Soy una ESposa Feliz
Hasta hoy no puedo resistir a mis amantes por más que lo intente. Basta que un hombre guapo sea amable conmigo y se comporte como un caballero, para que mis deseos afloren y si ese hombre me invita unos tragos y a la discoteca, es casi seguro que termino siendo suya.
Mi nombre es Kelly. Soy latina de ojos marrones, pelo negro y según los hombres atractiva ya que siempre se han encargado de recordármelo, soy una mujer ardiente y muy exótica, de talla media, con buenas piernas que me gusta lucir, un lindo culo que es el paraíso de todos los hombres que han tenido la suerte de tenerla y senos de tamaño medio.
Siempre fui una chica de carácter fuerte y muy rebelde. Acostumbraba a pelearme con mis padres, casi a diario, ellos no sabían que hacer conmigo ni como corregirme y antes de terminar la secundaria ya tenía novio. A partir de ese momento inicié mi vida sexual con Marlon, este chico era inocente como yo en esa época, con él descubrí el amor y pensamos que nos quedaríamos juntos para siempre. Hasta que salí embarazada, él reaccionó de la peor manera cuando le conté que esperaba un niño, se llenó de miedo y evadió responsabilidades, su cobardía fue mayor a su amor por mí. Luego la relación rápidamente se deterioró y a los meses ya estaba separada.
Al verme sola, vecinos, amigos y compañeros de trabajo me acosaron, siempre tienen la idea de que una mujer separada necesita un macho con urgencia. Me aislé por un tiempo, pero para el verano una amiga me sacó nuevamente al mundo, rápidamente me convertí en la reina de las discotecas y la noche, bailes, tragos y chicos eran mi día a día, en mi interior surgió un irrefrenable deseo de tener sexo, con casi todos los hombres, que me solían cortejar.
Con Darío, -uno de esos pretendientes que era policía- nos encontramos un fin de semana en la discoteca, entre baile y tragos, nos calentamos y luego salimos para un hotel, Fue el primer hombre muy bien dotado que me hizo el amor, a pesar que había estado ya con muchos chicos este si que era aventajado, desde ese momento también me gusto el tamaño, pensaba que todos los hombres lo tenían casi de la misma medida, esto cambió mi vida en muchos sentidos. A los 23 años me convertí en novia de Darío, con el que tuvimos una etapa de sexo muy intensa, No había momento que no lo hiciéramos Me olvidé de todos los demás y solo pensaba en él, que de paso era muy cariñoso y cortes. Pasaron los años de intensa vida sexual y amorosa, Fue el primer hombre en hacerme sexo anal y en darme a tomar su semen, en eyacularme en mi cara, me transportaba al paraíso, me hacía sentir la mujer más feliz y puta del mundo. Que hombre, me hizo gozar muchísimo con su maestría y el tamaño de su pene. El romance duró unos tres años, hasta que descubrí que era casado, lo perdoné pero la relación se deterioró, yo comencé a darme algunas escapaditas a sus espaldas, se dio cuenta que yo salía a divertirme cuando él viajaba, pero fue la única época que no busqué a otra persona para tener sexo, nadie podía competir con él. No quise que esto acabara, pero me dejo por otra chica, que también descubrió sus secretos, en el fondo era un conquistador y yo una puta. Sin duda fue el hombre de mi vida, el que me enseñó que en el sexo hay niveles, a disfrutar de la carne, Añoro su enorme verga, el sabor de su semen, lo extraño en mi conchita, en mi boca y en mi culo, extraño, su dulzura y su pasión.
Después de él, volví a mi desenfrenado mundo de fiestas, en discotecas y bares. Todos los fines de semana terminaba en la cama de algún galán de turno, en sexo sin amor, como ya estaba acostumbrada. Aprendí a sacarles dinero, a manipular sus emociones y deseos. Me faltó poco para entrar en el negocio de la prostitución.
Felizmente apareció en mi vida Edú. Que me frenó -por unos años- en mis locuras, me dio un hogar y se convirtió en un padre para mi hijo. Nunca pensé ser ama de casa, madre o esposa modelo ni nada que se le parezca, por el contrario soy poco "hogareña", pero terminé siendo la típica esposa de clase media que se dedica a las labores de la casa y a cuidar a mi hijo, preocupándome que a mi marido no le falte nada. Edú, pasa mucho tiempo en su taller de arquitectura, con sus padres, viajando y con sus amigos.
Cuando comenzamos Edú era bastante celoso y fogoso, es un fanático de fotografía erótica y yo como su modelo, aprendí a posar desnuda, a actuar en películas porno caseras, hoy sospecho que le gustaría tomarme fotos mientras otro hombre me hace el amor. Pasaron unos cinco años y la pasión que nos teníamos se fue apagando, se volvió frio, aun cuando no me haya dado cuenta de alguna infidelidad suya, con el tiempo trascurrido se ha ido acostumbrando a mis acciones y mentiras, pero nunca abandonamos la fotografía y las películas porno, creo que eso nos une sexualmente, ya que tenemos relaciones más o menos una vez al mes, desde hace unos años no le importa si salgo y con quien, el consiente que le diga por el teléfono que la estoy pasando bien, me dice que me divierta de la manera que me plazca y la disfrute. Llevo una vida oculta y desenfrenada, haciendo lo que se me da en gana, sin que mi marido se entere o se de por enterado, algunas veces con mi hermana, que está divorciada y también es bien putita y otras con mi amiga Mary, que un día me llamó -por el celular- a una discoteca y me presentó a dos jóvenes que trabajan con ella, entre tragos y bailes hicimos parejas y luego nos fuimos para el departamento de uno de ellos, continuamos la fiesta y terminamos en una orgia, en tantos años y muchas aventuras no había hecho esto, allí descubrí que me gusta hacerlo también con dos hombres a la vez.
Edú sospecha de mis aventuras y en un comienzo me celaba, pero no le hice caso y siempre le negué todo. Yo sé como engañarlo y sé ahora que le gusta ser engañado y que disfruta de fantasear, como otros hombres me enamoran y me poseen. De esto me di cuenta, una noche, cuando estábamos en una fiesta, uno de los invitados me cortejó descaradamente y él ni se dio por enterado, es más, desapareció y nos dejó a solas. El chico se me lanzó con todo y en jardín nos besamos y si no nos interrumpe una amiga, nos salimos para un hotel, sé que cuando mi marido apareció sus amigos le contaron todo, pero él no se enojó, ni me dijo nada.
He tenido muchos encuentros con Ever, - uno de mis tres amantes “oficiales”- es un hombre atractivo y posee un aura especial, esposo de Mary, amiga y cómplice, que es muy celosa y piensa que es un santo, así como él piensa lo mismo de ella, una tarde cuando estábamos en un hotel, recibo la llamada de mi marido, hablé con él con amor y ternura, le dije que lo extrañaba y le mandé muchos besitos, luego Ever llamó a su esposa y le dijo que se estaba masturbando en un baño, pensando en ella, los dos nos matábamos de la risa, después la llamé a ella y mientras conversábamos, me contó que sus amigos del trabajo nos invitaban a una nueva reunión, que acepté emocionada; por la música y lo excitado que estaba, su marido no escuchó lo ella me decía, todo esto mientras él me metía la verga, ese día me impresionó lo que habíamos hecho, pero después ya en otras ocasiones nos gustó llamarlos y fue motivo para ponernos aún más calientes.
Hasta hoy no puedo resistir a mis amantes por más que lo intente. Basta que un hombre guapo sea amable conmigo y se comporte como un caballero, para que mis deseos afloren y si ese hombre me invita unos tragos y a la discoteca, es casi seguro que termino siendo suya.
Bueno... esta es mi vida a grandes rasgos, porque si les detallara todo lo que he hecho en la cama, con las decenas de hombres que he estado, como aprendí a manipularlos y vivir de ellos, aprovechando sus deseos por mí, lleno de aventuras un libro bien grueso, eso sin mostrar las miles de fotografías eróticas que tengo, echas en mi etapa de ama de casa.