Su Primera Mamada

Yo siempre habia pensado que era el primer hombre en probar su panocha, pero la vida te da sorpresas que nunca se olvidan...

SU PRIMERA MAMADA

Siempre había pensado que yo había sido el primer hombre en disfrutar de los encantos de mi novia angelical, en aquellos años en que despertamos a los secretos de la vida; Pero con el tiempo ella me confeso como fue iniciada en el mundo del deseo con una sola mamada.

Ya en otras ocasiones he descrito a mi pareja; Joana una chica angelical que conocí cuando ella cumplió sus 16 primaveras. Alegre, jovial, simpática, con un cuerpo hermoso y un espectacular par de piernas. Nuestra vida sexual inicio como la de todos, jugando y cediendo poco a poco cada rincón de su cuerpo; hasta acabar en el sofá de su casa disfrutando de sus cremosos jugos. Ahí como regalo de cumpleaños me permitió recorrer su tesoro mas preciado, disfrutar de la vista espectacular que formaban sus piernas completamente abiertas y sin ninguna prenda encima; aun hoy al recordar aquellos momentos se me sigue poniendo tieso el pene.

Siempre había creído que yo había sido el único hombre en explorar hasta aquel momento su monte de Venus, en probar sus labios vaginales y en tomarme sus jugos, en provocar un orgasmo en su panochita virginal. Pero la vida nos coloca en situaciones difíciles de olvidar; y esta es una de ellas.

Todo empezó durante un viaje de estudios que Joana y sus compañeras de escuela realizaron a otra ciudad, un congreso de especialistas que incluiría a estudiantes de los últimos semestres de la carrera profesional. Joana y sus amigas habían trabajado durante varios meses para reunir fondos suficientes para asistir a ese congreso sin ninguna estreches económica. Durante 3 días estarían en la ciudad aprendiendo todo lo posible. De miércoles a sábado se concentraron en el evento académico. Al medio día del sábado terminaron de recoger sus cosas y decidieron disfrutar de ese fin de semana en un puerto turístico ubicado a solo una hora de ahí. Llegaron a esa ciudad y se alojaron en un hotel muy cómodo y céntrico. Y se prepararon para disfrutar de una noche de música, diversión y recreo.

Con tiempo suficiente para arreglarse y presumir sus mejores prendas se dirigieron a la disco de moda en donde fueron recibidas con gran entusiasmo por los meseros del lugar; imagínense ustedes 7 hermosas criaturas con sus provocativas minifaldas, y su aspecto angelical. Mesa central y en primera fila, el ambiente estaba a todo lo que da. No necesitaron ordenar nada, un grupo de jóvenes ubicados en una mesa frontal les mandaron los primeros tragos. Después claro, todas a bailar, platicar, disfrutando de las sensaciones de una noche de ensueño, sobre todo por la gran cantidad de bebidas que empezaron a surtir efecto al llegar las primeras horas de la madrugada.

Joana no estaba acostumbrada a tomar licor, su estrecha educación nunca había permitido enredarse en esos excesos. Cada una de sus amigas eran chicas de familia que se dedicaban a sus estudios y disfrutaban de las caricias que sus novios de manita sudada podían otorgar (bueno cuando ellas andaban de ganas). Uno de estos muchachos saco a bailar a Joana y como se acoplaron rápidamente siguieron disfrutando de la velada completa. Según me confeso Miguel era de mediana estatura 1.76, con buenos pectorales y con mucha gracia para bailar. El y sus amigos estaban en la ciudad cumpliendo con un compromiso deportivo organizado por la empresa en donde trabajaban; un torneo de fútbol cuya final ganaron esa mañana. Los 15 miembros del equipo festejaban en aquel lugar.

Después de algunas horas de bailar y de tomar todo lo que les servían, mi angelical Joana salio a tomar aire a la terraza del lugar, para esa hora desierta pues el reloj marcaba casi las 3 de la mañana, Miguel como un caballero la acompaño para seguir platicando. Cuando le pego el aire en la cara Joana sintió un mareo, el cual fue aprovechado por Miguel para rodear su cintura y atraerla a su pecho. La sentó sobre sus piernas y le pidió que no se preocupara. Ahí a la luz de la luna, observando el mar Miguel la beso e introdujo su lengua en su boca, mientras Joana le decía que eso no se hacia que ella era una chica decente que se daba a respetar. El la siguió besando en los labios, el cuello, sus hombros, la espalda y acaricio sus piernas hasta que se canso.

Joana tratando de reaccionar le dijo que era hora de irse, por lo que pidió a Miguel la llevara con sus amigas, cuando bajaron a la disco todas se habían ido. Joana se dirigió a su hotel a tan solo un par de cuadras del lugar, cuando abrió la puerta de su habitación encontró a Diana su compañera de viaje encuerada y en cuatro patas sobre la cama comiéndose la verga de Rafael mientras Ricardo se la enterraba. Este par de angelitos eran parte del equipo de Miguel.

Joana salio asustada mientras su caballeroso amigo la consolaba, le dijo que no se preocupara y que podía dormir en su habitación si así lo deseaba, mi noviecita santa fue recostada en la cama ya que no se podía sostener de borracha. Después Miguel la beso y la empezó a desnudar sin prisa alguna. Joana estaba excitada, sabía que eso estaba mal, pero no quería impedirle a Miguel nada. La imagen de Diana con los 2 chicos en la cama no podía salirse de su mente. Su blusa cayo al suelo, su sostén la siguió luego. Su minifalda enrollada en su cintura ya no cubría nada, mientras Miguel la despojaba de su pantaleta y le pedía que se la cuidara.

Ahí, sobre una cama de un hotel de playa, a sus 18 años, mi angelical novia fue desnudada por primera vez en su vida, se mostró sin pudor ante un hombre que no conocía, excitada por el ambiente y la bebida. Miguel sonrió, mientras ella abría sus espectaculares piernas y acariciaba sus pechos que mucho le dolían. "Mis nalgas me temblaban papi, y aunque mi cerebro casi me obligaba a cerrar las piernas yo no pude." El se despojo de su camisa y se entrego a disfrutar de la cremosa panocha de una virgen decidida. Joana lloro con cada chupada recibida, la borrachera se bajo gracias a esa lengua descarriada, Miguel era un experto mamador. Mi noviecita santa tuvo 3 orgasmos durante los primeros minutos de gozada. Después el se desnudo y le mostró su verga bien parada; Ella llorando suplico que no se la metiera que era virgen, que tenia miedo, que ya había llegado demasiado lejos. Miguel la abrazo, la beso y le pidió que no se preocupara. Joana se tranquilizo y acaricio con timidez ese instrumento que la tenia como hipnotizada, después y a petición de el, ya entrados en confianza se comió la verga con muchas ganas. La verdad después me confeso quería terminar como Diana, con la reata del muchacho bien enterrada. "Le saque leche en cantidades industriales." "Termino en mi boca muchas veces y por primera vez disfrute de un 69 en mi vida." Esa noche dormio abrazada a Miguel completamente encuerada. Con chupetes en sus pechos, piernas, y nalgas.

Cuando regreso a su cuarto encontró a Diana sobre la cama con su panocha y ano escurriendo de semen, ella se metía el dedo y se lo llevaba a la boca. "Mi novio tiene la culpa Joana, porque un día antes de venirnos de viaje me dejo con muchas ganas después de una mamada." Esa noche todas las compañeras de Joana perdieron su virginidad. Para ella fue el inicio de un largo viaje de descubrimientos. Cuatro días después de su regreso estaba yo entre las piernas de mi novia mamando por primera vez su panocha. Mientras ella pedía que metiera mi lengua mas adentro. A partir de ese momento Joana me recibía en su casa sin sostén y sin pantaletas. Usaba faldas cortas y blusas escotadas. Y empezó a masturbarse antes de dormir y cuando despertaba. Soñaba con acabar como Diana, con 2 vergas bien clavadas.

Gracias a eso, Joana se aficiono a comer vergas, a beber semen y a aprovechar cada hueco de su cuerpo.