Speechless(11)

"Los amores prohibidos son los que mejores orgasmos dejan"

Speechless(11)

En mi casa, tenía que soportar los acosos de mi nana(que por cierto era mi madre biológica, larga historia) ella quería saberlo todo, al igual que mis padres.

“¿Te agradaron los maestros?” –fue la gran pregunta de mi madre, siempre lo preguntaba a inicios de curso pero obvias razones este año me sorprendió e incluso hizo que me sonrojara-

“Ah, sí...estuvieron bien, mamá” –bajé la mirada, eran extraño no poder verla a la cara.- “¿Puedo ir a hacer la tarea?”

“Claro” –me levanté del sillón y planté un beso en su mejilla, igual que en la de mi padre quien no prestaba atención a nuestra conversación-

Al llegar a mi habitación me recargué en la puerta y suspiré, esto sería divertido....terminé mi tarea y con mucho más gusto hice la de Ciencias, pensando en ella, qué estaría haciendo.

En la noche no tuve ni ganas de cenar, quería que ya fuera la hora de ir a la escuela, ridículo para alguien como yo, pero hay una frase que dice “los amores prohibidos son los que mejores orgasmos dejan” y yo quería comprobar esa teoría.

“¿Dominique?”

“¿Qué quieres? – entró NanaRu-

“¿Te gustó tu primer día de escuela?” –se sentó en mi cama y yo dejéde cepillar mi cabello, me giré para mirarla-

“No te sientes en mi cama” –escupí molesta- “Además, no es algo que deba importante” –puse los ojos en blanco-

“Sí me interesa, hija” –dijo dolida- “Cuéntame”

“¿Qué quieres que te cuente? Fue un día bastante normal. Ahora, quiero dormir, ¿puedes irte?” –abrí la puerta para que se fuera, pero esta mujer eran necia-

“¿Sabes algo?” –se levantó al fin de mi cama y se acercó a mí- “Me gustaría que me contaras más cosas”

“Pues a mí no me gustaría, vete” –insistí haciendo que ella diera una sonrisa triste aún y se fuera-

Admito que soy muy cruel a veces, pero nunca pude quererla, nunca la ví como mi madre. En fin, tenía cosas mejores en las que pensar, como en ella...en Samantha, qué nombre tan sexy.

A las 9 de la noche no pude más y me metí en mi cama, puse la alarma y me metí en un profundo sueño, pero a las 6 en punto un ruido odioso me despertó, tenía que levantarme ya, tenía que verla...

Aún con bastante sueño me levanté, me bañé y me arreglé lo mejor que pude, esta vez me tardé años en el espejo, muy raro en mí porque por lo general soy rápida.

Una que otra vez me sorprendí a mí misma sonriendo, ¡qué tonterías!

A las 6:39 apresuraba al chofer para llegar rápido a la escuela, iba bien de tiempo pero ya quería verla, revisé el horario y Dios es tan grande que me dió la primer hora con ella, agradecí mentalmente y entré a la escuela, como siempre tomé el asiento de hasta adelante y esperé....

“¡Qué temprano, Dominique!” –escuché decir alado de mí-

“Soy responsable, Karla” –le sonreí y ella hizo lo mismo, me dí cuenta por primera vez que no era para nada fea-

“Ya veo, o seguirá siendo por la profesora Samantha” –dijo con cierta curiosidad en su voz, trataba de sacarme información pero soy difícil-

Reí.

“No, siempre llego temprano. La profesora Samantha me cayó muy bien, y me ofreció su apoyo en la materia”

“Pero si tú eres buena en casi todas las materias. ¿Y no se supone que el de Historia Universal es nuestro tutor?” –arrugó la frente-

“Ví algunos temas de este año en Ciencias y hay algunos temas que se me podrían complicar, además de que le he sugerido algunas cosas a la profesora” –respondí tratando de sonar lo más creíble posible, la verdad es que esta era de las materias más fáciles-

“Bien” –dijo convencida y con los ojos bien puestos en mí, le dí mi sonrisa de lado y le guiñé un ojo justo cuando tocaron el timbre para inicio de clases, de nuevo agradecí mentalmente-

“¿Sam?” –pregunté una vez que me dejó de besar. Estábamos en la hora de receso, habían pasado 3 horas desde que nos vimos, y casi corrí hacia ella en la sala de profesores. UN jodido día de que la había conocido y ya quería besarla todo el día, el efecto Samantha...ese efecto que me hizo necesitarla seis años.-

“¿Qué?” –siguió besando a mi cuello haciendo caso omiso, sus manos acariciaban mis pechos con dulzura-

“¿Somos novias?” –pregunté indecisa, era idiota pero en verdad quería saber-

Dió un apretón fuerte a mis senos y me miró a los ojos.

“No Dominique....eso a mi edad ya no. Si quieres una relación así sería mejor que te vallas” –trató de bajarme de sus piernas pero yo me aferré a ella con una expresión de horror-

“No, no, no. Perdóname, yo entiendo sólo que quería saber qué lugar ocupaba, no quiero alejarme de ti”

“Apenas me conoces” –susurró-

“Lo sé, tengo 24 horas de conocerte, pero no me importa” –le sonreí y seguí besándola-

“Bien. ¿Haces esto con todas?” –bromeó-

“La pregunta más bien te la tendría que hacer yo a ti. ¿Haces esto con todas las alumnas?”

“No” –contestó- “Eres la primera que me ha coqueteado tan descaradamente”

Nos soltamos en carcajadas

“¿Enserio? Bueno es que con una mujer como tú” –me mordí el labio-

“¿Una mujer como yo? ¿Qué hay conmigo?” –me acercó más a ella, su voz ya era casi en susurro-

“Una mujer como tú...tan hermosa, tan sexy...te haría muchísimas cosas” –acaricié su cabello hablándole en susurros al oído, estaba temblando-

“No me las digas, házmelas mejor”

Mmm....

“Mañana podemos faltar, te llevaré a mi casa y ahí podemos” –la interrumpí-

“No sé nada de sexo, Sam....Además es muy rápido”

“Lo sé, prometo que no te haré daño y te va a gustar” –siguió besando mi cuello, sospecho que fue una técnica para distraerme-

“Está bien” –Mi desventaja es que en esos tiempos yo era muy sensible a sus caricias-

Sé que las personas dirán que soy muy zorra por c* a mi profesora al segundo día de conocerla, pero ¿qué más daba? A veces hay que romper las reglas y vivir las experiencias que te brinda la vida, sólo tenía 17 años.

Aun que ahora que lo pienso mejor, sí, fuimos muy rápido. Mi primera vez fue....en realidad no la recuerdo, me emborraché porque sólo así podía ser atrevida y dejar de lado la verguenza de que me viera desnuda. Sí, hay cosas que ahora, seis años después han cambiado...el vecino podía verme desnuda y me da igual, pero en esos tiempos no, era extraño....Como dije, me emborraché y no supe de mucho, no que yo recuerde. Sólo sentí un pequeño ardor en mi entre pierna y algo que entraba y salía de mí, la verdad es que Sam hizo todo el trabajo, y no hay mucho que contar, no es la primera vez que soñamos.

Pasaron algunos meses, esos meses se hicieron el año, pasé a tercero de preparatoria y en ese año Sam ya no sería mi profesora. Nuestra relación iba bastante bien, muchísimo sexo yo ya casi era una experta, me enseñó muchas cosas como buena maestra. Claro que todo era secreto, y por suerte éramos tan discretas que nadie sospechaba, no salíamos juntas siempre teníamos sexo en la casa de Sam y si salíamos a algún hotel o restaurante lo hacíamos en coches separados y salíamos de la ciudad...pero sólo era eso, sexo y yo estaba enamorada de Samantha, tenía miedo de confesárselo porque ella siempre decía que esta relación no implicaban sentimientos, eso me rompía el corazón.

Pero era tiempo de que supiera cuánto la quería, ese día era hoy....hoy le diría lo que sentía por ella.

Antes que nada, mil disculpas.....ya había mandado el relato pero no lo publicaron, lo mandé por una tablet, ¿alguien sabe si hay algún problema con eso? Y bueno últimamente no me inspiro pero bueno, haré lo que pueda(:

La historia de Dominique con Sam no la haré tan larga porque quiero seguir con Victoria.

Besos!