Soy una pajera compulsiva II

Despertar diario de una mujer normal, pero su vicio con las pajas es digno de contar

07:00 AM

El despertador sonando, que pereza, pero hay que levantarse a trabajar, pero cinco minutos más en la camita no va a hacer daño a nadie. Y mi pajilla matutina no puede faltar. Voy a bajarme las bragas, pero ya las tengo por las rodillas, la mitad de las noches siempre me pasa lo mismo. Me hago uno o dos dedos en cuanto me meto en la cama y me quedo dormida sin subirme las bragas. Bueno, a lo que iba, que luego siempre llego tarde. Agarró el móvil, busco el Instagram de mi nuevo compi de curro y a frotarse con la palma de la mano. No llego a la quinta foto y ya me corro. Ufff, que gusto. Vale, ya salto de la cama. Café con tostada mientras veo las noticias, toca sección de deportes. Ayer hubo campeonato de natación, está gente no tiene compasión de mi. Como me ponen a ocho tipos casi en cueros a estas horas de la mañana. Ya tengo la mano debajo de las bragas, pero me digo, contente mujer, que vas tarde y te falta ducharte. Contención, los cojones. En cuanto me meto en la ducha no se me van los nadadores de la cabeza, y me enchufo el teléfono de la ducha a mi coño. Vaya corrida que . me acabo de pegar. Ya consigo salir de casa, coger el coche y salir pitando al curre. Bueno lo de pitando es un decir, ya está una atascada como todas las mañanas, vamos a paso de tortuga, que aburrimiento. Bueno, siempre hay soluciones. Ventajas de ir en un coche alto, aún así por si pasa algún camionero me pongo la chaqueta encima de las piernas. Porque en el fondo soy una tímida. Me pongo a escuchar mi último audiolibro erótico, veinticinco minutos de atasco, veinte de paja lentilla, pero la corrida como siempre bestial.

08:32 Entrando al trabajo, tan justa con siempre. Estoy apañada, si supieran mis compis les daba un infarto, las horas que son y ya llevo tres pajas, y las que me quedan el resto del día .....