Soy una madura muy puta e insaciable 3

Comida deliciosa en el baño de un restaurante tras arreglar un buen contrato.

Hola a todos mis queridos lectores, primero que nada, quiero ofrecerles una disculpa por haber estado tan ausente estas semanas. Entre trabajo, asuntos familiares y encuentros que he tenido con muchos de ustedes que ya se atrevieron a conocerme, he estado saturadísima. Prometo organizarme lo suficiente para poder escribirles con mucha mayor frecuencia.

Pues comienzo… Continuando con mis dos anécdotas/relatos anteriores, llegue al aeropuerto casi barriendo, como bien saben uno debe estar en el aeropuerto tiempo antes de su vuelo, pues, en fin, a penas y llegue con el tiempo exacto. A penas entrar, no pude evitar sentir las miradas de todos. Mayormente desconcertadas, aunque también despectivas. ¿Y cómo no? Estaba hecha un asco, maquillaje corrido, el pelo desarreglado, entre sudor y fluidos por todo mi cuerpo, no dudo que incluso mi ropa hubiese estado manchada de alguna parte. Aun sentía mis muslos escurrir, como pude fui a un sanitario y me “acomodé” lo más que pude.

Ni más, abordé a mi vuelo, durante el trayecto incluso una azafata me preguntó si me encontraba bien o necesitaba algo… Si, un buen baño y dormir un rato. ¡Eso era lo que necesitaba! ¡jajaja! Llegué a mi destino y enseguida tomé un Uber hacia mi hotel. Durante el trayecto no sucedió nada extraño además de que el camino era relativamente muy breve. Llegando al hotel no perdí tiempo en registrarme en la recepción, validaron mi reservación y subí de inmediato a mi habitación. Me di un baño tan rico que lo prolongue por casi treinta minutos y al salir, así desnuda a penas toque la cama me dio un agotamiento fatal… caí dormida un rato, me desperté al cabo de unas dos horas por el calor y sed que sentí. Me pedí un par de copas y algo de comer mientras me arreglaba para la cena de negocios a la que había viajado. Terminé de arreglarme, bastante provocativa. Siempre me ha ayudado a cerrar un buen trato el estar de coqueta o “enseñar de más”.  Me puse un liguero negro a juego con una tanga semitransparente del mismo color y sin brassiere. Tacones altos negros y un vestido muy muy corto, con un escote ni excesivo ni pequeño, moderado. Pero eso sí, a penas y tapaba mis nalgas. Con trabajos se unía con la terminación de las medias y dejaba entre ver a momentos el liguero que las sujetaba. Me puse labial oscuro y el cabello suelto.

Llegada la hora me dirigí al restaurante pactado, la verdad es que no lo conocía, pero resultó muy bonito, no era ostentoso, pero si muy formal y ameno. Luces tenues, pocas mesas, música muy tenue al fondo… Era muy agradable. Al preguntar por mi reservación me dijeron “Ya la esperan” y me acompañaron a la mesa.

Encontré a un hombre no muy mayor, calculo que rondase los 45 años aproximadamente, bastante de buen ver, debo ser honesta. Alto, piel clara, cabello oscuro con algunas canas, barba bien alineada, sumamente pulcro, complexión regular, ni musculado ni gordo. Y olía delicioso. El tipo enseguida verme llegar a la mesa se levantó, acomodo mi silla y me dijo “un gusto, soy tal, el otro socio tuvo un imprevisto y no podrá asistir, pero podemos cerrar las condiciones entre ambos si estás de acuerdo” Yo la verdad no le ví tema y le dije que estaba de acuerdo. Como bien sabrán, en este tipo de cenas normalmente comienzas hablando de trivialidades y sutilmente vas mencionando clausulas a acordar. La cena transcurrió con normalidad entre bromas, acuerdos, desacuerdos, aclaraciones y un par de copas hasta el momento en que sentí necesidad de ir a hacer del baño, fue entonces que el alcohol estaba haciendo su trabajo. Las copas que había bebido en el hotel aunadas a las bebidas aquí ya me estaban desinhibiendo poco a poco casi sin notarlo. Volví a la mesa, al cabo de poco rato más cerramos el trato. Aún teníamos bebida y entre la amena plática al casi acabárnosla el me propuso beber algo más a lo cual accedí, en determinado momento nuestras sillas estaban ya fuera de su posición en la mesa y más bien estábamos uno frente al otro. El tenía una mano en una de mis rodillas, no se cuanto tiempo haya llevado ahí, pero al notarlo, me gustó la sensación, yo ya me estaba poniendo algo cachonda a causa del alcohol y estarla pasando tan ameno, creo que en más de una ocasión seguramente pudo haber visto de más al mover mis piernas y mi vestido ser tan corto.

Tuve que ir al baño nuevamente, al levantarme di un paso en falso, reímos un poco ambos y me sujetó pregunto si deseaba que me acompañase y acepte, como todo un caballero me sujetó de un brazo y con su otra mano de la espalda baja pero sin propasarse. Olía delicioso, entre al baño y me espero en la puerta, me excitaba que fuese un caballero y aun a pesar de poder no se hubiese propasado o insinuado nada más aún a pesar de notar sus miradas. Entre al baño, oriné un poco y a penas lavarme las manos, no pude resistirme a pensar en lo guapo que era, salí y ahí estaba esperando, no dije nada y me le abalancé con un beso delicioso, al cual correspondió enseguida. Muy lascivo. Me detuve y tomándolo de la mano lo invité al interior del baño. Cerramos con seguro y todo comenzó…

Entramos y enseguida nos empezamos a besar como animales mientras me agarraba de mi culo, rápidamente subió mi vestido  y separaba mis nalgas para excitarme aún más, luego me volteó y me besaba el cuello mientras tomaba mis tetas con algo de fuerza, yo gemía en el proceso, me separo y llevo sus manos al cierre de mi vestido dejándolo caer para quedar con las tetas al aire pues no llevaba sostén, solo llevaba un micro hilo que provoco que se la pusiera tan dura como una roca, podía sentirlo bien, se notaba de buen tamaño y grosor, me dejó en tacones y me agaché para quitarle el cinturón y bajarle el pantalón y bóxer, estaba desesperada por llevarme esa jugosa verga a la boca, comencé a mamarla con desesperación, me escurría saliva por las comisuras de mis labios y el gemía delicioso. Ya la tenía demasiado dura y lista para metérmela hasta el fondo y romperme pero me quede allí un rato más mientras agarraba mi cabello y cabeza para hacerme mamar más profundamente mientras, me levantó del cabello y me puso de frente contra en lavamanos, hizo el hilo a un lado de la nalga y empezó a pasarme su rica y ensalivada verga por el clítoris rápido para que ahora le mojara la cabeza con todos mis fluidos que tenía por todo lo que estaba sucediendo, le dije  “métemelolo ya, no aguanto” y me lo metió lento y hasta el fondo, me tenía sufriendo, quería ser su puta, solté un gemido muy rico y dije "ay que rico, dame duro papi" me lo metió hasta el fondo muchas veces rápido mientras lo empapapba de mis fluidos salpicando con cada embestida, no paró ese mete y saca delicioso, mis ricas tetas estaban brincando, me gustaba verlo en el espejo, el observaba todo muy excitado, me agarró nuevamente por el cabello y cintura y me envestía fuere, rápido y duro, era delicioso, era una cogida aunque “sencilla”, de campeonato.

Me volteó y me cargó para ponerme encima del lavamanos me quitó mi tanga de hilo y me abrió las piernas, puso una sobre su hombro, para metérmelo otra vez, sin dudarlo se deslizó otra vez dentro de mi y a ratos volteaba su cara para lamer mi pierna que tenía en su hombro, agarraba mis tetas y también de rato se acercaba chuparmelas, como era complicado encorvarse opto por escupir en ellas y embarrar su saliva con una mano, todo era muy excitante pues era un baño del restaurante y cualquiera podían tocar, siguió dándome hasta que me empecé a sentir que estaba por eyacular y le pedí que acabara en mi boca, empezó a darme ms rápido y duro, sonaba divino, super mojado, mientras me la metía yo me movía con la cadera para atrás y adelante para que pudiera entrar hasta el fondo siempre, a los pocos minutos se iba a venir y me lo sacó, yo automáticamente bajé, me arrodille y le la boca para que me la llenara de leche, apenas empezó a salir me la metí en la boca para comérsela toda y sin dejarle esa jugosa verga sin un sola gota, se la dejé limpia y trague todo, incluso recogí unas gotas que habían escurrido por mis labios.

Apenas nos recuperamos nos vestimos rápido y salió el primero que yo, volvimos a la mesa, acabamos nuestra última copa y pagó. Seguimos platicando como si lo anterior no hubiese sucedido. Pagó la cuenta y se ofreció a llevarme a mi hotel, pero me rehusé, esto debido a experiencias que he tenido en las que al otro día o después de coger no se van pronto y me molesta mucho eso. Preferí quedarme con esa imagen tan grata de él, debo decir que, aunque fue una cogida muy “sencilla”, ha sido de las mejores o que por alguna u otra razón disfrute más y más recuerdo, tal vez haya sido el hecho de que el me atrajo tanto.

Ya era tarde pero ese día/noche no habrían concluido aún, se los contaré en mi próximo relato…

Les agradezco mucho a todos mis lectores, como mencioné al principio, por la paciencia con respecto a publicar otro relato, ya que no me había podido hacer el tiempo necesario, pero les prometo que buscare hacerlo con mayor frecuencia y más anécdotas adicionales a la conclusión de ese día. También quiero agradecerles muchísimo a los que me han escrito y han adquirido mi pack, que está actualmente en promoción y aún más a todos lo que ya se atrevieron a contratarme, los próximos días tendré precios especiales para encuentro y también rifaré uno (de menos horas) de entre los que adquieran el pack. Continúen escribiendo, saben que siempre respondo… htz.bntz@gmail.com