Soy un esclavo

ME GUSTA QUE ME HUMILLEN. Relato real

Conocí el contacto en Pason.com. Buscaba un exclavo para que le mamaran, y poder desahogarse como macho.   Decía que tenía 25 años y con experiencia. No tuve más remedio que escribir y empezar a intercambiar interminables correos. Empecé con este mensaje

" Te hago todo lo que tú quiera. Me meto la polla en la boca antes de que te empalmes y si te entran ganas de mear ahí lo puedes hacer mientras la tienes calentita.Te mamo la polla mientras se te pone dura hasta que notes que traspasa la campanilla. Te como el culo mientras haces toda la fuerza que quieras para que te entre bien la lengua y te lo deje bien limpio. ".

Ese mensaje me pareció suficientemente claro para que supiera de mis intenciones. Entrega total a su deseo. La primera respuesta sólo fue un 'Edad y descríbete'. A mis46 años esa petición sólo suele significar un cosa. Busco un jovencito y búscate a otro y tengas más suerte. Para evitar esto me esforcé aún más en la respuesta

Tengo 45 años, mido 176 y peso unos 90kg.  Estoy dispuesto a todo lo que te de la gana hacer incluso a lo que hayas pensado alguna vez pero no te hayas atrevido ni a decirlo.

Sólo tienes que pedir que te de gusto y empezaría a desabrocharte el pantalón y darte un masaje en el nabo a través de los calzoncillos. Me imagino que llevas unos bóxer que te marcan un buen paquete. Te los bajaría y me lo metería en la boca esperando que descargaras una buena meada que me echarías en la boca si te apeteciera.. Solo tendría que ponerme la mano en la cabeza para que no perdiera ni una gotita. Luego te empezaría a lamer los huevos y la entrepierna.

Te bajaría los pantalones del todo y seguiría comiéndote hacia abajo y si quieres te limpio los pies. Desde los dedos al talón.

Volvería a subir y comería lo que tu me fueras pidiendo.

Me echaría en el suelo y esperaría a que te sentaras en la boca. Te comería todo el culo dándote bien con la lengua desde los huevos hasta el mismo culo. Te daría tanto gusto que te gustaría sentir la lengua más adentro y te abrirías haciendo fuerza para que te pueda limpiar bien por dentro. Así todo el tiempo que tu quieras hasta que quieras meterme el nabo ya duro hasta dentro del todo. Que sientas como me atreviesa la campanilla y llega a la garganta.

Tú pide  que quieres que te haga y ahí estoy yo para que disfrutes.

Su respuesta fue, perfecto, la semana que viene contactamos. A partir de ese momento no pude quitarme de la cabeza el estar con ese tío del que aún no sabía absolutamente nada, sólo que no me descartaba y que estaba dispuesto a verme. Tenía unas ganas locas de quedar con él pero por otra parte pensaba que me estaba haciendo muchas ilusiones y que luego no sería para tanto.

Volví  recibir un correo suyo para quedar y tras muchos intercambios logré quedar con él para recogerle en coche. Llevaría una camiseta azul y unos vaqueros. La otra información que me dió fue que llevaría boxer ajustados rojos.

Llegué antes de tiempo y no se hizo esperar, le vi aparecer. Tenía la edad que decía y era alto y delgado pero no escuálido. No era guapo pero tampoco feo. Se le veía un poco desgarbado y no muy macho pero me gustó. Me dió un poco de miedo pensar que iba a recoger a un desconocido y que podía ser cualquier cosa, desde un tío no rmal que lo que busca es desahogar sus deseos o un chapero que me acabaría pidiendo dinero o un intolerante que me acabar partiendo la cara por maricón. el calentón que me dió el verle y el pensar en verle en los calzoncillos que decía que llevaba me quitó todas las dudas y me acerqué a él con el coche.

Se acercó nervioso y le abrí la puerta del coche para que entrara.

Se sentó  y sin dirigirnos muchas palabras empecé a conducir hacia la casa donde me tenía que echar un buen polvo. Cuando salimos de la ciudad empecé a tocarle el muslo mientras que él no se inmutaba y de vez en cuando hacía comentarios de cosas tontas que se hablan entre colegas de su edad pero que no provocaban ninguna tensión sexual.

Acabé llegando a la bragueta y le empecé a sobar pero sólo encontraba una polla flácida que no se excitaba con los magreos. Mi desilución iba en aumento. Me había dicho que tenía buena polla pero yo no la encontraba por ninguna parte.

Llegados a la casa se empezó desnudar, la verdad que sin ninguna sensualidad, pero ahí empecé a ver un comportamiento muy hetero, parecía que él no tenía que hacer nada sino que era yo el que tenía que provocarle.

No le dejé llegar a quitarse los boxer , no rojos sino granates y del mercadillo. ¡qué morbo me dan los calzoncillos baratos y gastados del uso!. Se guedó sólo con ellos y con unas calcetas blancas. ÇAhí empezó mi labor. Empecé a pegarle bocaditos a través del boxer y el bicho empezó a despertar. Se los bajé un poco y me metí la polla, todavía sin estar dura, en la boca y empecé a saborearla. Me la metí entera y le daba con la lengua y la lamía sin sacarmela sintiendo como iba avanzando hacia la garganta.

Yo estaba de rodillas mientras que él, que estaba de pie se agachó un poco para llegarme con las manos a los pezones que me los empezó a apretar, primero suavemente y según veía que yo gemía teniendo aún el nabo en la boca, iba apretando cada vez más y pegando pellizquitos en la punta de los pezones que hacían extremecer.

Con la polla ya dura me apartó, se terminó de quitar los calzoncillos y se sentó en el sofa pidiendome que me echara en el suelo y empezar a limpiarle los pies.

Le quité una calceta lentamente y empecé a comerme el talón. El empezó a mover el pie para que se lo fuera limpiando completamente y acabé por irme metiendo cada uno de sus dedos dejándolos relucientes con la lengua. Tomé la iniciativa e hice el camino inverso de nuevo hasta el talón, subiendo por el tobillo la pantorrilla, la parte de atrás de la rodilla y poco a poco por el muslo hasta llegar a su entrepierna donde también me esforcé con la lengua en dejársela sin sabor a macho. Entonces me cogió con la cabez con la mando indicándome que empezara igual con el otro pie. Lo hice de la misma forma llegando de nuevo a la entrepierna , los huevos y de nuevo el nabo ya duro hasta adentro.

Ahora ya si que cumplía lo que escribió, para metérmela entera tenía que abrir bien la boca y hacer fuerza para que la cabez me atravesara la campanilla y llegara al fondo de la garganta quedando la nariz pegada a sus pelos con olor a sudor. hacía mucho calor y el sudaba muchísimo teniendo todo el cuerpo mojado. Me hizo sentar en el sofá y se puso de pié frente a mi. Abrí bien la boca y empezó a llevar el control de la follada. Primero sólo quería tenerla calentita sin moverse y lentamente iba empujando hasta que no entraba más libremente. Entonces me cogía la cabeza y presionaba hasta que sentía como penetraba en la garganta y quedaba allí hasta que me provocaba arcadas. Luego empezó a moverse ´mas rápido y a bombear con fuerza y de vez en cuando repetía la maniobra de cogerme fuerte y empujar hasta traspasar la garganta, pero en vez de quedarse quieto hacía pequeños mete y saca sin salirse de lo más profundo hasta que me escuchaba dar arcadas.

Paró antes de correrse y se dió la vuelta para que le comera el culo sentándose en mi boca. Empecé a chupar y le escuchaba gemir poníendome cada vez más cachondo pidiéndole que hiciera fuerza para que la lengua le entrara más. De vez en cuando me avisaba de que iba a hacer fuerza y sentía como se abría su esfínter y me lengua le llegaba más adentro.

De pronto se paró y me dijo que tenía ganas de mear y que si yo estaba dispuesto. Mi calentura no estaba para hacerle ascos a nada. Me puse de rodillas y él delante de mi. Me metí el nabo que no estaba completamente duro y cerré bien los labios. Me puso las manos en la nuca y de pronto sentí el líquido caliente que me llenaba la boca. Miré hacia arriba y me dijo que tragara y empecé a beber su meado que sabía fuerte. No me podía negar, yo le había escrito que hiciera lo que quisiera y eso estaba haciendo. Echaba chorros y esperaba a que me lo tragara para continuar mientras yo le miraba esperando a que me dijera que ya había acabado.

Una vez acabado me dijo que estaba sudando mucho que le limpiara el cuerpo, y empecé a lamerle primero por la espalda, estaba empapado de sudor y había tal cantidad que casi era como beber. Era salado y me supo riquísimo, luego le empecé a limpiar el pecho y lentamente fui bajandohasta llegar al pijote que se le había aflojado, pero en cuanto entró en la boca creció y volvió  a llegarme a la garganta, continuando con ese maravillosos mete saca que me llegaba hasta adentro del todo.

Me hizo tumbarme y se sentó encima de mi boca para que le comiera bien el culo. Volvía de nuevo a avisarme de que iba a hacer fuerza para que me esforzara en meter bien la lengua. La metía bien adentro y sentía como le limpiaba por dentro disfrutando el sabor que hasta ahora nunca nadie me había hecho probar. De pronto me dijo que se iba a correr, Se echó encima y empezó a foller mi boca en horizontal como si fuera un coño hasta que de una fuerte embestida metaladró la gargatna sintiendo entonces como palpitaba su polla mientras dejaba la leche directamente dentro de la garganta.

Se sentó en el sofa y me puse a su lado empezando a currarme los pezones cada vez con más fuerza y me dijo que le avisara cuando quisiera correrme. Cuando se lo dije me pidió que me echara en el suelo sin tocarme. Se puso de pie mirándome a la cara y me pidió que abriera la boca. Se puso nuevamente a mear apuntándome a la boca y dicíendome que tragara. Cuando acabó se agachó me empezó a pellzcamre los pezones con fuerza y me dijo que ya me podía correr. Cuando vió la cantidad de leche que eché me dijo que ya sabía que era lo que más me gustaba y que la próxima vez vendría más cargadod de meado para darme más gusto

A la vuelta veníamos los dos callados en el coche y él volvió  sacar temas intrascendentes como si nada hubiera pasado. Cuando abrí el correo al día siguiente encontré un mensaje suyo diciéndome lo que le había gustado y que tendríamos que repetir y llegar a más...