Stipper

Me gusta el sexo, no lo niego. Soy joven y estoy soltero, ¿Por qué no disfrutar de mi sexualidad? Cuando me fijo en alguien y noto cierto interés de esa persona no paro hasta conseguirlo, sea tío o tía.

Algunos me llamaban cerdo,

otros capullo

y demás insultos cada cual peor, pero lo cierto es que no me importa. Voy a lo que voy, me muevo por mis intereses y si algo se me mete entre ceja y ceja lo consigo. Sin importar a quien me lleve por delante o a quien pueda afectar. ¡Sobre todo si se trata de sexo!

Me gusta el sexo, no lo niego. Soy joven y estoy soltero, ¿Por qué no disfrutar de mi sexualidad? Cuando me fijo en alguien y noto cierto interés de esa persona no paro hasta conseguirlo, sea tío o tía.

Mi

último

objetivo era un chico. Lo encontré en una de esas aplicaciones para el móvil en las que te dice todos los chicos que hay cerca tuyo y que buscan meneo. Normalmente no recurro a esos tejemanejes, suelo tener facilidad para ligar, pero hoy quería algo diferente y que no hubiera catado ya. Estaba cansado de los chulos de discoteca que iban de machotes heterosexuales que decían querer probar como era metérsela a un tío, que juraban y perjuraban yo era el único que les había atraído nunca y a los cuales acababa metiéndosela yo. No, definitivamente no quería nada de eso. Tampoco me gustaba frecuentar bares de ambiente, los pocos que había visitado me resultaban decadentes; un montón de tíos colocados hasta las trancas exhibiéndose deseosos de que se los follen. Lo único interesante que encontraba en esos sitios era el cuarto oscuro y

aún

así tendría que estar muy necesitado para entrar en uno.

Pero volviendo a mi chico, lo primero que me llamó la atención fue su foto: una de la película de "El rey león", esa en la que el mono sostiene al pequeño Simba recién nacido. ¿Qué clase de tío, en un chat donde todos enseñan cacho en la foto de perfil, se pone esa foto? La curiosidad y la diversión me hicieron hablarle, al fin y al

cabo

si no me interesaba no tendría problema en decírselo.

Le saludé y le pedí que me pasara una foto suya. Parecía guapo así que fui directo al grano y le dije que tenía ganas de follar, que si quería quedábamos en un café del centro para vernos. Aceptó inmediatamente.

Me arreglé para la ocasión: me recorte la barba, me peine y me vestí con unas botas marrón claro, unos pitillos vaqueros desgastados, un jersey claro de cuello vuelto y una gabardina. Estaba presentable, atractivo.

Cuando quedaban 15 minutos salí de casa, no me gustaba llegar tarde pero tampoco pronto, sinceramente me gustaba hacerles esperar un poco para ver si tenían interés en

mi

.

Había poca gente ese día y solamente un chico solo. Era el de la foto. Ciertamente era atractivo, muy atractivo. Me

acerqué

y le llamé por su nombre. Era él.

Pasamos aproximadamente media hora hablando, era simpático y agradable, inteligente y con un toque de picardía y chulería. Iba a ser mío.

Le invité a casa a tomar una copa y a afollar. Se lo dije claro y sin rodeos.

-

Pensé que no me lo ibas a decir

  • dijo riendo.

Vivo en un pequeño apartamento cerca del centro así que no tardamos mucho en llegar.

Preparé

unas copas

y cuando salí de la cocina estaba sentado en el sofá. Me acerqué y le ofrecí la copa, puse un poco de música y me senté a su lado. A medida que pasaba la tarde el ambiente se iba caldeando y se nos notaba, pero si hay algo que se me da bien es mantener la compostura y controlarme.

Poco a poco fue acercándose a

mi

, me miró fijamente y me besó. Le devolví el beso, al principio suave pero cada vez

más

apasionadamente. Comenzó a bajar por el cuello, mordiendo y besando; su mano, hasta ahora en mi rodilla empezó a subir hacía mi polla, tocándola por encima del pantalón e intentando liberarla.

Aquí era donde empezaba el juego. Mi casa, mis normas. Es algo que siempre he tenido presente y quiero que entienda. Soy dominante, me gustan las cosas a mi manera.

Le dije que parase, que la cosa no iba así.

+

Levántate y desnúdate, ofréceme un buen espectáculo

.

Para mi sorpresa aceptó encantado.

Se levanto y se puso frente a

mi

. Empezó a moverse lentamente, la verdad que bastante bien. Se mordía los labios me miraba fijamente. Empezó a acariciarse el torso por encima del jersey de manera lenta, marcando el contorno de su cuerpo; de sus músculos bien definidos. Bajó lentamente la mano hacia el borde de la prenda y empezó a subírsela hasta acabar quitándosela y lanzándola lejos. Tenía un cuerpo trabajado, eso saltaba a la vista incluso con la

ropa

pero ahora disfrutaba de el resultado de ese trabajo.

Poco a poco empezó a girarse quedando de espaldas a

mi

, sacando ligeramente el culo y tocándoselo. ¡Tremendo culo! Cuando empezó a girarse de nuevo tenía el pantalón desabrochado y dejaba caer el cinturón al suelo. Siguió tocándose el torso, acariciando sus músculos hasta llegar al pantalón el cual se fue bajando lentamente. Cuando se lo hubo quitado quedó a la vista un suspensorio blanco a punto de estallar por culpa de su erección. Se acarició también la entrepierna, deleitándose en tu polla, subiendo otra vez hacia su torso, pasando por tus pectorales hasta acabar con las manos detrás del cuello y los brazos alzados, marcando sus bíceps y dejando ver unas axilas recubiertas de pelo.

Me levanté y fui hacia él mientras volvía a girarse para darme la espalda y volver a acariciarse el culo. ¡Qué culo y que polla!

Me coloqué detrás de él y le cogía de la cintura para atraerle hacía mi con brusquedad. Poco a poco fui subiendo mi mano por su espalda, hasta llegar a su nuca para cogerle por el cuello y atraerle hacía

mi

. Su espalda estaba pegada a mi torso, mientras le seguía cogiendo del cuello le giré la cara para poder besarle, y con la otra mano que aún tenía en su cintura me metí dentro de las tiras de su suspensorio hasta llegar a su polla, la cual dura y húmeda empecé a tocar. Él estiraba su mano y me apretaba la cintura para pegarse más a

mi

.

Después de un rato me separé de él, estaba rojo. Mi polla estaba a punto de caramelo, pero aún no le tocaba entrar en acción. Solté la suya y le empujé hacia el sofá.

Le dije que se pusiese de espalda y en cuanto lo hizo me arrodillé delante de su culo, el cual cubría una ligera capa de pelo. Le empecé a golpear las nalgas, una vez tras otra, dejándoselas rojas. Las apretaba, las juntaba y las separaba. Él gemía.

Me acerqué a su entrada, le di un pequeño lametazo y empecé a trabajar en su culo, le penetraba con la lengua, esmerándome en cada movimiento, le seguía cogiendo las nalgas y las apretaba contra mi cara, dejándome a

mi

mismo atrapado entre ellas. Yo seguía chupando y lamiendo y él no dejaba de bufar y de repetir lo mucho que le gustaba.

Al cabo de un rato pare y le cogí levantándole y dándole la vuelta para poder abrazarle y besarle. Él me atraía agorándome del jersey y yo cogiéndole del culo, el cual sentía ardiendo después de los cachetes que le había pegado.

Me separé, me quité el jersey y los pantalones y me senté.

+

Te toca

  • dije mientras me desabrochaba el pantalón y me lo quitaba -

chúpamela

.

Se puso de rodillas, me besó y me quito el calzoncillo dejándome los calcetines puestos.

Mi erección le saltó a la cara y él sonrió.

La agarró y no tardó mucho en metérsela en la boca. Enseguida empezó a tragársela del todo provocándose arcadas. Me acariciaba los huevos y me los apretaba ligeramente. Le acabo a entera en la boca, que maravilla. Siguió chupando durante largo rato, pajeándome, comiéndome los huevos.

Yo tenía los ojos cerrados, disfrutaba.

En una ocasión en la que me la estaba chupando le empuje la cabeza hacia abajo haciendo que se la tragara de golpe ahogándole un gemido con mi polla. Su lengua seguía moviéndose hasta que al poco empezó a tensar la espalda y a intentar separarse de mi miembro. Yo seguí apretando su cabeza, sintiendo como su garganta dejaba de apretar mi polla en un intento de abrirse para que entrase aire. Apoyó sus manos en mis muslos y empezó a hacer fuerza, miraba hacia arriba mientras se ponía rojo. Solamente cuando se le escapó una lagrima le solté.

Se echó hacia atrás dejándose caer sentado, llevándose la mano al cuello, tosiendo y cogiendo aire desesperadamente, seguía rojo cuando alzó la cabeza para mirarme mientras la misma saliva que me mojaba la polla le resbalaba por la comisura de la boca.

Pasé un dedo por mi miembro, recogiendo parte de esa saliva me la llevé a la boca sin dejar de mirarle. Entonces se volvió a poner de rodillas, me volvió a coger la polla y la lamió de arriba abajo hasta dejarla limpia.

+

Ven

  • le dije golpeando mis piernas -

siéntate

.

Empezamos a besarnos mientras le restregaba la polla por las nalgas y él se movía de arriba a abajo agarrándome del pelo.

Le separé y me estiré a coger un preservativo del pantalón que tenía tirado a los pies del sofá.

Rompí el envoltorio con los dientes y me lo coloqué mientras no besábamos. Cuando me lo hube puesto le miré, llevé mi polla hacia su entrada, le cogí de la cintura con la otra mano y empecé a empujarle hacia abajo poco a poco.

Empezó a fruncir el ceño y a morderse el labio interior mientras me clavaba las uñas en los hombros. Paré y empecé a besarle el pecho y a acariciarle la espalda hasta que dejo de clavármelos para acariciarme la cara, me la levantó y empezó a bajar sobre mi polla mientras me besaba. Cuando hubo llegado a la base de mi polla se echó hacia atrás, me volvió a coger los y empezó a moverse arriba y abajo mientras me miraba y se mordía los labios.

Su mirada estaba centrada en

mi

. Yo acompañaba su movimiento subiendo y bajando mi cintura mientras apoyaba una mano en la suya y con la otra le arañaba el pecho.

Le volvía a atraer hacia

mi

y le dediqué un largo beso mientras aumentábamos ligeramente el ritmo; le levanté el brazo izquierdo y le empecé a besar el cuello, bajando hasta el pecho, lamiendo su pezón y subiendo hacia su axila la cual olí y besé, pasando por sus bíceps, besándolos y mordiéndolos mientras él no dejaba de suspirar.

Cuando dejé caer su brazo le cogí la cintura con ambas manos y empecé a aumentar el movimiento de mis caderas. Él saltaba sobre ellas y echaba la cabeza hacia atrás mientras pedía más.

Al cabo de un rato le cogí la polla y le empecé a masturbar rápidamente mientras seguía aumentando el ritmo de mis embestidas. Cuando estaba a punto de correrse se echó hacia delante dejando caer su cabeza sobre mi hombro, mordiéndomelo y gruñendo. Dejó de moverse y mi mano y torso se llenaron de su semen justo cuando estaba a punto de correrme yo también.

Le

levanté

y le puse a cuatro patas en el sofá, me puse detrás de él y se la metí de golpe mientras le cogía el pelo con la mano que tenía llena de su corrida. Empecé a embestir con rapidez y con fuerza mientras el gemía hasta que un par de espasmos me recorrieron el cuerpo y me acabé corriendo.

Agotado me dejé caer en el suelo, apoyando mi espalda en el sofá y sacándole el preservativo. Él se tumbó boca arriba en el sofá a acariciándome el pelo mientras me sonreía. Por mi parte le cogí a polla aún un poco dura y me la llevé a la boca para limpiársela y provocando que se estremeciera y se riera.

había pasado un rato se levantó y empezó a coger su ropa.

+

¿Qué haces?

  • Irme, conozco a los tíos como tú: sexo y nada más.

  • Bueno quizás contigo quiera algo más, como repetir...

  • A lo mejor yo no quiero

. - Contestó pícaramente.

+

Bueno

  • dije mientras me levantaba y me dirigía hacia él -

quizá sea pecar de

arrogante

pero ha sido un pedazo de polvo y tú polla dice que tienes ganas de más.

  • continué mientras le cogía por la cintura y le besaba.

Me miró, sonrió, acarició mi polla erecta y se agachó de nuevo mientras me miraba.

Le acaricié la cara, cerré lo ojo y alcé la cabeza preparándome para disfrutar de nuevo.