Su mascota, Cap. 3
Una reunión de trabajo, un buen momento para mostrar su dominio y obtener contrapartidas
Su mascota, Cap. 3
Título original: His Pet, Chapter 3 (Business Meeting)
Autor: Mindgames48@Hotmail.com
Traducido por GGG, septiembre 2020. En diciembre de 2003 traduje el capítulo 2 de este relato, pero no había encontrado los demás hasta ahora. No estoy muy satisfecho de esta traducción, tal vez sea un poco difícil incluso en el idioma original (inglés)
Si tienes menos de 18 años, no te molestes en leer esto. Si piensas que control mental, sadomasoquismo suave, sexo oral o anal o con juguetes, añadidos a la ecuación no son para ti, será mejor que busques otra cosa que leer. Para el resto de vosotros, por favor disfrutadlo y no dudéis en enviarme un correo electrónico con vuestros comentarios (¡Por favor, sed amables!).
Se puede archivar o reimprimir esto siempre que mi correo electrónico esté en él y si no se hacen cambios. Si tienes alguna sugerencia de cambios, házmelo saber.
Si quieres más, avísame.
Esta es solo la parte 3 de 6 pero siento que hay más hirviendo a fuego lento en el quemador trasero.
Mindgames48@Hotmail.com Juegos mentales para ti
Esto es fantasía, pura y simple (?). No hay ningún personaje en esta historia que esté destinado a representar a ninguna persona específica, ya sea de aquí y ahora o de otros tiempos anteriores, o en cualquier otro plano de existencia.
Dentro de esta fábula se encuentran acciones sexuales que incluyen: control mental, sadomaso ligero, juguetes sexuales, sexo oral y anal, en solitario, muchos hombres contra una mujer, caramba ¿y quién sabe qué más? Lo que hay aquí puede ser ilegal leerlo para cualquiera de nosotros. Ciertamente no debería ser leído por jóvenes de 18 años o menos o que sean impresionables, ¡y TÚ sabes quién eres! El autor no pretende ofender a nadie, por lo que si encuentras objetable cualquiera de las cosas anteriores no dudes en saltarte esto.
El autor es narrador de historias y le gusta jugar con los "qué pasaría si" y las posibilidades de la mente. A un escritor de novelas de crímenes puede afectarle mucho ver sangre y no haría daño ni a una mosca y puede simplemente fascinarle la intriga. De modo que el erotismo presentado aquí está escrito simplemente para eso. No representa necesariamente los deseos del autor.
Su mascota
Capítulo 3
Reunión de trabajo
No necesitaba las correas. Sabía que si la mantenía en este modo de deseo extremo ella haría cualquier cosa que él sugiriera. Las correas ayudaban a ese estado de deseo. Le hacía sentir más poder sobre ella y era una mascota tan maravillosa, que no podía permitirse que perdiera su estado de trance ni siquiera un momento.
Tiró de las correas con brusquedad para sacarla de la almohada y del posible orgasmo, siempre era difícil traerla de vuelta después de su poderosas explosiones y no tenía tiempo para reprogramar correctamente ahora. Tenía trabajo que hacer.
La hizo gatear tras él, las correas de las dos piernas le restregaban los pechos y había dejado que se enredara tanto como para hacer que la correa del collar le recorriera el cuerpo justo desde la entrepierna para que el movimiento hecho al seguirle la mantuviera estimulada. Pero a ella no se le permitía disfrutar de ello, era solo lo suficiente para mantenerla inclinada a ser obediente al dios de su mundo.
¡Qué hermosa vista! Increíble sabiendo de dónde venía y la vasta diferencia entre su antiguo yo lamentable y la belleza que él le había hecho ser.
La llevó a su oficina. Otra habitación enorme. En un extremo estaba el parque/perrera para ella. Le proporcionó un televisor con vídeo que reproducía sin parar sugerencias sexuales. Las sugerencias eran para mantenerla estimulada pero no permitirían el orgasmo.
En esta sala había equipo para hacer ejercicio, incluido el que usaba una revisión de un viejo artilugio que la gente compraba en masa en los años 70, aquel que se enganchaba alrededor del cierre de la puerta, y ella se convertía en su propia
marioneta levantando y bajando brazos y piernas para lograr un vientre más fuerte y fortalecer brazos y piernas.
También había una bicicleta, cuyo asiento era un vibrador hecho a medida para encajar exactamente en su clítoris, con un bulto que le entraba en la vagina y luego se expandía agradablemente para estar cómodo contra su trasero. El asiento vibrante
la tentaría si alcanzaba una cierta velocidad. Por supuesto que era una velocidad que siempre estaba fuera de su rango para que solo pudiera recibir este placer durante un par de minutos cada vez. Si bajaba demasiado la velocidad, el asiento se calentaría bastante. No lo suficiente para dañar sus delicados tejidos, lo suficiente para hacer que volviera a ponerse en marcha.
También tenía una cinta para correr para ella. Había un consolador enorme cerca del frontal de la cinta que estaba lleno de un brebaje que la mantenía hidratada, y motivada. La sugerencia hipnótica de que era la suya y de que él tenía algo
para ella la haría trotar para conseguirlo. Él miraba con atención en busca de signos de deshidratación, pero también mantenía los latidos del corazón al nivel adecuado para mantener a su mascota en el estado más sano y fuerte.
Por supuesto, fue más allá de lo que cualquier equipo de ejercicio había pretendido nunca. Insertó bolas Ben-Wah (N. del T.: se refiere a las conocidas como "bolas chinas") y un consolador con control remoto y añadió vibradores para cada pezón. Ahora, mientras se ejercitaba siguiendo las sugerencias de la cinta, él controlaba la estimulación de los vibradores, las bolas y el consolador. Esto la mantenía ocupada durante unas horas. La dejaba descansar entre series, con la orden de asearse durante estas pausas y permanecer inmaculadamente limpia para Él. Después de todo, nunca sabría cuándo podría querer lamerle el coño o los pezones.
Como si esto no fuera suficiente, tenía que retirar el consolador y meterse el dedo en el agujero y mostrarle, si se lo pedía, lo mojada que estaba. Por supuesto él se aseguraba de que se lamiera el dedo para limpiarlo. Era asombroso lo mojada que se mantenía. Casi siempre tenía un hilillo corriendo por sus piernas y dejaba manchas en el suelo, la almohada, la cama y en cualquier lugar donde estuviera. Sentía un deseo tan fuerte hacia ella. ¡Qué hallazgo!
Pero tenía trabajo que hacer. Se había ganado todo esto a través del trabajo duro y decisiones sabias y no estaba dispuesto a dejar que su devoción por su mascota se quedara a medias. Él le dio unas palmaditas en la cabeza y le susurró cómo le encantaba verla haciendo ejercicio y aún así deseándolo a él.
Tenía que hacer llamadas telefónicas, seguimiento de pedidos. Y ahora era el momento de prepararse para una reunión de trabajo. La había reservado para la 1:00. Sería justo después del almuerzo pero antes de la hora de la siesta.
A los miembros de la junta les encantaba tener las reuniones en su casa. No solo eran tratados con un paseo en limusina, los mejores vinos, servidos por su mayordomo bien pagado, sino por la oportunidad de ver y jugar con su mascota.
Durante la reunión tenía que tener toda su atención. Corrió la cortina alrededor del corralito y dejó que su mascota descansase con las gafas hipnóticas llenando sus sentidos con lo que tenía que hacer cuando se le pidiera. Tenía el control remoto que la estimulaba junto al control remoto del proyector para la presentación en power-point.
Los hombres vestidos con sus trajes de trabajo de clase alta entraron y tomaron asiento. Comenzó con la presentación y la mantuvo activa y con un montón de preguntas para fomentar la participación de la audiencia y mantener su mentes cautivadas por lo que realmente querían ver. Cada vez que cambiaba la diapositiva, presionaba su control remoto y le enviaba 3 segundos de estímulo. No lo suficiente para ponerla a tope, pero lo suficiente para mantenerla mojada.
Después de la votación y con el trato asegurado, se fue detrás de la cortina. Sabían que pronto les sería presentada y todos los hombres tenían una erección anticipada. No solo la estaba controlando a ella, sino también a ellos. Se vanagloriaba de tener este poder.
Tras la cortina, le quitó amorosamente los vibradores y le dio masaje en pechos y pezones y se los besó y antes de que pudiera empezar a darle vueltas le quitó el consolador y le acarició suavemente el chocho hambriento, lamiéndola y devolviéndole su deseo en besos llenos de hambre.
Solo durante estas sesiones se le permitía a ella estar de pie. Las instrucciones eran sentarse en el regazo de cada hombre hasta que su parte delantera estuviera mojada y hubiera tenido la oportunidad de acariciarla. Estar en la junta era un privilegio que ninguno de los hombres quería perder puesto que sabían hasta dónde se les permitía ella llegar con ella... sólo lo suficiente para satisfacer sus necesidades. Sacarían de ello su disfrute.
La puso de pie, dejándola de rodillas el tiempo suficiente. para que frotarle la polla erecta por la cara y los labios. Ella lo deseaba tanto. Haría cualquier cosa por él. Le dio unas palmaditas en la cabeza e hizo que se levantara del todo.
"El almuerzo fue maravilloso, ¿no es así, mascota?" Sabía que ella casi se había corrido cuando se había corrido él pero, como de costumbre, se lo había negado. Ahora estaba tan cachonda que no podía pensar más que en su enorme polla, sus maravillosas manos y su sonrisa complacidas cuando lo había hecho bien.
Le quitó las correas, ella era SUYA. "¡Hora de regazos! Te sientas encima de cada caballero. Quédate en él hasta que yo te ordene que te muevas. Déjale hacer lo que desee. Sabes que nunca dejaría que nadie te hiciera daño. Te amo, mascota mía."
La llevó fuera por su puro deseo por Él. Las sillas estaban ahora en círculo ya que los hombres no querían perder la oportunidad de verla. La guió al hombre que ocupaba la posición más alta en su negocio y lo recompensó primero.
Ella no deseaba a ninguno de ellos. Solo lo quería a Él. Se volvió hacia él y se aferró. Lo besó, bajó por su cuerpo, hizo una pausa para adorar su polla tiesa encerrada en sus pantalones.
"Ahora no, mascota mía". Le susurró. Ella se inclinó ante él, besando sus piernas, rodillas, tobillos y finalmente se inclinó totalmente a sus pies.
Todas las pollas de la habitación palpitaban al ver a esta mujer desnuda y la visión completa de su coño y culo mientras le besaba los pies.
Se inclinó y la levantó con amor. "Primero esto, mascota". La besó en la frente y le hizo darle la espalda. La rodeó con los brazos y jugó con su mascota frente a los hombres. Ella temía a todos aquellos hombres de traje y al hambre de sus ojos. Jugó con sus pezones hasta que gimió. Los hombres gimieron. Le pasó la mano entre las piernas que ella abrió para él y empezó a restregarse con su mano. Le pellizcó amorosamente el clítoris. Los hombres babeaban. "Vete con este primero. Este es un buen coño".
Se la entregó a su director ejecutivo, secándose la mano húmeda en la corbata del hombre. Las manos del hombre temblaban cuando la aceptó en su regazo. Sintió el abultamiento debajo de ella. Solo tenía ojos para él siguiendo cada una de sus órdenes no habladas. El director ejecutivo le acarició el cabello como le habían dicho. Ella se volvió más dócil. Le había ordenado separar las piernas para que los otros hombres pudieran ver. El director la rodeó con los brazos y le acarició los pechos, los pezones que estaban incluso más tiesos de lo habitual. El bulto debajo de ella palpitaba contra su chocho y ella lo meneó. El deseo en los ojos del hombre era casi cegador y sabía que no podía tenerla. Entonces le acarició los costados y caderas, la barriga y ella ronroneó y se meneó más.
El director ejecutivo soltó su carga en los pantalones. Y una sonrisa avergonzada se extendió por su rostro mientras gentilmente la levantaba y pasaba a su compañero de la izquierda. Él la sigue mirando y ella sigue Sus ojos y se sube al regazo de siguiente tío.
Los hombres que observaban desde el otro lado de la habitación eran incapaces de contenerse y se habían bajado las cremalleras y se estaban masturbando, y cuando el CEO se corrió, ellos también lo hicieron. Les escoltaron de inmediato fuera de la habitación y no se les permitiría asistir a las próximas reuniones por su aparente falta de control en este asunto y porque podría también suponer incapacidad en el funcionamiento de los negocios. Quería solo aquellos con control. Sentía lástima por el director ejecutivo porque sabía que no podía evitarlo, pero al menos refrenaba su deseo de follarse a la mujer que tenía en su regazo dejando su polla escondida donde correspondía.
Ella consiguió unos buenos sobeteos, acariciada a fondo por todos los hombres y complaciendo a su chocho en cada regazo. Ningún hombre se fue sin que sus pantalones estuvieran empapados por ella y su propio semen. Sin embargo, no se le permitió, ni tampoco lo deseaba, tener un orgasmo con ninguno de ellos. Sólo con él.
Cuando se fueron, supo que era el momento. La llevó a su cama. Apoyado su cabeza y le permitió dar placer a su polla. Le bombeó la cara como lo haría con su chocho, pero sin permitirse su propia liberación. Ella la deseaba y quería atraerlo a ella sintiéndolo crecer dentro de su boca.
Él se retiró. Vio su frustración. Se limpió la polla húmeda en su rostro mientras ella tiraba de él con la boca abierta. Restregó su polla cuello abajo y por todos sus pechos, pezones y llevándola hasta su coño. Oh, cómo amaba Su poder sobre ella. El deseo llegaba en lo más profundo de ella siendo como ella abrió las piernas y colocó su coño para su placer.
¡Oh, por fin! Tenía el coño más apretado y húmedo del mundo y él había hecho que fuera así. Él era el creador de su universo y de su cuerpo y sintió lo maravilloso que era eso. La bombeó hasta que ella se corrió y volvió a correrse. Pero no había terminado con ella. Le dio la vuelta. Ella conocía la rutina. Alzó el culo en el aire con las piernas abiertas para él.
Le metió la mano entre las piernas para sentir su maravillosa polla y sus huevos. Le gustó sentir las manos, pero esta vez él quería realmente follársela por el culo y que lo disfrutara. Colocó las manos de forma que dos dedos entraran en su chocho y su otra mano jugara con su clítoris mientras lentamente se apretó contra su estrecho agujero. La atrajo hacia él y por sus el movimiento de sus caderas supo que ella estaba de nuevo a punto. La hizo aguantar todavía. La rodeó con los brazos hasta sus pechos casi aplastados contra la cama y los usó como agarraderos para mantenerse firme. Entonces empezó a jugar con sus pezones. Ella no pudo contener el orgasmo que siguió. Su potencia la envió fuera de su cuerpo. Mientras él veía su deseo explotar. Explotó él con todo lo que tenía para ella. La dejó colapsar sobre su vientre y se acostó sobre su espalda.
¡Esta era su mascota para siempre!
Mientras estaba inconsciente, volvió a colocarle las correas y se subió amorosamente a la cama para limpiarla y masajear sus músculos cansados. Luego se acostó detrás de ella, abrazándola. Era toda SUYA. Iba a cuidarla de forma excelente.