Stag Life 19: Jamie Gillis Ha Muerto
el 19 de febrero de 2009 murió el gran Jamie Gillis. Stag Life le rinde un modesto pero sentido homenaje.
Stag Life 19: Jamie Gillis ha Muerto
19 febrero 2010
Mi corazón me recuerda que he de llorar por el tiempo que se ha ido, por el que se va. Me muero todos los días sin darme cuenta, y está mi cuerpo girando en la palma de la muerte como un trompo de verdad. Yo soy el tiempo que pasa, es mi muerte la que va en los relojes andando hacia atrás.
Lila Downs
"Mi corazón me recuerda"
En estas circunstancias no sé si hacer un minuto de silencio o de ruido, o quizá cuatro con diez segundos de música. Lo que hice fue poner bien fuerte la canción "Summer Cannibals" de Patti Smith; no soy fan de esta cantautora que siempre me ha parecido la Chavela Vargas del punk , y vaya que me caga Chavela Vargas. La analogía surge del video de la canción que he citado, en el que aparece insuperablemente mamarracha; el mote es injusto porque creo que ella es un artista de valor y de sobra independiente de cualquier otra, y su único pecado fue que este ignorante escritor conoció para mala suerte- primero a Vargas que a Smith, es decir, ese accidente trivial cambió la historia, y Patti pasó a ser la Chavela Vargas del punk, cuando pudo ser Vargas la Patti Smith de la música ranchera. En fin. Puse "Summer Cannibals", y sin meditarlo mucho pensé que era una pieza ideal, junto con una canción de Lila Downs, "mi corazón me recuerda", así como el disco completo de Rice and Beans Orchestra "Dante´s Inferno", para un duelo como éste. Ninguna música distinta a estas tres sonó en mis bocinas durante las horas que me llevó hacer este escrito que aunque largo me sigue pareciendo breve.
The cauldron was a-bubbling the flesh was lean and the women moved forward like piranhas in a stream they spread themselves before me an offering so sweet and they beckoned and they beckoned come on darling eat Eat the summer cannibals eat eat eat
as the street beneath my feet descending into hell So eat eat eat
you eat eat eat you eat eat eat eat eat eat
Patti Smith
"Summer Cannibals"
Duele ver que le lleguen a uno noticias al teléfono móvil al tenor de "Futbolista baleado ha mejorado: ya sonríe", y que en ningún puto lado se hable acerca de que Jamie Gillis ha muerto.
Los foros especializados, estadounidenses hay que aclarar, se han visto inmersos en una tormenta desatada por el maese Gillis, la última que él despierte quizá. Muchos dicen estar devastados, cosa que no comprendo, mientras otros arman polémica aprovechando el estado sensible de los demás. Me tocó leer la opinión de un infeliz que dice que la participación de Gillis en las películas siempre le irritó porque es un tipo violento, misógino, y por mucho la peor basura que hubiese visto. No sé si el forista es el príncipe azul, pues basta mirar a todos lados para darse cuenta que los hombres en general somos algo así como una mierda. Obviamente, su comentario fue objeto del linchamiento por parte de otros dolidos foristas que comenzaron a hacer disertaciones acerca de la personalidad de Jamie Gillis y exaltando la evidente importancia de este actor en la pornografía universal. Me imagino yo a estos foristas en un lavadero, chismorreando cada uno sus pareceres, acabando las diferencias a chingadazos hasta que la testosterona se regara por el suelo. Por suerte, en el foro en que se desató esta pelea apareció otro forista que fue muy contundente e irónicamente le dio las gracias al detractor de Gillis por convertir el foro en un consultorio de psicoanálisis donde drenar sus propios complejos. Por decir algo, a mí me caga John Goodman, por eso no veo sus películas; y cuando lo hago, y aprieto los labios al convencerme que no hay oportunidad posible para él, que siempre me cagará por algo, al menos tengo la decencia de aceptar que me lo tengo merecido por elegir sus filmes, sobre todo porque tengo la libertad de no verlos. Con Gillis pasa igual, si te caga no lo veas.
Eso pasa en los foros estadounidenses, mientras que en los de habla hispana en los de habla hispana caray, no los hay, o si los hay no los conozco. Lo que hay son blogs donde la gente comparte los archivos de video de cintas vintage a cambio de un "buen aporte", "eres la neta", "eres un sosweet , nunca cambies, XOXOXO". Ante esto, me siento en deber moral de escribir algo al respecto, aunque parezca un soliloquio, o aunque me terminen leyendo mis tres lectores, a los que sé, les hiere un poco la muerte de Jamie Gillis. Somos cuatro pero fieles.
El reporte oficial es este:
"NUEVA YORK La leyenda de la industria para adultos Jamie Gillis sucumbió el viernes la batalla contra el cáncer en su ciudad natal, Nueva York. Tenía 66 años.
Un conocido suyo desde hace mucho tiempo dijo a la AVN que la cepa de cáncer que afectó a Gillis era el melanoma. La enfermedad fue diagnosticada hace sólo cuatro o cinco meses atrás, dijo la fuente.
Gillis será cremado en una ceremonia privada. Pidió que en lugar de flores, las contribuciones sean hechas a la NYC Athletic League, una organización que lo ayudó cuando era niño y continúa ayudando a niños de la ciudad de Nueva York. Las donaciones pueden hacerse en http://www.palnyc.org/800-PAL-4KIDS/Donate.aspx."
También se hace alusión a lo siguiente:
"El veterano director de cine para adultos Wesley Emerson envió el siguiente correo electrónico a algunos amigos cercanos luego de la muerte de Gillis:
Es con gran tristeza que me informe del deceso de Jamie Gillis. Un hombre maravilloso, carismático, y aún más preciado amigo; le echaremos mucho de menos su pareja, Zarela, su familia, muchos amigos, e innumerables fans en todo el mundo.
A pesar del inmenso dolor que sentimos por la pérdida de nuestro amigo, nos consuela una cita de Albert Camus que Jamie nos citaba a menudo a nosotros: " La felicidad también es inevitable" ."
El Hombre.
Todo empezó un 20 de abril de 1943 en Nueva York, donde nació Jamie Gillis bajo el nombre de Jamey Ira Gurman. De su familia no puedo decir gran cosa, acaso lo que logro desprender al saber que a su muerte le sobreviven sus hermanas Phyllis Conley, Diane Lane, y Judy Caiati, y dos hermanos Wayne y Allan Gurman.
Otro dato lo da el gesto que tuvo a su muerte al pedir a la gente que no le manden flores, que mejor lo que querían gastar en tan bello homenaje lo depositen a la NYC Athletic League, que es una organización fundada en 1914 que, según el New York Times de la época, se dedicaba a la noble tarea de "reducir las tentaciones del mal comportamiento, y para mantener a los niños de la calle y darles una oportunidad de tener un lugar de juego bajo una supervisión adecuada". Esta organización aún hoy ayuda a niños en desamparo, y como dato curioso hay que decir que entre 1958 y la década de 1960, expandió sus fronteras más allá de dotar a los niños de un sitio donde jugar, extendiéndose a nuevas ramas como el fomento de la lectura, actividades artísticas y teatrales, incluso artes visuales; desde luego no son estos los años en que Gillis recibió su ayuda, pero es probable que fuese hasta 1958 que decidieran incluir este fomento a las artes como programa , pero que esa semilla de fomento al talento hubiese estado ahí todo el tiempo. En resumen, su familia es por lo pronto numerosa, y eventualmente necesitó de apoyos destinados a la niñez en condición de pobreza.
Dentro de toda la verborrea que se puede ver en Internet a razón de la muerte de Gillis, no falta el profesional de la salud que especula acerca de qué cosa traumática tuvo que haberle ocurrido a Jamey Ira Gurman para que se convirtiera en lo que se convirtió; opiniones que no nacen, desde luego, de una actitud compasiva, sino más bien de una sed de querer entender las cosas de una manera racional donde "monstruos" como Gillis tienen una explicación lógica y por lo tanto susceptible de algún tipo de prevención. La idea de que un hijo o hija le salga a uno ya no digamos puta o cogelón, o gay o bisexual, sino como Gillis, ha de ser pesadilla de muchos padres. Hubo pobreza, sí. Le sobreviven hermanos y hermanas y en ningún lugar se puede leer que le odien. Al contrario, lo que se alcanza a leer es que lo extrañarán. Luego el detalle de la NYC Athletic League, que nos habla de gratitud, y nos da una pista que aun en el escenario más deprimente el temprano Jamie Gillis tuvo el tino de abrazarse de cuerdas salvavidas que bien le pudieron poner en contacto con la lectura y las artes escénicas. Pero estoy especulando, es probable que tuviera una vida feliz desde siempre y sencillamente fue de origen como él fue, único, para inquietud de muchos padres.
El autor Larry "Ratso" Sloman, amigo cercano de Gillis, lo describía así: "Jamie era un espíritu magnífico. Era un tipo amable, de alma compasiva, con una insaciable sed de experiencia. Igual iba a la ópera, a las carreras de caballos, a un elegante restaurante, a un partido de hockey o en el Plato´s Retreat (Nota de Stag Life: El Plato´s Retreat fue un célebre club swinger de la ciudad de Nueva York, abierto en 1977, constituyó algo así como un Studio 54 del degenere sexual, una pequeña Babilonia reservada para parejas heterosexuales, según esto. La idea central es esa, un lugar tan liberal como un pub gay, pero para bugas; de hecho por eso se llama el Retiro de Platón, porque el creador de este antro, Larry Levenson, explicaba que Platón pudo haber sido gay porque no había sitios hetero donde divertirse de verdad, así que, al inventarse este lugar, sería el retiro de Platón al mundo de la jotería. Quien quiera saber más de este infamous club , vea " American Swing (2009) ", de Mathew Kaufman). Él era un judío renacido". Puede que sea esa sed de experiencia la que lo llevó a recorrer caminos bastante inusuales.
Su despertar sexual no pudo ser sino tempranero, según puede deducirse de una entrevista que ofreció a la revista Chic (No. 4, marzo 1993), donde revelaba: "A finales de la década de los sesenta me ganaba la vida cobrando 30 dólares por joderme chicas en un colchón mugriento en el sótano de alguien. Era la época de la revolución sexual y todo el mundo andaba enloquecido tratando de montárselo de la forma más salvaje".
Podríamos de aquí saltar hasta 1971, año en el que, a sus 28 años, respondió a un anuncio del Village Voice donde solicitaban modelos de desnudo, de donde saltaría a filmar loops (cortometrajes destinados a proyectarse en salas de peep show , hoy conocidas como cabinas), pero quisiera aterrizar en un instante previo a esto.
Es difícil de creer que Gillis fuese víctima alguna vez, nunca fue su estilo. Pero hubo un tiempo en que fue joven e incluso ingenuo. En una entrevista que dio a la multifacética Susie Bright (conocida como Sousie Sexpert, periodista, locutora, escritora, performancer, activista de la sexualidad lésbico gay, etc.), Jamie Gillis explica: "Tengo una hija que es prácticamente mayor que yo. Yo era virgen cuando fui seducido por una mujer mayor. Y ella quedó embarazada. Era un plan (ella quería un hijo). Yo le dije, "Si tienes ese niño, nunca te volveré a ver." Y ella dijo: "Bueno, yo no esperaba verte de todos modos. Yo voy a tener el niño". Y así fue la cosa. Debo decir que ahora estoy encantado de haber tenido esa niña, ya que sería ese tipo de frontera ante la cual te preguntas cómo es eso (la paternidad). Está por ahí este ser humano y me alegro por ella en todo momento. Me tomó alrededor de nueve años reconocerla. Simplemente yo no quería ser un mal padre. Yo no estaba preparado. Yo no quería acabar como mi propio padre, quien tuvo seis hijos, porque eso es lo que él hizo (ser un mal padre)."
En esa entrevista narra también que para su familia (padres y hermanos) nunca fue problema que él se dedicara a la industria del entretenimiento para adultos, pues, según dice el propio Gillis, siempre supieron en casa que él era simplemente diferente. Incluso narra una anécdota de su padre que permite ver que su educación no se orientó al recato: cuenta que en alguna ocasión le llevó una putita a su padre como regalo de cumpleaños o algo así. Cuenta que eso fue como una maldición ya que nunca más pudo entablar una conversación con su papá sin que éste terminara por encaminar el tema a si no tenía otra chica por ahí. De hecho, su papá era un caliente al que apodaban El Alcalde de
Roseland Ballroom porque se jactaba de haber bailado y besado a todas las damas que habían llegado al barrio.
La experiencia me lleva a pensar que las entrevistas que dan los pornstars una vez que son viejos son mucho más interesantes y honestas que aquellas que ofrecen estando en activo. Es como si estando en activo se preocuparan demasiado por ser congruentes entre sus respuestas y lo que hacen, cultivando a su vez su propio mito. A menudo las opiniones contenidas en las entrevistas son tan febriles que difícilmente puede creerse que una persona viva tan poseída por la cachondera, pareciendo más la recitación de un guión que la opinión de una persona real. Todas las actrices se dicen ninfómanas, todas dicen hacerlo por mero gusto, etc. Prefiero las entrevistas que los pornstars dan desde el asilo de ancianos y no desde la cama del plató, me parecen entrevistas más auténticas y reflexivas, además que siempre me da gusto cuando alguien habla de su vida redefinida, no desde la incertidumbre de lo que pasará mañana, sino desde el gusto de lo que ocurrió ayer. Todas las personas deberían tener derecho a que se les entrevistara en la vejez, como acto de redefinición personal, de acomodo de papeles, notas y experiencias.
Según escribe Casto Escópico en su " Sólo para Adultos: Historia del cine X " (Escópico, 1996): "Una de sus primeras películas conocidas es la modesta "French Wives (1970)", una historia que transcurre en un pequeño pueblo de Francia pero que se rodó en Long Island. De esa misma época es "Sharon (1971)" de Nevred Reef, una comedia sobre el vigor sexual de los sureños. En su primera película importante , "Portrait (1974)" de Gerard Damiano, Jamie es un psiquiatra que debe lidiar con las fantasías esquizofrénicas de una joven (Jody Maxwell)".
Seguramente a Escópico le pasaron mal el dato, pues French Wives es una realización de años posteriores (la confusión puede estar en que hay una cinta porno llamada "French Wives (1975)", en la que Gillis efectivamente aparece, aunque no es referido en los créditos; mientras que existe otra cinta mainstream de nombre "French Wives (1970)", en la cual evidentemente no participa Jamie Gillis, lo que parece aclarar que se trata de un error de homonimia). En cualquier caso, para 1970 ya tendría un año de estar cobrando 30 dólares por coger.
En la entrevista con Susie Bright, Jamie Gillis dijo: "Sabes, siempre he tenido la divertida imagen de mí mismo como un hombre heterosexual que tiene más puterío que cualquier puto de verdad que yo conozca. Porque cuando yo era niño, los homosexuales eran los únicos que en realidad eran sexualmente alocados. Antes del Plato´s Retreat , había un lugar llamado Continental Baths . Era la misma ubicación. Y yo solía ir a los Continental Baths porque ahí es donde uno podía vivir locuras. ¡El sexo salvaje! Nadie más estaba haciendo eso. Me recuerdo caminando alrededor de ese jodido lugar y pensando: "Si hubiera un lugar como este para heterosexuales. ¿No sería fantástico?" Y yo ni siquiera podía soñar que sucedería, pero sucedió, unos años más tarde, con el Plato's Retreat . Fue ese un lugar hetero con todos esos cientos de chicas rondando por allí. En mi mundo ideal, al caminar por la calle siempre habría un lugar donde simplemente se pudiera tocar a la gente. No habría un club para hacerlo a escondidas." O sea, Gillis era como Platón.
Si bien Gillis nunca tuvo problemas con aceptarse bisexual, este comentario revela que, más que un furor gay, lo que imperaba en él era un furor por lo sexual, el exceso, lo que Gillis llama "alocarse". Se graduó de la Universidad de Columbia en 1970, y como muchos de sus contemporáneos (por citar algunos, Harry Reems, Eric Edwards), era un aspirante a actor. La cosa no estaba clara, ganaba unas monedas por acá, pero también trabajó en 1971 como taxista, lo cual no da pistas de que estuviera teniendo demasiado éxito en ninguno de sus oficios. Vino entonces lo del aviso del Village Voice , donde acude a pedir trabajo como modelo de desnudos. Seguro que el Village Voice no era el patrón que uno sueña tener, de hecho, el responsable de dicha productora es el mismo responsable del tristemente célebre acercamiento de Linda Lovelace con un perro.
Sus primeras apariciones en pantalla debieron ser loops, hoy difíciles de identificar primero y rastrear después. Según la IAFD (Internet Adult Film Database), su película registrada más antigua fue "Rosebud (1971)".
Gillis no tardó en posicionarse como un actor indispensable para producciones que incluían en sus guiones personajes de relativa o gran complejidad. En qué medida estos guiones delimitaban una personalidad retorcida del personaje, o sin delimitarla, Gillis les imprimía ese valor agregado, ese no sé qué. Escópico abunda: "Además de sus cualidades interpretativas, Gillis era capaz de alterar el desarrollo normal de una escena aportando insospechados matices a sus interpretaciones. Su desmedida imaginación sexual ha sido bien aprovechada por aquellos directores que suelen confiar en la capacidad de improvisación de los actores."
El desquiciado Shaun Costello, ya de por sí enfermo de sexo, llegó a referir a Gillis como sigue: "Era la persona más sexualmente desinhibida que he conocido, pero en las demás partes de su vida era posiblemente el tipo más inhibido del planeta. No bebía. No consumía drogas. Su vicio eran los cigarrillos Gitane, y el juego. Al margen de su depravación sexual personal, su vida era realmente muy recta. Ciertamente no era el típico sujeto unidimensional que puedes encontrar en el negocio del porno... (Él) tenía un poco más de atractivo animal. Las mujeres amaban a Jamie, y él tenía su onda con ellas."
A Jamie Gillis se le puede "clasificar" por décadas. En la década de 1970 su presencia fue ruda y febril, inquietante y desquiciado, era joven y confiaba en esa juventud como pase inmediato a placeres a los que tenía derecho; en la década de 1980 su rudeza se volcó más a su capacidad de abuso verbal, se aceptó freak; en la década de 1990, más por fastidio que por premeditación e ingenio, fue el pionero del subgénero gonzo, se encaminó a la producción, se centró más a los juegos de poder que el sexo permite; mientras que la década del 2000 ya es simplemente un sibarita más privado, señor de su casa en la medida que él podía serlo.
Sleazy 70´s
No hay traducción para " sleazy ". Hay quien lo traduce como alocado, pero yo prefiero aceptar que la palabra como tal no tiene equivalente castellano y por lo tanto hay que tomarla como va. Una cosa sí sé, el cine porno de la década de 1970 no sería tan sleazy si no hubiese existido Jamie Gillis. Su toque está detrás de muchas de las cintas más relevantes de esta delirante década.
La IAFD refiere como su película debut " Rosebud (1971)", de la cual no tengo noticia de su trascendencia. En 1972 participa en algunas cintas que pasan al olvido, mismas que parecen una hardcorización de las cintas de sexploitation que imperaban a finales de los sesenta. Las mujeres lucen en ellas los peinados de la década pasada, las minifaldas, lo kistch. De aquí se rescata "Dynamite (1972)", uno de sus trabajos más tempranos. No es una gran película pero se observa a un Gillis en plena condición física. No tiene todavía tanta confianza pero se la pasa muy bien atravesándose a Dolly Sharp, quien abre las piernas de manera maravillosa mientras suena una pieza musical de jazz latino rico en percusiones. Cualquiera que guste de grupos de este tipo como Seguida o Cortijo, adorará esta escena.
En 1973 participa en " High Rise (1973)", que es una cinta que destaca más por la estridencia de su música (emparentada con lo que hacían por aquel entonces los Rolling Stones). El porno nunca fue tan a go go como en este filme en el que se intercala música psicodélica con escenas de sexo con pequeños flashazos en los que aparece gente bailando, mucha de la cual trae peinado a la afro, también conocido como "de micrófono", en su conjunto un retrato de algo parecido a la vida disoluta de los setentas.
De este año me resulta de interés, en tanto que mexicano, la película que obedece al título de " Love Mexican Style (1973)", la cual abre mi curiosidad acerca de cuál se supone que es nuestro estilo de amar. Necesito verla para darme por enterado, no vaya a ser que lo que he hecho todos estos años fuere otra cosa. Sale también en "Devil´s Due (1973)", una cinta que recrea una supuesta misa negra en la que un delgadísimo Jamie Gillis pone su granito de arena en la orgía final (misa negra sin orgía no tiene chiste).
De 1973 es también una cinta que se llama "Joe Rock Superstar (1973)**" en la que el protagónico se lo dan a Marc Stevens, quien es un rockstar desquiciado. Es cómica y anecdótica en muchos sentidos; por principio, aparece como actor Shaun Costello, quien para ese entonces se dedicaba a observar el negocio, soñando quizá con dirigir; Marc Stevens era, literal, una especie de Jim Morrison, mientras que Jamie Gillis es el baterista de la banda y porta una playera con el logo de Coca Cola pero que dice "Cocaine". La cinta muestra lo que debe ser el desenfrenado tren de vida de una estrella de rock y lo que ocurre tras bambalinas (pura cogedera). La escena en que Marc Stevens canta "L.A. Woman" de The Doors, mientras Gillis toca la batería, y Costello toca los acordes eléctricos con una guitarra de madera de utilería, mientras se superponen escenas de Costello cogiéndose a una chica, es hilarante, sobre todo porque Stevens se atreve a hacer lo que Morrison nunca se atrevió: bajarse los pantalones en escena y menear la verga para el público, y Costello tiene el don de la ubicuidad al estar en el escenario tocando pero a la vez detrás de bambalinas cogiendo.
Joe Rock Superstar (1973)
En 1974 aumenta de manera exponencial el número de participaciones de Gillis en películas de muy distinto corte. Participa en la cinta softcore " Abigail Lesley is Back in Town (1974)", compartiendo créditos con Jennifer Welles, en un montaje en el cual todos los actores demuestran su capacidad histriónica más que la fornicaria. Si hubiese sido explícita hubiese sido un filme memorable, de hecho lo es pese a que no hay escenas de sexo duro. Al igual que acude al llamado en producciones que rayan en el mainstream, sigue sin desdeñar (para nada) papelillos en los que casi no tiene que interpretar nada, sino simplemente coger intensamente.
Es en este año que participa en una de esas películas raras que con el tiempo se vuelven referenciales: "The Defiance of Good (1974)" de Armand Weston. Esta cinta está en la venia de películas malditas que derivaron de "The Devil in Miss Jones (1972)". Hay varias, todas ellas bizarras y malévolas. En este filme el sadismo aparece de manera explícita y casi documental. No sólo hay una violación obligada y los infaltables chicotazos sobre la protagonista, sino que hay una narrativa muy clara acerca de cómo el sadismo va más allá del grito y el golpe, y cómo su dimensión real es cuando una persona de plano no tiene salida alguna, quedando atrapada por todas partes como resultado de un cierre sistemático de puertas y esperanzas.
(Nota: cuando aparezcan títulos seguidos de dos asteriscos [**], significa que se trata de películas significativas sobre las cuales aparecerá, en algún momento futuro, una reseña de Stag Life. Muchas son en las que aparece Gillis, así de importante fue).
La trama es simple: Susy, una amiga de Cathy, la protagonista, le ofrece drogas. Mal han comenzado a consumir aparece la madre de Cathy y determina que hay que darle un correctivo. La escuela, para no expulsarla (no se explica por qué diantres la madre de Cathy fue con el chisme a la escuela, siendo que era mejor arreglar todo en casa), manda a Cathy a una valoración psicológica en un manicomio. Tanto los locos de remate, enfermeros y demás personal médico encuentran a Cathy muy apetecible. La ultrajan y luego le echan la culpa a ella, obvio cae todavía más bajo luego que la mandan con un Doctor que es en realidad un maese del sadismo. En una escena Cathy le reclama: "You look like a priest" , y éste le contesta con energía "I´m a priest, in my own way". Y sí que lo es.
Al final, el adiestramiento llega a su fin, pero ¿Cathy querrá volver a su antigua vida? La cinta analiza el tema de cómo el sufrimiento predecible y la dedicación al sumiso pueden ofrecerle a éste, irónico, seguridad. Está tan bien planteado el tema que incluso podría utilizarse esta cinta para cursos educativos acerca de las técnicas de manipulación coercitiva tan ampliamente estudiados por Robert Lifton, aunque, obvio, no hay universidad que permita que sea ésta su cinta educativa. Quizá la novatez de Gillis hizo que fuese reclutado para papeles pequeños en las violaciones, donde apenas y si se le reconoce dado la marcada tendencia de filmar a los ultrajadores sin rostro, se les ve sólo el cuerpo, no son nada en absoluto sino fuerzas del mal que están ahí para vulnerar lo que hay de bueno en el mundo. Ese papel es el que le dan a Gillis, y parece gustarle. No es raro que a partir de ahí se le seleccionara para papeles en esta línea. Lamentable es que la carrera de Gillis apenas comenzara, pues el papel del Doctor le quedaba que ni pintado, y se lo dieron a Fred Lincoln.
The Defiance of Good (1974)
En 1974 hay otro surgimiento importante de los sleazy seventies: el de Shaun Costello como realizador. Costello nace como director con la cinta "Forced Entry (1974)**" y recluta para el papel principal, un ex combatiente de Vietnam que queda muy tocado y se hace terapia violando gente, a Harry Reems. El papel pudo haberle quedado a Gillis, pero a ser honesto, Reems también lo interpreta a la perfección porque en el fondo, cuando no se hace pasar por un doctor chiflado, es bueno (para muestra hay que decir que nadie se cogió mejor a Traci Lords que Reems). No es de lamentar que no llamaran a Gillis para el papel porque quizá se requería de un actor experimentado.
Sleazy Costello y sleazy Gillis harían una mancuerna creativa que sería dinamita. Las colaboraciones de ambos en este año son trabajos bastante modestos, Gillis apenas surgía como el gigante que sería, y Costello comenzaba apenas a dirigir con timidez, pero seguro de querer pasarla extraordinario mientras durara el sueño de filmar. Ambos creían que todo era posible, y dieron rienda suelta a sus retorcidas imaginaciones. Los dos trabajarían en muchas cintas memorables, pero por lo pronto harían trabajos balines como "Love Bus (1974)", donde Jamie Gillis es un terapeuta que le receta a su paciente una dosis de Vergoglobina compuesta con un poco de Mitrozon 500; además de otras cintas como "Sometimes Sweet Susan (1974)", cinta de soundtrack excepcional donde Gillis tiene una brevísima aparición como aquella fantasía violenta que tiene la tal Susan mientras su novio se la coge; "Come Flight with Us (1974)" donde Gillis aparece cogiendo vestido con un trajecito rojo de cascanueces como la peor pesadilla de una bailarina de ballet, o al menos del papá de ésta. "Kathy´s Graduation Present (1974)" donde se hacen sugerencias de qué regalar a una recién graduada. Buena jugada del destino al hacer coincidir a Costello y a Gillis, pues ambos impulsaron algo que mutuamente poseían, personalidad y carácter.
Come Flight with Us (1974)
En 1975 se ruedan películas extraordinarias y en muchas de ellas participa Gillis, y a ser honesto, algunas no serían tan particulares si no lo hubiesen llamado en el casting. Bajo el apodo de Jamey Gillis participa en "Private Afternoons of Pamela Mann (1975)", de Henry Paris, donde ejecuta un pequeño papel de encimoso callejero además de discreto chofer; "Opening of Misty Beethoven (1975)", una de sus películas más emblemáticas, donde encarna (literal) un sibarita que se da a la noble tarea de pervertir a una Constance Money absolutamente buena, torpe e inexperta, dejándola lista para cualquier escarceo. La película es un viaje particular llena de muchos matices, y Gillis es el hilo conductual de todos ellos.
De este año es también Passions of Carol (1975), que ya fue objeto del fascículo 15 de Stag Life, donde es el empleado del señor Scrooge que mata su pobreza cogiéndose con gran efectividad y ternura a su esposa paralítica, Kim Pope, quien nunca lució más linda que en la alfombra junto al árbol de navidad. En ese año podemos ver otro encuentro intenso y memorable entre Kim Pope y Jamie Gillis, esto en la película "Heavy Load (1975)" donde el protagónico masculino se lo dan a un opaco Jeffrey Hurst que va por ahí mal cogiéndose a todas; esta cinta es tan ordinaria que incluso aprovecha gags dizque humorísticos en los que Hurst carga cajas en cámara apresurada mientras suena una música de pianola, mientras una anciana le dice que ponga las cajas aquí y luego allá, terminando todo con Hurst dándole un zape en la cabeza desmayándola.
Esto ubica la cinta como una comedia rancia, normal, irrelevante, hasta que sale Gillis. Resulta que él y Kim Pope son algo así como Bonnie y Clyde. Ella finge tener una llanta ponchada, Hurst se detiene a ayudar y ella lo lleva hasta su casa. Dentro de la casa está Gillis viendo televisión, escucha que su mujer viene y corre a ocultarse, y al hacerlo se sumerge en medio de una rutina corporal sumamente graciosa; por hacer una referencia de dominio público, hace tantos o más ademanes que el pirata Jack Sparrow al correr, sólo que tres décadas antes. Hurst piensa que se cogerá a Pope, pero de las sombras sale Gillis con una pistola y una cuerda. "No traigo dinero" aclara Hurst, y Gillis aclara "No queremos tu dinero". En efecto, lo que quieren es amarrarlo mientras Gillis se viste solamente con un sombrero de copa y se jode por detrás a una Pope que se empina de una manera maravillosa, ella gime sin ocultar que se la están jodiendo duro, pero parece bastante cómoda y conforme con recibir una dosis de eso. Con ningún otro actor lucirá tanto Pope, siempre terminará haciendo escenas desabridas, pero esta escena, iluminada con sórdidas luces rojas, es muy caliente.
De 1975 también es la psicodélica "Teenage Stepmother (1975)" donde la hace de un novio muy libertino y compartido de su mujer. La música es setenterísima, y sale un Marc Stevens ultra friki. Otra joya del cinema erótico mundial es "Story of Joanna (1975)**" donde Gillis pervierte a una muy potable Terri Hall. Esta obra iconoclasta filma los escasos encuentros sexuales desde planos muy cercanos e intimistas. Es cine de arte por donde se le vea. Es innovadora al incluir un gangbang oral en una escena que corta la respiración. En ella Terri Hall atiende con su bendita boca a varios sujetos para dejarlos que se corran en su garganta de la manera más obscena y lánguida posible. ¿Has visto esas venidas en la boca modernas en las que la chica está frente a una verga esperando un chorro de semen que le vendrá desde lejos? Bueno, eso es lo que no son estas venidas en la boca de Terri, quien no deja de mamar pese a que el esperma le inunda la cara interna de sus mejillas y se desborda por las comisuras de sus labios. La actuación de Gillis es magistral y regia es también la dirección de Gerard Damiano quien rompe muchos esquemas al incluir una muy inusual escena gay en la que un mayordomo, interpretado por el muy servicial Zebedy Colt, le da una mamada al muy profesional Jamie Gillis, que la recibe estoicamente porque lo exige el guión. Al final, el exceso ha sido tanto que Gillis le da una pistola a Hall y alguien tendrá que morir.
No todas las intervenciones de Jamie Gillis son dignas de aplauso. Hay unas francamente desastrosas, como la que puede apreciarse, o más bien dicho despreciarse, en " Vixens of Kung Fu: A Tale of Yin Yang (1975)" que es una película que quizá tenga algún valor como referencia camp, justo como una derivación de las películas de sexploitation que tan bien hizo Russ Meyer en los sesentas y que encumbraron a personajes femeninos tan violentos como Tura Satana. Acá hace falta una protagonista así de fuerte, y se requiere más que poner a un grupo de chicas a hacer tai chi desnudas o practicar en canicas ejercicios de kung fu para que sea considerada de valor. Respecto a Gillis, que es nuestro tema, raras veces se le puede ver tan desenfocado como en esta cinta. Echa montón en una violación al aire libre. Se le ve incómodo, distraído, aunque él está ciertamente encajado en una actriz, a la vez está desencajado por donde se le vea. Parece no ser él, no sólo no parece disfrutar lo que hace, sino que se ahorra cualquier despliegue de su personalidad. Otra de estas cintas sin gracia es la confusional "French Wives (1975)", que es una cinta con una omnipresente música disco suave, muy en la onda de Barry White, pero en vez de Barry se escucha un francés hablando en su propia lengua; aquí Gillis es actor de relleno también, y si acaso se piensa en esta cinta es porque contiene una de esas raras escenas en las que Gillis eyacula sin ayuda de su mano, sino en la garganta de su meretriz, lo cual no deja de ser extraño. A lo largo de los años tendrá otras participaciones mediocres, pero se le recuerda por las que son geniales.
Una cosa sucede con 1975. Parece ser un parte-aguas delirante. En una entrevista, el maestro (pronúnciese con acento italiano) Mario Salieri dijo: "las películas porno norteamericanas producidas a principios de los 70 aún siguen siendo las grandes obras maestras, no superadas todavía. A veces las vuelvo a ver con gran placer". Sucede que por simple sistema decimal sólo puede hablarse de inicios de los setentas refiriendo desde 1970 a 1975, el "mediados" es confuso, y a partir de 1976 ya todo sabe a finales de los setentas. Una magia muere y nace otra. En 1976 sobreviene una nueva generación de actrices importantísimas, divas que quizá no encajaban en los apestosos sesentas tempranos, pero encajaban de maravilla en la segunda mitad de dicha década. La onda hippie y chilera pierde fuerza, y las producciones se orientan a sofisticaciones cada vez mayores.
Las películas de 1976 a 1979 son de otro corte, las actrices comienzan a ser más que buenas actrices, starlets; permanecen algunas como Georgina Spelvin, pero los tiempos la rebasan. En breve se escucharán nombres como Annette Haven, Desirée Cousteau, Vanessa del Río, Sharon Mitchell, Marlene Willoughby, entre muchas otras. Carne fresca, como diría John Leslie.
Así como hay Chicas Almodóvar, así las había Chicas Costello. En 1976 estallarían dos supernovas: Vanessa del Río y Marlene Willoughby. Bajo la dirección de Shaun Costello ambas bajarían a los infiernos del placer. Hay quienes conozcan a Marlene Willoughby en cintas de los ochentas y piensen que es una actriz del montón de aspecto flacucho y demasiado judío. En 1976 era una flaca que te querrías coger a toda costa. Belleza audaz y temperamento caliente; y qué decir de Vanessa del Río, simplemente intempestiva y arrasadora. Estas nuevas estrellas se gestaron en los platós de Shaun Costello, quien tenía no sólo actrices fetiche, sino actores fetiche, uno de ellos Jamie Gillis.
Las cintas más llamativas de 1976 las harían en su conjunto. En la película que obedece al gráfico nombre de "Dominatrix Without Mercy (1976)", de Shaun Costello, Gillis se deja montar por una Willoughby envuelta en prendas de cuero que la hacen lucir como una inquieta mancha solar. Para confusión del público, Willoughby lo monta mientras otra meretriz se mete en el coño un dildo con forma de verga, mismo que se saca de vez en cuando y se lo da a probar a Gillis, quien lo degusta sin pena. De este mismo año y director se rescata "Midnight Desires (1976)**", una obra de extraordinaria estética y trepidante acción. En esta otra cinta a quien le toca sentir el rigor de un dildo es al pobre Eric Edwards, quien ve roto su sello de garantía dejando inservible su canoa mientras se coge a una chica. Ya con más producción, la cinta está hecha en colores vivos. Aprovechando esto, un trío de facinerosos hace presa a Vanessa del Río en los vestidores de un gimnasio. El que arma todo el ultraje es Gillis, quien hace gala de su abuso verbal ante una muy sumisa Vanessa. Vestido de rojo parece un demonio deportivo. Comienzan a jodérsela. Los momentos cumbre son cuando a Vanessa le retacan en la boca dos vergas a un tiempo, para luego hacer una doble penetración con mamada (eran tres tipos, recuerden). La escena termina con una feria de eyaculaciones en el culo de Vanessa que para nada quedó inservible después de aquello. Puede con eso y con más. En "Double Exposure of Holly (1976)" interviene en una sesión de sexo onírico y se ejecuta a una suprema Anne Sprinkle mientras Terri Hall observa un televisor; la obra es menor porque se parece a otras obras geniales, lo que no quita que sea una delicia completa.
Midnight Desires (1976)
De ese mismo año es "Waterpower (1976)", una película que se cuece aparte y que tendrá su muy merecida reseña de Stag Life. Sobre esta cinta hay muchas anécdotas que contaré en su momento, por lo que toca a Gillis, por aquel entonces se había hecho pública la historia acerca de un hombre que fue declarado culpable de ir en una juerga de limpieza en la Universidad de Illinois, es decir, les había practicado lavativas no muy consentidas a un grupo de chicas. Al tipo le apodaron The Enema Bandit . Por un lado Shaun Costello estaba meditativo acerca de la película "Taxi Driver (1976)", y Jamie, que también la había visto, pensó que él haría un gran Travis Bickle, pero de a pie, y en lugar de conducir un taxi y matar a los enemigos del bien, emprendería una cruzada para limpiar las perras del mal y salvar sus almas mediante enemas. ¿Así o más retorcido? La película es de las más satanizadas en la historia del porno y al mismo tiempo es de culto. La anécdota es que Gillis, como todo buen De Niro, tuvo la seria intención de visitar al auténtico Enema Bandit , cosa que hubiera hecho si le hubieran pagado el viaje, pero no se lo pagaron; no obstante ello, se entregó completamente al proyecto y era el único que no temía por aquello que las cosas salieran de la mierda (literal).
Filma "Through the Looking Glass (1976)" que es una cinta bastante extraña en la que un espejo funge como portal dimensional al infierno. Gillis es en esta cinta el mismísimo diablo. Es otra de esas cintas en la venia de "The Devil in Miss Jones (1972)", y hablaré de ella en su respectiva reseña de Stag Life. La película puede no ser la más ardiente, pero mucha gente opina que es inquietante y perversamente subliminal.
En el documental "American Swing (2008)", uno de los entrevistados suspira y dice: "1977 fue un buen año". Sin proponermelo me doy cuenta que muchas de las cintas reseñadas en Stag Life han coincidido con tener dicho año de nacimiento. Era la madurez de los setentas, la década con toda su fuerza pero a la vez con toda su locura. Sleazy, sleazy, sleazy. De qué manera Gillis entró al negocio y lo pervertió, o viceversa, no lo sé. No sólo él era un potencial pervertido, sino que se rodeó de las peores compañías.
Se integró de maravilla al equipo habitual de Shaun Costello, un adicto al sexo confeso, donde trabajaban tipos tan extraños como Marc Stevens, cuya verga se inmortalizara en las fotos de Robert Mapplethorpe. Stevens se jactaba de haberse acostado con Gillis por mero gusto. Si en el plató la rutina de Jamie era delirante, fuera de escena también lo era. En ese año de 1977 abrió sus puertas el Plato´s Retreat, un club de desmadre sexual para parejas hetero ubicado en el Antonia Hotel, un fastuoso edificio del siglo 19 ubicado en la esquina de Broadway y West 73rd Street, en Manhattan, que resultaba ser el sueño dorado de Gillis.
En ese año repuntan Sharon Mitchell y Annette Haven, quienes coinciden con Gillis en algunas producciones. Es probable que en este año comenzara la escandalosa y célebre relación que durante dos años tuvo con la actriz Serena. Es contradictorio que ella estuviese con Gillis en 1977 porque técnicamente en ese año se casó con el actor porno Thomas Blaquelord, con quien, en ese año también, procreó una niña a la cual pusieron el lisérgico nombre de Lucy Sky Diamond Blaquelord. No esperemos que Serena fuese una chica monógama convencional. Lo cierto es que ella y Gillis coinciden por vez primera, según creo, en el plató de Blue Voodoo (1977), del oscuro Armand Weston.
Años después Sharon Mitchell comentaría en "The Other Hollywood" que, en una ocasión, Jamie Gillis la llamó por teléfono y le pidió que viniese inmediatamente a su casa. Ella fue y se encontró a Jamie en pleno juego de sadomaso con Serena. Al parecer, Jamie estaba metiendo la cabeza de Serena repetidamente en el retrete, mientras tiraba de la cadena, y necesitaba a Sharon para que le ayudase a sujetar a Serena.
Estas versiones las corrobora también Verónica Hart, que en una entrevista que dio decía: "Él solía atar a Serena. A menudo alquilaba una habitación barata en un motel de la calle 42, la ataba a la cama, bajaba a la calle, buscaba a tipos, y subía con ellos a la habitación y les invitaba a cogérsela. Era un tipo interesante."
Con el tiempo este tipo de prácticas las echaría a andar ante las cámaras, creando a finales de los ochenta el prototipo del sub género gonzo , consistente en conectar actrices profesionales con amateurs, regalándoles carne, pero robándoles la frescura y la espontaneidad. Y en los noventa haría trabajos de tema escatológico bajo la serie Walking WC Bowl . Pero ochentas y noventas eran, en 1977, el futuro, por el momento estas cosas las hacía Gillis por gusto. Serena no sería la única con la que alternara roles de dominación y sumisión.
Esta relación fue muy comentada dadas las estridencias que acostumbraban. Quien escucha los detalles de lo que hacían puede pensar que es inaceptable cómo una chica tan linda como Serena se prestaba a semejante trato. Al respecto, Serena expresó en una entrevista lo siguiente:
"Yo viví con Jamie Gillis durante dos años. Fue muy caliente. Estábamos enculados (Nota de Stag Life: La palabra enculados no le hace justicia al juego de palabras que hace Serena, pues ella dice que estaban "In Lust", como alternativa de "In Love". No era amor, era lujuria. Usé una expresión mexicana cercana al "in lust", pero lamentablemente menos ingeniosa). Íbamos en tren a través del país porque no le gustaba volar. Fuimos muy demandantes como pareja, así que íbamos juntos de ida y vuelta todo el tiempo. Nos gustaba alquilar un coche con cama, luego íbamos acecho de chicas bonitas y las arrastrábamos a nuestro dormitorio. Estaríamos haciendo eso durante tres días y medio. Era muy difícil decir no a Jamie. Andaba mucho en el sadomaso y podía ir en cualquier dirección. Igual les daba nalgadas y luego les pedía que le dejaran venirse en sus tacones altos. Siempre había algo extraño. Pero era interesante. Aprendí mucho sobre el lado oscuro con él. Yo era un ángel blanco y él fue un oscuro demonio, pero lo amaba."
La cinta "Blue Voodoo (1977)" es de lo peor que filmó Armand Weston, doblemente malo si se repara en que este director tiene talento. Acaso tiene momentos anecdóticos porque la mayoría de las actrices Serena incluida- provenían de espectáculos de baile exótico, y en este filme dedican mucho tiempo a que aparezcan en un escenario bailando, supongo, como lo hacían en los teatros. Es teatral, pero eso no la hace buena. En un gesto racista, se ha de sobreentender que Vanesa del Rio, por latina, seguro profesa el Vudú; Jamie Gillis aparece cogiendo entre nubes, literal, teatralmente también.
El teatro con sexo explícito era una realidad en aquellos años. De hecho, un dato curioso de Gillis, y que sería difícil de creer en otro actor, es que montaba espectáculos de teatro con sexo explícito pero eventualmente recitaba líneas de Shakespeare, lo que convertía el show en arte, escapando así de la censura que caería sobre él si solamente saliese jodiendo en vivo. "Blue Voodoo (1977)" pretende recrear el ambiente de burlesque hardcore, pero lo logra de manera muy pobre. Si el tema interesa, es mejor ver "Live Show (1979)**", donde el tema se plantea mucho mejor y se puede disfrutar de la diosa de aspecto californiano Chris Cassidy. En cualquier caso, si se es fan de Serena es obligado ver "Blue Voodoo (1977)". Por lo demás. Gillis y Serena no intercambian fluidos en esta cinta, pero se echaron el ojo en los pasillos de filmación.
De ese año es "Fiona on Fire (1977)", dirigida por Shaun Costello, donde aparece una estampa célebre de Gillis en cuatro patas mientras Marlene Willoughby le da de chicotazos. En "Captain Lust (1977)" no tiene para nada un protagónico, si acaso trabaja como doble de cuerpo; para variar, en esta cinta es pirata y se está cogiendo a una monja que raptaron en una isla desierta (¿Qué coño hacía la monja en una isla desierta vestida con sus hábitos? No tengo la más puta idea), no se le ve ni la cara, pero aparece esta cinta en su resumen de la IAFD y puede verse cómo el pirata que se coge a la monja le está dando por atrás, saca su verga de las caderas y comienza a eyacular mediante el célebre, único y característico muñequeo de Gillis, así, sin soltar la parte media de la verga, girando la mano como si abriera una una tuerca de un cilindro de gas estacionario con una llave fija. Dirán que este procedimiento de identificación es exagerado, pero no lo es tanto; cada persona tiene su forma particular de hacer las cosas, unos más que otros. Sugiero que se pongan frente al espejo y se masturben, hagan el procedimiento unas tres veces, notarán que siguen un patrón (y pasarán un buen rato). Jamie tiene su forma de correrse, quien lo haya visto no discutirá eso.
En "Anna Obsessed (1977)" tengo un ejemplo clarísimo de lo que acabo de decir en el párrafo anterior. En esta cinta Suzanne McBain se está masturbando, y como todos sabemos, durante la masturbación puede uno pensar en lo que a uno le de la gana. Pues bien, Suzanne piensa en Gillis. Dado que se supone que es una fantasía, ni siquiera se le ve el rostro. Simplemente el cuerpo sin rostro de Gillis hace lo suyo ¡Y de qué manera! Es una fantasía claustrofóbica donde sólo caben los dos, con una intensidad asfixiante y alienante. En su mentecita, Suzanne imagina su propio rostro esperando una eyaculación y un muñequeo típico agitando la verga que habrá de darle el esperma. Gillis se riega, no se le ve el rostro, pero ese muñequeo es de él como también es suyo que al bañar de semen aquel bello rostro su mano distienda con ternura y rudeza la miel, metiendo sus dedos en la boca, tocando los labios, siendo mucho más que un baño blanco, siendo él.
Este tipo de genialidades, porque lo son, le han ganado toda serie de críticas que lo satanizan como machista. Como todo en esta vida, nada es absoluto, y hay gente que gusta un poquito de sumisión, sobre todo si se trata de fantasía. Me ha tocado advertir que muchos de los guiones que incorporan algún tipo de violencia no extrema, son fruto de escritoras.
En una entrevista que dio Gillis en el año 2000 a Gene Ross, dijo:
"Mis sentimientos son en el sentido de que estamos hablando de fantasías sexuales que son actuadas por artistas, intérpretes o ejecutantes de paga. Esto no tiene nada que ver con arrastrar chicas en la calle y pegarles. Hay un montón de chicas, un montón de hombres, con este tema: Amarían ser abusados sexualmente en la fantasía y en la realidad. ¿Y por qué personas que no comparten esta onda particular sienten que no puede permitirse porque esto es estúpido, escandaloso? Eso es basura hipócrita. No puedo decirte cuántas chicas han venido a mí a lo largo de los años a causa de que tengo mi reputación. Me dicen que no pueden encontrar este tipo de tratamiento, que sus hombres son débiles, que sus hombres no lo harán. Intentan conseguir un chico para hacer algo como esto y no hay quién quiera hacerlo. Ellos no lo entienden."
En "Barbara Broadcast (1977)" alterna con una preciosísima Annette Haven que nació starlet; están él, Annette, y otra chica. Los dos primeros le explican a la chica que en casa tienen una PAP. ¿Qué es una PAP? Pregunta ella. Gillis explica: Prostitute American Princess . El detalle no sería relevante a menos de que se caiga en cuenta que ese dialogo es el antecedente prehistorico de cómo el cine puede impulsar el uso de neologismos. Nadie discute que la palabra MILF tiene mucho significado (alude a las maduritas, y es abreviación de Mother I Like to Fuck). El que PAP no se haya hecho tan popular no le resta el mérito a que lo intentaron. De haber sabido la palabra hubiese llamado así a varias chicas que conozco, y contribuido a su uso. Para el caso, la PAP es una chica encadenada, misma que se revuelca con Gillis en una escena de sado blando que es representativa de sus prácticas privadas.
Otra cinta en extremo disfrutable es "Coming of Angels (1977)**", donde se puede ver una de esas raras colisiones entre Leslie Bovee y Jamie Gillis. La calentura de Bovee no le pide nada a la de Gillis. Pues bueno, este último tiene en esta cinta un sótano muy especial a donde acceden de vez en vez las vecinas que viven en el mismo solitario pueblito. Por fuera él parece un montañez cualquiera, pero ya que bajas a su sótano notarás que los muros son como de mazmorra y hay toda serie de cadenas que las muchachas se colocan gustosas en sus cuellos. La escena en que Gillis, junto con unos amigos suyos, se despachan a Leslie Bovee (o vicebersa) es absolutamente excitante.
Coming of Angels (1977)
Esta nueva generación de actrices supuso cambios en el cine porno norteamericano, pues propició el surgimiento de nuevos interpretes masculinos y la consolidación como veteranos de aquellos que habían empezado hace apenas algunos años. Para este momento gozaban de diferente status aquellos actores que lograron sobrevivir esta barrera de 1977 y podían presumir relativa vigencia. Quedaba atrás esa generación de actores más bien feos que habían tenido oportunidad en los rodajes por atreverse a trabajar en una industria tan vilipendiada y con matices de ilegalidad. Para 1978 el negocio ya era otra cosa, la huella de la clandestinidad era tan solo un recuerdo vago. Subsistían performancers de la talla de Jamie Gillis, Harry Reems, John Holmes, Eric Edwards, John Leslie, los cuales no sólo mostraban sus credenciales en los rodajes, sino que no desmerecían frente a las nuevas y más exigentes actrices. Los actores que habían comenzado relativamente jóvenes eran ahora hombres más hechos y en plenitud. Por ejemplo, el inmaduro Jamie de 1971 que tenía 28 años, ahora tenía 34, y mucha más confianza, y mucha más perversión, e infinitamente más magnetismo. ¿Cómo se sentían estos actores al encontrarse en el plató y comentar lo bien que les estaba yendo ahora? No se sabe.
Richard Pacheco, uno de esos actores que vinieron a refrescar la escena, escribe en el libro "Hindsight", su autobiografía, un capítulo que se llama "The Masters Class"; en este capítulo revela la admiración que sentía por la generación anterior de actores:
"Sabes, la gente, para nada es como parece ser. Nos dicen que la pornografía se supone que es esto y aquello y lo otro. Y de los hombres principales de porno, tipos como John Leslie y Jamie Gillis, se dice que son el tipo de hombres que la buena sociedad pretende despedir y hacer caer en el deshonor, señalándolos como brutos y gobernantes de un imperio indecente. Bueno, John Leslie, el de ojos verdes de cobra y mentalidad volcánica, macho alfa total, está también entre los más sensibles seres humanos que he conocido. Y Jamie Gillis, el Casanova de nuestra generación, el príncipe de las tinieblas que vaga en todos aquellos lugares que la mayoría de nosotros sólo vemos con nuestros ojos cerrados, él es un hombre tan lleno de vida que los demás no pueden dejar de florecer en su presencia. Estos no son los tipos malos del mundo. Estos son sensualistas supremos. Me siento honrado de llamarles a los dos: amigo. Sus ideas, sus vidas, me fascinan, me enriquecen. Yo soy más grande por haberles conocido.
En una cena, John me contó una historia acerca de Jamie. Se trata de un momento en que Jamie estaba tan quebrado que no podía permitirse el lujo de comprar la fruta y los melones a los que era tan aficionado. "¿Sabes lo que hizo?" me preguntó John. "Solía ir a esa tienda de fruta, recoger los melones ¡Y sólo olerlos!". Es una historia que sorprende y conmueve a John. Más tarde, Jamie, bien lubricado por unos vasos de vino tinto, contó para nosotros una historia de amor perdido. Inesperadamente, las lágrimas llenaron sus ojos y rodaron por encima de su sonrisa. Quedamos sorprendidos y desconcertados por este repentino despliegue de emoción. Él se disculpó con nosotros. Aquello era tan innecesario. Él es nuestro hermano mayor. Este mundo, mis amigos, es a menudo un lugar al revés. Con frecuencia, verdaderos cabrones se ocultan secretamente detrás de las máscaras de la virtud pública, mientras que los espíritus libres, a los que se les podría rápidamente condenar y destituir dentro de la buena sociedad, son a menudo propensos a ser gente real de corazón y dignos.
Estas anécdotas surgirían durante el rodaje de "Bad Girls IV (1986)", pero refieren a una visión del pasado que Richard Pacheco expresa muy bien y se remonta a los setentas (que es cuando Gillis pudo haber estado quebrado). Para concluir con la opinión de Pacheco, éste llegó a describir a Gillis como un Flautista de Hamelin que arrastraba a la gente hacia el placer personal, como una infección viral de dicha. "Cuando él se iba, la dicha permanecía tras de él" .
For the Love of Pleasure (1978)
Llega 1978 y las películas comienzan a tener un saborcillo de la década que vendrá. Escalofriante resulta ser la película "For the love of Pleasure (1978)" en la que Jamie Gillis se está cogiendo a Susan Nero, llega el marido antes de que Gillis se marche y Nero, por alguna razón de coartada o algo así, le pega un plomazo a Gillis, enviándolo al cielo.
Dada la muerte de Gillis estas escenas adquieren nuevo significado porque metafóricamente aparece desnudo en medio de nubes. Él se sorprende de estar en el cielo y camina de aquí para allá en una vasta y blanca villa. Se escucha una voz femenina que le dice "Bienvenido, hijo mío". Él contesta con un cliché de "Taxi Driver (1976)", con una frase que seguro quería decir en alguna cinta y ésta se lo permitió: "Are you talking to Me?". Lo kistch es que se lo dice a Dios, o a la Virgen, o a ese ser celestial que le está dando la bienvenida.
La voz es la de Annette Haven, quien se presenta diciéndole que es Shiva (¿?). Muy en la onda de hechizada le regala a Gillis un traje blanco, y de paso le pregunta si ella no le gusta. Obvio, Gillis termina apareándose con la diosa, y de ahí pasa a un viaje sexual por los recovecos del cielo, que parece ser un sitio en el que uno querría quedarse a vivir. La escena más lograda es cuando Dios le regala una estudiante, interpretada por Lysa Thatcher, que le da una mamada que lo coloca en el cielo que ya está. En otra escena termina regándose en la boca de Serena, con la cual ya interactúa en pantalla. El cielo resulta muy divertido, para nada el "club de gente formal" que describe Sabina en su infamous "Mi amigo Satán", tan rico es el reino de Dios que Gillis siente remordimiento y va con la diosa y de rodillas le confiesa que no es el tipo que ella cree que es, que él no es bueno, que no merece estar en el cielo luego de una vida de lujuria. Con voz tétrica, Shiva le dice: "¿Cielo? ¿Quién te ha dicho que estás en el cielo?", y se ríe diabólicamente. Como dice Rice and Beans Orchestra en la suite "Dante´s Inferno" (una obra cumbre de la música disco): "With love, Hell can be Heaven"
De este año es también "Lust at First Bite (1978)**", conocida como "Drácula Sucks", una obra camp, con un elenco estelar, John Leslie, Jamie Gillis, John Holmes, y en lo femenino Annette Haven, Serena, Kay Parker, Seka. Las películas ya denotan otro presupuesto, otro tipo de actrices. En esta cinta Gillis es Drácula, y va repartiendo mordiscos por todas partes. No pretendo abundar mucho acerca de esta obra que tendrá su propia reseña de Stag Life.
En "People (1978)" rueda una escena con Serena. Le restriega la verga en la cara, le jala de los cabellos (quién no lo haría, si luce un alaciado rubio que ameritaba demandar al salón de belleza), le da de cachetaditas. De alguna manera llevan sus costumbres caseras a la pantalla. Serena siempre fue una artista con limitaciones dramáticas muy notorias. Apenas y si puede repetir cualquier diálogo, siendo además imposible que se le oblige a fingir inocencia, misma que simplemente no se le da. Cuando tiene que lucir ingenua o inocente le da por reírse. Esta dislocación en el carácter ess quizá lo que le fascinó a Gillis de esta mujer que no sería la mujer de su vida, pero sí una compañerita de juegos añorable. Esta dinámica de ambos se vería en varias películas.
800 Fantasy Lane (1979)
Incluso directores acostumbrados a filmar con bajísimos recursos tuvieron que hacerse a la idea de que el gusto del público apuntaba a películas cada vez más sofisticadas que coquetearan con la idea de que el porno alguna vez sería un género respetado. Linda ilusión que no terminaría, ni terminará, de concretarse nunca, y sin embargo nos regaló obras interesantes de directores como Shaun Costello, que como un Fouché del cine saltó de la estridencia a la elegancia, sin traicionar en el fondo su gusto por la obscenidad. En estos años compaginan películas fastuosas con otras de presupuesto más modesto.
Gillis participa en películas de ambos tipos. Quizá las grandes producciones le depararían más ingresos, pero otras obras menores, en las que quizá trabajó con salario bajo y movido por la amistad, le permitían algunos de sus desplantes espontáneos sin el riesgo de contrariar un guión. Como ejemplo tenemos "Two Lives of Jennifer (1978)" de Shaun Costello, una cinta de poca monta, plagada de actores que le eran fieles a Costello, compañeros de plató desde hace años, donde las cosas se pierden en el tiempo y vuelan nostálgicamente hasta el desenfado de 1975 estando en pleno 1979.
La escena de Gillis es llamativa porque mucho se dice de que este actor era bisexual, se le ve recibiendo una mamada de su mayordomo en "Story of Joanna (1975)", en otras cintas se le ve chupando una verga de plástico, lo cual para muchos heterosexuales ya sería como contracultural; incluso en la interesantísima y sublime "Violation of Claudia (1977)", ya reseñada en el fascículo 13 de Stag Life, incluso se sugiere que lo están penetrando. Todo eso deja la bisexualidad de Gillis cerca de la frontera de la especulación, sin embargo, en "Two Lives of Jennifer (1978)", que ni siquiera viene enlistada en la página de la IAFD como una producción en la que apareciera Jamie, sí que aparece en una escena en la que una chica está junto a otra chica que termina siendo que no era chica sino un transexual, Por un momento Gillis le da algo de mamar al transexual, lo cual sigue ubicándolo, si cabe, en una conducta de macho; sin embargo, la cosa deriva en el propio Gillis bajándose a darle una mamada al transexual.
La escena de Gillis degustando una verga es extraña. Para nada luce afeminado, pero sobre todo, tampoco luce viril. En cualquier caso, y ya cayendo en eufemismos, pareciera que en su mente no distingue entre hombres o mujeres, que para él, justo como es, todos son personas, e igual se entrega a cualquiera de ellos si le reservan sorpresas sexuales; o dicho de manera más ortodoxa ¡Pinche mariconada la del buen Gillis!.
Two Lives of Jennifer (1978)
En "800 Fantasy Lane (1979)" aparece Jamie Gillis con un horrible bigotillo que le hace parecerse al Profesor Jirafales. El bigote es tan sólo la cereza de la cantidad de loqueras que se plasman en esta película. Básicamente Gillis va de un exceso a otro, todo captado en la estridencia del Esastmancolor. Es una película que se emparenta, desde mi modo de ver, con el cine francés de la época, vivo en su paleta de colores y estridente en sus prácticas sexuales, mismas que los protagonistas desarrollan como si fuese lo más normal. La escena en la que Gillis, látigo en mano, doma a varias fieras incluida Serena- es divertida y chocante a la vez, y sin duda es la prueba fehaciente que necesitan los detractores de Gillis para juzgarle por misógino. Todo es equilibrio, si en "800 Fantasy Lane (1979)" está la prueba de que su comportamiento es reprochable, en "Summer Heat (1979)" su conducta es irreprochable, pues tiene sexo con Delania Raffino frente a una chimenea mientras le cuenta historias que la excitan, cumpliéndole sus caprichos, siendo diligente y atento, pero sin dejar de lado la fuerza vital que el sexo debe tener. Esta última cinta la rueda con el siempre caliente Alex De Renzy, tan aficionado a poner en sus cintas al menos un detalle freaky; esta vez no lo hace, desaprovecha el potencial para ello, y nos regala muy buenas tomas de su actriz fetiche, la buenísima Desiree Cousteau. Los setentas, esa década mágica ve su fin, como todo.
Video Killed the Porno Star: Los ochentas.
Llegan los ochentas, con sus nuevas costumbres y sus paranoias. Secreto a voces se corre la idea de una enfermedad que mata, que se transmite a través del sexo, nadie quiere creer que existe, pero está, y en 1981 se declarará su nacimiento. Nadie sabe todavía que actores como John Holmes o Marc Stevens no verían los años noventa a causa de este mal. El daño es interno, no se percibe, no surge con síntomas agresivos, pero lo inunda todo. Como el video, que comienza a instalarse en los hogares, callado, ofreciendo ventajas de control sobre la pornografía que quieres ver, pero modificando a su vez eso que observas.
Es 1980 y todo el mundo cree que la industria de entretenimiento para adultos es por fin un giro seguro. Sobreviene una ola de actores y actrices. Lo guarro pierde encanto porque no obedece a la locura de la época, sino al descuido. Surgen, no obstante, cintas maravillosas.
Gillis no podría quejarse de este año de 1980. Para muestra está "Rockin with Seka (1980)" donde se echa un envidiable palito con Seka, Juliet Anderson y Liza Dwiyer. Seka sería una de las actrices más cotizadas de la época, y alternaría con Gillis en repetidas ocasiones. Se les ve como enemigos en "Ultraflesh (1980)**", una sátira de corte espacial donde Gillis lleva un bigote de Emiliano Zapata y es el malo de la película, un sujeto que está tan caliente que debe estar desnudo colocándose hielo en todo el cuerpo para estar medianamente controlado. Sus súbditos, un grupo de enanos que terminan cogiendo por aquí y por allá le proveen de ayuda para derrotar a Seka, que es una enviada del espacio para promover que el deseo sexual no desaparezca en los terrícolas. Al final, Seka librará una batalla con su archienemigo, en la forma que mejor compiten, y literalmente lo desintegrará con su coño.
En "Drácula Exótica (1980)**" Jamie Gillis vuelve a interpretar a Drácula. Esta vez Mina está encarnada por Samantha Fox (la vez pasada era Annette Haven). Shaun Costello ofrece su visión del clásico de Bram Stoker, por lo que hay sexo intenso, rock duro, y un Jamie Gillis excepcional. La temática permite la aparición de la voz de Gillis en constantes voces en off que demuestran cuán hipnótica podrían ser sus palabras. La cinta está plagada de nuevas estrellas masculinas: Ron Jeremy, Herschel Savage, Randy West, pero Drácula sigue siendo Gillis. Con todo, lo que imperará en este año, y en los siguientes, serán películas donde lo importante será alguna figura femenina, mientras que los actores dejarán de ser el hilo conductor de las historias. El trabajo estará no tanto en personajes muy delimitados, sino como cogedor ocasional, o echando bola en orgías.
En "The Seduction of Cindy (1980)" vemos a una muy inexperta y linda Verónica Hart dándole una mamada a Gillis mientras jode a Samantha Fox, la escena previa en la que se hablan quedito y se dan lamidas feroces con sus lenguas viperinas es muy caliente. ¿O será que Verónica es mi actriz fetiche y haga lo que haga me parece extraordinario? Que tanto Gillis como Verónica Hart sean actores con un alto rango de interpretación los destinaría a participar en muchas cintas significativas tanto por su acción sexual como la calidad de su argumento.
Una cinta que aprovecha bien las capacidades histriónicas de Gillis es "Blue Ecstasy (1980)**" donde la mojigata y bipolar Leslie Bovee tiene que lidiar con sus demonios internos que le hacen imaginar cosas muy diferentes de la vida pura que quiere llevar. Ella quiere tener un novio, quizá casarse, convencerse de que no es necesario vestirse como prostituta para atraer a un hombre. Eric Edwards, su pretendiente, quiere que sea una buena chica, pero igual quiere tirársela ya. Un tercero interesado aparece encarnado por el buen Gillis, quien hará lo imposible por meterse en la mente de Bovee, y ya se sabe, meterse en su mente es metérsela por todas partes. La tensión sexual de la represión autoimpuesta de Bovee, contrastado con lo que sucede en su imaginación, hacen de esta cinta una obra volcánica. Trata el tema de la fantasía femenina, que será recurrente en esos años, trabajada de una manera extraordinaria. Es una película de cinco chiles por donde se le vea, tendrá su reseña de Stag Life, y mi único problema será decidir quién será el empleado del mes, si Leslie Bovee, que está soberbia, si Gillis que le da profundidad a la cinta, o si lo será Candida Royale por la extraordinaria cogida que le mete a Gillis.
Ya comentaba que la dupla de Jamie Gillis y Verónica Hart me parece excepcional. Ambos son unos maestros de su oficio, con credibilidad como actores. En 1981 rodarían juntos (aunque a veces no coincidieran en empalmes sexuales) numerosas películas, algunas de ellas consideradas por muchas publicaciones especializadas como cintas que necesariamente debe ver cualquier pornófilo que quiera no ver revocada su membresía vitalicia en el club del vicio.
Amanda by Night (1981)
"Amanda by Night (1981)**" es una cinta que desarrolla un triller bien construido. Verónica es Amanda y necesita investigar unos asesinatos de unas prostitutas. Gillis es un gandul de sombrero. Se echan un palito a pie que resulta muy convincente. Las comparaciones de Gillis con otros actores sólo hacen que se le admire más. Por citar un ejemplo, un actor que también tuvo la suerte de cogerse mucho a la señorita Hart fue Richard Bolla. A veces es efectivo, pero por lo regular no. Creo que me cae un poco gordo porque, salvo breves excepciones, siempre me da la impresión de que poner a una chica como Verónica en sus manos es un desperdicio. Cosa que no se puede decir de Gillis, que seguro aprovecha la situación de manera especial. En esta cinta se la cogen los dos, y aunque a Bolla le reservan el gran finale en un yate, el palo es desabrido.
Gillis y Hart también se ven las caras, y mucho más que eso, en "Wanda Whips Wall Street (1981)", que es una película de intrigas empresariales, donde se entregan al placer en un jardín muy verde, tienden una colchita sobre el zacatito, y comienzan a darle muy bonito. Ambos levantan la cinta, aunque hay que aplaudirle también a Ron Jeremy, que en el periodo de 1980 a 1983 vio su mejor momento; vaya, en ese entonces podía hasta respetársele.
Gillis y Hart vuelven a aparecer juntos en otra gran película, premiada por la AVN como mejor cinta del año, "Roommates (1981)**", en ella se observa a Gillis sentado en una silla que yace en la penumbra. Se escuchan unos gemidos y voces de hombres que como perros están jodiendo a una chica. Puede que se trate de una violación, o de los vecinos. Igual Gillis está sentado ahí, bebiendo un refresco mientras escucha con atención la música que produce el ultraje. Un cambio de cámara permite ver que no son los vecinos, que está en la misma habitación enorme donde unos tipos violan a Kelly Nichols. Con morbo, Gillis observa, hasta que se harta, se para, camina lento y les pide que dejen a la chica en paz. Los tipos no quieren dejar de joderla. Gillis insiste. Lo ignoran. Entonces les grita con fuerza y les echa a patadas en una maniobra de mucho realismo. No es del tipo de sujeto que querrías que te grite (o quizá sí, depende tus aficiones). Consuela a Nichols que yace tendida en el piso, le toma el coño con los dedos mientras le dice palabras de consuelo: "Han de haber lastimado este coño bonito, no te preocupes, estarás bien, es muy suave todavía". Y el que le masajee el coño (para sanarla, obvio) no le impide que aproveche la ocasión para masturbarse. No será lo único que le haga a Nichols, después la llevará a un restaurante y debajo de la mesa desnudará uno de sus pies para meterle los dedos debajo de la falda.
"Pandora´s Mirror (1981)**", de Warren Evans (seudónimo de Shaun Costello en su etapa fina y distinguida) es otra de las películas obligadas según las listas de conocedores. Verónica Hart es Pandora, quien descubre en una tienda de usado un espejo misterioso que la arrastra a las imágenes que en él se reflejan, hasta que paulatinamente ella misma es abducida por la perversión del espejo. La cara de Hart iluminándose cada vez que se conecta con el espejo es de lo más hermoso que he visto en el cine, ya no del porno solamente, sino del cine en general. Su mirada es de encanto, hipnótica, abandonada. Gillis la hace aquí del novio de Pandora, quien comienza a dejar de ser atendido debidamente dado que ella cada vez se la pasa más en el espejo y menos con él. Él resuelve el problema cogiéndose a la amiga de Pandora, la rarita Sandra Hillman, quien le dice a Gillis con vocecita de mosca muerta "¿Soy buena? ¿Soy mejor que Pandora?". Esta escena entre Gillis y Hillman fue la primera de sexo anal que vi en mi vida, y me pareció fuertísima. Hoy caigo en cuenta que sigue siendo fuerte, y no sólo es el tema de lo anal, sino las manipulaciones de Gillis, que le toma de la mandíbula. La chica estaba perdida.
Por último, Hart y Gillis comparten créditos en "Neon Nights (1981)**", de Cecil Howard. No exagero si digo que es la mejor película porno en gran formato de la década de los ochenta. Suena pretencioso pero vasta verla para saber que todo en ella es maravilloso. Todos están excepcionales, la historia es delirante pero no copia los setenta, la música es fuerte y extraordinaria, con buen ritmo, a la altura de grupos funky como Parlet, y ambiciosamente disco como Silver Conventión, pero heavy. No quiero decir más de esta cinta para no chotear lo que tenga que decir en el Stag life que obligadamente debe tener. Gillis sale de padrastro dominante, pero es mucho más que eso, es una presencia sexual.
Beauty (1983)
Filma otras cintas importantes con Warren Evans, "Beauty (1983)", que es una metáfora de La Bella y la Bestia. Loni Sanders se llama "Bella", mientras que Gillis es la bestia. Es ambiguo porque es sexualmente bestial y a la vez es un príncipe vestido de gala que saca a bailar a Bella en un enorme salón, y claro, le da de mamar algo. Gillis pudo haberse ofrecido como imagen publicitaria de los lentes Ray Ban de espejo. Si yo me viese tan inquietante con unos de esos, ya los hubiera comprado. Evans (Costello) nos regala, además, una escena gratuita que nada tiene qué ver con la trama, en la que Verónica Hart se despacha a Bill McKean y Ron Hudd en una escena incandescente. Vanesa del Rio se cuece aparte en esta cinta. Sobre todo, la cogida que le da Gillis a su sirvienta es de altísimo voltaje; la jode con enjundia mientras ambos se miran al espejo, él le mete la mano en la boca. En "Hot Dreams (1983)" Evans aborda de nuevo el tema de las fantasías femeninas, y créanme, Sharon Mitchell las puede tener, y muy duras. Gillis participa en una cena orgía.
Sin ameritar la fama que está retomando ahora, la cinta "Marathon (1983)" tiene como referencia que en ella comparten espacio Jamie Gillis y John Holmes. La cinta no es significativa, pero viene a cita, sobre todo a raíz de la muerte de Gillis porque de los pocos testimonios relacionados con su muerte destacan el de Jennifer Sugar y Hill C. Nelson, autoras del libro "John Holmes: A Life Measured in Inches (2008)", que es una biografía de Holmes, las autoras dan a saber su duelo por la muerte de Gillis y le recuerdan de cuando fueron a entrevistarlo para el libro. Me parece interesante que lo describan como un gran conversador, cosa que a mí siempre me ha parecido un arte.
"Jamie Gillis fue la primera entrevista que hice para "Inches ". Jennifer ya llevaba varias entrevistas en su haber y se había convertido rápidamente en una veterana en ese sentido, pero en el invierno de 2007, todavía era virgen, por así decirlo, y necesitaba empaparse los pies. Una tarde, mientras todavía estaba en el trabajo, dejé un mensaje de voz en la residencia de Jamie Gillis en Nueva York solicitando una entrevista, un tanto rara para nuestro libro. Cuando llegué a casa a las pocas horas, ya había regresado a mi llamada con un saludo muy cálido en mi contestadora: Aceptaba mi petición para una entrevista. Yo sólo había visto un par de sus apariciones en cine y quería preguntarle específicamente acerca cómo fue trabajar con John en "Lust at First Bite (alias Drácula Sucks)". ( Para aquellos que no están familiarizados con ella, supongo que interpretaba Drácula?) Debido a su reputación en la pantalla, que era un poco surrealista, escuchar la voz hipnótica y seductora en respuesta a mi llamada definitivamente fue distinto."
"Cuando hicimos la entrevista una semana más tarde, me pareció que era una persona abierta (quizás un poco olvidadizo en ocasiones, en particular sobre algunos de los títulos de sus películas y sus co-estrellas, pero ¿Quién puede culparlo?), sensible y carismática. Fue extremadamente sensible a nuestro proyecto y a la memoria de John. Los dos actores se conocieron en 1973, cuando John recogió a Jamie en Los Ángeles en su camino a una sesión de cine. Jamie quedó inmediatamente impresionado por la forma casual y fácil de John, aunque que nunca fueron amigos íntimos, siempre se respetaron uno al otro. Jamie sentía que John tenía una calidad como la de "Jimmy Stewart" que se aprecia de inmediato, y le gustaba. Jamie Gillis no era un fan de las sustancias que alteran la mente y habló sobre cómo las drogas tristemente habían convertido personas en monstruos, incluyendo a John. Dijo quedar profundamente preocupado al leer acerca de los acontecimientos de Wonderland y la conexión de John con los homicidios. Debido a su miedo a volar, Jamie no asistió a funeral de John, pero él fue uno de los invitados. Tuvo aprendizajes de la enfermedad de John, incluso Jamie había sugerido a algunos de los contemporáneos de Holmes que sería un gesto razonable hacer algo por John durante sus últimos días, en la forma de una visita, o de otro tipo. Él se sentía frustrado porque en el momento no pudo conseguir a nadie motivado para hacerlo, pero comprendía que la gente tenía miedo.
"Jamie dijo que siempre había querido una copia del cartel de la película, "Marathon", donde se anuncia a Holmes y Gillis como los dos titanes sexuales de la película, y que una secuencia se convertiría en" La Batalla de los Gigantes". Algunos días después de nuestra entrevista, encontré online el anuncio y la envié a él. Estaba muy agradecido y envió una nota de agradecimiento. En parte como una broma, en referencia al tenerla anatómicamente más pequeña que John Holmes, lo firmó, "Tu pequeño gigante". Cuando se publicó nuestro libro, le envié una copia, como lo hicimos con la mayoría de las personas que habíamos entrevistado. Unas semanas más tarde, Jamie escribió una nota agradable y ofreció una cita de nuestro trabajo para nuestro sitio web.
"No me sorprendería si un día las excentricidades de la vida intrigante Jamie Gillis y su trabajo estén representados en un proyecto de magnitud. Él lo merece. Descansa en paz, Pequeño Gigante.
Marathon (1983)
La película, repito, no es la gran cosa. Son dos mega orgías en las que todos aparecen disfrazados. Es graciosa, sobre todo ver a Gillis con una nariz en forma vergoide. Setentera a su manera. Interesa, quizá, la descripción de cómo fue el primer encuentro de estos dos figurones. Diría que "mucho se discute quién es el Rey del Porno", pero no es cierto. Eso está fuera de discusión porque la opinión general es que John Holmes es el único e indiscutible rey. Cuando se discute el tema se hace sin convicción. Hay quienes llegan a poner una terna de candidatos, John Holmes, Ron Jeremy, Jamie Gillis. En mi opinión, muy personal, el rey puede ser Holmes porque Gillis es otra cosa, mucho más omniabarcadora que un rey. Es para mí el actor porno por excelencia y supera en importancia, y por mucho, a Holmes. Para mí, jeremy hizo buenas cintas, de hecho, uno de los mejores jodedores de veronica hart es Jeremy, basta verlo en "Foxtrot (1982)" para constatarlo, pero eso no lo hace importante, por mucho que los mass media lo vitoreen. ¿Qué a Gillis le sorprendió lo casual y fácil de Holmes? Sería difícil no ser cool con una verga de las dimensiones de Holmes. El punto es el respeto mutuo.
Da pena ver que en los foros abiertos a raíz de la muerte de Gillis el ambiente es propenso a que la gente comience a hacerse publicidad a costa del muertito. En un foro en el que supuestamente participa, bajo un seudónimo, Ron Jeremy, un forista le pregunta sin respeto al supuesto anonimato de Jeremy: Tú lo conociste, ¿Qué podrías contarnos? La respuesta del supuesto Jeremy es la narración de un suceso en el que Gillis quedaba mal parado y el chingón era él. Se necesita grandeza para saber cuando uno está jodido, o cuando no estándolo otro sencillamente es más chingón. Que se respetaran Gillis y Holmes me parece un gesto de caballerosidad.
En "Dark Angel (1984)" es una especie de millonario que le habla a un zapato rojo mientras recuerda los infiernos que puede pagarse con su dinero. Es un recorrido por una mente desquiciada, porque no parece lógico que todo lo que ocurre suceda en la realidad. En "L´Amour (1984)" le da una mamada de aquellas a Angel, haciendo que ponga una cara más bonita que la que ya tiene. Angel es toda una belleza, y estuvo de moda en 1984, junto con Ginger Lynn, en "Too Naughty to Say No (1984)" Jamie va vestido de roquero y se coge a Ginger enfrente de Angel, quien va vestida de escolar inocente. Los ojos de Angel van de un lado a otro, y con razón, pues Gillis le hace a Ginger un sin fin de travesuras, mismas que le hará a ella misma en "Debbie Does´em All (1984)**", donde Angel es Debbie, novia del pobre Rod Grant, quien deberá aguantar la promesa que lanza el título de la película, pues si el título dice todos, es todos. Las producciones apuntan un poco a lo que sería el formato de video. De nuevo Gillis trabaja para Alex de Renzy en "Dirty Girls (1984)" donde le muestra a Jacqueline Lorians unas peliculillas que tiene por ahí, y claro, se la joderá sin pudor; De Renzy lo pide así, pero en el caso de Gillis, él lo hace gratis.
Los ochentas transcurrían haciéndose cada vez más pop. Renegando de esto el novel director Gregory Dark filmó una propuesta adelantada a su tiempo, enfermiza, con transgresiones inconcebibles en los setentas, decadencia ochentera y sólo posible en los ochenta. Filma "New Wave Hookers (1985)**", que ya referí en el fascículo 8 de Stag Life.
En 1985 conoce en el set de "Ten Little Maidens (1985)" a Amber Lynn. Al igual que Serena, es cabeza dura y no se puede aprender ni los más elementales diálogos, pero en privado coincidían con las exigencias de Gillis.
Acabaré de reseñar los años ochenta de Jamie Gillis citando brevemente dos sucesos. El primero de ellos se llamó "Baby Face II (1986)**" de Alex de Renzy. Una película extraída directamente del magma de la tierra. Incendiaria. No diré demasiado porque será reseñada en algún fascículo de Stag Life, pero adelanto que en ella participa otra generación de actrices, no ya las de los setentas tempranos, no las de setentas tardíos, no las divas de los inicios de los ochenta, sino esa pandilla de chamacas traviesas y cachondas como Lois Ayres, Candy Evans, Kristara Barrington, Taija Rae, Stacey Donovan. La película es rara, empieza como cualquier cinta normal de la época, con los interpretes masculinos del momento, Tom Byron, Francois Papillon, Jerry Butler, Kevin James, Marc Wallice. Esas chicas cerca de esos chicos convertirían el plató en la más desenfrenada fiesta escolar de la que se tenga memoria.
De Renzy es un maestro, y siempre logra cintas febriles y curiosas. A menudo incorpora en su elenco a actores freak. En "Baby Face I (1977)" metió al gigantón Dan Roberts; en "Femmes De Sade (1976)" incorporó al ruco Ken Turner, quien le enseña como mamar a la malograda Melba Bruce, no con una banana o con un dildo, sino chupándose su propia verga en un acto circense; En "Pretty Peaches (1978)" exhibe una escena de un enema a cargo de Desiree Cousteau, y el violento chorro le cae a un actor que ni siquiera se nombra en los créditos, pero se parece a Gene Wilder. Incorpora freaks, es el punto.
En "Baby Face II (1986)**" el freak es Jamie Gillis. Tiene ya 43 años, y mucha personalidad, pero 43 en un año en que la tiranía de la juventud era algo cruel y despiadado. No serían para él los papeles de galán, no de las chicas, al menos. Tanto John Leslie como él comienzan a hacer papeles de viejo cochino y mañoso. Guapos, quizá, pero viejos, cerdos y mañosos. El pariente que abusa, el jefe mandadillo, etc. En esta cinta hay una despedida de soltera. Llevan un pastel para la festejada, y en vez de que salga un striper atlético y joven, sale un Jamie Gillis con un look de vagabundo, sin rasurar, con un puro en la boca, vestido con boxers y una camiseta de tirantes. Realiza una danza ridícula, dizque sexy, en un gag que probablemente vio Mike Myers y se inspiró para hacer la secuencia de las fembots de "Austin Powers Internacional Man of Mystery (1997)", donde les baila dizque sexy, en una danza repulsiva y sin embargo las fembots estallan (literal) de excitación. Aquí Gillis baila, pero nadie estalla.
Baby Face II (1986)
Justo cuando piensan echarle. Se saca la verga, invoca el espíritu de los setentas (especulo, no sé qué coño invoca, pero entra un viento poderoso en la habitación y todas las chicas entran en un furor intrauterino implacable) y todo se convierte en una orgía delirante, estridente, cachonda, sorpresiva, con un Gillis que quizá no es ni joven ni guapo, pero es mas cabrón que toda la bola de actores que le acompañan. Es sencillamente trepidante. Una cinta que no debe dejar de verse, especialmente la versión sin censura.
La otra cinta importante que hay que narrar es "On the Prowl (1989)". La cinta no es la gran cosa, pero tiene el mérito de ser la primera cinta del género gonzo. Harto de los malos guiones, de la hegemonía del video, de la falta de ideas verdaderamente calientes, Jamie Gillis se subió a una limousina junto con su amiga Renee Morgan, e invitaban a transeúntes a que subieran a cogerse con Morgan ante una cámara.
La frescura de trepar desconocidos en la calle fue recreada en la cinta "Boggie Nights (1997)", de Paul Thomas Anderson. Una cinta obligada para los amantes del cine vintage, en la que se plasman los principales clichés y sucesos de la industria del cine para adultos. Entre otras cosas, esta cinta recrea esta manera de operar, Burt Reynolds encarna a Gillis, y Heather Graham, a "patines", una pornstar que se presta a la dinámica. No abundaré mucho en esto porque lo que sé es que a Gillis la película "Boggie Nights (1997)" le pareció la más grande estupidez que ha visto, opinión que no es compartida por otras celebridades del porno.
On The Prowl (1989)
Jamie Gillis dijo a la revista San Francisco´s Spectator (edición de octubre de 1999): "On The Prowl fue el primer video de su tipo en ser etiquetado como "gonzo". En estos días, sin embargo, lo que están haciendo todos los demás no es realmente lo que yo considero gonzo. Mi idea era hacer vivir cosas espontáneas con personas reales que no estaban conectados a la industria del porno. Yo quería encontrar gente en la calle y decir: "Oye, amigo ¿Quieres coger?". Quiero decir, no siempre funciona, la gente está un poco desconcertada por todo el asunto. Pero la ventaja es que no son artistas con la energía de realidad falsa que se ve mucho en el porno de hoy, mismo que yo odio. Que es eso de "ah ooh, ooh-ah, hazmelo nena». No mamen. Es aburrido en su mayor parte, y hoy es aún peor. Y después que hice el original On the Prowl, la gente aprendió y recrearon todo en una situación de utilería, más como un producto comercial".
Dirty Debutante: Los noventa.
Encontrado el camino del gonzo, Gillis se embarcó en este tipo de proyectos. Formó junto a Ed Powers el dueto "Nasty Brothers", y empezaron a hacer diabluras. De ahí se dio pie a la serie Dirty Debutantes, cuyas secuelas parecen ya infinitas. También ayudó a Buttman con algunos conceptos.
De alguna manera, Gillis estaba capitalizando viejas ideas. La idea del gonzo tenía sus orígenes mucho atrás, aunque nunca se había concretado. En una entrevista Gillis habló de una situación ocurrida en los setentas que ilustraba cómo era que una oferta tan "buena" como "ven y coge" no siempre es bien recibida. Habla de una juerga que tuvo junto a Long Jean Silver (sí, la actriz que le falta un pie y que tiene un muñon aterrador o fascinante, según se vea):
"Recuerdo que yo estaba saliendo con Jean Long Silver y me dijo: "Vamos a buscar algunos muchachos". Ella quería un grupo de chicos para coger. Pero fue difícil encontrarlos."
Comenta que vieron un grupo de siete chavos, pero ella quería sólo tres. Él sugirió que eligiera a los tres más apuestos. Ella eligió, cogieron, y filmaron. De rato le llegó la noticia de que eran marinos y que uno de los chicos iba a ser despedido por haberle entrado a aquellas prácticas. Gillis llamó a la armada y comentó que el chico no había hecho nada malo, que si le echaban por haber hecho el amor llamaría a la prensa para que se supiera en todo el país. Al cabo de una hora le devolvieron la llamada diciendo que se trataba de un malentendido, que el chico no tendría problemas.
El tema es que las cámaras imponen, no cualquiera se coloca frente a ellas.
El tiempo es inflexible. Los actores de la industria porno, sobre todo si habías iniciado en los setentas, tendrían que comprender que el tiempo pasa, y decidir qué hacer. Los hay que eligieron hacerse productores o directores, como es el caso de Paul Thomas, que pasó a ser el director estrella de la productora Vivid, o John Leslie; otros decidieron simplemente salirse, sin que demos ejemplos porque esos son los más, cualquiera de quien no sepas nada puede estar bien para demostrar esto; otros continuaron en activo, como es el caso de Ron Jeremy, quien encontró nuevos campos de oportunidad en las producciones italianas que requerían de personajes abusivos y de aspecto desaliñado. Jamie Gillis optó por producir películas, pero eventualmente actuaba. No las cintas acostumbradas. Igual participaba en cintas de nalgadas gay, o de temática sadomaso en las que era el humillado, algunas de ellas con tintes hasta racistas, otras de tema escatológico. John Leslie, si bien no utilizaba el formato de cine, puso toda su confianza en el video como medio, y decidió hacer productos de calidad.
"Curse of the Catwoman (1991)" es un ejemplo de ello. Gillis sale en una escena inicial en la que hay dos parejas cogiendo en un callejón. Dado que la toma es en silueta y se usan algunos efectos visuales, resulta sencillo advertir que Jamie porta una panza visible. La escena funciona.
Curse of the Catwoman (1991)
Lo dicho, las rutas seguidas por Gillis tomaron derroteros de cintas de degradación intensa, algunas con elementos escatológicos, otras de género gay en las que no intervenía en los actos sexuales carnales, por decirlo así, pero sí como director de orquesta mandón que dirigía toda serie de situaciones enfermas. Da risa que en las reseñas aparezca su nombre seguido de la aclaración de "Non Sex" aludiendo a que, si bien interviene en la película, no realiza actos sexuales. Debo decir que sí son sexuales, aunque no genitales.
Un ejemplo de esto sería la película Bad (1990), dirigida por John Leslie. Donde Gillis y su mujer mandan a su hijota a un internado. Quedandose solos dan rienda suelta a sus excesos. Dos cabrones se cogen a la esposa mientras Gillis yace amarrado al fondo de un pasillo. Non Sex, diría la IAFD, lo cierto es que dice tantas pendejadas sexuales que es imposible asumir que no es parte del juego. El papel de marido humillado será recurrente en sus trabajos de esta era.
Bad (1990)
Otros papeles se apoyan en el aprovechamiento de su imagen pública. Ciertamente ni realiza actos sexuales genitales, ni otro que represente una función sexual.
New Wave Hookers V (1997)
En "New Wave Hookers V (1997)" sale como un raro Mago de Oz que controla distintos actos sexuales. Sale también Ron Jeremy. La imagen es muy gráfica de cómo las personas pueden envejecer con mayor o menor dignidad. Usted compare.
Aunque Gillis no es el más desfavorecido en esta toma, le preguntaron en una entrevista cuándo termina todo, cuál es el fin de tanto desenfreno, si cuando uno está viejo ya todo cesa. Contestó:
"Nunca termina. Recuerdo que solía ir con una una dominatrix judía en Nueva York, llamada "Belle du Jour". Ella era popular. Me gustaba ir a su espacio sólo para pasar el rato a veces porque era interesante. Aquél hombre debió de haber tenido cerca de noventa años de edad, y va justo detrás de ella. Y ella tiene puestas esas botas negras que le abrazan el muslo. Y él cae en el suelo, y está rodando bajo aquellas botas. Y pensé: "Dios mío. Esto nunca termina." Ya sabes, uno pensaría que cuando uno llega a los noventa tendría un poco de dignidad, o que algo cambiaría. Pero no es así. Simplemente continúa."
Hombre Ezquizofrénico del Siglo XXI
Durante el siglo XXI Gillis fungió como una memoria de la época. Invitado a las convenciones de la industria del entretenimiento para adultos, en veces acudía y daba colorido a tales eventos. Siguió produciendo.
Aparece en distintos documentales, por ejemplo "American Swing (2008)", o en las características adicionales de los DVD que relanzan películas clásicas. En los DVD de edición especial de "Barbara Broadcast (1977)", "Neon Nights (1981)" o "Opening of Misty Beethoven (1975)", se le hacen entrevistas. Estaba ahí para quien quisiese saber, con el obvio derecho de admisión.
Con una ternura infinita, Susie Bright comenta que la página web de Gillis era minimalista y sí, en efecto, minimalista es una forma de decir que no tiene nada, que el sitio no podría ser más insignificante. En el sitio aparece su foto, seguido de su correo electrónico, y es todo. A lo más, incluye un anlace para acceder al sitio web de la IAFD. A falta de él, su sitio es ya inservible. La comunicación se rompe, a menos que uno sea experto en el manejo de la ouija, y ello arriesgándose a que Gillis no esté de humor, o que posea tu cuerpo y empieces a tener un comportamiento inexplicable frente a tus conocidos, fundamentalmente que empieces a armar un desmadre (Ese podría ser un buen argumento para una película: unos pendejos invocan a Jaime Gillis con una ouija y el espíritu de éste posee a uno de los espiritistas. Las cosas que empieza a hacer no tienen parangón con su vida anterior ni con la época que vive, pero las disfruta. Esta trama no podría ser posible, por ejemplo, con John Holmes, porque, ¿Exactamente cómo se comportaría? ¿No sería necesario que su perfil psicológico tuviera cierta herramienta anatómica sin la cual nada tendría sentido?
jamiegillis.com
A la fecha de su muerte tenía compromisos para algunas convenciones. Su compañera sentimental no era ya una pornstar, sino Zarela Martínez, una restaurantera de origen mexicano, autora de libros con títulos tan poco contraculturales como "The Food and Life of Oaxaca (1997)", y "Food of My Heart (1992)".
Jamie y Zarela (2009)
No me declaro destrozado, triste sí. Como dice la canción de Lila Downs, es mi muerte la que va por los relojes andando, hacia atrás. Me da miedo. Pienso en el miedo que les puede dar a mis otros dos artistas entrañables del porno: Verónica Hart y John Leslie. Gratitud siento para con todos estos artistas, pero con perdón de los no señalados, preocupación sólo por estos dos. Sentía preocupación por tres, pero ya se me murió Gillis. Habrá quien diga que no es simpático. ¿Quién lo es hoy en día?
La canción de Lila Downs es muy obvia. Habla de la muerte y no hay sentidos figurados en ella. Es extraño que Lila sea de origen mixteco y Gillis dejara el ser en manos de una mujer mexicana con quien vivió sus últimos siete años y que ha escrito acerca de cocina oaxaqueña. Lo imagino comiendo mole, tamales, cosas ricas de acá. Calidez mexicana, sobre todo, para este personaje que será llorado por sus amigos.
¿Por qué Summer Cannibals? Summer Cannibals no es para Gillis, ya pensándolo bien, sino para quienes disfrutamos de su obra, que cual caníbales devoraremos sus restos. Es probable que Gillis, como dice la canción de Patti Smith, se vaya al infierno por lo que hizo para placer nuestro, y en todo caso, él se limitara a decirnos "eat, eat, eat". Ojalá Dios sea lo más parecido a Annette Haven.
En vano me deshago en elogios o en llantos, por lo pronto me sentí en el deber de dedicarle esta modesta reseña, que es lo que está en mis manos hacer, aunque esté condenado a no acercarme siquiera a desentrañar la complejidad de tan singular personaje. Es de dar tristeza porque, lo quiera uno aceptar o no, acabamos de perder al actor porno más significativo de todos los tiempos.
Vi un programa en el que llevan unos aborígenes a Londres, nomás para ver qué pasa con el choque de culturas. Los aborígenes de inmediato notaron lo poco que los occidentales dedican a platicar. Pienso en Fela Kuti y Afrika 70, en su canción "Don´t worry about my mouth O", donde habla como si se dirigiera a una escuelita tribal, donde un experto se sienta junto al fuego y comienza a platicar de las proezas del día, de lo que oyó y vio, y quienes le rodean se asombran de aquello que aquel viejo tiene para contar; no sólo cuenta los sucesos, sino cómo los ve desde su perspectiva. Hace reír a su audiencia, y con sigilio les transmite su cosmovisión, sus alas, la descripción de lo posible y lo imposible. El fuego crepita, las caras brillan.
Carlos E. Sluzky, epistemologo argentino, dice que "todas nuestras posesiones, materiales e inmateriales, tienen como sombra la posibilidad de su pérdida" . Al hablar de la muerte de uno de sus amigos dice que: "Su muerte me privó de muchas cosas valiosas: era un depositario de mi identidad y de mi historia. Era una fuente valiosa de nutrimiento emocional, un generador de valioso feedback social personalizado. Era una amistad vieja, con un fondo rico de recuerdos compartidos que podían ser evocados por el uno o por el otro; algunas reminiscencias permancererán de ahora en más dormidas en mí a partir de su muerte, ya que no habrá nadie más que las pueda activar. La tormenta desencadenada por la muerte de mi amigo es paradigmática del efecto de alguna de las muchas pérdidas a las que estamos expuestos en el curso de nuestras vidas, y de las que emergemos aparentemente intactos, pero de alguna forma empobrecidos, o al menos cambiados" .
Cito a este autor por una razón. No importa si el mundo arriba a la conclusión que no echará de menos a un tipo como Gillis, o si el mundo se avergüenza de él y le sepulta bajo una lápida de ignominia, lo cierto es que con él se marcha todo lo que sus ojos vieron, lo que su piel rozó, sus impresiones de una década loca, la sabiduría que tuvo que haberle dado el congeniar y luchar con mucha gente a lo largo de los años. La suya fue una vida intensa, a través de él cruzaron muchos de los delirios de nuestra era y él estaba en un lugar privilegiado para observarlo todo. Si el apocalipsis llega en el 2012 como muchos parecen sostener, y la vida ligada a la electricidad se va a ir al carajo, me hubiera gustado vivir cerca de ese viejo llamado Jamie Gillis, sentarme junto a su fogata, y escucharle hablar. Hay tantas cosas que él tendría qué decir y que yo escucharía con interés.
El mundo pierde una de las memorias luminosas de una industria que ha habitado siempre en las sombras de las personas, de una ciudad, de un comportamiento, de una locura. No se le podrán hacer ya más preguntas, es una página arrancada. El mundo queda aparentemente intacto, pero de alguna forma empobrecido. Era cuestión de tiempo, pues los relojes van corriendo hacia atrás, inexorablemente.
Descansa en paz, Jamey.