Stranger Things
Nos juntamos con una pareja de amigos para una maratón de una de nuestras series preferidas, y termina siendo la noche que descubro mi deseo de vivir experiencias Voyer
31 de Octubre de 2017. La segunda temporada de stranger things había sido estrenada recientemente y hoy las dos parejas nos habíamos juntado para una noche de maratón en la que trataríamos de vernos la serie entera.
Por un lado, estaba Álvaro de 31 años, es un chico alto probablemente de la misma estatura que mi novio, pálido de piel con el cabello largo oscuro, recogido en uno de esos moñetes que están tan de moda. De complexión fuerte con demasiado músculo para mi gusto, suele vestir ropa oscura, generalmente camisetas de algún grupo Heavy.
Junto a él nuestra anfitriona, su novia y mi mejor amiga Sara de 28 años, de baja estatura, no hace ninguno ejercicio es una auténtica vaga, pero controla mucho su alimentación y se ha quedado un poco en los huesos, aunque sigue teniendo buen tipo, teñida de pelirroja ojos castaños, suele vestir de forma informal un poco “hippie”, aunque en esta ocasión lleva unos vaqueros y una camiseta de palabra de honor negra que deja apreciar sus pequeñas tetas.
Mi novio Luis 30 años, 1.90 de estatura, pelo rapadito castaño con los ojos oscuros, de complexión normal, aparenta ser más joven de lo que es, aunque suele estar un par de kilos por encima de su peso ideal.
Y finalmente yo, 28 años, mido 1,76 y tengo los ojos grises, pelo teñido caoba oscuro piel blanca, se puede decir que soy una mujer grande, hago mucho deporte y tengo los músculos de las piernas marcados, así como ligeramente mis abdominales, ancha de caderas mi culo suele ser lo que mas atrae a los hombres, y dado que estábamos de plan casero había elegido ropa cómoda, llevaba unos leggins negros, y una camiseta de tirantes granate.
Como ya he dicho nuestra anfitriona era Sara, ya que nos encontrábamos en la casa de sus abuelos en Soria, que en ese momento se encontraba sola para nosotros 4. En la mesa algunos bols de guarrerias y palomitas, no se puede decir que hoy hubiéramos echo una cena muy decente, pero un día es un día. Algunas latas de Monster vacías en las mesas y algún vaso de café
Hacia fresco y estábamos en un sofá grande en forma de L, Álvaro y Sara estaban en el “fondo del sofá” cómodos arropados con una manta mientras que nosotros estábamos en la parte del sofá más cercana al televisor, con ellos prácticamente a nuestra espalda, ya que nos habíamos colocado algunos almohadones para apoyarnos cómodamente y yo también me encontraba arropada. Solo la luz de la tele iluminaba al salón, y ya sabréis que no es una serie especialmente luminosa, íbamos por el 5 episodio, pero a mi ya se me cerraban los ojos (durante el episodio 4 ya me había dormido algunos minutos) por lo que estaba intentando aguantar el 5 para no fastidiarles, pero me temía que para mi era el fin de la maratón.
Estaba en esas cuando me pareció escuchar a Sara gemir, al principio ni reaccione, estaba casi dormida hasta que un segundo gemido me puso alerta, me moví ligeramente en mi asiento, y aproveche para recolocarme de forma que por el rabillo del ojo les veía ligeramente, este movimiento les puso alerta y parece que pararon un segundo, pero enseguida pude percibir que había movimientos bajo la manta y Sara empezó a gemir de nuevo, Luis me apretó el muslo y me sonrió antes de seguir mirando a la tele mientras me acariciaba la cara interna del muslo bajo la manta por lo que supuse que también se había dado cuenta.
Poco a poco la situación era cada vez más excitante, se notaba que estaban tan cachondos que ya les dábamos igual, y esto quedo demostrado cuando Álvaro bajo la manta y aprovecho el accesible escote de Sara para sacarla las tetas ahí mismo y empezar a tocárselas mientras se besaban, con la oscuridad no distinguía que las estaba haciendo, pero en mi imaginación las apretaba con violencia, las castigaba por ser tan puta de estar así delante de sus amigos le estiraba y retorcía los pezones maltratando aquellas pequeñas tetas respingonas. Ya no había ningún disimulo y la mano de Luis fue directa a mi coño que estaba empapado bajo el pantalón, echando mi tanga a un lado no tardo en comenzar a masajear mi clítoris, yo aún estaba tapada con la manta, aunque daba igual ellos estaban absortos el uno en el otro.
Sara ya había sacado la polla de Álvaro del pantalón y subía y bajaba la mano con vigor entre las sombras donde debía de estar aquella polla que yo me imaginaba preciosa y gorda, aquello me tenía a cien y yo no tarde en tapar un poco a Luis e imitar a la puta de mi amiga masturbándolo desesperada mientras mi chocho empapado emitía sonidos viscosos con cada movimiento de su dedo. La manta ya caída a un lado nos permitía ver como Sara gemía como una guarra entre beso y beso, con sus tetas al aire mientras masturbaba a Álvaro salvajemente, al ritmo que restregaba sus caderas con la mano que se encontraba dentro de su pantalón desabrochado.
Al cabo de un poco Sara dejo de besar a Álvaro, y pude oír que le susurraba – Para… o me corro… para…- Pero Álvaro no debió de parar por lo que un momento después Sara comenzó a gemir más fuerte y dijo ya sin susurrar - me corro sigue sigue!.- mientras convulsionaba y se pegaba a Álvaro mordiendo su hombro.
Después de eso volvieron en sí y se relajaron, aunque no pude ver a Álvaro correrse por lo que imagino que el seguiría igual, Sara volvió a vestirse y se taparon bajo la manta mientras yo tenia que sujetar la mano de Luis porque mi coño hacia demasiado ruido, o al menos a mí me lo parecía, aunque seguimos acariciándonos lentamente bajo la manta hasta que termino el capitulo momento en el que los 4 decidimos que era momento de parar. Tenían que saber que era imposible que no lo hubiéramos notado, pero no hablamos del tema y simplemente cada pareja nos fuimos a nuestra respectiva habitación. Mi novio y yo estuvimos un largo rato tocándonos esperando oírles follar al otro lado de la pared, pero por desgracia no escuchamos nada. Nos masturbamos hablando largo y tendido sobre ellos, note que hablar de lo puta que era Sara lo excitaba y empezamos a fantasear con la posibilidad de repetir, de que nos vieran alguna vez, de como seria si los viéramos follando. Y finalmente echamos un polvo memorable, en el que mientras yo me empalaba en su polla le comentaba si le gustaría que nos pillaran así, o que entraran en alguna de aquellas sesiones en las que Luis me ataba a la cama y me usaba a su antojo…
Desde entonces no hemos dejado de darle vueltas y desde luego nos gustaría repetir. Cada vez que cenamos con ellos nos excitamos, aunque no se ha dado la ocasión de repetir algo así y no sabemos si ellos querrían.
Este es mi primer relato íntegramente real, y para el lector entiendo que no pueda tener ningún valor, ya que no tiene grandes escenas de sexo, pero para mi fue la experiencia mas morbosa que he vivido nunca y me ha abierto la mente a nuevas fantasías que espero que algún día sean experiencias.
Un besito a tod@s.