Spring break
Sucedió hace unos 5 años en mi época de estudiante Universitaria, en que se nos ocurrió a mi compañera de apartamento de la Universidad Mexicana en que estábamos matriculadas y toda vez que éramos totalmente libres de nuestras familias, de pasar un fin de semana entre los estudiantes Norteamericanos
Quiero relatar acerca de una de mis experiencias que jamás olvidaré y que siempre viene a mi recuerdo cuando en mi cuerpo se presenta el deseo erótico que me provoca el no contar con un algún hombre que me satisfaga.
Sucedió hace unos 5 años en mi época de estudiante Universitaria, en que se nos ocurrió a mi compañera de apartamento de la Universidad Mexicana en que estábamos matriculadas y toda vez que éramos totalmente libres de nuestras familias, de pasar un fin de semana entre los estudiantes Norteamericanos que disfrutaban de una semana de vacaciones de lo que ellos llaman el “Spring-Break” cuando celebran el término del invierno o la entrada de la primavera y se vuelcan sobre las tibias playas mexicanas y Centro-Americanas. Sabíamos de antemano de las múltiples diversiones y excesos de aquellos estudiantes y decidimos experimentar con ellos un fin de semana.
Hicimos nuestra reservación en un hotel del paradisiaco Acapulco que estaba casi en su totalidad ocupado por estudiantes Norteamericanos, y desde el viernes por la tarde-noche en que llegamos notamos la alegría y bullicio juvenil que reinaba. Me compré un minivestido blanco que resaltaba mi abultada cola caribeña y transparentaba mi única prenda bajo aquel hermoso vestidito, una pequeñita tanga con la que yo sabía que habría de impresionar a los “gringos” ya que tanto mi amiga como yo conocíamos que las latinas por nuestro color o por nuestras abultadas colas les encantaban y yo Costarricense y mi amiga Colombiana no éramos la excepción, sin mencionar los escasos 20 años con que contábamos ambas y nuestros desatados deseos sexuales propios de la edad. Carolina por supuesto también se compró ropa que hacia resaltar su impresionante belleza.
El ambiente estaba en grande en un salón enorme en que por 50 dólares había cerveza, tequila y bocadillos mexicanos sin límite. La bebida preferida era lo que llamaban “tequila-crazy” que consistía en un shot (trago) de tequila y otro de soda muy gaseosa de limón, que mezclaban y golpeaban en la mesa, el gas fluía y lo tomabas de un solo golpe, obviamente el efecto no se hacía esperar al tercer trago de esto. Al tercero que bebí en medio de la alegría, una gringa totalmente rubia un poco mayor que yo me sacó a bailar, nos subieron a una mesa a ejecutar el baile y al minuto pegó su vientre en mi abultada cola, lo cual en medio de gritos alocados inició mi excitación.
Al término de la pieza, empecé a sentir los estragos de los tequilazos, mareada y con revoltura de estómago, la gringa me tomo de la mano y me condujo hacia los servicios, los cuales estaban repletos de chicas adolescentes y con un fuerte olor a petate, lo que indicaba las decenas de cigarrillos de mariguana que ahí se consumían. Ella misma lo prendió e inmediatamente me ofreció fumarlo. Fue la primera vez en mi vida que fume algo de esto, por supuesto me provocó tos pero sentí una sensación nunca antes experimentada, incluyendo poder apreciar cada uno de los sonidos de la música que nunca había notado y el intenso brillar de las luces.
Volvimos a la fiesta y bailé no recuerdo con cuantos chicos pero siempre bajo la mirada celosa de ella, en una ocasión más al bailar con ella ya sin ninguna inhibición se pegaba mi culo y me tomaba de los senos con ambas manos. De nueva cuenta me tomó de la mano y me condujo ahora a su habitación, fácilmente gracias a la poca ropa que vestíamos rápidamente nos desnudamos e iniciamos con besos por todos nuestros cuerpos desnudos. Ella era una rubia natural, su poco vello púbico así lo confirmaba, al igual que sus labios vaginales sumamente pequeños que hacían ver su cuca sumamente chiquita a diferencia de la mía medio cubierta de vellos negros que aunque bien recortados hacían resaltar mis labios carnosos y abultados, me ofreció beber más tequila y ya no acepté, le dije que no estaba acostumbraba beber pero que el baile y la mariguana me habían provocado muchísima sed, sacó de alguna parte un par de cervezas y otro cigarrillo de mariguana que entre ambas fumamos alternadamente.
Continuamos revolcándonos en la cama y decidimos colocarnos en posición de 69 para besarnos las cucas, ella era una verdadera experta en eso, me hizo sentir su maravillosa lengua penetrarme deliciosamente hasta provocarme un par de orgasmos. Llevábamos cerca de una hora besuqueándonos y penetrándonos con lenguas y dedos, provocándonos uno y otro orgasmo, hubo un momento en que en posición de 69 estaba yo sobre ella con el culo al aire tratando de meter mi lengua en la profundidad de su cuca, cuando sentí que me embadurnaban el ano con algo frio y grasoso, en mi confusa cabeza por un momento pensé que eran sus propios dedos y los abundantes líquidos que emanaban de mi cuca, pero sorpresivamente en un momento sentí un enorme pedazo de carne caliente y dura como palo que se posicionaba en mi pequeño ano, con dolor inenarrable sentí como traspasaba mi culo, voltee mi cabeza confundida y alcancé a ver un hombre gordo enorme abordándome y controlando mi cuerpo fuertemente tomada por el culo, apuntó y colocó también el enorme miembro en mi ano virgen, el inmenso dolor hizo que abandonara el intento de introducir mi lengua en la empapada cuca frente a mi boca y solo alcancé a emitir un grito de dolor y la pieza entró hasta el fondo de mi cuerpo y ahí se mantuvo por unos segundos, inició entonces el mete y saca que también me provocó mucho placer, seguramente por la deliciosa sensación que me había provocado la mariguana fumada. Después de varios minutos sentí el chorro caliente que el tipo descargó dentro del recto emitiendo al mismo tiempo un gruñido de placer.
Por fin se puso flácido y salió de mi cuerpo y me liberó de su inmenso peso, nos incorporamos también la rubia y yo y en mi ingles deficiente inicié mis reclamos al gordo diciéndole que lo que me había hecho había sido una infame violación, él argumentó que la falta la había cometido yo cogiéndome a su chica y lo que me había hecho era solo en cobro de eso. No hubo acuerdo en los alegatos, parte porque no entendía yo del todo sus argumentos, abrieron otras cervezas invitándome una la cual rechacé, busque mi vestidito y mis zapatos, nunca encontré mi micro tanga y termine poniéndome la playera del gordo que me quedaba como camisón de noche y salí rumbo a mi habitación muy indignada, abordé el elevador preocupada pensando en que habría pasado con Carolina en todo ese tiempo. Entré a la habitación y cuál fue mi sorpresa cuando encontré a Carolina montada sobre un negro joven seguramente con su pene hasta el fondo de su cuerpo, pedí disculpas y me metí al baño a embadurnarme el ano adolorido con un poco de crema que adormecía la piel por las quemadas del sol. El negro al terminar su faena con Caro entró en el baño el cual por la costumbre no cerré, seguramente pensaba que la providencia le había llevado a dos latinas para desahogar sus ansias juveniles y que presuroso me cogería a mí también. Me sorprendió sentada en el WC aplicándome la crema en el ano y pensó que me estaba masturbando excitada por ver la escena de cuando se cogía a Caro ¡¡¡hombres tontos y vanidosos!!!, sin más explicaciones le despedí de la habitación y ya bien cogido obedeció dócilmente. Cuando salí del cuarto de baño, Caro media borracha y bien cogida, dormía plácidamente.
Dormimos de las 4 de la mañana a las 12 del día, amanecimos ambas con una cruda del demonio, yo tomé solo un café americano mismo que vomité a los 2 minutos. Por supuesto ya no alcanzamos el desayuno que incluía el costo por noche de la habitación. Salimos en bikini a la Alberca a tomar un jugo de naranja dada la espantosa sed, con la mala suerte de encontrarnos a la pareja de mi noche anterior que ya bebían por supuesto un par de Vodkas con agua quinada. Al gordo aun con sus gafas se le veía la mirada morbosa sobre Caro, sin ocultar que se la quería echar y a la buena de Caro no le parecía mala idea. Nos sentamos en dos camas asoleadoras mientras ellos chapoteaban en la alberca. Caro me preguntó cómo me había ido con el ese par y rápidamente le platiqué, comentándole sin pena mi affaire con la rubia y la cogida que me había puesto el gordo por el ano. Ella por su parte, me comentó que aunque el negrito, seguramente por su edad (más joven que nosotras, de unos 19) no era muy bueno en el arte de amar, sin embargo estaba súper dotado, siendo el pene más grande que ella había sentido (que por cierto no habían sido pocos) dándole muchísimo gozo.
Regresaron de la alberca y el gordo propuso sin mayor pena que hiciéramos por la noche un cuarteto con intercambios, yo en primera instancia no acepté, pero a Caro entusiasmada con lo que acababa de platicarle acerca del tamañote del gordo si estaba de acuerdo en probarlo.
Por la noche a solas en nuestra habitación cuando nos arreglábamos para la siguiente “fiesta”, decidimos que no haríamos el cuarteto y me hizo saber que no le convencía hacerlo con la rubia ya que a ella no le gustaban las chicas, por tanto decidimos dejarlo a la suerte, volamos una moneda y gané, la convencí de que lo probara por una vez, aclarándole que yo no era Lesbiana, aunque ya lo había experimentado en una ocasión cuando tenía 15, lo había hecho con una chica de 25 y fue muy rico, la incité a que lo probara. Me propuso entonces presentarme al negrito (Tomy se llamaba) y la dejarla hacerlo con Dave (así se llamaba el gordo y la rubia por cierto Anne) pero yo deseaba probar la enorme cosa del gordo dándome por donde debe ser.
Caro se las ingenió para hacer un trio con Anne y con Tomy, con lo que este último resultó ser el ganador ya que tendría a dos chicas y solo se conformó después de que Tomy se vino dentro de ella, con ver como se cogía a Anne mientras ella se masturbaba. A mí por mi parte me fue de maravilla con Dave, con su cosota me hizo terminar hasta 4 veces y por supuesto me volvió a dar por detrás. Hicimos de todo por 3 horas, este chico era un verdadero as en la cama, inagotable el hombre me dio 4 veces y me dejó completamente satisfecha y otra vez adolorida, ahora de ambos agujeros, incluso una vez le chupe hasta que terminó en mi boca lo cual le fascinó. El enorme peso de Dave, de unos 150 kilos, evitó que se subiera sobre mí ya que sentía que me asfixiaba y que me iba a destripar, él lo sabía y en su lugar el semi-hincado colocó mis piernas sobre sus hombros y la metió hasta lo más profundo de mi, sentí que los ojos se me salían pero fue delicioso, la segunda vez de plano me monté sobre él sentada sobre su enorme cuerpote y poco a poco el penesote se fue introduciendo en mi cuerpo sintiendo que reventaban las paredes interiores de mi vagina, igual llegó hasta el fondo, es tan grande que sentía que me salía por la garganta, aunque el placer era inenarrable.
El domingo antes de salir para la Ciudad de México, mientras Anne dormía la borrachera, nos dio a Caro y a mí, así que Caro tuvo la oportunidad de gozarlo dos veces tal como lo deseaba.
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