario, ahí estábamos los dos hasta las tres o cuatro de la mañana platicando de cosas, fumando y a veces tomando unas cervezas cuando el calor era mucho, no paso mucho tiempo cuando pasa un chavita de estatura baja (1.60 mas o menos) de un trasero admirable y unos pechos hermosos, era de piel morena y ojos negros como la noche, a mi me excitó al momento, pero no le tome importancia, cuando de pronto mi amigo me dice- mira yo la conozco vamos a platicar con ella- yo accedí, como dije ella me agradó, entonces la alcanza y le dice bueno me tomaré la libertad de cambiar el nombre por razones de discreción y caballerosidad digamos que la llamó Maria, ella se dio la vuelta y dijo- que onda Roger- el se acerco y la abrazó y la saludó de beso en la mejilla, nos presentó y ella no me quitaba los ojos de encima lo cual me tenia extrañamente turbado, Rogelio se disculpó, diciendo que tenia que hacer algunas cosas en su casa y nos dejó solos, ella me dijo que si la acompañaba a unas bancas para sentarnos y platicar mas cómodos.
Fuimos caminando, no estaban lejos las dichosas bancas, llegamos y ella escogió la que estaba mas lejos de la calle, y por tanto la más oscura, yo me sentí intranquilo pues estaba en un lugar donde los drogadictos prácticamente salen de la tierra bueno, nos sentamos y comenzamos a platicar de esto y aquello, me sentí bien con ella porque se reía de todos mis chistes buenos y malos de pronto ella, al ver que yo no mostraba ningún avance, tuvo que dar el primer paso, y me dijo que yo que tenia una boca y unos labios muy sexys yo solo atine a dar las gracias por el cumplido y le dije que ella también era muy guapa, ella hizo un falso gesto de pena, pues era lo que ella buscaba, mi atención. En fin no pasó mucho tiempo, en esa misma noche terminé cantándole (así se dice acá cuando te le declaras a alguien) nos besamos un rato hasta que volvió Rogelio y me pregunto- ¿que estaban haciendo?- yo le dije que nada que luego le platicaba, después de todo el era mi mejor amigo, no le iba a ocultar nada
Al día siguiente, al salir de la escuela, me dirigí a casa de Rogelio, por cierto estudiamos donde mismo, así que le di un aventón a su casa y aproveche para visitarlo (jeje) llevaba ahí una hora, tal vez menos y apareció de nuevo María. Traía una falda cortita negra y una blusa negra con trasparencias se veía muy sexy, nomás verla ya estaba con mi miembro endurecido como roca de recordar los besos que nos habíamos dedicado el día previo.
Me dijo que si íbamos a dar la vuelta, yo naturalmente accedí así que tomé mis llaves y nos fuimos, anduve un rato manejando, hasta que me cansé de la espera y me dirigí de nuevo al parquecito donde habíamos tenido nuestro primer encuentro. Ahí, aún arriba del carro, comencé a besarla y a acariciarle su hermoso cuerpo, le acariciaba sus muslos por la parte interior, en ocasiones casi hasta llegar a su cálida entrepierna, pero sin hacerlo, pues no quería que me tomara por un pasado, mientras con mi otra mano le acariciaba sus hermosos pechos haciendo circulitos con mi dedo en el área donde sentía su duro pezón, todo esto por sobre su blusa y sostén, esto parecía gustarle por que me tomaba la cabeza y me presionaba contra su boca en un cachondo beso, sus labios sabían delicioso, tenía una boca carnosa y unos labios gruesos pero bonitos, no duramos mucho así, cuando ella me dijo que quería tener relaciones conmigo, yo le dije que si estaba segura de eso (ella es muy chica, tenía en ese entonces 16 años), y me dijo con sus ojos encendidos de lujuria por mis caricias que si, que lo deseaba con todas sus fuerzas, yo encendí el auto y enfilé hacia un motel que conocía por recomendaciones de mis amigos y primos, al llegar, ella me dijo,-no entres todavía, no compraste condones- yo me le quedé viendo asombrado de su seguridad e hirviendo de la sola idea de comerme ese bombón que es ella.
Me dirigí a una tienda de autoservicio y los compré, regresé al vehículo y ella me pidió la bolsa donde los llevaba, al ver que había comprado solamente una caja con tres me dijo- compra mas por favor- yo descendí del vehículo un poco contrariado pero seguro de que lo pasaríamos bien y me dirigí nuevamente a la tienda, ahora compre una caja con doce, al verla mi novia se soltó a reír, y me dijo medio en broma, medio en serio que si pensaba acabar con toda la caja, yo solo reí nerviosamente, tenia años de no tener un encuentro sexual con nadie, así que tenía miedo de no acordarme bien de como hacerlo, regrese al hotel y pagué para mi entrada, ella me iba diciendo que ya quería entrar a el cuarto conmigo que desde el primer momento que me vio le había atraído mucho y que yo era una persona muy sexy, lo cual ya me tenia a mil, sentía un enorme bulto dentro de mi pantalón, pues eso no se lo dicen a uno todos los días en fin llegué y estacioné el carro y cerré el portón de la cochera de la habitación que me habían asignado, mi erección me hacia caminar un poco encorvado pues aún me daba pena que ella viera lo tieso que estaba, entre a la habitación y encendí el clima artificial y las luces así como la TV, sin darme cuenta que estaba en un canal porno, salí y le abrí la portezuela y ella salió. Llevaba algo en las manos, al entrar al cuarto ella soltó una carcajada y dejo caer lo que llevaba en las manos, yo entré y me di cuenta de que la televisión estaba en un canal porno. Al voltear a ver lo que llevaba en sus manos y ver que eran los condones que había comprado previo no pude hacer más que reírme junto con ella.
Después de nuestra sesión de risas ella se acercó a mi y tiernamente me besó mientras desabotonaba mi camisa, yo veía en la TV la película que era de una rubia que era cogida por un negro de una verga enorme, he de admitir que me hizo sentir un poco de pena porque se me hizo que el tipo la tenía enorme, pero a ella no le desagradó la mía.
Ver estas imágenes me tenía severamente excitado se me nublaba la vista de la excitación, esta niña era mi perdición, la tome de las nalgas, las tenia muy firmes y grandes, me desabotonó el último botón de mi camisa y comenzó a besarme el cuello y el pecho, de pronto me sentí dominado, lo cual me excitó a tal grado que me olvidé del pudor inicial y me desbotoné el pantalón que fue a dar al suelo y quedé con el bulto de mi bóxer al descubierto.
Ella me pasó la mano por sobre el bóxer tocando mi duro fierro, yo mientras tanto le acariciaba la espalda, le había sacado su blusa y estaba ahora en falda y sujetador, le besaba la parte de sus pechos que el sujetador me permitía ver, ella seguía sobándome el paquete, tenia una fenomenal erección, ella bajó un poco mi bóxer al momento que yo liberaba uno de sus pechos, eran de medida normal firmes y nada caídos tenían la aureola contraída y el pezón endurecido, viendo desafiante hacia arriba. Besé y chupé este manjar que ella me ofrecía, mientras ella por su lado comenzaba a masturbarme lentamente, sentí el calor de su mano en mi enhiesto pene, yo seguía chupando y mordiendo levemente su pecho y, sin dejar de hacer esto, liberé el segundo, al cual le dedique la atención de mi boca mientras el otro lo seguí masajeando y acariciando con mis manos, su respiración agitada me dejaba ver que lo estaba gozando ella tanto como yo disfrutaba de su masturbación, la cual se había hecho ahora mas intensa debido, supongo yo, a lo excitada que se encontraba debido a mis caricias y mis besos en sus pechos.
Dejé entonces de acariciarlos y comencé a alternar mi boca en cada uno mientras con mis manos le bajaba poco a poco su falda, dejando ver lentamente su vientre bajo plano y terso, salían los hilillos de las tanga que ella vestía, por la parte de atrás solo se veía un pequeño triangulito y como la tanga se hundía entre sus nalgas, metí mi mano por debajo de el triangulito y atraje hacia fuera el hilillo que se escondía entre sus nalgas, comencé a despojarla de su ultima prenda, pues el sujetador ella misma lo había quitado y a mi me tenía desnudo desde hacía mucho tiempo y a punto de correrme por la puñeta que me estaba haciendo.
Le pedí que se detuviera, comencé a besarla en la boca como un poseso ella comenzó a bajar besándome a cada instante sin dejar de masturbarme, solo que ahora más lentamente, pues le hice sabe que estaba a punto de llegar. Seguía descendiendo hasta que mi pene quedo a la altura de su boca, sentía su respiración en mi pubis y ella se detuvo pues yo tenía los ojos en blanco y ya no podía contener mas mi eyaculación, esperó un poco y comenzó a mamar dios era una perra, primero envolvió la gorda y roja cabeza de mi verga, tragándose todo el liquido transparente, después comenzó nuevamente a masturbarme, pero ahora simultáneamente con su boca y con una de sus manos mientras con la otra me sobaba mis velluditos y rosados testículos, me tenía la borde de la locura con lo que me hacia. Yo le sugerí que pasáramos a la cama pues todo esto lo habíamos hecho de pie, la acosté rompiendo por un momento su felación, lo cual me ayudó, pues estaba a punto de correrme, ya ella en la cama yo me posé sobre de ella para formar un 69, ella se apresuró a comerme la verga, parecía que le tomaba gusto, yo me aventé sobre ella y comencé a mamarle su vulva, los labios vaginales de su depilada conchita, estaba toda mojada y tenía muchos jugos, los cuales bebí como si fueran un néctar delicioso, me llegaban sus olores y todo el ambiente estaba plagado de ese olor a sexo.
Yo mientras tanto, le pasaba mi lengua por su rajita y la penetraba con ella, mientras sentía como mi pene tocaba lo mas profundo de su garganta y me excitaba que tratara de tragarlo todo, no pude mas y me corrí en su boca y ella se apresuro en tragar mi leche, seguí chupando su clítoris el cual era casi de el tamaño de una haba a lo que ella comenzó a retorcerse y succionar mi fláccido pene hasta que lo levantó. Yo continué hasta que tuvo su primer orgasmo, rompí la posición, me puse un condón y me dispuse a penetrarla, ella me detuvo en seco y me dijo hazlo despacio que es mi primera vez, yo le dije que así lo haría y le di un beso en la boca, al principio tierno, pero ella lo convirtió en cachondo con ayuda de su lengua, esto me hizo seguir, y pose la cabeza de mi verga en su húmeda y jugosa conchita, vi abrirse sus labios ante el avance implacable de mi verga tratando de entrar en su reducida cueva, lo hacía sin mucha dificultad, hasta que llegó un punto en que no pudo avanzar mas y apenas había entrado como 6cm de mi verga, empujé y ella gritó sin yo poder entrar más.
Me dijo que lo hiciera despacio, yo le dije que si, pero que le iba a doler de todos modos, le pedí perdón y de lo caliente que estaba, la desvirgué de un potente empujón, lo cual metió cerca de 15 cm. de mi verga en su concha, ella lloró y me pidió tiempo, yo le di un par de segundos antes de comenzar a bombearla, ahora con todo mi mástil de 21 cm. de dura carne, ella me decía que me detuviera al principio y después de un rato de estarle dando con todo comencé a masajearle sus pechos, ella me pedía más y mis huevos chocaban con su trasero. Ella gemía y se retorcía, tenía claro que aquello le gustaba y quería algo más, así que la tomé de la cintura y me enderecé, la levanté un poco y quedé de rodillas levantándole la pelvis para seguir dentro de ella. Retrocedí un poco y comencé a moverme hacia el borde de la cama, hasta que pude bajar de ella, la seguí deteniendo un rato hasta que ella, apoyando sus manos en el colchón, se detuvo y no solo eso, si no que empezó a moverse controlando ahora ella el ritmo de las penetraciones.
Llevé mis manos a sus pechos, después una sola agasajaba sus pechos y con la otra acariciaba su conchita mientras la penetraba. De pronto, ella levantó una de sus piernas y me la colocó encima de mi hombro dejándome ver su ojete, me moje un poco un dedo con saliva y se lo metí de un golpe. Pegó un aullido y me dijo así cabrón, hazme tuya, su respuesta grosera me excitó más, así que se la saqué de su concha y perfectamente lubricada por sus jugos se la puse en el culo, el cual se dilataba y contraía por la excitación. Se la metí de un golpe a lo que lloró un poco, pero después me dijo ¡¡¡así perro!!! , ¡¡¡culéame bien recio!!!, ¡¡¡que no te importe que yo sufra!!!, oírla hablar así me tenia excitadísimo, le seguí dando por el culo así como estaba ella con una pierna en mi hombro. Mientras le metí dos dedos en su panochita, al ver que cabía un tercero lo metí a lo que ella dijo sentirse llena, se corrió una vez por la metida de dedos luego otra vez por la culeada de que era víctima.
Comencé a sobarle el clítoris y darle pellizcos a lo que ella respondía con contracciones y me presionaba el garrote con su ojete, comenzó a gritar y a decirme que no parara, aumente el ritmo y la profundidad, casi la sacaba por completo y luego de un golpe la metía completa. Ella solo gozaba de mis embestidas, yo continué así un rato con un furioso y frenético mete y saca desgarrándole las paredes de su ano, sentí sus contracciones y los movimientos frenéticos de su pelvis, mis bolas chocando en su trasero y mi pene comenzó a convulsionar escupiendo chorrones de leche que quedaron depositados en el condón. Me quedé un rato dentro de ella, pues seguía extasiada y me resultaba placentero sentir sus contracciones fruto de un delicioso orgasmo.
Me retiré lentamente y me quité el condón, al verle la cara de puta que tenia, le ordené que me la limpiara y así lo hizo. Me dio una mamada de lujo que nunca olvidaré, primero con su lengua recorrió todo mi fláccido pene hasta que brillaba de tanta saliva que tenía en el, luego comenzó a chuparlo como si en ello se le fuera la vida, su boca estaba tan caliente que no duré mucho y no tuve tiempo de avisarle que me venia ya, así que acabé en su boca. Ella escupió un poco de mi semen y otro tanto lo trago se levantó y me besó, sabía salado. Un poco me disgustó, pero luego me gustó y la seguí besando
Ella me dijo que aun quedaban trece, haciendo una sonrisa pícara yo no entendí a que se refería, y me le quedé mirando, y ella señalo los condones, no pude mas que reírme y besarla, me levante de la cama y ella me siguió nos dimos una ducha y al volver a la cama, vi con agrado que estaban manchadas de sangre las sabanas pero esto estaba lejos de acabar, ella se quedo un rato más en el baño aplicándose un acondicionador para pelo teñido, me miró aún desnudo y yo me acerqué a ella, olía a jabón, nos besamos y nos hicimos promesas que ambos sabíamos no cumpliríamos. Tal vez después publique la segunda parte de este relato, dependiendo de la respuesta que tenga este cuídense y sean felices
Basado en Hechos Reales