Sra. Josefa
Mi vecina madurita se desahoga conmigo mientras su marido juega a las cartas...
Saludos para todos los lectores de Todorelatos.
Este es un caso que me ocurrió hace ya doce años, cuando yo tan solo contaba con 15 años. Por aquella época me empezaban a gustar las señoras mayores y yo que soy muy caliente me hacia muchas pajas pensando en ellas. Ahora tengo 27 años y estoy casado, con un hijo y resido por un pueblo de Barcelona. Bueno les cuento
Vivía con mis padres en un bloque de pisos de cuatro plantas y nosotros vivíamos en el primero y en la puerta de al lado se instalaron un matrimonio, con una hija de 25 años mas o menos que solo venían para pasar el fin de semana.
Cuando llegaban el marido se iba al bar a jugar a las cartas, la hija con sus amigas y la señora siempre se quedaba en casa sola. Ella se llamaba Josefa, tendría unos 45 años, con un cuerpo normal ni gorda ni delgada, elegante, con un buen par de tetas y bonitas piernas. Se pasaba mucho tiempo en mi casa con mi madre y siempre le contaba todas sus cosas. Me traía los sábados un plato de arroz, ya que me gustaba mucho el que ella hacia. Bueno pues siempre que venia a casa me quedaba con ellas e intentaba situarme delante de ella para así poder verle las piernas y algo mas Ella un día se percato de que le miraba entre las piernas y se hizo la disimulada e incluso se abrió más de piernas. Eso hizo que se me pusiera la polla como una piedra y ella lo vio.
Al cabo de un rato me dijo que cogiera sus llaves y fuera a su casa a buscar su monedero para no se que Cuando estaba buscando el dichoso monedero donde ella me dijo, picaron a la puerta y fui a abrir, era ella preguntando si no lo encontraba y bla, bla, bla. Total que me dijo si quería quedarme con ella a ver la tele y claro, dije que si. Al rato me comento si me había gustado lo que vi. entre sus piernas, quedándome rojo como un tomate y diciendo si con la cabeza.
Me dijo que si no decía nada a nadie me lo dejaría tocar.Yo contentísimo dije que no saldría de ahí ni una palabra, con lo que me cogio de la mano y me llevo a su dormitorio. Nos sentamos en la cama y ella empezó a besarme, yo empecé a tocar las tetas por encima de su blusa y empezó a gemir, se la desabrocho y dejo aparecer dos hermosas tetas y me dijo que se las chupara. Yo estaba un poco acojonado y ella era la que llevaba la batuta.
Al rato de estar chupandole las tetas se levanto y se bajo las bragas, se tumbo en la cama y me dijo que le chupara su chocho peludito, y yo obedecí como un corderito y me abalance sobre esa riquísima fruta. Estuve un buen rato hasta que se corrió en mi cara y yo me bebí todo lo que salía. Me dijo que su marido nunca se lo había hecho por que le daba asco y que siempre iba a la suya. Se levanto y me bajo la bragueta con bastante faena, ya que estaba a punto de explotar y se la metió de golpe en la boca. La chupaba de lo lindo, estuvo así como cinco minutos y no pude más y le advertí que me iba a correr sin hacer caso, con lo que se lo trago todo, sin dejar salir una gota. Nos tumbamos en la cama y al rato me empezó a acariciar y a decirme que le faltaba una cosa..
Quería follarme!!! La polla se me puso dura otra vez y ella se subió encima cogiendome la polla y situándosela en la entrada de su cueva. Empezó a hundirse sola fácilmente ya que estaba mojadísima y empezó a cabalgarme. Luego se puso a cuatro patas y se la volví a meter hasta los huevos y así estuve hasta llenarle el coño de leche. Me la volvió a mamar para limpiarme los restos y nos vestimos. Así estuvimos muchos viernes hasta que se trasladaron de pueblo y ya no supe mas de ella.
Espero que os haya gustado, y si hay alguna mujer, no importa la edad ni el físico que quiera escribirse conmigo o echar una canita al aire, estoy dispuesto ( aunque este el marido delante ) no me importa. Mi correo es guachumey@hotmail.com