Su primera vez
Todo fue tan raro, estaba ahi desvirgandola y gozando al maximo
Hola que tal mi nombre es Alfredo, tengo 28 años, mido 1.74, delgado, moreno, cabello quebrado, ojos cafés, esta historia que les relato sucedió hace algunos meses mientras hacia mi servicio social en una comunidad alejada de la civilización, al llegar ahí todos me veían como bicho raro no pertenecía a ellos, me quedaba en un pequeño cuarto pues solo me regresaba a mi casa los fines de semana, en fin, transcurrió el tiempo y pasado poco más del mes conocí a una muchacha que llamaré Mariana, tiene 18 años, ella es morena, mide 1.50 cabello negro, delgada guapa de formas no muy pronunciadas, cabe mencionar que ahí las personas son muy penosas por lo cual a veces cuesta trabajo entablar platica, y Mariana era igual, mientras yo le hacia preguntas ella se limitaba a responder si o no e incluso a veces, después de tratarla varios días fue tomando más confianza hacia mi en incluso se quedaba mucho tiempo platicando conmigo, una tarde de un martes me comento que había tenido problemas con otra chica por un tipo de otra comunidad cercana, empezamos una platica.
Al- pero si tu eres muy guapa, debe haber otro muchacho que te quiera.
Ma- es que yo quiero ese y no me hace caso.
Al- ya veras que cuando te conozca bien se fijara en ti, apuesto que serán novios.
Ma- es que la otra muchacha le dio un beso y yo no se besar.
Al- pues no te preocupes que ya aprenderás.
Me dio ternura aquella niña, en ese momento no pude pensar solo en como ayudarla, sin imaginarme lo que podría llegar a pasar. Se hizo tarde y como no hay luz. Le dije que se fuera sino la regañarían.
Al otro día llego podo después de la comida al cuarto donde me quedaba, había ido a la ciudad con su mama a comprar unas cosas que necesitaban, tocando otra vez el tema de los besos me pregunto si yo sabía besar y quien me había enseñado, - es algo que se aprende con la practica, ya aprenderás tu- le dije entonces en eso me dijo que si yo le enseñaba, la primera impresión que no supe que decir, nunca me habían pedido eso, y en otra situación lo hubiera aceptado, pero al pensar en los problemas que me podría ocasionar si alguien se enterara, mi carrera estaba en juego, le dije que no era posible que mejor aprendiera con un chamaquillo de su edad, sus ojos se pusieron tristes, aquella inocencia de la pequeña no le ayudaba a comprender lo que estaba pidiendo, me dijo que no tenia más amigos, que nunca iba aprender, se fue a su casa.
La idea me daba vueltas, yo en aquella comunidad alejado de todos mis conocidos, solo y con aquella propuesta de una niña tan hermosa, me ponía a pensar cada minuto, era grande la tentación, paso el fin de semana, regrese a mi casa, y en la siguiente semana ahí estaba yo, de nuevo ante aquella grande tentación, no pude más y acepte, por un lado quería ayudarla y por otro lado estaba el morbo que me provocaba aquella hermosa niña. Nos pusimos de acuerdo para que nadie se enterara y prometimos no decir nada a nadie.
Ma- Hola, ya vine a que me enseñes.
Al- Ok. Solo deja termino de llenar estos papeles, quieres agua?
Ma- no ya tome en mi casa, gracias.
Al- bueno entonces vas a abrir poquito tu boquita y a cerrar los ojos.
Me le acerque un poco nervioso y le di su primer beso, ella solo se quedo quieta, me dijo que sintió chistoso, entonces yo le pregunte si no le había gustado y me dijo que si que siguiéramos practicando, ella solo quería aprender a besar y era lo único que le importaba, yo en cambio me sentía mal al tenerla ahí frente a mi tenia mi paquete a reventar, seguimos con los besos y poco a poco fue aprendiendo, lo hizo instintivamente, ya para terminar la lección de ese día le metí la lengua y ella solo me correspondió de manera brusca, para ser el primer día no estuvo tan mal, de hecho lo hacia muy bien solo que no se lo dije para que siguiéramos con ese jueguito, se fue a su casa y los siguientes dos días solo nos besamos.
El jueves de esa semana le dije que ahora las clases eran un poco diferente.
Ella acepto y me dijo que quería aprender muchas cosas, me puse a dudar si lo que realmente quería era solo aprender o si iban más allá sus intenciones.
Al- esta vez te vas a dejar hacer todo lo que yo te haga ok?
Ma- si, esta bien.
La empecé a besar en el cuello suavemente, su piel se erizo, olía muy bien, se había puesto perfume, seguí por sus orejas, por su nuca, quería ser lo bastante tierno con ella, se relajo y se éxito, lo pude ver en su blusa ya que no llevaba sostén, pude apreciar como se le ponían duros sus pezones, para esto yo estaba mas que caliente, estaba a punto de explotar, el tener a esa chica completamente para mi era realmente excitante, por la cabeza me pasaban ideas de arrancarle la blusa y hacerla mía en ese momento, pero se espantaría, decidí mejor que las cosas se dieran por si solas, sentía su respiración entrecortada, luego le pedí que me hiciera lo mismo y así lo hizo, al principio era un poco brusca pero después lo hacía de manera sensual, le empecé a acariciar las manos, la espalda, ahí estábamos los dos como si fuéramos unos niños aprendiendo de nuestros cuerpos.
Ya no era dueño de mis acciones, le dije que se recostara y así lo hizo, me subí en ella y mi pene a la altura de su vagina empecé a frotar, ella se retorcía de placer, sus gemidos eran cada vez mas fuertes, le frote sus pechos, metí la mano derecha bajo la blusa y masaje sus pechos, acariciaba sus pezones, le quite la blusa y empecé a mamar esos pechos hermosos, eran perfectos de tamaño mediano morenitos con un pezón pequeño parecía un bebe amamantándose de su mamá.
Pare un poco y le dije que me tocara mi pene, me baje los pantalones y mi boxer, ella se quedó paralizada por unos segundos, nunca había visto un pene ni siquiera en foto. Lo tocó muy despacio como cuando un niño toca un juguete nuevo y lo observaba, le mostré como se masturbaba lo hacía de manera rápida y muy fuerte, aún así el placer que me daba era bastante, le pedí que se quitara su pantalón, se lo quitó al igual que el calzón, pude ver su vagina hermosísima, con poco bello, era un manjar que no estaba dispuesto a desperdiciar, la recosté en el sillón, le empecé a mamar su vagina, sabía a gloria estaba súper mojada y experimento su primer orgasmo en menos de un minuto, fue una experiencia agradable sentir la virginidad de una vagina como la de Mariana.
Tuvo varios orgasmos mientras le daba aquellas mamadas, después le indique que ella podía hacer lo mismo y lo intento, solo se lo metía unos centímetros y lo sacaba como si estuviera chupando una paleta de hielo, yo sentado en el sillón y ella a cuatro patas era excitante, ver esa escena de aquella bella mujer chupándome el pene casi me hace correr, mientras ella se daba gusto con mi pene yo le metía un dedo en su pequeña abertura estaba derramando liquido que hacía darme cuenta lo excitada que estaba, no podía más y le dije que se sentará arriba de mi, de frente, nuestros sexos se juntaron y al sentir como esa virgen vagina rozaba mi duro pene un choque eléctrico recorrió mi cuerpo, le mamaba sus pechos, le daba besos, a estas alturas Mariana ya había aprendido demasiado, parecía una maestra en el arte del sexo, la recosté boca arriba, pude notar su respiración entrecortada y sus ojos semi abiertos.
Apunte mi pene a la entrada de su vagina y fui introduciendo poco a poco, ella decía que le dolía y le pregunte si quería parar, me contesto que no que siguiera, duré como 1 minuto en lo que su vagina se acostumbraba al tamaño de mi pene, luego empecé el mete y saca poco a poco de manera muy lenta, mientras la besaba apasionadamente en lo labios, en su cuello, luego las estocadas fueron más rápido ella gemía y se retorcía de placer, sentía como las paredes apretaban mi pene y como se contaría su vagina cada que tenía un orgasmo, yo no aguantaría mucho pues sentía tanto placer, paré, le saque el pene y le pedí se pusiera en la posición de perrito, el ver ese trasero paradito era un manjar hacia mi vista, la penetre, ella gemía y yo no aguantaba más, saque mi pene y me corrí en su espalda, ella estaba exhausta, al igual que yo rendido después de la experiencia mas grata de mi vida, se limpio y nos vestimos, estuvimos platicando un rato y le dije que no comentara nada a nadie, ella lo prometió, nos despedimos y le dí un beso tierno en los labios, seguimos teniendo nuestros encuentros, después de tiempo se olvido de aquel muchacho y se dio cuenta que solo fue un capricho.
Espero les haya gustado mi relato espero sus comentarios en mi correo alzorro@hotmail.com