Strip Poker
Eramos tres hombre y tres mujeres. Listos para jugar al Strip Poker...
Estábamos ahí los 6. Mi esposa (Claudia), mi amigo Fernando y su mujer (Marcela), otros amigos (Manuel y Pamela) y yo. Todos sentados a la mesa.
Empezamos? - preguntó Manuel
Si - respondimos todos los demás
Muy, las reglas son claras. El que pierde la mano se saca una prenda. Lo que son pares, cuenta como uno. O sea, medias, aritos y esas bobadas. Ta claro? Bien, reparto.
Déjenme decirle que los 6 somos personas de entre 35 y 40 años. Todos en buen estado físico. Los hombres creo que tenemos los nuestro y las tres mujeres están realmente muy buenas. Mi esposa no, pero las otras dos tienen unas tetas operadas que son un espectáculo durante la temporada de pileta, en bikinis. Al ser amigos, siempre los hombres nos contamos de las hazañas en la cama. Y lo mismo las chicas. O sea que sabemos de antemano quien entrega, que la chupa y cosas así…
Terminó la primera mano… Todos nerviosos… Y, como no podía ser de otra manera, perdí. Y entregué mis zapatos. A partir de ahí, cada vez se fue poniendo todo más divertido… Fuimos perdiendo zapatos, cinturones y medias.
Te voy a dejar en bolas, Germán - me gritó mi amigo
No te conviene, mirá si Marcela se tienta… - le replicó mi mujer
Uhhhhhhh! - dijo Manuel
Ahora quiero ver - arremetió Pamela
Y así, por como media hora, siempre tomando Champagne bien helada. Yo la tenía bien durita y hasta un poco babosa… Y se pone más internaste cuando Marcela pierde y tiene que entregar la pollera o la camisa, elige quedarse en corpiño, que le quedaba de 10, y seguimos… No da que pierde que de nuevo, se levanta, se saca la mini ahí parada y camina, tipo modelo, hasta la puerta ida y vuelta contoneando. Para qué! Un culo de novela, flaca, tetitas hechas, borracha… Pensé que me acababa en seco… Se sentó y seguimos jugando. El siguiente en quedarse en calzoncillos fui yo y así fuimos avanzando hasta que estábamos todo medio desnudos…
De pronto quedamos en un mano a mano mi mujer y yo. Ella en tanguita cola less y corpiño de encaje. Yo en calzoncillos (de esos que son como boxees per ajustados). Ya se la tenía ganada. Pero dio como un poco de pudor por ella y me dejé perder. Iba a ser el primero en quedar completamente en bolas. Así que levanté y le pedí a Pamela que me saque ella el boxer… Sentada como estaba lo agarro del elástico, riéndose y como mirando para el costado. Tiró del elástico, me bajó el calzón y salió mi pija, larga, dura y depilada como si fuese un lanzamiento de cañón.
Mh! - Exclamó Marcela
A ver… - dijo Pamela
Mirá, maricón, todo depilado!!!! - gritó Fernando cagándose de la risa
Mi mujer estaba toda colorada y Manuel no hizo ningún comentario.
Pamela me la agarró y me la tocó un poco… También me toco los huevos un poco, como si estuviera en uno de esos vídeos de strip clubs… Cuando me soltó, me senté como para seguir jugando…
Y qué pasa si pierde Germán de nuevo? - escuché
Nada, yo respondo por él - dijo Marcela
Dejá Marce, yo me solidarizo con él ahora! - dijo Pamela, se paró, se puso de espaldas, se sacó el corpiño, se tapó la tetas con la mano y el antebrazo y se volvió a sentar
La cosa se estaba desmadrando… Yo estaba en bolas, Pamela en tetas, el resto en ropa interior… Marcela re-caliente y mi esposa toda colorada…
Tiramos cartas y pierde Marcela, que elige sacarse el corpiño y dejar sus hermosas y grandes tetas al aire… No había dado cuenta cuanto había esperado ese momento… Creo que desde que se operó que tengo la fantasía de verla en gomas… En eso Pamela dice:
No vale, Claudia tiene mucha ropita
Ah! Eso es trampa… Nosotras saltamos por tu maridito - se sumó Marcela…
Y se pararon las dos, en tetas, con la tanga bien metida en la cola… Las dos con encajes, una negro y la otra turquesa… Caminaron hasta Claudia, la levantaron de la silla de los brazos sin ofrecer mucha resistencia… Una se paró por detrás y le desabrochó el ganchito, luego le empujó los breteles hacia adelante para que la otra los agarre y muy suavemente tire de ellos dejándola en tetas a ella también… Fue increíble ver como Pamela, que estaba de frente a Claudia, le empezó a tocar las tetas, muy suavemente. Claudia cerró los ojos, parecía estar disfrutando…
Pamela bajó las manos y agarró a Claudia de las nalgas, sin fuerza, con mucha suavidad. Marcela, que estaba detrás de mi mujer, aprovechó para pasar sus manos y manosearle las tetas. Con la voz entrecortada, mi esposa dice:
- Chicas, nunca había visto tetas así, les quedan re-lindas… Las puedo tocar?
Yo estaba que me moría de la calentura. Y mis amigos también.
Ay! Obvio - respondió Pamela tomándole le mano y llevándola hacia sus propias tetas - dale, firme, animate, no se rompen! - la provocó
Está durita - dijo Claudia
Vení - interrumpió Marcel y la sentó a Claudia, mi esposa, en una silla y luego se sentó en upa, de frente a ella dejando las tetas a la altura de la cara y enroscando sus brazos por detrás de Claudia. La tomó de la nuca y le acercó la cara hasta que entendió que tenía que chuparle las tetas.
Muy obediente ella, se prendió como si estuviese mamándo… Marcela gemía de placer. Pamela, que a esta altura sobraba, se acercó a su marido y le susurró:
Te gusta?
Si - respondió - mucho
Mucho, mucho?
Si, mucho mucho!
Y no te gustaría más si yo te estuviese peteando?
Siiii!!!!
Pero no perdiste todavía… papi…
Ehhhh?
Claro, el único que está con la pija fuera es él
Se me acercó, se puso de rodillas en el piso y me dijo:
- Permiso…
Y sin darme tiempo a nada, me la empezó a chupar… Juro que la chupaba muy bien, como Manuel siempre nos había contado. Y la vista era perfecta desde yo estaba. La muy guacha me miraba fijo, a los ojos…
En eso veo que Manuel se la está masajeando a sí mismo y cuando por fín la tiene bien dura, la agarra a Pamela, su esposa, que me estaba pegando una buena chupeteada, la levanta y la apoya de frente en la mesa, con las tetas apoyadas en la mesa, le baja la tanta hasta las rodillas y, sin contemplaciones, se la clava por el orto…
- Si papi! Cómo sabías!!!! - gritó ella - apretame las tetas, bien, si, así, no como esa mariquita
Fernando, quien estuvo quieto y callado los últimos 10 minutos, desanudó a las chicas, agarró a su esposa, la acostó en el piso y le empezó a chupar la concha, que estaba hermosamente depilada… Ella, mientras, se tocaba las tetas y gemía como un perrito pekinés… Gemidos cortos y agudos...
Mi esposa y yo nos miramos a los ojos, tardamos unos segundos en reaccionar y luego nos acercamos y entre gemidos cortos y frases tipo "rompeme toda la cola, toda toda, bien fuerte", nosotros nos trenzamos en un beso de lengua para después yo acostarme boca arriba y que mi esposa me monte salvajemente…
Chicas, vengan acá, esto es lo más - gritaba Pamela
Ni se te ocurra - me dijo mi jermu en voz baja
Marcela se levantó de donde estaban y se puso en la misma posición que Pamela: tetas contra la mesa, piernas abiertas y culo al viento. Fernando la embistió de atrás al grito de:
Tomá! Tomá!
Veni Clau, veí - dijo Pame
Ay! Que rico! - dijo Marcela
Hay cremita? - preguntó Claudia
Pasate la mano por la concha y mojatelo, te va a gustar… - dijo Claudia - y si no se lo entregás a tu marido, me pongo la cinturonga y te violo por el culo
Claudia se paró, se acomdó en la mesa en la misma posición que las otras, se chupó tres dedos y se ensalivó el culo… Yo entré como un animal…
Ay! - dijo
La saco? - pregunté
Ni se te ocurra! - me reprendió - cogeme fuerte
Pasaron un pocos instantes en los que todo era súper bizarro… las minas con caras de placer y dolor… los hombres bombeandolas con cara de libido. Hasta que acabamos, todos casi al mismo tiempo…
Nos limpiamos y nos sentamos, todos en bolas, a tomar unos tes y cafés en los sillones.
Para terminar, cada uno tenía que escribir un deseo o confesión y ponerlo en la mesa, esto es lo que salió:
Quiero tener sexo con Pamela en privado - puso mi mujer
Si gano, voy a pedir que entre las tres me chupen la pija como en una película porno - yo
Le voy a pedir a mi marido que se la depile todita, como Germán - Marcela
Yo ya no quiero más nada - Fernando
Si son tan machitos, se van a bancar hacerme una triple? - Pamela
Vengan a casa cuando quieran - Manuel
Todos prometimos cumplir...