¿Soy yo o la web de TR ha cambiado demasiado?

Reflexión acerca del cambio paulatino y constante que estoy viendo en la web de TR.

¿Soy yo o la web de TR ha cambiado demasiado?

Esta es una reflexión que me hago día sí, día no, cada vez que entro en la web de TR.

De un tiempo a esta parte, la cantidad de relatos que alberga la web crece de forma desmesurada, irracional diría yo. Cada vez que entro en la web, leo las ingentes novedades y descubro, muy a mi pesar, continuaciones de relatos que van por el capítulo 15, 16, 17, etc. todas publicadas el mismo día, hasta la entrega 24. ¿Realmente hay alguien que se lea todos y cada uno de los relatos de una serie de una forma tan seguida, casi sin tiempo para respirar? Y no me digan: pues lee uno cada día. No, coño, no. Es que así no se hacen las cosas. ¿Y cómo se hacen? Pues mimando al lector, provocándole desazón por leer una continuación, cuidando los relatos como piedras preciosas, puliendo cada detalle de ellos con mimo y ternura.

Repito: es mi reflexión, es mi opinión.

Otra aspecto que me disgusta, y en esto no veo sino una profunda desilusión, es la baja calidad de los relatos. Vale que aquí, los que escribimos, no somos más que unos “diletantes”. No se nos puede pedir una calidad comparable a la de un escritor profesional, por supuesto. Pero de ese límite al que se encuentra en gran parte de los relatos que se publican… hay un trecho enorme. Gigantesco. Muchas veces he dado mi opinión al respecto: más vale fondo que forma. En algunos casos se perdonan pequeñas faltas de ortografía (todos erramos), algún ligero defecto de sintaxis, etc. Pero es que se ha llegado a un punto en el que ni hay forma, ¡coño! ¿Cómo se espera uno obviar esos ligeros efectos de fondo si ni siquiera existe una buena forma (trama, personajes, diálogos) que los equilibre?

La única vez (y lo siento por decirlo pero, vuelvo a repetir, es mi opinión) que encuentro agradable pulsar sobre el enlace de un relato es cuando se publican los relatos de algún Ejercicio o cuando alguno de los escritores veteranos publican un nuevo relato. Ahí se nota un esfuerzo por crear algo bueno. Se nota entrega, ilusión, innovación. En todos los demás casos, yo pulso sobre el enlace con una mezcla de incertidumbre y desasosiego, esperando encontrar algo que valga la pena leer. Sin embargo, en la mayoría de los casos, me encuentro con tramas trilladas, tan manoseadas de tanto como han sido usadas, que dan grima. Me encuentro con diálogos embutidos en el texto, o con las voces del personaje encabezadas por su nombre, como una maldita obra de teatro (por cierto, sería buena idea crear una nueva categoría para estos relatos, los “Treateros”: van en aumento).

Este último caso es uno de los que más me encienden, de los que más me cabrean. ¿Por qué ninguno de los autores de estos relatos con aspecto de obra de teatro se ha molestado en crear un diálogo correcto y ameno? ¡Son relatos, joder, escribes un relato, esto es una web de relatos! Es una absoluta falta de vergüenza que, en vez de mascar un diálogo durante unas horas, ateniéndose a las reglas (no me digan que no las conocen, incluso hay un texto en la categoría de “Entrevistas/Info” que las explica) e hilvanando el texto para que resulte placentero leerlo, luego te encuentres con un relato en el que, pasando olímpicamente de todo, te encuentras las voces de cada personaje como si de actores teatrales se tratase. Ya no hablo del trasfondo del relato, que puede ser bueno, con una historia cojonuda. Pero si me encuentro con ese chorizo de frases dictadas… Pues apaga y vámonos. ¡Qué coño! Así yo también escribo un relato en dos horas, ¡qué bien! Y luego sale lo que sale.

Tal y como he empezado diciendo en este texto, no trato de mostrar una guía de estilo, ni tan siquiera de mostrar un camino correcto cual talibán confeso. Sólo se trata de una reflexión que, por supuesto, ninguno de los aludidos leerá, claro, pero que necesitaba expresar.

Por desgracia (o por fortuna para otros, que estas son mis opiniones, vaya) la web de TR ya no está siendo un referente claro en cuanto a calidad. Sólo en cantidad. Y eso es lo que más me apena. Porque yo llegué aquí hace algunos años, al poco de comenzar a escribir. Muchos años atrás entré en la web y cada vez que habría un nuevo relato me emocionaba al leerlo, a veces, incluso, algunos los imprimía y los releía varias veces, me encantaban.

Ahora… ¿qué coño hay? Series interminables, soporíferas. Relatos mal escritos, indigestos para la lectura. Tramas tan sobadas que asquean. Lamento decirlo pero, si quieres leer un buen relato, engendrado como Dios manda, con un buen argumento y una correcta escritura, tienes que irte a los escritores veteranos o al Ejercicio. Y esos, poco a poco, cada vez son menos, sepultados bajo centenas, miles de otros “relatos”.

¿Un resumen de esta reflexión? Desencanto. Pena. Decepción. Mediocridad.

Llamarme amargado, tocapelotas, gilipollas o cualquier otra lindeza. Pero esta es mi opinión. Y punto.

——Ginés Linares——