Su fantasía se hizo realidad
Mientras observaba como su esfínter volvía a su posición natural, me maravilló que yo hubiese hecho realidad su fantasía.
Cerré los ojos y con un último golpe de riñones, me corrí en su interior... Oí como ella gemía y sin sacársela me giré sobre mi costado para poder acariciar su clítoris y esperar a que llegara al orgasmo.
Entonces y sólo entonces, saqué con cuidado mi polla de su agujerito y ayudándome de ambas manos, separé sus nalgas y a mi vista apareció un ano dilatado que intentaba volver a su estado natural...
Era hermoso ver aquel agujerito que deseaba cerrarse y sin pensarlo acerqué mi boca y lo lamí con fruición... ensalivándolo bien y recogiendo parte de mi descarga mientras mi lengua jugaba con su esfínter...
¿Cómo había llegado a ese momento? Repasé mentalmente el tiempo transcurrido hasta que aquella jovencita con cuerpo de diosa acababa de tener la primera relación anal de su vida...
De cómo había contactado con ella a través de Internet... de cómo llegué a saber que era más joven de lo que aparentaba... y de cómo hablando, hablando... había accedido a que nos viéramos aquella tarde en el Centro Comercial... nadie podía sospechar nada... era como si un padre y su hija tomaran juntos un refresco...
De cómo habíamos visto juntos una película... apenas le pasé el brazo por encima, rodeándola... protegiéndola... con los ojos atentos a la pantalla... y cómo recogí una palomita que había caído sobre sus piernas... y cómo me costaba levantar aquella mano... y cómo me gustaba permanecer allí...
Me encantó como poco a poco iba cogiendo confianza con ella... como los besos tímidos en la mejilla, ya daban paso a unos sencillos piquitos... que cuando entrábamos en el parking para montarnos en el coche... cuando estábamos dentro... se convertían en besos de auténtica pasión... dónde nuestras lenguas se buscaban y se encontraban...
Mi intención era no asustarla, así que apenas unas caricias... toques por encima de la ropa... más tarde pude amasar sus pechos... jugar con sus pezones... incluso lamerlos y mordisquearlos... chuparlos como si fuera lo último que quedaba en la Tierra...
En cuanto a su sexo... acariciarlo por encima del pantalón y esperar a que llevase falda, para acariciar sus braguitas... Un día que estaba más caliente y no controlé tanto, metí mi mano, bajo sus braguitas y acaricié los rizos de su pubis... en aquel momento, ella era mía... pero no quise forzarla... todo vendría en cadena...
Así un día, preguntándola cuál era su fantasía sexual, ella me contestó tímida y sonrojada que le gustaría hacer sexo anal, pero que temía que la hiciesen daño. Yo comenté que efectivamente, era más que probable que así fuese... pero que había métodos para evitarlo o al menos, mitigarlo.
La hablé de una forma de hacerlo, de manera que su esfínter pudiera ir dilatándose poco a poco y así no fuese tan traumático... Lo entendió, pero estaba segura de que eso no funcionaría con los chicos con los que solía salir, así que me ofrecí voluntario, si ella quería, claro.
Poco a poco, fue costumbre que además de los besos de rigor en el coche, mi dedo jugara con su vagina y su clítoris y mientras conseguía que ella se fuese mojando, aprovechaba sus jugos para ir introduciendo un dedo por su ano... como poco a poco, la inserción se fue haciendo más sencilla y cómo iba cambiando el grosor del dedo que la iba penetrando...
Así, hasta que un día dije que ya estaba preparada... que cuando ella se sintiera fuerte, podríamos hacerlo... Yo pensé que tardaría unos días, o unas semanas, pero no... su fantasía estaba a punto de llegar y quería que fuese cuanto antes... Así que se lo planteé un viernes y el sábado con la excusa de ir al cine, apareció en mi casa.
Estuvimos viendo la película que había dicho en casa que quería ver y que me había descargado por Internet, con una calidad bastante mala, pero como mínimo nos sirvió para conocer el argumento... Como había salido tarde para la primera sesión, teníamos algo más de una hora de tiempo, entre ver la película y hacerlo...
La serví un gin-tonic bastante cargado, en principio para que se refrescase y se relajara y también para que se desinhibiese un poco. Empezamos a ver la película y al rato, entre la bebida y la estufa que había encendido, para tener una sensación de bienestar, la ropa empezó a sobrarnos y poco a poco nos fuimos desprendiendo de ella, hasta quedar tan sólo en ropa interior... Ella se estiró en el sofá, poniendo su cabeza entre mis piernas y como mi polla estaba bien dura, me sonrió y yo le puse un cojín para que prestara atención a la pantalla. Yo, mientras tanto había bajado sus braguitas hasta las rodillas, de manera que su culito quedaba completamente a mi alcance.
Empecé ensalivando mis dedos y fui imprimiendo un movimiento rotatorio, en el que iba poco a poco presionando sobre su ano y al poco tiempo ya había introducido uno de los dedos... así que continué con la rutina de siempre... empezando por el más delgado y cambiando el grosor hasta acabar con el último. Entonces, utilicé un lubricante y fui llenando su agujerito de gel... Había puesto tal cantidad que mi dedo gordo, entraba y salía sin ninguna dificultad y entonces inicié la maniobra con dos dedos... al principio, fue entrando muy bien, hasta que ella dio un respingo y detuve la introducción... volví a retrasar la posición de los dedos y volví a efectuar una maniobra de mete y saca... muy despacio... avanzando apenas un milímetro o dos cada vez, hasta que el punto aquel que había causado el dolor, quedaba bien adentro...
Como había metido los dedos montados... se trataba ahora de separarlos y colocarlos uno al lado del otro... antes de hacerlo, estuve imprimiendo un movimiento rotatorio y en un momento dado, inicié la maniobra y ella que iba moviendo el culito fue ayudando a que ambos dedos quedaran incrustados en su interior... empecé a separarlos un poco, hasta que noté de nuevo como se contraía... Ahora resultaba relativamente sencillo, meter y sacar dos dedos de su culito, mientras ella prestaba atención a la película, o al menos, eso creo.
Volví a untarle ese agujerito maravilloso con más gel y volví a introducirle dos dedos y entonces pedí que se metiera ella uno de sus deditos en su culito, lo que hizo sin dificultad alguna... luego se metió otro más y así tenía dos dedos míos y dos suyos... Retiré sus dedos que me llevé a la boca y coloqué un tercero... sin introducirlo demasiado... y penetraron hasta la segunda falange...
Ya no pude más... puse el stop a la película y me la llevé en brazos a la cama... Allí, coloqué un cojín bajo ella, para que su culito quedase alzado y entonces... aquella visión llenó mis ojos... mi polla no podía endurecerse más... así que acerqué la punta a su agujerito y seguí con el mismo juego... movimientos rotatorios... y cada vez un poco más de presión... Ella estaba tensa... así que la pedí que se relajara, que pensase en otra cosa... en la película que había estado viendo y aunque la avisé de que era imposible que no sintiese dolor, pero ella asintió y se acercó a la cara una almohada y vi que mordía una punta... mientras la mía se iba introduciendo poco a poco...
Me detuve para observar que todo fuera bien y ella me indicó que siguiera, así que poco a poco, yendo adelante... retrocediendo un poco... un poco más hacia delante... mi polla iba desapareciendo en su recto, hasta que noté como había atravesado su esfínter interno... ella gimió y ahora ya fue todo más sencillo... con movimientos lentos, fui jugando con sus caderas y ella entendió el ritmo y mientras que ella las iba rotando, yo aprovechaba para ir introduciéndola un poco más cada vez, hasta que mis huevos tropezaron con sus nalgas...
Se la había metido por completo y ella apenas había dado algún gemidito de desaprobación... empecé a acariciarle su vagina y mientras ella iba dando muestras de que estaba muy caliente y que aquello le gustaba, dejé de pensar en otra cosa y fui sacándola y metiéndola con fuerza, para entrar aún más en su interior y entonces... entonces cerré los ojos y con un último golpe de riñones, me corrí en su interior...