Speechless(6)

Dominique y Samantha

Victoria es....rara...la entenderán más adelante

Dominique simplemente es así, como que tiene su carácter y le gustan las cosas a su manera.

“¿Cuándo será nuestra noche especial?” –me preguntó Victoria cuando me separé del beso-

“Ahhh......cuando menos lo esperes nena” –le sonreí-

“¿Será la mejor verdad?”

“Claro” –me alejé un poco de ella- “Debo irme ya”

Suspiró

“No me gusta la idea de que vallas. ¿Qué pasa si te seduce o te convence de que no la dejes?” –decía totalmente desesperada agarrando su cabeza con ambas manos-

Reí

“No seas tonta” –puse los ojos en blanco. Si supieras- “La relación hace muuuucho que terminó. Entiende que si estoy contigo es por algo, sólo hablaremos, tranquila” –le guiñé un ojo y besé su frente- “Deberías irte tú también o pueden sospechar”

“¿No le pedirás disculpas a Nana Ru?”

“No, es ella la que se debería de disculpar. Si quieres consuélala tú” –tomé mi las llaves de mi coche y me fui directo a la casa de Sam-

En el camino iba pensando. ¿Podría estar con Sam y con Victoria al mismo tiempo? ¡Claro que podía! La vida se disfruta y la verdad me la paso mejor con Sam. Aunque la idea de estar con Victoria y enseñarle algunas cosillas en la cama me atraía demasiado, sería divertido y excitante verla a mi merced. Sí, así sería.

“Llegaste antes” –me recibió Sam en bata y con el pelo mojado, ¡qué oportuno!- “Apenas salí de bañarme. Aún no hago algo de comer, perdó...” –no la dejé ni terminar porque de inmediato la besé....menos palabrerías tontas y más acción-

“Déjalo ya. Así estás hermosa, y por la comida ni te preocupes....encargaremos algo después” –me sonrió y la seguí besando...metía mi mano derecha en su pelo mojado, mientras mi mano izquierda acariciaba su cintura. Ella se iba deshaciendo el nudo de su bata y cuando estábamos en su cuarto Sam ya estaba desnuda y yo en ropa interior- “Hoy va a ser diferente”

“¿Diferente?, ¿en qué?” –preguntó en voz baja-

“En qué sólo yo voy a recibir placer” –me quité el sostén-

“¿Qué?” –se incorporó de la cama- “¿Y yo qué?”

“Creo que una vez al año no le hace mal a nadie, Samantha”

“Sí, si. Pero, ¿me dejarás así? Sin un orgasmo, sin tocarme”

Su tono de voz era de total asombro. Ella lo había hecho mil veces así, ¿por qué le molesta que le hagan lo mismo?

“Yo me he quedado sin orgasmos muchísimas veces” –me recargué en su armaria quedando frente a ella-

“Ash, ¡ya! Ven” –cambió su voz por una más dulce, porque sabe sus pecados. Pero al final me sacó una sonrisa al saber que me salí con la mía- “Pero después tienes que consentirme, ¡eh!”

“Si, claro mi amor”-me acosté en la cama y ella se subió en mí, besándome el cuello y su mano buscando desesperadamente mis senos.....yo también estaba desesperada quería correrme, quería sentirla, apretaba mis pezones muy fuerte pero me gustaba. Mis manos no la tocaban simplemente apretaban las sábanas esperando más.

Su boca bajó a mis senos llenándolos de saliva, mordiéndolos, sus dedos entraban en mí llegando a mi clítoris, estaba chorreando.....- “Me estás matando Sam” –aquella era la señal, tenía que penetrarme ya, y lo hizo, demasiado fuerte casi metía toda su mano...pero me gustaba, se sentía bien, sentía que mi corazón iba a salirse por mi boca de la excitación, mis piernas temblaban y se movían apretando los dedos de Sam. Sin dejar de penetrarme bajó y su lengua también me dió placer...era mi fin, cuando Samantha se esmeraba en algo salía muy bien, no entendía por qué haía dejado de ser tan entregada en la cama. Tuve mi tan anhelado orgasmo que para mí duró medio día, me quedé hasta dormida....como Victoria, su recuerdo me despertó casi a las 6:30 p.m. Sam no estaba, me levanté y me bañé lo más rápido que pude en el baño de su cuarto. Después fui a buscarla, estaba en la sala con comida y viendo televisión.....llegó la hora de decirle todo.

“Hola mi vida” –me senté a su lado- “Ordené comida china”

“Gracias” –la besé- “Necesito hablar de unas cosas contigo”

Dejó de comer.

“¿Sobre qué?”

“Conocí a alguien”

“Ajá...¿y?, ¿quieres terminar con todo esto?” – su cara no mostraba ninguna emoción y yo ya empezaba a preocuparme-

“No, no. Bueno, si tú quieres no”

“¿Y quién es ella?” –tomó los palillos chinos y continuó con su comida-

“Es la hija de una de las empleadas de mi casa, se llama Victoria y tiene 16 años”

“¿16? ¡Valla! Haz aprendido bastante de mí” –rió-

“Sí, ehm.....bueno, la niña es virgen y me atrae mucho. ¡Qué mejor que yo para enseñarle lo mejor de la vida!”–le mostré una sonrisa burlona- “Pero no quiero que lo nuestro termine Sam”

Traga saliva

“O sea que....¿quieres estar con las dos al mismo tiempo?”

“Sí, pero tú serías algo así como la oficial” –acaricié su mejilla- “Ella sería....como un pasatiempo”

“Mmmm.....No quiero compartirte Dominique” –frunce el ceño-

“Yo te compartí 5 años.....¿O no recuerdas a Lucía?”

“Lucía no era tan importante como tú. Además nuestra relación era y es muy liberal, ¿no?” –excusas-

“Es por eso que te pido esto. Nunca me quejé de nada”

“Porque te gustaba ver cómo tenía sexo con Lucía” –ríe aún más. Y tiene razón, yo era testigo de varios encuentros entre Samantha y su ex vecina Lucía, pero para qué negarlo, me encantaba ver lo que hacían-

“Sí, si me gustaba. Tú también podrías ver como Victoria y yo....”

“No, no, gracias. Eso guárdatelo tú” –se levanta del sillón y se pone delante de mí con las manos en la cintura-

“¿Pero aceptas?” –pregunté-

“Pues sí. Con la condición de que yo sea tu novia o amante oficial, y no dejes de venir a verme”

“Por supuesto. Pero hay algo más” –entrecerré los ojos. No era importante pero debía saberlo-

“¿Ahora qué? Dominique tus noticias me asustan”

Su comentario me provocó una pequeña risa, no era para tanto.

“Ella no sabe de esto. O sea, sí sabe de ti pero piensa que he venido a terminar contigo para estar sólo con ella....Tuve que inventar un centenar de tonterías para que cediera a mí. Así que todavía no puede saber que seguimos juntas”

“Está bien, sólo tú sabes cómo manejas esto. Ojalá que no termines perdiéndote en tu propio juego” –Se acercó a mí y se sentó en mis piernas, abrazándome-

“No cariño, tengo autocontrol” –le contesté con autosuficiencia-

“Uno nunca sabe preciosa” –retira un mechón de cabello de mi cara y me besa-

“Eso no aplica conmigo.....Y perdón pero tengo que irme, Victoria no estaba muy convencida de que viniera, se puso como loca cuando le dije. Pensó que íbamos a tener sexo y que me ibas a convencer para que no te dejara”

Me miró con la boca abierta y empezamos a reír a carcajadas por las ocurrencias de Victoria, que tenían algo de razón.

“¡Qué tonta! Si supiera” –contestó Sam aún riendo-

“Sí. Al principio ni siquiera me miraba y se intimidaba fácilmente. Son de un pueblito yo creo por eso. Pero ahora ha mostrado las garritas, se toma esto muy enserio”

“Así son, se hacen las santitas”

“Bueno, ahora sí me voy” –me levanté, le di un beso y le prometí una llamada para nuestro siguiente encuentro-

Cuando llegué a casa, todos estaban en la cocina cenando, hasta mis papás. Todos riendo y haciendo bromas.

“Dom, hija. Ven siéntate” –habló mi madre- “¿Dónde estabas? –besa un lado de mi cabeza-

“Arreglando unas cosas. ¿Y ustedes? Desde que llegué no los he visto. María quiero un vaso de leche con galletas, por favor”

“Hemos tendio que viajar a Estados Unidos, problemas del trabajo. Pero te prometemos que estaremos más tiempo contigo nena”

“No se preocupen” –les di una sonrisa de lado y me dediqué a tomar mi leche y a comer mis galletas. Victoria no me quitaba la vista de encima, Nana Ru no hablaba y parecía enojada, ¡vieja amargada!. Los demás simplemente bromeaban entre ellos-

“Domi, quiero hablar contigo. Vámos a tu cuarto” –dijo mamá-

Yo ya sabía de qué quería hablarme, y sabía exactamente qué contestar.

“Haber”- cerró la puerta de mi cuarto y se sentó en una mesa frente a mí- “Ya sé lo que pasó con Nana Ru, hija. Y no estoy nada contenta por eso”

“Sí mamá, ya lo sé....no estuvo bien pero” –suspiré- “No la quiero, y todavía menos por esto. No acepta lo que soy”

“Pero ella es tu madre Dominique. La heriste”

“¡No! Tú eres mi mamá, ella sólo es la señora que por un descuido me dio la vida. Sólo eso, en cambio tú me has dado tu comprensión, tu amor. Ella igual, pero mi concepto esque cuando me preguntan cómo se llama mi mamá yo contesto que Gisel, no Rubí” –tomé su mano y la apreté fuerte- “No siento ningún cariño hacia ella, perdón pero lo mejor es que se valla”

“¡DOMINIQUE!” –abrió los ojos como platos- “Yo también te quiero, para mí tú eres mi hija también pero Nana Ru tiene más derechos que yo. Si no la quieres lo entiendo y no puedo forzarte, pero no seas tan dura nena”

“¡Qué drama, mamá! Cuando yo les confesé que me gustaban las mujeres lo tomaron bien, no me juzgaron, no me dieron todo un sermón, no me obligaron a ocultarlo y me apoyaron. Ella hizo todo lo contrario, lo ve como una enfermedad cuando no lo es, ese tipo de personas no pueden estar en mi vida” –empezaba a alterarme, pero estaba muy enojada con Nana Ru-

“Lo sé, lo sé nena. Pero no puede irse, ella quiere estar contigo, tienes que entender”

“Sí, lo entiendo fue su condición. Como sea, sólo que no me pida más de lo que puedo darle”

“No te preocupes” –se levantó de la silla y me abrazó- “Te amo Dominique”

“Yo también te amo, mamá”

Sus comentarios me dan ideasJ Sigan comentando para ver qué les gusta y qué no, besos a tod@s