Su mascota
Una conversación inocente con unos amigos dispara una oportunidad para vivir un sueño. Historia ficticia.
Estaba tomando unas cervezas con un par de compañeros de la facultad, Carlos y Estefanía. Los tres entramos el mismo año en la Universidad, Estefanía había ido al instituto conmigo y nos sentamos juntos en clase, eso nos hizo ser buenos amigos.
Habíamos acabado los primeros parciales y llevábamos ya varias rondas de cervezas, contábamos anécdotas para reirnos, Carlos comentó algo sobre un tipo que se había hecho cirujía para parecer un lagarto, envalentonados como estábamos por los efectos del alcohol, no dejábamos de reír. Entonces Estefanía comentó que una amiga suya, de la panda de siempre (yo me preguntaba quien) había puesto un anuncio buscando un chico que quisiera ser su mascota. Carlos no podía parar de reír, Estefanía le siguió y yo me reí forzadamente, porque me interesó eso, tenía esa fantasía desde hacía unos años.
Entre risas y bromas intenté sacarle el nombre de esa amiga, pero o no me escuchaba o no quería decírmelo. Así que por miedo a descubrirme por mi insistencia dejé el tema pensando que ya buscaría en facebook a ver si lograba sacar quien era. Pero bueno, seguimos hablando hasta que la novia de Carlos entró y éste se despidió de nosotros. Contemplamos como salían del local.
Entonces Estefanía como de pasada me dijo que la amiga era Raquel. Traté de encontrar quien era Raquel, pero la verdad es que Estefanía se movía con una gente distinta a la que salía conmigo.
Dos días después había contactado con Raquel, quedamos en vernos, me citó en su casa y eso me extrañó. Vivía a cinco minutos de mi propia casa.
Al llegar a su casa, me dijo la dirección. Apareció un chico que no conocía de nada. Pedí perdón y me preguntó ¿que a quién buscaba? Le dije que a Raquel y me dijo que pasara.
Entramos en el salón y allí estaba Raquel, me sonaba de haberla visto alguna vez por donde nos movíamos pero no me sonaba del instituto. Nos presentamos, le dije lo que me habia contado Estefanía, ella me dijo que sí, que era correcto y me dijo lo que ofrecía.
.- Mira, yo novio tengo, lo que quiero es una mascota, un hombre que sea mi perro.
Yo miré al novio que puso una cara rara, negando, parecía que la idea no le gustaba nada.
.- Raquel, yo es lo que fantaseo, y me gustaría probar - digo esto y el novio se levanta, dice que va a dar una vuelta y sale de la casa cabreado.
.- Bueno Manuel, una cosa es que tengas la fantasía, yo es lo que ofrezco y prefiero que seas tu o alguien conocido. Te conozco de vista y sé que eres amigo de Estefanía. Piensa que si aceptas no te dejaré hablar, tendrás que ir a cuatro patas, llevarás un collar y yo la correa, comerás lo que te ponga en tu cuenco y harás tus necesidades como un perro.
.- Está bien Raquel.
.- Manuel, si aceptas y te acepto, tendrás que dejar la facultad y desaparecerás para tus amigos. Piénsatelo.
.- Vale Raquel, pués en unos días te digo algo - me levanté, un par de besos y salí
Tres días después volví a su casa, me abrió ella.
.- ¿Ya has tomado una decisión?
.- Sí Raquel, quiero probarlo.
.- Pués pasa Manuel.
Me hace pasar hasta su dormitorio, me enseña el collar, la correa, los cuencos de comida, arneses para fijarme brazos y piernas. Salimos de la habitación y me lleva al pequeño jardín trasero. Allí en el rincón más alejado han colocado un retrete raso, con tapa.
.- Aquí te traeré para que hagas tus necesiddes, siempre te traeré a la misma hora.
Volvemos dentro, al salón y me indica que además deberá llevar siempre un aparato de castidad para envitar que vaya ronzándome por todas partes.
Me pongo a pensar, a pensármelo de nuevo.
.- Bueno Manuel, si aún estás dispuesto a ser mi mascota ve a mi dormitorio y desnúdate.
En su habitación aún tengo mis dudas, pero quiero probar si esa fantasía mía puede ser hecha realidad. Me desnudo y espero. Ella entra.
.- Bien Manuel, yo como dueña tuya te cuidaré y te protegeré.
Me tiende el aparato de castidad y me pide que me lo ponga. Me lo pongo pensando en lo que ha dicho, mi dueña, pero me atrae la idea de ser pertencia de una mujer.
.- Bien, ahora túmbate bocarriba - me tumbo sobre la alfombra y me pongo bocarriba.
Veo que coje las correas.
.- Dobla las piernes, junta los pies con las rodillas. - Lo hago y me pone el arnés en la pierna izquierda y luego el de la pierna derecha y así me quedo incapaz de volver a ponerme de pie.
.- Ahora los brazos, lleva las manos a tus hombros - En un momento tengo los brazos fijados a los antebrazos.
.- Date la vuelta, ponte sobre codos y rodillas, que ahora serán tus patas.
Se agacha, me levanta la cabeza y me da un beso en la frente.
.- Bien perrito, ahora te pondré tu collar. Desde este momento no se te ocurra hablar, ahora sólo puedes ladrar, gimotear y llorar como un perro.
Se pone en pie y coge algo, me traba el collar, es un collar redondo, metálico.
.- Ahora te engancharé la correa y daremos el primer paseo. Pero antes te mostraré una cosa.
No sé lo que hace pero una descarga eléctrica hace que todo mi cuerpo tiemble de dolor.
.- El collar es un collar de castigo, al principio será necesario me temo. Si desobedeces, ya sabes.
Engancha la correa y sale de la habitación tirando de mi.
En este punto diré que Raquel es una chica atlética, bajita, alrededor de 1,60. Rubia y ojos claros. Ahora mismo sólo veo sus sandalias.
En el salón se sienta en el sofá. Tira de la correa para acercarme.
.- Sígueme siempre, bueno, lo harás por la cadena, pero te ahorrarás castigos. Vaya donde yo vaya, tu vendrás siempre a mis pies. Dormirás en la alfombra, y el resto del día mientras yo esté en casa estarás a mis pies, cuando tenga que salir te encerraré en una jaula. Es decir, no te moverás si no es a mis pies.
.- Siempre que yo pare, como ahora, que estoy en el sofá y me pondré a ver una película, puedes echarte en el suelo, con antebrazos pegados al suelo. Si me levanto te levantas.
Sube las piernas al sofá dejando los pies colgando y se tumba. Me quedo pensando en su novio, ¿qué dirá su novio?
Pronto la duda queda resuelta, estoy adormilado en el suelo, cuando escucho que se abre la puerta. Al poco entra el chico que me abrió la puerta el primer día.
.- Alucino tía, al final este imbécil ha aceptado - protesta
.- No le llames imbécil coño - contesta Raquel, yo callado alucino
El chico, Toni, se tumba en el otro sofá visiblemente alterado.
.- ¿No es imbécil? ya me dirás que es.
.- Si él es imbécil, también lo soy yo
.- Tu estás tumbada en el sofá, vestida, el imbécil está desnudo y en el suelo
.- Joder con lo de imbécil. Yo quiero una mascota humana y el quiere ser una mascota humana. Si él es imbécil yo también lo soy.
Levanto la cabeza para ver el encuentro, pero Raquel me la baja con el pie. Oigo a Toni resoplar pero guarda silencio. La calma vuelve al salón y con ella mi aburrimiento, por lo que vuelvo a centrarme en nada.
Una pausa en la película, Raquel se pone en pie, rápidamente me levanto yo, sale andando y yo gateando detrás de ella, siento la mirada de Toni en mi trasero. Caminamos por el pasillo y entra en el aseo, espera a que entre yo y cierra la puerta.
Se baja su pantalón corto, se baja las bragas y se pone a orinar, yo tumbado a sus pies. Escucho la orina y pienso que es lo más raro que he vivido. Se limpia, tira de la cisterna, se pone la braga y se sube el pantaloncito. Da un tirón de la correa y abre la puerta del baño.
Vuelve al salón, con total naturalidad, conmigo gateando tras ella, con la cara a escasos centímetros de sus sandalias doradas. En el salón, otra vez una mala cara, se tumba en el sofá y yo me echo otra vez en el suelo.
.- Tía, pasa de esto por favor, es tan tan raro que no logro concentrarme en nada.
.- Mira que eres pesado, déjame ver la película y no te preocupes de mi mascota.
Toni se levanta, la mira con rabia, a mi me ignora.
.- Me das asco - le dice y sale del salón. A Raquel la escucho resoplar. Baja una mano y me acaricia la cabeza.
Así seguimos, hasta que la película acaba, cambia de canal, nada, al final se levanta, y yo con ella. Se encamina por el pasillo, al final entra en una habitación que no había visto antes, parace su estudio. Un par de grandes mesas, una de dibujo a la izquierda según entramos y un escritorio en la pared frontal, en la otra pared una estantería con libros.
.- Debajo del escritorio puse una alfombra, cuando yo esté estudiando o trabajando te meterás allí.
Y sin más, se sienta al escritorio. Yo gateo rápido a la alfombra. Con sus pies sobre la alfombra. Cuando me acuesto me quedo mirando sus sandalias que me parecen que realzan la belleza de sus pies. Le beso los pies. Ella me mira sonriendo.
.- Bien hecho perrito. Te tengo que poner un nombre, ya pensaré alguno.
Se pone a trabajar en su estudio, enciende una luz de escritorio y apaga la luz de la habitación. Engacha la correa a uno de sus tobillos. Yo me quedo mirando sus pies. Escucho que Toni regresa a la casa, entra en la habitación, me mira y niega con la cabeza.
.- ¿Qué te apetece cenar hoy? - pregunta a Raquel
.- No te preocupes, me haré una ensalada - contesta ella
.- Y, ¿para tu mascota? - me extraña que pregunte, no sé si la ha hecho para pincharla
.- No te preocupes por la mascota, es cosa mía. - le dice ella
.- Vale - se va de la habitación
La tarde se va mientras estoy bajo el escritorio de mi ama, ella salvo mirarme cuando le besé los pies, no me presta la mayor atención. Trabaja con mi correa fijada a uno de sus tobillos
.- Pufff - se agacha y saca la correa de su pie, yo estoy babeando por sus pies.
Da un tirón de la correa y me levanto para ponerme tras ella. Apaga la luz del escritorio y empieza a caminar, sin prestarme atención, con la seguridad que le da la correa. Entramos en la cocina, saca algunas cosas del frigorífico y luego de un armario, se prepara su comida, yo voy de un lado a otro de la cocina según ella se mueve.
.- Toma perrito - la miro y me hace morder la correa, ella coje una bandeja con dos manos.
.- No te separes de mi perrito - sale de la cocina y me apresuro a ir tras ella, con mi altura lo que veo son sus tobillos y talones, y la tira dorada de la sandalia que agarra el pie.
Vamos al dormitorio y se sienta en el sofá, al lado de Toni que vuelve a protestar.
.- Joder, que .... - se calla ante la mirada de mi ama.
Raquel deja la bandeja en la mesa, coge un bol y me lo pone delante, en el suelo.
.- Tu comida - me dice, miro y veo que hay yogur con un plátano troceado.
Ella coge la bandeja y se recuesta en el sofá, con las piernas dobladas, los pies quedan colgando del borde del sofá. Se apoya en Toni.
.- Toni, no seas tonto, tu eres mi novio y es contigo con quien tendré la relación que hemos ido llevando, el sexo. Él es solo mi mascota, que siempre me acompañará, ya no me quedaré sola cuando tu tengas que viajar, pero no es más que una mascota.
.- Es muy raro Raquel, entiende que lo vea raro - le dice Toni
.- Claro que lo entiendo, pero ¿no sentiste raro cuando te dije que quería una mascota humana?
.- Coño, creí que era una broma tuya.
.- Pués ya ves que no. Y si yo quería esto y él quería ser una mascota, entiende que los dos somos las dos caras de una misma moneda.
Yo me pongo a comer, intentando ignorarlos, aunque la correa que cuelga de mi cuello al sofá me diga que no puedo ignorarlo.
Cuando termina de cenar se levanta y sale para cocina, yo me esfuerzo por seguir su ritmo, aunque en cuanto veo sus pies me siento hipnotizado.
.- ¿Quieres beber?, contesta moviendo la cabeza, no se te ocurra hablar - Asiento con la cabeza.
Me pone un cuenco con agua entre sus pies y mientras bebo me acaricia el pelo. Cuando termino de beber me lleva hasta el jardín, hasta el bater. Y allí orino ante su mirada.
.- Espera que te limpio - y sin más un manguerazo y estoy limpio.
Luego de nuevo al salón, de nuevo a acostarme a sus pies mientras ella ve la televisión apoyada en Toni. Y el momento álgido de la noche, cuando se van a acostar, me lleva hasta su dormitorio, Toni entra primero y se queda mirando mientras entro pegado a su novia. Se desnuda, Toni protesta que lo haga delante mío.
.- Toni por favor, no empieces, él me va a seguir a todas partes, pero míralo, ¿crees que importa que esté desnuda?
.- Por decencia tía.
.- ¿No ves que no puede lenvantar la cabeza? No puede ver por encima de mis rodillas.
Toni niega con la cabeza
.- Me va a costar acostumbrarme a esto, ya creo que sí.
Mi ama se pone luego el pijama, con la misma traquilidad, y luego sale, yo gateo rápido tras ella, entra una vez más en el baño, vuelve a sentarse en el bater, ante mi cara cae su pantalón y su braga. Ahora está defecando, y hasta yo, aquí le doy la razón a Toni, esto me parece rarísimo, pero me tengo que quedar callado. Cuando termina gateo hasta el lavabo donde oigo el agua, la toalla y vuelta al dormitorio. Allí traba la correa a una pata de la mesilla.
.- Acuéstate en la alfombra - y obedezco
Así paso la primera noche, no duermo mucho, pienso en esto, en la convivencia con ellos, ahora con la luz apagada están en silencio, pero y si tienen relaciones, estaría yo aquí en la alfombra. Creo que debería hablar con Raquel y decirle que no puedo con esto, pero y si solo trato de mentirme y sí que puedo.
De alguna forma consigo quedarme dormido, encogido de frío. Me despierto cuando Toni se levanta, no me muevo, no quiero ni abrir los ojos, pero le veo rodear la cama y mirarme, yo me hago el dormido, veo que niega con la cabeza, sale de la habitación, le escucho moverse en el aseo, regresar a la habitación, vestirse en silencio y salir. El ruido de la puerta de casa. Y ya no puedo volver a dormir. Cada vez que me muevo la correa se mueve, eso me pone nervioso y vuelvo a moverme, trato de imaginar a Raquel durmiendo tranquila en la cama.
Unos minutos después noto como se despierta mi ama, baja las piernas de la cama y me las pone en mi pecho, entonces me mira, yo estoy mirando hacia arriba, el contacto visual me intimida y me veo desviando la mirada, entonces mueve un pie y me lo pone en la cara.
.- ¿Has pasado frío? - Levanta levemente el pie que aprisiona mi cara y asiento, luego vuelve a pisarme.
.- Vale, te taparé con una manta por las noches - me acaricia la cara con la planta del pie.
.- Venga perrito, en pie que me tengo que preparar - destraba la correa de la mesilla, y yo me pongo en pie. Veo como se calza las zapatillas. Gateo tras ella hasta el baño, allí de rodillas veo como se lava la cara y luego en el bater orina, yo no sé cuanto tardaré en habituarme a que haga sus necesidades fisiológicas conmigo delante. Se lava las manos y luego vamos a la cocina. Allí se prepara su desayuno, enciende la televisión, desayuna conmigo a sus pies. Como dijo, no me permite separarme de ella en ningún momento.
La sigo hasta el dormitorio, donde se desnuda, luego otra vez al aseo, allí me hace arrodillarme al lado de la ducha y esperar a que ella acabe, abre la puerta de la ducha y se seca, al agacharse para secarse sus piernas me mira y sonríe. Se seca los pies por último y se calza las zapatillas, se envuelve en la toalla y coge la correa y de vuelta al dormitorio. Allí sentada en la cama termina por secarse el cuerpo, luego saca de un cajón de la cómoda un secador y se pone a secarse el pelo, todo esto conmigo gateando de un lado para otro, de la cama a la cómoda, de la cómoda a la cama, arrodillándome cada vez que ella se sienta.
Se viste y veo que coge su portatil, lo mete en su mochila y entonces compruebo que hay un momento en que no tengo que seguirla mientras se mueve. Abre el armario y veo que en el suelo es donde está la jaula, ella la abre y me quita la correa.
.- Dentro perrito - entro en la jaula, realmente pequeña, entro más o menos justo. Ella cierra la puerta de la jaula y la cierra con un candado.
.- Bueno, te iba a decir que no te movieras mucho pero veo que tampoco puedes, ya solucionaré eso. No hagas ruido y sé paciente, cuando regrese de la uni te soltaré.
Diciéndome esto cierra el armario. Y así, en una oscuridad casi total, con una sensación de agobio alucinante, con todo el cuerpo entumecido. Con la boca seca, la sensación es horrible, el tiempo deja de tener sentido.
Cuando se abre el armario y me mira, noto la cara que pone.
.- Tendré que encontrar otra forma. - Abre el candado y me ordena salir, en cuanto me engancha la cadena jadeo con la lengua fuera. - Ahora te pongo agua. Se te han quedado marcados los barrotes.
Reniega con la cabeza y en mi interior me alegro que desapruebe el encerrarme en la jaula.
.- Te tendré que dejar fuera, atado y con acceso a un cuenco con agua. - me informa
Ahora sí, me lleva a la cocina y allí me deja beber de un cuenco con la huella de un perro dibujada. Se queda a mi lado, de pie mientras bebo, sujetando con firmeza la correa. Se agacha y me acaricia el pelo.
.- Vaya, estabas sediento. - Me gusta que me deje beber sin meterme prisa. Luego gateo tras ella hasta el dormitorio, donde se descalza, el olor que sale de sus converses es intenso, empalagoso, y ella lo nota.
.- Olfatea mis zapatos - yo dudo un momento, la miro, humillo mi mirada, entonces se toca en el reloj que lleva y un violento chasquido en mi cuello me hace aullar de dolor. En cuanto me recupero meto la nariz en su converse y olfateo sonoramente.
.- Obedece siempre a la primera y te ahorras el dolor - me dice con total tranquilidad, sin ninguna muestra de enfado.
Me tiene un par de minutos con cada una de sus zapatillas converse. Cuando tira de mi para que saque la nariz de las zapatillas estoy algo intoxicado pero no puedo negar que me ha gustado.
.- Venga goloso, ahora te dejo que me huelas los pies, pero en el salón.
Y dicho y hecho, tras calzarse las zapatillas de andar por casa camina hasta el salón y yo, ya me estoy acostumbrando, a ir tras ella, hasta el salón, donde enciende la televisión aunque coge un libro y se pone a leer. Yo quedo en el suelo, acostado, y como me dijo, me pone los pies delante de la cara.
.- Anda, olfatea mis pies que he visto que te gusta el olor - y cuando pongo la nariz en sus pies me dice:
.- Ya sé como te voy a llamar, desde hoy, responderás al nombre de Roko - vaya nombre, pienso. - Te haré llevar tu nombre colgado de tu collar.
.- Ah Roko, se me olvidaba, hoy he desayunado con Estefanía y le he dicho que ahora eres mi mascota - me siento morir, literalmente, ella lo nota - vendrá a verte, seguramente esta tarde. No temas Roko, que no se lo dirá a nadie.
Y me olvida, se centra en su libro y yo sigo olfatenado sin pensar en ello, sólo pienso en mi amiga, en que estará pensando de mi.
Sin decirme nada, unos minutos más tarde, sube los pies al sofá y se acuesta, baja un brazo y chasquea los dedos, me arrastro los pocos centímetros que me separan de su mano, ella me acaricia la cabeza.
.- Descansa Roko - me dice, se queda así, con su mano en mi pelo hasta que se duerme y unos minutos más tarde, supongo, me quedo dormido yo así de cualquier modo, en el suelo.
Me despierta tan sólo unos veinte minutos más tarde.
.- No te preocupes Roko, me voy a poner a estudiar y podrás dormir bajo mi escritorio.
Se calza y gateo tras ella hasta el cuarto que usa de estudio, allí como me ha dicho me hace sitio para que me meta bajo el escritorio y luego ella se sienta cerrándome así la salida. Allí me acuesto, ella se descalza y me pone los pies en la espalda.
.- Roko, ¿has visto cuando se fue Toni? - veo que agacha la cabeza para mirar por debajo de la mesa, yo asiento.
.- Regresará a casa pasadas las ocho de la tarde, por eso necesitaba una mascota, y me atraía la idea de una mascota humana.
Agradezco la explicación, pero la verdad es que no la necesitaba. Me sigue mirando, yo trato de decirle que lo siento encogiendo los hombros, ella me sonríe y quita uno de sus pies de mi espalda y me lo pone en la cara.
.- Anda, intenta dormir. - Pero no tengo sueño, como puedo le doy un beso en el talón del pie que tiene en mi cara, ella vuelve a mirar bajo la mesa.
.- Vaya, no solo te gusta olerlos - se ríe - ¿te gustan mis pies?
Yo asiento, ella se vuelve a reír.
.- Además de mi mascota vas a ser mi adorador de pies - ahora me pone los pies delante y con miedo a ganarme una riña le lamo primero el dedo gordo de un pie, no me riñe, entonces sí me pongo a lamerle los pies. Deja de mirarme, se centra en sus estudios y yo en lamer sus pies.
Me tiene así al menos durante, calculo, unos cuarenta minuros, tras los cuales retira los pies, se calza, enlaza los pies por detrás de la pata de la silla. La imagino inclinada sobre lo que esté estudiando, y me pregunto ¿qué estoy haciendo?. Estoy matriculado en el tercer año de la carrera, me guta y llevo buenas notas y lo voy a dejar todo. Y así paso las horas, ¿qué más puedo decir?, mientras ella estudia tengo sus pies delante.
Me estoy adormilando pero el tono de una llamada móvil me espabila. Escucho a mi ama hablar, calentándose.
.- Vale vale, pero así ¿cómo puedes no entender que yo quiera tener mi mascota?
.- Bueno Roko, Toni no llegará antes de las dos de la mañana. - Le beso los pies, dos besos largos, buscando consolarla si es que eso es posible. Ella lo agradece, me hace salir, para lo que ella tiene que apartar la silla, cuando salgo me rasca la cabeza.
.- Espera ahí Roko, que te enganche la correa. - Veo como apaga su ordenador, cuadra sus apuntes, mete la silla, apaga la luz, y echa a andar, yo a gatear con ella.
Me lleva a la cocina, allí se pone a recoger cosas del frigorífico durante varios segundos, después va la encimera, allí se pone con la batidora. Después la veo con una cacerola que introduce en la nevera. Luego con la bandeja en las mano.
.- Roko a mi lado, no puedo llevar la correa, así que no te separes de mi. - Recordando los latigazos que me da el collar pongo verdadero empeño en obedecer. Pero sin llevarme con la correa va mucho más rápida que yo, ella se gira y me mira, yo tiemblo pensando en otra descarga, pero ve que voy todo lo rápido que puedo.
.- Tranquilo Roko, lo estás haciendo bien. - Y la verdad es que sí, me tranquiliza.
Se sienta a la mesa y deja mi cuenco de comida bajo la mesa, a sus pies.
.- Venga Roko, a comer - me meto bajo la mesa y veo que es un puré de verduras, la verdad, es que no puede saberlo, pero es uno de mis platos favoritos.
.- Ahora cuando terminemos te pondré agua y luego iremos al jadrín para que haga tus necesidades Roko, siempre será a la misma hora, piensa en eso.
Estamos comiendo cuando suena la puerta.
.- Ostras - dice mi ama - Roko conmigo, será Estefanía, no me acordaba.
Tiemblo de miedo, me da pavor ver a mi amiga. Con la correa me lleva a la puerta, agradezco que me deje en el lado para donde se abre la puerta. Aún así pregunta antes de abrir.
.- Soy yo Raquel - siento que me muero, es ella, Estefanía.
Mi ama abre la puerta, Estefanía entra, se cierra la puerta y ahí estoy yo, a cuatro patas al lado de Raquel. Veo como ellas se besan.
.- Dios santo Manu, no puedo creermelo - me dice Estefanía que se agacha y me da un par de besos. Yo le beso los pies, y vamos de vuelta al salón.
Mi ama le cuenta como llegué a su casa preguntando por ella, el recibimiento por parte de Toni, el ofrecimiento que me hizo ella y mi segunda visita, como acepté convertirme en su mascota.
.- Por eso tenías tanto interés en saber que amiga había puesto el anuncio Manu, ¿de verdad te gusta esto? - yo en silencio, digo que sí moviendo la cabeza.
.- No tiene permiso para hablar Estefanía - le informa mi ama - y como perro se llama Roko, por favor, llámale así para que se acostumbre a eso.
.- Ok Raquel, pero ¿y la carrera?, ¿la vas a dejar? - yo asiento
.- Sí, fue una de las condiciones que le puse, no poder salir de la casa, a no ser que sea conmigo.
.- Pero cuando tu vas a la facultad, ¿qué hace él?
.- Pués hoy lo dejé encerrado en una jaula, pero es demasiado pequeña, mañana lo dejaré encadenado con la correa en algún sitio.
.- Joder, ¿por qué no dejas que vaya a la facultad por las mañanas? y que luego venga aquí a seguir siendo tu mascota.
.- No sé, la verdad Estefanía que no lo había pensado. - dice mi ama
.- Tía que es de los mejores de su promoción, en tercero ya, deja que acabe.
.- Es que eso de ser medio día mascota, medio dia estudiante, además en casa no podrá estudiar.
.- Si él apenas toma apuntes, si se queda con todas las explicaciones, deja que lo intente Raquel, yo me encargaré de que siempre esté aquí a la hora.
.- Bueno, lo tengo que pensar Estefanía, ¿quieres cenar? Tenemos puré de verduras.
.- Vale, así podemos hablar, ¿y Toni? -
.- No vendrá, seguramente hasta la mañana.
.- Joder tía.
.- Por eso tía, por eso quería tener una mascota, sueño desde hace mucho con eso. - luego me mira a mi, suelta la correa - Roko continúa con la cena.
Yo gateo hasta ponerme debajo de la mesa y me pongo a comer, no puedo evitar sentir vergüenza por Estefanía, por que ella pueda verme comer como un perro, entonces pienso que estoy desnudo, que estoy a cuatro patas.
.- Bueno, no dejo que se separe de mi nunca, salvo ahora por ejemplo que iremos a la cocina y te pondré tu plato, siempre, siempre está pegado a mi.
Van hablando de camino a la cocina, yo continúo comiendo aunque la verdad es que he perdido el apetito.
.- Roko ven - me llama mi ama y me veo obligado a ir a la cocina, allí las veo apoyadas en la encimera, mi ama me pone el cuenco con agua.
.- Bebe venga, ahora terminarás de cenar cuando vayamos nosotras.
.- Tía, ¿qué lleva puesto en los huevos? - pregunta Estefanía, lo que vuelve a hacer que sienta como me empequeñezco, pero hundo mi boca en el bol del agua. rojo como un tomate.
.- Un aparatito para que no vaya teniendo erecciones inadecuadas - ante la mirada de Estefanía mi ama continúa - piensa lo que te he dicho, no se separa de mi nunca. En la ducha me ve desnuda, duerme en la alfombra al lado de mi cama, le acaricio como a un perrito y vaya, le gusta olerme y lamerme los pies. Así no puede tener erecciones a no ser que yo se las permita.
.- Vaya, eso teniemos que ponérselos a más de uno - dice Estefanía y ellas se ríen.
.- Y ¿qué más haces con él? - mi ama debe poner una cara extraña porque Estefanía trata de concretar más - me refiero, ¿eres una sádica? o ¿es él un masoca?
.- No, no, no soy sádica y no sé si es mascoquista, no creo que lo sea porque le he dado dos descargas y no las ha disfrutado mucho que digamos.
.- ¿Descargas?
.- Sí, mira. Roko ven, delante mía - me pongo donde me indica y me encojo de miedo. Al momento siento la descarga, me convulsiono completamente, ahogo un grito y caigo al suelo.
.- Esas descargas, las uso como castigo, por si tengo que darle una orden más de una vez, o si se atreve a separarse de mi, pero vamos la primera se la di para enseñarle lo que era, la segunda porque tardó en obedecer una orden y la tercera la acabas de ver.
.- ¿Qué orden desobodeció?
.- Le pedí que oliera mis zapatos, apestaban, pero tras la descarga los olió y así descubrí que le excitan los pies.
Estefanía se agacha, me acaricia la cara.
.- Joder Manu, digo Roko, no me podía imaginar esto, no de ti, el genio de las mates, el mejor jugador del equipo de la facultad, uno de los tíos que están más buenos de la facultad y te gusta esto.
Yo la miro y me econjo de hombros.
.- Joder, venga Roko, puedes contestarle - me autoriza a hablar mi ama
.- Gracias ama - digo en primer lugar. - Estefanía ¿cuántas novias mías conoces?
.- Que te hayan durado ninguna
.- Por eso, seré todo eso que has dicho de mi, y sí las mates se me dan bien y el baloncesto también, pero sin esto que hago aquí, me siento vacío. ¿Crees que quiero dejar de jugar al baloncesto? o ¿qué quiero dejar la carrera? o ¿qué quiero perder a mis amigos, mis libros, mi música? No quiero Estefanía, pero esto que tu amiga me ofreció me llena mucho más que todo el resto, todo lo demás son satisfaciones mías, ésto es una satisfación mía, pero también de Raquel. No puedo explicarlo mejor.
Mi ama me reclama para que me acerque más a ella. Me pego a ella, me coge de la cabeza y me da un beso en la boca que me sorprende. Luego me dice que no vuelva a hablar.
.- Ya sabes porque lo hace Estefanía, no puedo darle esas cosas y a la vez hacerle ser mi mascota. Escuchará la música que escuche yo, que no sé si es la que le gusta a él
.- No, no es la que escuchas tú. Él escucha punk y heavy.
.- ¿En serio Roko? - me mira y asiento con la cabeza.
.- Pero déjale que acabe la carrera, así si algún día te cansas de ésto él tendrá su título, no le niegues eso por favor Raquel.
Mi ama me soba el pelo, me lo revuelve.
.- ¿Te comprometes a llevármelo todos los días a mi facultad?
.- ¿Yo?, tía puede ir solo
.- Es mi condición Estefanía. Yo salgo treinta minutos después que tu, él está en tu clase, ¿verdad?
.- Sí, está en mi clase.
.- En treinta minutos os da tiempo ir a mi facultad. Al menos los primeros días acompáñalo tu.
.- Vale, le dejaré ir, pero Roko, irás con el aparato de castidad, irás con el collar. -Me limito a asentir.
.- Roko - me suelta la correa del collar - ve a mi habitación, no te muevas de allí.
Yo obedezco la orden, gateo hasta su habitación. Unos diez minutos después me llama de nuevo, acudo a ella, ya están en el salón, cenando. Me pone la correa y me manda a terminar la cena.
.- Si no la quieres por estar fría la puedes dejar. - Pero no la voy a dejar, necesito comer.
Cuando termino el cuenco, espero pacientemente a que ellas terminen también. Mi ama se agacha y recoge mi cuenco, lo pone en su bandeja y se levanta.
.- Deja que lo lleve yo Raquel - se ofrece Estefanía.
.- Vale Estefanía, te espero para sacar a Roko al jardín.
En el jardín me lleva al bater que me enseñó el primer día, ante la mirada de las dos amigas tengo que hacer mis necesidades, es lo más humillante que he hecho.
.- Coge la manguera esa Estefanía - mi amiga la coge - enchúfale en sus partes y en el ano para limpiarlo.
Puff, lo segundo más humillante, una amiga que conozco desde siempre, desde que tengo cinco años, que ha estado en mi casa, que yo he estado en su casa, a la que he dado clases de mates, con la que he jugado a mil juegos, de niños, de adolescentes y de las primeras salidas a discotecas, ahora tengo que poner el culo en pompa para que me enchufe el agua a presión de la manguera.
.- No puedes imaginarte lo que es para mi tenerlo como mascota, tenerlo siempre pegado a mi, estudiando, en el aseo, para orinar, para cagar, para lavarme los dientes, la manos o darme una ducha, cuando duermo y cuando como, cuando veo la televisión o cuando quiero leer. Siempre está a mi lado.
.- A todo eso es a lo que quiero acostumbrarlo, y ahora va a estar cinco horas que no lo controlaré. Por eso tía tienes que controlarlo tu, no le dejes ir a los servicios en la facultad, no dejes que se separe de ti, por favor, es la única forma de poder mantener algo de la disciplina que quiero. En la cafetería si tu vas, que te siga, pero no le dejes comer nada.
Yo a cuatro patas oigo eso y pienso que en la facultad estaré bajo el control de mi amiga, eso puede ser más raro, estar en la cafetería con ella, con el resto y ser el único que no tome nada. Pero escucho como Estefanía asiente
.- Está bien, lo controlaré.
Un momento después Estefanía se va, acompaño a mi ama hasta la puerta para despedirla, lo hago besando sus pies y ella responde dándome un par de besos a la altura de los tobillos de mi ama.
Luego gateo tras mi ama hasta el salón. Se pone a ver una película, y me pone los pies encima.
.- Roko no me gusta esto, pero es cierto que tampoco me gusta que dejes la carrera aunque lo ideal sería no dejarte salir de casa. Me tienes que prometer que obedecerás a Estefanía y que ante todo me obedecerás a mi.
Yo asiento.
.- No Roko, con palabras.
.- Prometo que seguiré sus órdenes, prometo que intentaré que la facultad trastoque en la menor forma posible esto. Como le he contado a Estefanía, yo necesito esto para ser feliz, necesito esto o - hago una pausa tratando de es buena idea decirlo.
.- ¿O? - me apremia mi ama
.- o visitar un psicólogo, pero no creo que esté loco, no sé que siente usted ama, pero sé lo que siento yo siendo su mascota, me siento más próximo a una mujer de lo que me he sentido jamás y no quiero perder eso.
.- Bien Roko, yo siento algo parecido, no es exactamente lo mismo, pero sí muy parecido. - Golpea el sofá con una mano, a su lado. Yo apoyo los brazos, los codos en el sofá.
.- Le he dicho a Estefanía que te controle en todo momento, que vigile que no vas al servicio, ¿podrás aguantar sin ir al servicio?
.- Sí ama, creo que sí podré.
.- Si un día lo usas y me entero, te castigaré pero además para seguir yendo a la facultad te pondré pañales.
.- Además no quiero que ocultes de ningún modo el collar y aunque para mañana no me da tiempo hacer nada, te diré cada día la ropa que deberás llevar, a mi gusto, no al tuyo.
Hace una pausa larga, en la que parece que se ha olvidado de mi, luego me acaricia el pelo, estira las piernas sobre el sofá y me pone los pies encima.
.- Quiero a Toni, le amo, pero me desespera, sale tarde del trabajo, llega de mal humor, a veces llega borracho, otras desaparece varios días, cada vez es más dificil contactar con él. Por eso decidí hacer real el sueño que tenía desde hace unos años. Por eso no puedes fallarme.
Yo me limito a besar sus pies, a besar sus piernas, y ella no me impide.
Cuando vamos al dormitorio, hace como me dijo que haría, me ordena acostarme en la alfombra, entonces me pone una manta encima. Ella se mete en la cama, apaga la luz. Y yo con los nervios, con la visita de Estefanía, con volver a la facultad, que sólo he faltado un día, pero ir sabiendo que mi mejor amiga estará allí y sabiendo lo que siento me asusta y sabiendo que tiene el encargo de controlarme, deja de asustarme, me acojona.