Su abrazo... (2/3)

Segundo capitulo de tres... "-¿Me acabas de dar tu número de celular? O tenés la mejor mano en la historia del juego…"

Capítulo segundo: ‘¡Yo no arrugo!’

Le di vueltas al asunto toda la noche con mis dos amigas, que qué había significado esa conversación y ese beso. Es bueno decir que mis amigas sabían desde hace tiempo mis inclinaciones, una de ellas, Belén, es lesbiana hecha y derecha y la otra, Paula, no lo es pero no le importaba mucho, siempre dice: ‘Mientras a vos te guste, a ella le gustes vos y no le hagan mal a nadie, yo soy madrina de bodas. Hijos no, eso ya lo sabes.’

La conversación con las chicas se hacía cada vez más atemorizante:

-Para mí, te tiene ganas. Si no fuera así, te hubiera saludado como una persona normal…-decía Belu.

-¡Nadie es normal Belén! Pero coincido. Hay gente especial como ella, no sé, me parece muy elaborado, casi como coqueteo.-

-No Pau, casi no, ES coqueteo.-

-Bueno, pero me hubiera pedido el número o el Face… aunque quizás no quiso ser tan obvia.-

Y así seguimos hasta altas horas de la noche ya madrugada en mi departamento, con Paula compartimos el mismo y obligamos a Belén a que se quede a dormir porque ya era demasiado tarde y nos gusta estar todas juntas.

No les mentiré, con Belén hubo una cierta tensión sexual cuando le confesé que las chicas me atraían más de lo que deberían atraerme según estándares de “buen” samaritano, y los hombres estaban quedando a segundo plano. Belén es una rubia de ojos verdes con un cuerpo divino, con una cara de nena que te consigue sacar de vos lo que ella quiera y te trata como ella quiere. La relación de amigas se estaba volviendo una relación de coqueteo constante por parte de Belén que no desaprovecha y yo me dejaba. Hasta que una noche de ebriedad extrema caí en sus redes, Paula me rescató de caer aún más y por más de tres meses no se hablaron. Belén sostenía que Paula no era mi madre y que me dejara hacer lo que yo quisiera, y la verdad es que yo no sabía si quería. Siempre encontré muy hermosa a Belén, muy atrapante pero valoraba mucho nuestra amistad… y sabía que si caía, ella sin quererlo me enamoraría y me dejaría tirada cuando se diera cuenta. Belén es así, nada de compromisos. Las cosas se fueron dando y quedamos en paz las tres para volver a ser lo que fuimos y seguiremos siendo: tres amigas, muy buenas amigas.

El tema “Lara” se fue intensificando cuando me llegó la solicitud de amistad en Facebook. Constantes chats, más las reuniones de Abrazadores sólo lograba que esa mujer de tan sólo 21 años me taladre la cabeza con todo su arsenal. Estaba claro que ella era así como fue conmigo con todos. Es así, es simpática, es alegre. Lo que para mí fue un coqueteo, no era más que su forma de ser. Me generaron celos estúpidos saber que no era así sólo conmigo.

Una tarde de primavera, mejor dicho, la tarde del primer día de primavera nos encontró a mis amigas y a mí en el parque tomando mates, escuchando música, viendo gente pasar y comiendo unos deliciosos churros con dulce de leche. Risas, carcajadas, cargoseadas. Una hermosa tarde de sol, un hermoso clima… y una belleza caminando hacia mí para sentarse a mi lado. Le había comentado a Lara que iba a ver el espectáculo de todos los años conmemorando el día de la primavera y del estudiante con amigas. Nunca pensé que me buscaría. Yo no buscaría a nadie en el parque, sus colinas, sus escalinatas, me marean asique cada vez que voy no quiero caminar mucho y solo me siento donde vea que estoy cerca del piso.

-¡Felicidades chicas!- Gritaba Lara al acercarse a nosotras, cabe destacar que con cada encuentro de abrazadores las chicas le tomaron cariño, ¿quién no? Y hasta llegué a sentir celos porque Belén hablaba mucho con Lara, lo que me tranquilizaba es que mi amiga no podía lograr nada con ella pues siempre terminaba hablando conmigo. Vencer a Belén en su propio campo y sin siquiera intentarlo era… gracioso. Paula moría de risa con esa situación y luego de varios intentos, Belén se rindió, aunque creo que fue más porque sabía lo que Lara generaba en mí y el supuesto interés que Lara mostraba en mí. Digo supuesto porque Belén me había recalcado que mi amor platónico se le marcaba en su radar gay aunque yo no lo creía. Me parecía demasiado bueno para ser verdad.

-¡Hola Laru! Felicidades para vos también, ¿vas a la peña esta noche?- Gracias Pau, preguntaste lo que quería saber desde hacía más de un mes y no me atrevía por sabrá Dios que razón.

-¡Sí, obvio! Ya saqué la entrada.- Lara se acercó a Belén para saludarla con un beso, e hizo lo mismo con Paula  y cuando pensé que me iba a saludar, paso a mi lado y se sentó muy cerca.

-Che... ¡Paula! Acompañame a buscar más agua para el mate... Aprovechemos que vino Lara así Vicky no se queda sola…

-Pero si hay una cola de la p…

Paula no pudo terminar la oración porque Belén le propinó un pellizco que según por lo que llegué a divisar dejaría una marca. Paula tenía una piel muy blanca y sensible, se ponía colorada enseguida. Si bien su cara no era de la mejor amiga, es más, me atrevería a decir a ciencia cierta que lo que Paula estaba esperando salir de la vista de Lara para cobrársela a Belén, pues había entendido muy bien sus intenciones.

-Dale no seas mala.

-Dale, te iba a decir que conozco un puesto que no está cerca pero nos sale más barato y no habrá mucha gente. Chicas, NO se muevan de acá.- dicho esto ambas se pararon y partieron rumbo a no sé donde la verdad, pues para donde iba no había más puestos. Algo que Lara pareció notar.

-Che, Vicky, -Dicho esto puso su mano sobre mi pierna, acción que me sobresaltó y esparció el dulce de leche del churro que estaba comiendo en el pasto.- ¿Las chicas saben que allá no hay puestos? ¡No me di cuenta de decirles! Mandales un texto… van a caminar al pedo.-

  • Si, son unas bobas, ya les mando. Aunque seguro conociendo a Belén si se paró con la excusa del mate, es porque vio algo que le intereso por allá.

-Ah, ya pensaba yo que eran macanudas y nos quería dejar solitas.- Lara pintó en su cara una expresión de picardía y el dedo índice de su mano, la que tenía apoyada en mi muslo, comenzó a dibujar algo en círculos. Yo estaba completamente envuelta en ella. Tanto que malinterpretó, que la mirara con cara de sorpresa, pues estaba sorprendida si, hacía meses que sostenía que Lara no tenía interés en mi persona- Jajajaja, si vieras tu cara. No te voy a hacer nada boba...- Y me empujo suavemente sacándome de mi encanto.- que vos no quieras…- y me regalo un sexy guiño.

-¿Y si quiero? ¿Te animás o arrugás?- ¡Dios! ¿Qué me pasa?

Ahora la sorprendida era ella, tenía una expresión que no entendí bien pero con lo que me dijo a continuación (cabe destacar que su mano seguía en mi muslo)  dejó pasmada.

-Nunca arrugo Vicky, te dije que no dejo las cosas la mitad. Te puedo hacer lo que quieras. Y si no sé cómo, me doy maña… ¿Vos querés?-  De acá no sale viva si se me sigue hablando así. Lara estaba jugando con fuego, y yo estaba demasiado caliente.

-Quiero.- le dije mirándola fijamente a los ojos, no iba a retroceder, ya estaba a pasos de la hoguera.

-Quiero vale 4.- Me dijo imitando un juego de truco, acercando más su rostro al mío y también mirándome fijamente a los ojos, con una mirada picarona. Decidí seguirle el juego de palabras.

-Quiero… Canta tus números.- Lara se sonrió de una forma muy sensual que derribó las últimas defensas y se mordió levemente el labio inferior. Cantó sus números, pero me dijo su número de celular. Al principio no entendía, pues estábamos con la trama de hablar del juego “truco”. La miré divertida, no habíamos intercambiado números hasta el momento. Siempre hablábamos por el chat del Facebook.

-¿Me acabas de dar tu número de celular? O tenés la mejor mano en la historia del juego…

Lara se rió y retiró su mano de mi muslo, el cual comenzó a sentir frío y a extrañarla. Se dio vuelta para buscar algo en su cartera, sacó su celular.

-Dame el tuyo…-  Me lo dijo con cierto miedo al rechazo.

-¿Es una orden?- Desafié.

-Si querés…- Una mirada de súplica que sabía usar muy bien… chau defensas. Se lo di.

-Vicky… bueno, me tengo que ir yendo porque los chicos me van a dejar varada acá… Te escribo para vernos en la peña, ¿dale?-

-Dale, yo voy a buscarlas a las chicas… nos vemos esta noche entonces, si te puedo encontrar. ¡Va  a ser una ensalada de gente!

-jajajaja, ¿¿ensalada??  Te VOY a encontrar. – Se paró y se fue, yo la seguí con la mirada, ensimismada con su cuerpo, lo bien que le sentaba ese ajustado chupín negro y con lo que acababa de suceder. A unos metros se da vuelta y me grita: ‘¡Yo no arrugo!’ Sonriente se volvió hacia la búsqueda de sus amigos y desapareció entre la masa de gente. El estado de ebriedad emocional que yo tenía en esos momentos era inexplicable. Esta noche me buscaría y no arrugaría… aunque no sabía a qué se refería lo quería descubrir.


Nota de autora:

¿Qué tal gente?

Les recuerdo que como soy argentina (y me gustan escribir con los modismos propios del país), si no entienden alguna de las frases o palabras me avisan y con gusto aclaro.

Besos, dos... Y ojalá les guste como va. El próximo es final.