Strap on love
Fue deliciosa la manera en como mi hermana me enseño la primera revista y película porno cuando tenía 18 años y la forma en como me culeo por primera vez.
Fue deliciosa la manera en como mi hermana me enseño la primera revista y película porno cuando tenía 18 años y la forma en como me culeo por primera vez. En ese entonces yo tenía una vaga idea de lo que un hombre y una mujer hacían en la intimidad, pero jamás pensé que dos mujeres pudieran hacer lo mismo.
Soy Elodia nuevamente, espero que les guste mi nuevo relato, una experiencia inigualable que tuve con mi hermana, del mismo modo, agradezco a todos los lectores que me han escrito sus comentarios… Espero no aburrirles tanto.
Mi hermana y yo vivamos solas cuando íbamos a la universidad, un día que regreso de clases me subí a mi cuarto, pensé que tal vez no habría nadie, noté que la puerta de la habitación de mi hermana estaba entre abierta, me asomé y descubrí a mi hermana que se estaba masturbado con cuatro dildos, el primero clavado en su ano, el segundo con su mano derecha lo metía en su vagina, el tercero en medio de sus tetas (en ese entonces mi hermana ya tenía la talla 36D), el cuarto con la mano izquierda se lo estaba metiendo en su boca, así estaba con las piernas abiertas al aire, llevaba puesto tacones de teibolera (algo común para nosotras), su tanga la tenía bajada hasta las rodillas, noté que estaba viendo una película porno, pero no logré verla.
Esa noche no podía quitarme la imagen de mi hermana dándose placer a ella misma.
Dos días después de aquella escena mi hermana entró a mi cuarto, me dijo que teníamos que hablar seriamente, yo no me negué, me tomó de la mano y bajamos a la sala, nos sentamos en el sofá y directamente fue al asunto “¿sabes que hace un hombre y una mujer cuando tienen ganas de coger?” tímidamente dije “creo que sí” sacó una revista porno en la cual estaba un negro hermosamente bien dotado estaba cogiendo con una chica “eso es lo que hacen un hombre y una mujer, pero no es lo mismo verlo en una foto que en acción” encendió el televisor y el DVD para poner una película porno, igual era una chica siendo cogida por cuatro cabrones, la manera en como estaba aullando de placer y siendo penetraba me estaba excitando, la escena que me llamó la atención fue una toma de cerca de su vagina y ano siendo penetrada al mismo tiempo por dos vergas gordas y enormes, estaba babeando de ver como entraban y salían desesperadamente esos miembros erectos de ambos hoyos, mi hermana sonrió mientras acariciaba mi pierna.
Luego mi hermana subió a su cuarto y me dejó viendo la película, al poco rato escuché el andar sensual de unos tacones, ahí estaba mi hermana, la muy puta, se había colocado únicamente su strap-on el cual estaba jalando como si fuera su propio pene.
Me levantó y me desvistió suavemente, al bajar mis mallones descubrió que yo llevaba puesta una tanga negra, me dio la vuelta, una rica nalgada y jaló de mi tanga “que rica se te ve tu tanga mi amor” dijo sensualmente mi hermana, luego nos sentamos ella con las piernas abiertas y yo cruzada de piernas para lucirlas junto con los tacones que tenía puestos mientras observaba ese pedazo de plástico, mi hermana me dijo “esto es lo que hacen los hombres cuando quieren quitarse las ganas de coger” escupió en su mano y embarró la saliva en el pene que estaba deliciosamente detallado, se veía el glande gordo e inflado, el tronco propiamente, lleno de venas para dar una impresión de erección severa, al igual que los testículos, con la otra mano tomó la revista porno y empezó a jalarse el pene violentamente, mientras me explicaba entre jadeos y quejidos el rito masculino de la masturbación, hizo que me humedeciera la manera tan rica en describirme como eyacula uno de verdad.
Tomó una regla e hizo que le midiera la bien dotada manguera, veinticinco centímetros de largo y cinco de grosor, un pedazo prometedor, puso música sensual de la que invita a tener sexo, me pidió que jugara con su tranca, me puse de rodillas sobre el sillón, tomó mi mano para que sujetara el miembro, con su mano sobre la mía me mostró como hacer una chaqueta, luego mi impulso me llevó a abrir la boca y meterme el pene, lentamente lo estaba saboreando, mi hermana mientras tanto se acariciaba sus enormes senos y jalaba de sus pezones.
Me recostó suavemente en el sillón de manera que pudiera ver mi vagina siendo penetrada, ya estaba hinchada de deseo sexual, me quitó mi tanga, abrió tiernamente mis piernas dejándolas sobre sus hombros me maravilló ver mis piernas bien formadas abiertas al aire junto con los tacones negros de teibolera que tenía puestos, escupió nuevamente en su mano embarrando la saliva en su instrumento, y si efectivamente la posición me dejó ver mi pucha, mi mano sujetó la macana para dame golpes en mi hoyo como para excitar más a mi macho-hembra quien estaba encantada de verme así, lentamente comenzó la penetración, yo gritaba de gozo y júbilo (mi hermana más tarde me diría que yo chillaba como puerco), cada centímetro metido de ese tronco era una sensación explosiva en mi interior, hasta que al fin lo metió todo en mi cuca, al principio el mete-saca fue despacio, conforme trascurría el tiempo la penetrada era más cadenciosa y rítmica. Aquella escena me parecía tierna, romántica, sensual y por supuesto morbosa, pues mi hermana me mostraba todo su amor a través de aquel prodigioso pedazo de plástico en forma de una rígida verga.
Mis quejidos inundaban toda la sala, la música seguía sonando, el rechinar del sofá era cada vez más intenso, me tenía sujetada de los brazos, estaba extasiada de ver el esfuerzo que hacía mi hermana por darme placer y acomodarse incluso sus senos se contoneaban de un lado al otro, rebotaban rítmicamente por la cogida, no aguanté más mi hermana parecía presentir que tendría un orgasmo sacó de un jalón la pija e inmediatamente expulsé chorros de fluidos vaginales, acompañados por unos grandes gritos de placer que al mismo tiempo me hacían convulsionar y retorcerme, acercó el falo para bañarlo con mis fluidos, apenas había terminado cuando nuevamente metió en mi cuca ese precioso pene para seguir con su ritmo cadencioso, la muy puta si que sabía coger.
Nuevamente me puso de rodillas sobre el sofá, me dijo que con mis manos abriera mi culo, y así hice, mi hermana de nalgueaba con su polla de plástico y la ponía en medio de mi culo moviéndola de arriba abajo luego apoyándose con una pierna sobre el sillón y con la otra en el suelo, metió la macana en mi vagina (en la segunda sesión sería en el ano), nuevamente ese ritmo cadencioso de mi hermana para penetrar me estaba matando de placer, al mismo tiempo me nalgueada.
Se sentó en el sillón mi hermana me enseñó como debo de cabalgarla, y empecé a brincar sobre ese pene, arqueé mi espalda hacia atrás para aumentar el placer, mi hermana me sujetada por la cadera, otras veces me sostenía del culo con sus manos para dejarme estática y ella estar moviéndose para seguir cogiéndome, el rechinar del sillón era más violento, el sonido de la carne que choca con carne era impresionante, no pude contenerme me saqué la reata y le aventé a mi hermana mis fluidos vaginales en sus tetas y cara, ella estaba complacida, así fue como terminamos, se quitó su strap-on, lo aventó a un lado, le puso mi tanga y para finalizar la sesión me enseñó a poner y usar un condón con el strap-on para futuros encuentros lo pondríamos en práctica, luego nos besamos y nos dormimos.
Después esas sesiones se harían más comunes, el masturbarnos juntas y coger, pues aquel pene de plástico me había enamorado o tal vez me había enamorado de mi hermana pues nadie me ha cogido hasta ahora como ella, luego nos hariamos "novias", unos días después mi hermana compraría un rico dildo que eructa un fluido parecido al semen, hay que estimularlo de la misma manera como si fuera una verga real, ambas estamos muy contentas con ese juguete hoy en día es el consentido.
Luego supe que con sus amigas de la uni hacía lo mismo, y dos veces me invitó a las “fiestas” que hacen, en la última sus amigas me cogerían todas con sus strap-on.
Besos
Elodia