Speechless 2

Dominique

Speechless

Capítulo 2:

Gracias por sus comentarios :’) En esta parte del relato, narrará Dominique para conocerla un poco mejor.

Como todos los años, mis padres me regalaban viajes a donde yo quisiera ir. Esta vez visité Francia, Alemania, España, Milán, Rusia. Pero a la mitad de mi viaje, surgió una llamada desagradable:

“¿Samantha?” –Samantha es mi pareja sexual actual, ella fue mi maestra de biología en la preparatoria y desde mis 17 años hasta ahora seguimos manteniendo relaciones. Por si había dudas, soy lesbiana a morir-

“Hola” –su voz sonaba tímida- “¿Cómo te la estás pasando Dom?

“Muy bien, no es la primera vez que vengo lo sabes. ¿Estás bien?” –no es que me importara sus cambios hormonales, casi tenía 40 años y quizá era normal que estuviera así-

“Me gustaría hablar contigo. ¿Cuándo regresas?”

“¿De qué quieres hablar? –pregunté frunciendo el ceño-

“Prefiero que sea en persona”

“Regreso mañana, entonces”

“No, no, no, Dom. Disfruta tu viaje” –ahora sí me preocupaba-

“De ninguna manera, puedo venir luego. Tú estás antes que todo, si llego mañana, puede que pasado mañana valla a tu casa, son muchas horas hasta México. ¿Está bien eso?” –pregunté en un tono más dulce-

“Sí, gracias. Te quiero”

“Yo también, Sam” –colgué-

Samantha rara vez hacía que dejara algún viaje o un asunto importante en mi trabajo, así que lo que quería hablar debía ser muy urgente. Tomé el primer vuelo hasta México y llegué un Jueves a las 8 p.m. a mi casa, era la hora de la cena y como no había avisado que regresaba seguro mis papás no estaban, como siempre. Cuando llegué escuché voces en la cocina, así que fui hasta allá y me encontré con dos personas desconocidas.

Nana Ru me abordó con sus molestos abrazos de osos que dejaron de gustarme desde los 8 años, pero era muy sensible así que trataba de sobrellevarla, me presentaron a la nueva sirvienta y a su hija, Victoria. Le había estado diciendo a mamá que necesitábamos a más gente que ordenara y limpiara bien la casa, porque con Nana Ru y la fastidiosa de Mercedes no alcanzaba, por suerte me dejó escojer a una de ellas para mis tareas personales y sin dudarlo, elejí a Victoria. Ella no es que fuera una belleza de mujer, yo había estado con muchas y reconocía la belleza de una mujer. Medía quizá 1.60 cm, Cabello hasta los hombres marrón, tez morena clara y ojos cafés. Pero bien podría satisfacerme un poco mientras estuviera en casa.

“Bien Victoria” –dije- “Te vas a levantar a las 6:30 am, en mi cuarto tienes que estar a las 7:10 con mi comida, mientras yo almuerzo en la terraza de mi habitación tú ordenarás mi ropa, recogerás lo que esté tirado y harás mi cama. Así todos los días, yo hago ejercicio aquí de 7:50 a 8:30, a las 8:30 me baño y cuando me bañe tendrás que estar ahí conmigo por si se me ofrece algo. ¿Entendiste?”

Todos, incluyendo su mamá me miraron serios, Victoria me miraba nerviosa y con algo de miedo en sus ojos. Pero no me importaba, ella estaba para complacerme...en absolutamente todos los aspectos y muy pronto iba a descubrirlo.

“Ehm...sí, sí entendi señorita”

“Bien, te espero en 10 minutos con mi cena. Gerardo, sube mis maletas, por favor”

Y 10 minutos, después de que Gerardo dejó todas mis maletas, entró temerosa Victoria con una bandeja

“Pasa” –dije- “cierra la puerta y deja la bandeja en aquella mesita” –me senté en mi cama frente a ella-