Su leche en mi boca

Profesión oculta... Lleno de leche mi boca sin mi consentimiento.

El partner de esta historia es un chico que conocí a través de un sitio web que se dedica a que la gente se conozca entre sí y se formen parejas. Me había inscripto hacía mucho tiempo, en una etapa caótica de mi vida y había dejado de responder los mensajes provenientes de esa web desde hacía muchos meses. Su mensaje me cautivó y empezamos a intercambiar mails, muy tranquilos por cierto

Un día acordamos un encuentro, me pasó a buscar con su auto, dimos unas vueltas y fuimos a orillas del río, en Olivos. Paseamos por ahí, nos conocimos un poco más y nos besamos… En la despedida hubo un poco de manoseo pero sin pasar a mayores… Quedamos un poco hot, por eso pactamos un encuentro pronto.

Ese día fuimos al mismo lugar pero no bajamos del auto… Comenzamos por el final de la salida anterior hasta que los vidrios del auto se empañaron por completo… Las caricias eran cada vez más indiscretas, pronto mi remera desapareció exponiendo mis senos que no llevaban sostén. Por mi parte, liberé su miembro erecto de su pantalón y lo acaricié sin pausa hasta lograr su eyaculación. El bajó mi bragueta, introdujo su mano y comenzó a estimular mi clítoris hasta hacerme acabar.

Era necesario un tercer encuentro, todo venía muy bien. El tercer encuentro llegó… El mismo lugar, el auto con vidrios empañados, lentamente las prendas fueron abandonando nuestros cuerpos, los que fueron atrayéndose entre si y comenzaron a despedir calor y sudor.

Me enloqueció al lamerme la conchita, parecía todo un profesional, su lengua recorrió los labios interiores y los exteriores, el clítoris y mi interior. Su trabajo fue tan prolijo que secaba la zona, devoraba mis fluidos. En medio del éxtasis, tomó mi cuerpo y me hizo sentar sobre él, su miembro estaba dentro mío. Comencé a cabalgarlo mientras nuestro colchón era el asiento del conductor, tomaba mis nalgas con fuerza y eso me calentaba sobre manera.

Vi en sus ojos la excitación y supe que faltaba poco para que se corriera y le pedí que no lo hiciera dentro mío, ya que tenía miedo de quedar embarazada. El me dijo:

  • Cómo no, bonita!, pero debes darme otra cavidad para albergar mi leche.

  • ¿Qué te parece entre mis senos? – Le dije

  • Nop, ¿otra opción?

  • Mis espalda, estoy segura que te gustará ver mi culo en primer plano.

  • Nop, ¿Qué te parece tu boca?

  • No, por favor no. Jamás lo he hecho

  • Bonita, para todo hay una primera vez.

  • No, por favor. – Dije e intenté liberarme, alejarme de él.

Me lo impidió, me tomó las manos con fuerza y las amarró al volante con un par de esposas que veía por primera vez. Comencé a sollozar, quedar embarazada sería terrible. Siguió obligándome a cabalgarlo mientras las lágrimas, mezcladas con mi maquillaje corrían por mis mejillas. Grité pero nadie acudió

Antes de acabar sacó su miembro de mi vagina y respiré aliviada, fue tan sólo un suspiro porque aún no había terminado la pesadilla. Sacó de la guantera una macana (en ese momento, comprendí que era policía) y la introdujo casi por completo en mi cuevita y jugó con ella durante unos minutos, mientras se masturbaba viendo la escena.

Dejó el palo dentro mío y me obligó a lamerle la polla. Lo hice, según lo iba pidiendo hasta que sentí que iba a correrse. Me alejé pero me tomó del pelo y me obligó a comerme toda su eyaculación, sin dejarme soltar ni una gota. Gota que no se introducía me la hacía lamer del tapizado o de su cuerpo.

Como gesto de buena voluntad, me hizo acabar, pero de una manera muy bruzca. Me vistió, me hizo bajar del auto y ahí me dejó. Por supuesto que nunca más lo volví a ver. Esa fue la primera vez que tragué el semen de un hombre, lamentablemente no puedo decir que esta fue una experiencia deliciosa

¿Recuerdan mi mail? Princesa_hot2003@yahoo.com.ar