Su mascota, Cap. 4
Introducción de unos gatitos en los juegos
Su mascota, Cap. 4, Gatitos
Título original: His Pet, Chapter 4 (Kittens)
Autor: Mindgames48@Hotmail.com
Traducido por GGG, septiembre 2020. En diciembre de 2003 traduje el capítulo 2 de este relato, pero no había encontrado los demás hasta ahora. No estoy muy satisfecho de esta traducción, tal vez sea un poco difícil incluso en el idioma original (inglés)
Si tienes menos de 18 años, no te molestes en leer esto. Si piensas que control mental, sadomasoquismo suave, sexo oral o anal o con juguetes, añadidos a la ecuación no son para ti, será mejor que busques otra cosa que leer. Para el resto de vosotros, por favor disfrutadlo y no dudéis en enviarme un correo electrónico con vuestros comentarios (¡Por favor, sed amables!).
Se puede archivar o reimprimir esto siempre que mi correo electrónico esté en él y si no se hacen cambios. Si tienes alguna sugerencia de cambios, házmelo saber.
Si quieres más, avísame.
Esta es solo la parte 4 de 6 pero siento que hay más hirviendo a fuego lento en el quemador trasero.
Mindgames48@Hotmail.com Juegos mentales para ti
Esto es fantasía, pura y simple (?). No hay ningún personaje en esta historia que esté destinado a representar a ninguna persona específica, ya sea de aquí y ahora o de otros tiempos anteriores, o en cualquier otro plano de existencia.
Dentro de esta fábula se encuentran acciones sexuales que incluyen: control mental, sadomaso ligero, juguetes sexuales, sexo oral y anal, en solitario, muchos hombres contra una mujer, caramba ¿y quién sabe qué más? Lo que hay aquí puede ser ilegal leerlo para cualquiera de nosotros. Ciertamente no debería ser leído por jóvenes de 18 años o menos o que sean impresionables, ¡y TÚ sabes quién eres! El autor no pretende ofender a nadie, por lo que si encuentras objetable cualquiera de las cosas anteriores no dudes en saltarte esto.
El autor es narrador de historias y le gusta jugar con los "qué pasaría si" y las posibilidades de la mente. A un escritor de novelas de crímenes puede afectarle mucho ver sangre y no haría daño ni a una mosca y puede simplemente fascinarle la intriga. De modo que el erotismo presentado aquí está escrito simplemente para eso. No representa necesariamente los deseos del autor.
Su mascota
Capítulo 4
Gatitos
Tenía problemas con el estómago. Le dolía todo el rato. Tuvo que pedir a su médico personal una visita a domicilio.
"Me parece que estás en las etapas iniciales de la úlcera de estómago". Le dijo el doctor. "Estaré encantado de recetarte algo para eso ..."
—Oh, doctor, ya sabe lo que siento por los medicamentos. ¿Qué otra cosa puedo hacer?"
El médico procedió a informarle sobre la mejor dieta para las personas con úlceras. “La leche materna lo mejor, ya que es el alimento perfecto. Pero es difícil conseguirla. No se dispone de muchas mujeres en las lecherías hoy en día". Dijo con un sonrisa.
“Bueno, podría alquilar a una mujer lactante. ¿Dónde encontraría una? "
El médico lo pensó un momento. "Sabes, cualquier mamífero puede hacerse lactante. Todo lo que se necesita es mucha estimulación de succión". El doctor sabía de su mascota, después de todo, él la había tratado cada vez que necesitaba la visita rutinaria al veterinario. Pero no estaba prescribiendo ni asesorando, solo mencionando de pasada. "Pero tienes que cuidar esto antes de que empeore". Y dicho eso se fue.
La había estado estimulando durante mucho tiempo, chupando a veces pero principalmente haciéndole cosquillas, rascándola, mordisqueando, pellizcándole los pezones. No parecía ser suficiente. Decidió salir a caminar. Estaba en modo de sueño profundo y no era probable que se despertara. Así que era el mejor momento para conseguir un plan que funcionara.
Disfrutaba caminando por los jardines. La exuberante hierba verde y las flores abriéndose calmaban sus sentidos. De repente oyó un maullido. Se dirigió hacia él y encontró una camada de gatitos que apenas podían sostener la cabeza y la mamá gata no se veía por ningún lado. Los perros debían haberla asustado y alejado. Se montó una imagen mental. "¡Gatitos para mi coño!" (N. del T.: juego de palabras intraducible, en inglés "pussy" significa "gatito" y "coño". Tal vez "conejitos para mi conejo")
Llamó al mayordomo para que recogiera a los bebés. Luego lo envió a conseguir una piscina inflable para niños con agujeros en el fondo cerca de los bordes para pasar las correas a través de... cuatro de ellos. El mayordomo comprendió de inmediato para quién era la piscina, pero ¿los gatitos?
Pronto se despertaría y siempre tenía hambre. Mejor que Vuelva y esté listo para la programación de Su preciosa gatita.
La vio acostada en la cama, desnuda excepto por las correas y el collar y los grilletes. su cuerpo tan suave y silencioso, tan apacible. 'Realmente necesita descansar, siempre está necesitada y trabaja duro para satisfacer mis necesidades. Es tan hermosa. Estoy tan feliz de que sea MÍA' pensó.
Se acostó detrás de ella y atrajo su cuerpo hacia él. Ella se acurrucó contra él. Hummm, pensó mientras su bulto crecía en los pantalones. Pero por supuesto que sería un error tomarla, arruinaría la programación. En vez de eso, la inició, rodeándola con las mano para pellizcar y jugar con sus pechos y pezones. Su cuerpo comenzó a moverse con ganas. Oh, mejor no dejarle ver lo que tengo planeado para esta tarde. Creo que será más eficaz. Entonces, con una mano pellizcando y retorciendo los pezones, la otra alcanzó la venda de los ojos y se la quitó con una palmadita en la cabeza y muchos besos para que no se diera cuenta de lo que había hecho.
Retorcía las caderas y abría de deseo las piernas. Le acarició el coño mojado con una sonrisa. Este sería un día para comenzar Su curación. Empezó a retorcerse en serio, empujándole los dedos. Se bajó la cremallera y la provocó en el culo con la polla. Dejó que se deslizara alrededor de su chocho mojado. Su propio deseo casi arruinaba esta parte cada vez, pero podía controlarla a ella sólo si se controlaba a sí mismo.
Se apartó de repente, avanzó los dedos para tomar el lugar de la polla. Observar esta parte era tan excitante. Pero cuando parecía que ella estaba a punto de correrse se levantó de un salto.
"Oh, mascota mía, es hora de comer". La levantó y ella le siguió gateando ansiosamente como siempre lo hacía. Las correas hacían su parte en la autoestimulación, contra los pezones y a través de la entrepierna. "¡Qué buena mascota!" Dijo mientras le acariciaba cabeza y trasero. ¡Tan hermosa, tan SUYA!
La condujo a la mesa donde ella ocupó su lugar en la almohada que había debajo, a horcajadas sobre su bulto, sentándose como si estuviera suplicando. Estaba tan hambrienta, tan necesitada y él era todo lo que necesitaba.
Se abrió la cremallera y sacó su enorme polla. La dejó que se encontrara con la cara y cabello y dedos. Inmediatamente ella comenzó a lamer. Ni siquiera había comenzado el proceso y ya sabía qué hacer. Sonrió, “¡Qué buena mascota! ¡Una mascota tan ansiosa! ¡Más despacio, ahí, ahí, mascota!" Se rió para sí mismo de lo bien que había funcionado su experimento.
Comenzó a dejar gotear su crema especial en su dardo. A ella le encantó y lamió y chupó mientras goteaba. En un momento escuchó un ruido y se volvió para ver de dónde venía el ruido.
El mayordomo había entrado con la caja de gatitos. El mayordomo estaba acostumbrado a al ver la escena delante de él, en realidad le encantaba mirar. La distracción provocada por la entrada del mayordomo hizo que goteara demasiado y de hecho se derramó por la polla a la cara de ella y su cuello y goteó a sus pechos. Ella intentaba lamerla de la polla ignorando que le había goteado a ella.
Miró al mayordomo y le indicó que trajera a los gatitos para limpiar el desorden. El mayordomo comprendió y colocó dos gatitos justo debajo de los pechos donde se formaban las gotas. Los gatitos olieron la crema y empezaron a lamerle los pezones.
Aquella era una nueva sensación para ella, las pequeñas lenguas ásperas contra sus pezones hicieron que se pusieran erectos de deseo. Trató de continuar aquel placer derramando más crema. Ella empezó a restregarse contra el abultamiento de la almohada, gimiendo de placer.
Se da cuenta de que aquello puede no ser productivo, puesto que ella tiene que terminar su comida. Debe mantenerla sana. Entonces vuelve al brebaje de siempre que deja gotear lentamente sobre su polla para que ella la lama. Extiende mantequilla de cacahuete que ella pule hasta dejarla impecablemente limpia. Ahora la corona con crema batida y deja que ella la termine. Sabe tan bien que ella quiere chupar más y lo toma completamente en su boca, ella chupa más y él le ayuda a alcanzar más, empujándole la cabeza hacia abajo, bombeando, bombeando. Luego se corre en su garganta. Ella lo traga y lo lame hasta dejarlo limpio, queriendo más, con su cuerpo moviéndose y girando con necesitad.
Él hace un gesto para que vuelva a poner a los gatitos en la caja y saca su cuerpo necesitado de debajo de la mesa. Ella deja un rastro húmedo detrás de ella. ¡Qué maravillosa mascota!
El mayordomo había instalado la piscina inflable en su "corral de juegos". Por lo general, va allí a hacer ejercicio mientras trabaja, pero hoy será diferente. Él lleva su cuerpo ansioso a la piscina. Él la levanta suavemente besándole la cara, la boca, los pechos mientras la baja hacia la piscina. No contiene agua, solo forma una superficie de plástico para ayudar a proteger el suelo de posibles manchas.
Le inclina la cabeza hacia atrás contra el borde de la piscina. Tira de las correas a través de los agujeros del fondo de la piscina. Le estira los brazos para colocarlos a los lados de la piscina y amarrarlos. Luego le besa las piernas mientras las estira ampliamente para que la parte posterior de sus rodillas esté contra los lados de la piscina, sacando los pies de la piscina. Ata las correas allí. Ella está cómoda pero expuesta, en todas sus hermosas partes.
Ahora Su coño va a unirse a los gatitos. Había traído la crema de la mesa. Aplicó la crema sobre su cuerpo, por todo su coño, y finalmente en los pezones. El mayordomo sacó a los gatitos de la caja. Coloca uno en cada uno de sus pechos y un par cerca del coño. Empezaron a lamerla por todas partes hasta dejarla limpia. Él tenía cosas que hacer, así que dejó que el mayordomo le siguiera aplicando la crema en los lugares que debían ser estimulados.
La idea era asegurarse de que los gatitos fueran alimentados con tanta frecuencia como lo serían por su propia madre. Los dos cercanos a los pechos eran los más importantes y todos se turnarían allí. Él iba dejando gotear la crema sobre ella mientras la lamían. En poco tiempo se les ocurrió chupar. Chuparían y tirarían como hacen los gatitos tratando de sacar la leche. El mayordomo goteaba un poco más para mantener su interés. Pero estos dos finalmente se rindieron. Los puso cerca del coño y aplicó mucha crema allí y cambió a los otros dos y trató de provocarlos a mamar de ella. Empezarían a tirar y a chupar, pero cuando si conseguían los resultados que deseaban, pronto se rendirían también.
Formó un charco cerca del coño para que bebieran todos y miró a su alrededor. Como no tenía nada más que hacer, se sacó la polla y comenzó a acariciarse. Ella era tan hermosa y era tan excitante verla siempre necesitada. Los gatitos tirando y lamiendo la tenían retorciéndose de necesidad. Se sintió listo para correrse. Sentía que ella no reconocería su esperma en la crema tibia, así que la salpicó con ello. Se recolocó rápidamente sabiendo que el jefe volvería pronto.
Lo que no sabía era que el jefe tenía una cámara apuntando directamente a la escena, tenía cámaras en todas partes para poder observarla, siempre. De modo que él vio esta escena. Era un hombre comprensivo. Sabía que su mayordomo nunca le haría daño a ella, y que estaría tentado a encontrar su propio alivio. En lugar de enfadarse, se excitó al ver la escena y se corrió cuando el mayordomo disparó su semen sobre su adorable mascota. Mientras se limpiaba él mismo se dio cuenta de que tenía un problema más serio.
Los gatitos necesitaban leche y ÉL necesitaba leche, su leche. ¿Cómo iba a estimularla lo suficiente si no se quedaban con aquello?
Llamó al médico. ¿Qué hacían las nodrizas para sacarse la leche más rápido y mantener a los bebés interesados? Se lo había preguntado. El doctor le habló de dos tipos de máquinas. La primero era algo que extraía leche del pezón continuamente. Y el extractor de leche para seguir estimulando los pechos en los momentos en que el bebé no succionaba. Esto también recogía leche para él y los gatitos en los momentos en que ella estaba dormida.
Envió al mayordomo a buscar estos artículos. Mientras tanto devolvió a los gatitos a la caja y le lavó el cuerpo. Ella todavía estaba caliente, podía decirlo por cómo lo buscaba y cómo se tensaron los músculos de su abdomen mientras la tocaba. Eso era bueno. La besó por todas partes y le lamió el coño mojado. Hizo un recorrido hacia los pezones lamiéndola y empezó a chupar. Pasó 15 minutos en cada lado succionando muy fuerte. Resultó muy agotador y no pareció hacer mucho por ella. Así que la soltó de la piscina y la llevó al cuarto de baño.
Sabemos, los que miramos, que el baño para ella nunca es privado y está preparado para su estimulación, incluso en los momentos de eliminación. Recibe un ducha con la ducha de masaje un buen rato en los pezones y la entrepierna pero no lo suficiente para hacerla correrse. Dos enemas diarios la mantienen limpia. Se le administran mientras ella está siendo estimulada en el clítoris y los pezones para que apenas se dé cuenta. Se le hace mantener el culo en alto, creyendo que él la va a recompensar como suele jugando con su polla alrededor de su chocho. Pero casi en el momento en que ella esté lista le dan calambres en el cuerpo y la hace sentarse en el inodoro para soltar la carga. Cuando ella termina, él tira la cadena y el bidé hace las duchas vaginales necesarias para limpiarla por completo.
Limpia por dentro y por fuera, besa a la mascota y la lame por todas partes. Hermosa mascota. Mi mascota limpia. Le toca el clítoris para que se ponga en marcha y le mete un dedo en el agujero de follar para asegurarse. Se asegura de que ella empiece a girar sobre su dedo y se humedezca mucho. Sí, es suya.
Los gatitos empiezan a maullar. ¿Cuándo volverá ese mayordomo? Mueve el dedo hacia adentro y hacia afuera y le succiona los pezones, buenos y duros. 15 minutos en cada uno, pero sin dejar que se corra. Una tarea que sería imposible para cualquier otro hombre, pero él conoce bien a su mascota y sus límites. Ha estado programando en ella su propia necesidad de leche. Y cómo hay vidas que dependen de ella. Le acerca un gatito al pecho. La suavidad de la piel es emocionante. El pezón gotea un poco de leche y el gatito comienza a chupar. Luego, le amasa el pecho para ayudar a producir. Tira, con sus pequeñas garras. Pero ella no retrocede, es en realidad aún más estimulante. Él todavía mantiene el dedo moviéndose alrededor de su chocho para que sus atenciones estén siempre divididas. Coño mío.
El mayordomo finalmente llega con los encargos. Incluso se ha ocupado de buscar libros sobre lactancia y producción de leche. Se preocupa de su pequeña familia: su jefe, la mascota, los gatitos.
La vuelven a llevar a la piscina y la amarran como antes. El mayordomo le acopla en los pezones los pequeños tubos de la máquina de extracción de leche. Aplican un poco de crema en los pezones y colocan un gatito en cada pecho. Ahora los gatitos chupan y son recompensados a cada chupada con más leche. Cuando terminan, traen a los dos siguientes. Cuando los cuatro se han amamantado satisfactoriamente, los vuelven a poner en la caja.
Ella parece agotada. Se acuesta y duerme. ¡Coño de mamaíta! ¡Coño de reina! ¡Coño suyo!
El mayordomo y el jefe sacan los libros y descubren que va a necesitar más alimento y mucha más agua. Como conseguir dominarla y "mantenerla". El mayordomo vuelve a la ciudad y compra otra máquina más de extracción de leche. Esta la llena de agua y se la engancha al jefe. Los tubos terminan en el extremo de la polla. El jefe se maravilla de la suerte de tener un sirviente tan fiel.
El jefe, todavía con el dedo en el chocho, comienza a mover el dedo, sacándolo y arrastrándolo hasta su boca. Ella siempre esta lista. Le chupa el dedo, el mayordomo se encuentra cerca con los brebajes líquidos para asegurarse de que esté bien alimentada. Después de aplicar comida para ella en sus dedos para que los chupe, vuelve a sacarse la polla palpitante. Le aplica un poco de queso cremoso que ella comienza a lamer y chupar con entusiasmo. El agua fluye a través del tubo en grandes cantidades y ella chupa más. Se corre en su garganta y ella todavía sigue chupando. Necesita mucha más agua para lo que se espera de ella.
No sabe muy bien qué hacer cuando mira a su mayordomo y ve el tremendo bulto en sus pantalones. Rápidamente se desengancha la máquina de sí mismo y se la engancha al mayordomo y le pone su polla en la cara de su mascota. También la toma con entusiasmo. El jefe está jugando con su chocho mientras el mayordomo finalmente es recompensado por su fidelidad. Lo toma por completo y también el agua. El jefe se arrodilla para chuparle los pechos durante el resto del tiempo que le toma satisfacer al mayordomo. ¡Vaya equipo hacen entre todos!
El mayordomo tiene su segunda gran explosión del día mientras ella ansiosamente traga cada gota y la máquina también está vacía. Ella está bombeando sobre sus dedos y él siente que ella también va a correrse. No puede permitirlo.
Le quitan las correas y le dice al mayordomo que la lleve a dar un paseo. El mayordomo la lleva con sus correas. Le hace sentirse poderoso el tener tal dominio sobre una mujer tan hermosa. Pero se dio cuenta de que sus rodillas estaban irritadas de gatear. Había adquirido alguna loción que, según el farmacéutico, era utilizada por las nuevas madres lactantes. Se la sacó del bolsillo y la atrajo hacia él. Le acarició la cabeza como había hecho visto hacer al jefe. Luego le extendió la loción en las rodillas. Después de todo, si servía para curar los pezones ¡también le curaría las rodillas! Luego se dio cuenta de lo rojos que se habían le puesto los pezones. Bien, mientras quedara loción, también podría usarla donde estaba destinada. Procedió a aplicarla en los pezones.
Esto, por supuesto, la puso de nuevo a tope. Empezó a girar y a moverse hacia él y sus manos. ¡Dios, es hermosa y tiene tanta necesidad! La polla le palpitaba de nuevo. Pero determinó que ya había llevado la oportunidad demasiado lejos. Entonces le pareció que él también era una mascota en cierto sentido. Bueno, el jefe no estaba cerca y ella le necesitaba. La sentía tan indefensa. La compadecía tanto. La besó en la frente y le dio unas palmaditas. ¡Que cara! Pensar que solo hacía una hora había sido absorbido por aquella cara. Se aprieta la polla para calmarla. Pero no se calma. Solo con tocársela le parecía desearla más. Se abrió la cremallera. No debería hacer esto. Entonces se masturbó delante de ella. ¡Oh, pero esos pechos agitados de necesidad!
Se inclinó para besarle los pechos. Solo un pequeño beso en los pezones no le hará daño. Oh, pero era una sensación tan deliciosa saborear sus pezones y jugar con la lengua. ¡Acaricia con más fuerza, acaricia con más fuerza, sigue con eso! La sintió girar debajo de él. Oh, ¡que maravilloso chocho mojado! Ya no podía controlarse, la recostó y comenzó. Sintió la punta en su humedad.
Sonido de pasos. El mayordomo se las arregla para alejarse rápidamente. Ahora sabía realmente cómo se sentía ella. La necesidad era tan fuerte... y muy evidente.
El jefe entró y vio la escena y el bulto húmedo en los pantalones del mayordomo. Vio a su mascota revolcándose de deseo hacia el mayordomo. Primero se sintió un poco celoso. Pero luego se le ocurrió una idea.
"Ven."
El mayordomo llevó a la mascota a la mesa de nuevo. "Ven, siéntate". Le dice al mayordomo.
El mayordomo está nervioso. Sabe que le ha pillado haciendo algo indecible. Está listo para cualquier cosa... podría ser despedido por esto. Traga saliva pero se sienta.
El jefe desengancha un par de las correas de ella y amarra las piernas del mayordomo a la patas de la silla. Luego ata el pecho del mayordomo al respaldo.
"Bájate la cremallera"
El mayordomo obedece. Su polla traicionera se sale erguida y alta.
"¡Tu castigo va a ser conseguir exactamente lo que quieres!"
El rostro desconcertado del mayordomo hizo que el jefe disfrutara.
“¿Crees que esto es fácil? Encontrarás que no lo es. Hay que mantenerla lleno de deseo mientras necesite, y esos gatitos necesiten, su leche ". Coloca a la mascota sobre el mayordomo. Siente la polla y se mece sobre ella. "Ahora chupa. Tú ya le has soltado tu semen así que tienes que pensar solo en que traiga leche y siga estando necesitada... Ahora ya sabes que siempre estoy mirando y que ya te he pillado dos veces. Si hay una tercera vez serás ¡historia!" Dijo esa última palabra de tal manera que el mayordomo se quedó preguntándose si esto iba solo por su empleo... su VIDA podía estar en juego ahora.
No pensaba mucho más mientras ella se escurría y deslizaba arriba y abajo por su vástago. Empezó a chupar. Chupaba con todas sus energías. Mientras chupaba ella bombeaba cada vez más fuerte. Oh, no, pensó. La expulsó de su polla, con todo lo que la deseaba. Tuvo que sujetarla de las caderas justo encima de su polla. Era fuerte pero no tanto.
Vio que estaba cerca de la mesa de modo que le levantó el trasero para posarlo en el borde de la mesa. Hizo todo eso sin dejar que el pecho de ella se le saliera de la boca. No podía apartarla mucho sin soltarla, de modo que su brazos la sostuvieron. El jefe disfrutaba de la escena. No podía quedarse fuera y esos gatitos necesitaban su leche, ¡él también! Así que se inclinó y tomó el otro pecho. Ambos hombres se miraron mientras se amamantaban a dúo. Estaba gimiendo de necesidad. Las manos del mayordomo evitaban que cayera, y también lo hacía el jefe, pero también tenía la mano entre sus piernas jugando con su clítoris y al escondite con su chocho mojado. Se apartó y le metió los dedos en la boca mientras todos continuaban chupando.
Los gatitos se estaban despertando. ¿¿Qué hacer ahora??
Se apartó para dejar al mayordomo a cargo de ella. Fue a buscar la crema, llenó las máquinas y se las enganchó. El mayordomo mantuvo el tubo fuera del camino mientras continuaba chupando. Le dolía la boca y necesitaba un respiro. La volvió a colocar en su regazo. Ella comenzó a moverse y a bombear. Dios, jefe, ¡mejor que se apresure!
Justo a tiempo, ¡vaya! El jefe la levantó y la llevó a la piscina. El mayordomo podía ver todo desde donde estaba, pero no podía hacer nada para ayudar. El jefe le ató los brazos hacia abajo, pero no se molestó con las piernas. Ella tenía tanta necesidad que se mantuvo con las piernas bien abiertas y preparada.
Vertió un pequeño charco en su coño y colocó dos gatitos allí. Sonrió al verlo. Luego colocó los otros dos sobre sus pechos. Ahora eran expertos y chupaban y tiraban para que les diera leche. La leche llegaba a través del tubo para recompensarlos. Cuando estaban llenos, los puso en la caja y dejó que los que estaban cerca de su coño terminaran la comida en sus pechos.
El jefe retrocedió. Su propia necesidad palpitaba. Se conectó a la máquina del agua y dejó que ella le chupara la polla. El mayordomo miraba con miedo, amor, lujuria corriendo y nublando su mente. Bajó la mano y se masturbó mientras miraba.
Los gatitos estaban exhaustos y se acostaron sobre sus pechos. Los pezones y los gatitos resultaban suaves y cálidos en sus piernas. Ella no se atrevía a moverse porque podía sentirlos allí y se sentía bien y no quería que desaparecieran aquellas cosas suaves. Sentía a gusto su polla mientras ella se bebía toda el agua, y luego todo él. Cuando se corrió, miró hacia el mayordomo justo cuando él también estaba disparando su carga. Hubo un gemido en estéreo. La tensión en la habitación parecía haber disminuido enormemente.
Se retiró solo para ver a su mascota satisfecha y dormida. En la piscina un charco con la corrida de ella. Oh no. Pero pensó en ello y le pareció que no estaba tan mal. Luego miró sus pezones. No se había fijado que su pecho era cada vez más grande. Allí habían pasado demasiadas cosas. Pero efectivamente habían aumentado en un par de tallas de copa. Los pezones parecían en carne viva pero justo en las puntas vio... ¡leche!
Le lamió el pezón, muy suavemente para no despertarla. No era el sabor de la crema. ¡Era el de ella/SU leche! ¡Oh, qué maravillosa mascota!