Su Majestad: EL COÑO

El tesoro más valioso de la mujer, hoy ofrecido a precio de saldo

Ruego humildemente a las señoras que lean esperpento no lo interpreten como un pensamiento fijo o propio, pues puedo jurar ante un altar que de machista no tengo nada. Para escribir este adefesio he intentado ponerme en la mente de una mujer, pero jugando con la ventaja de que soy hombre y puede prever las dos reacciones.

Este escrito es simplemente una reflexión ante mi mismo sobre los tan gastados veredictos de las relaciones mantenidas entre el hombre y la mujer a través de la historia.

¡Si...si...! ya sé que la mujer ha sido esclavizada, humillada, avasallada y tiranizada por el hombre, y yo maldigo sin paliativos a esos monstruos. Sin embargo...

... Se me ocurre hacer un balance de los resultados obtenidos por unos y otras en la "cruenta" contienda que han mantenido desde los albores de la humanidad; y creo que la mujer ha sido la triunfadora, ya que todos los grandes hombres desde Julio Cesar y Marco Antonio ante Cleopatra; Augusto ante Livia; Claudio ante Mesalina; Napoleón ante Josefina: los Kennedy ante Jacqueline o Marylon Monroe; y yo ante Mari; después de las grandes batallas conseguidas en nuestras vidas profesionales, hemos acabado irremisiblemente postrados ante los Coños de nuestras amantes.

Su majestad El Coño; sin duda es el arma más poderosa del mundo, que la mujer no ha sabido utilizar en toda su potencia, y cada vez se devalúa más por que la fémina de hoy no tiene plena conciencia de la sublimación del macho ante su Coño. Por un chocho, el hombre ha sido capaz de matar mil dragones y escalar mil rocas escarpadas en busca de aquella rara flor que le permite que su amada se le abra de piernas. Inmensas fortunas se han gastado solo para glorificarse ante él, y miles de corazones se han destrozado al no alcanzar tan codiciado deseo.

Esto es lo que la mujer de hoy en aras de unos criterios absurdos de domeñar al macho por los derroteros de la competencia intelectual no llega a comprender. A preferido devaluar su Coño a cotizaciones de saldo, e intentar elevar su cotización como hembra por los caminos del servicio a unas causas profesionales. Por muy inteligente que sea una mujer de hoy; aunque consiga llegar a lo más alto de la escala socio laboral y llegue a dominar el mundo de la política y de los negocios, por esa vía podrá conseguir todo del macho menos su sublimación al pináculo de su feminidad.

¡Allá ustedes!